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Tarjeta de San Valentín por Amy Hatsune de Hamada

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Notas del fanfic:

contiene una leve insinuacion al BillDip :D

Notas del capitulo:

Título: tarjeta de San Valentín

Autora: Saory Namino Cipher

 

Summary: ¿Y si Mabel no hubiera sido la única que le dio una tarjeta a Dipper? ¿Y si otra persona le dio una antes? —Toma... — ¿Que es...? —Feliz día de San Valentín.

Aclaraciones: Gravity Falls no me pertenece es propiedad  del sensual Alex Hirsch (será mio, yo lo sé)

Advertencia: se remonta en la niñez de Dipper y Mabel (en la parte de “escape de la realidad” donde vemos unos recuerdos de Mabel, donde es día de san Valentín y Dipper no recibe una tarjeta) pero no tiene relación alguna con el Weirdmageddon. Bill es completamente humano.

Nota: (se me está haciendo costumbre de poner esta nota) Si esta historia se parece a la de alguien más, discúlpenme. NO es mi intención de copiar ni nada por el estilo (no estoy muy informada de las historias que se publican)

 

Disfruten…

-:-:-Tarjeta de san Valentín-:-:-

La pequeña Mabel Pines se levantó muy temprano, fue directo a la ducha para darse un baño; era tan rápida en todo que casi y no se alcanzaba a ver. Pero en cambio su hermano menor… por… 5 minutos; Dipper, era otro tema, este apenas y se había levantado de la cama, aún estaba sentado en la orilla del mueble frotándose los ojos somnoliento, no entendía cuál era el escándalo de su hermana… claro, era 14 de febrero… el día más… cursi del año, a su parecer. Las parejas enamoradas salían a pasear, se daban regalos, chocolates, peluches, tarjetas, lo que sea, eso significaba que sus padres saldrían a algún lugar especial y los dejarían con una niñera y después creo que les darían un hermanito. A él nunca le habían gustado esas cosas cursis, tontos rituales de “cotejamiento” humano, como les llamaba.

Pero ni modo, no podía faltar a clases solo porque no quería que “el amor” se le pegara. En cambio otra vez su hermana Mabel estaba ansiosa por ir a la escuela ese día, supuestamente la profesora había dicho que harían algo diferente este año, todos les darían una tarjeta a todos y así celebrarían aquel “gran” día. Y quien quita que tal vez ella podría conocer a su amor ese día.

—     Buenos días Dipper—saludo la pequeña castaña entrando al cuarto de su hermano

—     Buenos días—dijo el menor

—     Por Dios, Dipper… ¡báñate ya! Yo no llegare tarde hoy solo porque le tienes alergia al amor.

—     Pero no quiero ir… el rosado que habrá en todos lados me hará vomitar.

Mabel arqueo una ceja, mientras bufaba para luego arrastrar a su hermano al baño donde le volvió  a amenazar diciéndole que no llegaría tarde por su culpa.

Sus padres yacían abajo, su padre leía el periódico mientras que su madre preparaba el desayuno para los pequeños mellizos, escucho los pasos de su hija en las escaleras, sabía lo emocionada que estaba Mabel; era una de sus fechas favoritas del año. La niña bajo corriendo seguida de su hermano a quien obligo a bañarse a la velocidad de la luz.

—     Buen día niños—saludo su padre

—     Buen día—exclamo Mabel

—     Buen día—dijo Dipper

Ambos niños tomaron asiento al lado de su padre, y su madre pronto les sirvió el desayuno.

—     Provecho niños—sonrío su madre

Mabel empezó a comer rápidamente, sin el temor de poder atragantarse con la comida, mientras, Dipper se tomaba su tiempo para poder probar bocado. La castaña miro el reloj ansiosa, apenas y eran las 7:33 am. ¡Ya quería llegar a la escuela! Y El autobús no llegaba aun.

—     ¡termine!— exclamo

—     Mabel, si comes así de rápido te caerá pesada la comida—regaño su padre

—     Jeje, lo siento… ¡Vamos Dipper, come rápido!—

—     Mabel… no soy estoy tan apresurado como tú—dijo el menor

La niña solo le saco la lengua y se dirigió a lavarse los dientes y dejaría atrás a su lento hermano.

El niño castaño, después de comer lentamente su desayuno dejo el plato en el lavado – no como su hermana, que lo dejo tirado en la mesa – subió al baño para poder lavarse los dientes; adentro encontró a su hermana terminando de arreglarse y arreglándose el cabello en una coleta alta.

—     Apresúrate lento, no quiero llegar tarde—dijo la castaña

—     Mabel, tranquila… solo es otro día más de la semana, del mes, del año.

—     Retráctate cerebrito… ¡Es San Valentín! El día de los enamorados… ¡quién sabe, y hoy podre encontrar a mi amor!

—     Tienes 11 años, eres muy pequeña para eso.

—     ¡El amor no tiene edad, Dipper!—

Dipper rodo los ojos con fastidio, su hermana siempre viéndole el lado positivo a todo. Mejor era dejarla en su mundo de fantasía.

.

.

.

.

—     ¡adiós mamá, adiós papá!—exclamo Mabel saliendo de la casa junto con su hermano

Los padres de ambos les despidieron, mientras los mellizos subieron al autobús escolar. Ya adentro, era una mar de cabezas de los otros niños; se podían escuchar gritos, risas, burlas y demás de todos los que iban ahí. Mabel se sentó en la primeras filas del transporte, pero su hermano mejor llego hasta el final, le gustaba leer en el camino y el ultimo asiento era más solitario. Mabel le busco con la mirada encontrándoselo al último lugar ¿Por qué su hermano siempre era así?

Los demás le clasificaban como un nerd, sabelotodo; siempre se le veía en la biblioteca, pero ¿era malo que le gustara leer? Claro que no, era el más inteligente del salón y ya sabemos lo que les pasa a los que son diferentes que los demás, además… tenía esa rara marca de nacimiento por la cual también era víctima de burlas.

El salón se encontraba completamente adornado, los pupitres estaba en círculo y como siempre, el pupitre de Mabel estaba al lado del de Dipper. La entrega de tarjetas ya había finalizado, los demás habían comenzado a revisar cuantas tarjetas habían recibido, Mabel saco la bolsita donde se pondrían las tarjetas y deposito el contenido en su mesa, encontrándose con muchas de las dichosas tarjetas. ¡Era genial! La mayoría eran de los chicos del salón ¡estaba emocionada! ¡Quizá hoy encontraría a su pretendiente!

—     ¿Cuántas tarjetas de San Valentín recibiste, Dipper?— quiso saber Mabel

Dipper, sin muchos ánimos tomo la bolsita e intento vaciar el contenido en la mesa, pero… de este no cayó nada. La sonrisa de Mabel se borró ¿Dónde estaban las tarjetas de su hermano?

—     Oh, miren— menciono un chico un poco robusto al lado de Mabel — a Dipper no le dieron ninguna— chisto, Dipper miro la bolsa un poco triste, quizá en el fondo tal vez quería recibir aunque sea una ¿no? Pero sabía que  los demás no les agradaba tanto. — hombre, pensaba que yo era el perdedor de la clase—siguió el mayor — ¡oigan todo! A Dipstick no le dieron ninguna— exclamo llamando la atención de los demás.

Las risas no se hicieron de esperar, el menor de los Pines bajo la mirada, mientras los demás seguían riendo. Dipper oculto su mirada bajo la visera de su gorra, y salio corriendo del lugar tirando por accidente el cesto de basura.

—     No puedo creer que ese niño sea tu hermano— chisto el mayor, Mabel miro triste sus tarjetas.

Salio de aquel salón aguantándose las risas, pero por desgracia la maestra le castigo y tenía que ir a buscar materiales de limpieza, ¿Por qué? todo por haber hecho gritar a una chica y haber derramado un poquito de sangre. Él Bill Bastian, a sus cortos 14 años y se podía decir que era un “rompe corazones” un poco Psicópata ¿enserio a las chicas les parecía atractivo? Bueno, tenía un cabello rubio hermoso, ojos ámbar, y podía ser “caballeroso” cuando se lo proponía. Pero esta vez quizá exagero. Fue más o menos así…

 Los adolescentes comenzaban a entregar las tarjetas de San Valentín, Bill se encontraba mirando por la ventana, sentado en su pupitre. Momentos atrás había recibido varias tarjetas de algunas chicas del saló,  cosa que no le importaba mucho, su madre le había dado una tarjeta para que la diera a “su persona especial” pero hasta el momento solo quería arrojarla a la basura.

—     Bill— llamo la atención una chica

La chica era linda, quizá la más bonita del salón; esta estaba un poco nerviosa y tenía un enorme sonrojo en sus mejillas. Llevaba la mirada gacha y llevaba en sus manos una tarjeta.

—     ¿sí?— pregunto Bill

—     Ehmm, y-yo… yo quería darte esto… feliz día de san Valentín—

La joven extendió aquella tarjeta rosa a Bill, este la miro; estaba muy decorada y se lograba percibir un ligero pero dulce aroma.

—     Gracias, yo también tengo algo para ti— sonrió Bill. Se inclinó para sacar algo de su mochila, y lo extendió para la chica. — feliz San Valentín— sonrió mostrando un collar hecho con lo que parecía ser dientes.

—     ¿q-que…?

—     Son dientes de ciervo… ¿lindos, no?

La cara de la chica era un dilema, Bill sentía que no resistiría más y rompería en risas. El rubio tomo la mano de la chica y deposito el “collar” en ella. Un pequeño tic se hizo presente en uno de los ojos de la joven.

—     ¿quieres ver la sangre?—pregunto

Y bueno, después de eso la profesora le castigo, bufo frustrado ¿es que no sabían lo que era una broma? Aunque los dientes eran reales… se peleó con su hermano Phill por ellos, digo; a su hermano mayor no le parecía normal eso y mucho menos a William, su hermanito menor – el que era más normal en la familia – soltó un suspiro, sería mejor ir rápido a buscarlos.

...

Camino por los pasillos con toda la paciencia del mundo, la verdad no tenía prisa en hacer lo que la dichosa mujer le había mandado, al final llego al armario del conserje, poso su mano en el pomo e intento girarlo… más este no cedía.

—     ¿Qué, mier…? — gruño

Intento otra vez querer abrir la puerta, hasta que “accidentalmente” el pomo de esta se rompió, sonrió victorioso, nadie podía contra Bill “Cipher” Bastian.  Abrió la puerta de golpe, pero alguien cayo de espalda.

—     ¡!—

—     ¡¿?!—

Bill miro extrañado a aquel niño que había caído de espalda, al parecer había estado ahí dentro y había cerrado la puerta.

Pues sí. Dipper había llegado al armario y se había encerrado ahí, pero viene este extraño y la abre.

—     ¿estás bien?— quiso saber el rubio

—     …

—     ¿Qué pasa?

—     …

—     ¿no hablas?— se rio el mayor

Dipper se levantó del piso y quiso volver a encerrarse ahí, pero el mayor le sostuvo la puerta.

—     ¿te encerraron aquí?— pregunto el rubio

—     …

—     ¿fuiste tú?

—     …

—     ¿no me hablaras?

Bill torció los labios, ¿Qué este mocoso no hablaba o qué? ahora que le veía de frente, se notaba la diferencia de estatura, el castaño era más bajo y más pequeño, Bill le podía calcular unos 10 u 11 años.

—     Oye, niño… mejor regresa a tu clase de preescolar… tengo cosas que hacer— dijo el rubio

—     No voy a preescolar… voy a cuarto grado—dijo Dipper

—     Vaya, hablas—chisto el mayor–en fin, regresa; debo limpiar un charco de sangre

—     ¿sangre?—pregunto el inocente pequeño

—     Si, sangre… mate a una niña… ¿te cuento algo?

—     Aha

—     Si tú no te vas hare lo mismo contigo

—     No serias capaz— dijo Dipper

—     ¿quieres probar?—pregunto, haciendo que Dipper diera un respingo —eso pensé.

—     Solo toma tu trapeador y déjame en paz—dijo temeroso y le extendió el utensilio de limpieza al mayor.

—     No era para tanto pequeño torpe— rio el mayor — ¿enserio creíste que te mataría?

—     …

—     No mataría a un niño con apariencia de lindo gatito.

—     ¡¿niño con apariencia de que…?!

Bill rio al ver el rostro el pequeño, completamente sonrojado y avergonzado y un lindo puchero surcaba por sus labios.

—     ¡ja! En serio parecer un gatito—le estiro una mejilla—como sea, vete mocoso

Este chico enserio era bipolar, era lo que pensaba Dipper; observo como el mayor se adentraba al armario y cogió un balde y tomo el trapeador. —bien ¿te iras o quieres que te encierre?—se burló Bill comenzando a reír.

Dipper solo gruño enojado, bajando un poco la mirada. El rubio dejo de reír para luego carraspear un poco con la garganta, bufo aburrido ¿Qué le pasaba a este mocoso? Él solo quería aligerar el ambiente. Se acercó al pequeño Pines y saco del interior de su chaqueta la tarjeta para “su persona especial”  y la extendió al menor.

—     Toma.

—     …

Dipper le miro con desconfianza, ¿Qué planeaba hacer? Era la primera vez que había levantado la mirada al mayor, se podía apreciar unos 13 años más o menos – según Dipper – y ahora venía y deba esa cosa.

—     Toma—insistió el rubio

—     N-no

—     ¿Por qué?—rio—vamos, toma…

El castañito tomo con desconfianza la tarjeta, era un poco simple pero linda a la vez, miro al mayor quien le sonreía, ese chico no inspiraba confianza, esa mirada tan penetrante y esa sonrisa blanca… pero, había algo más en el fondo que quizá…

—     Feliz san Valentín—interrumpió sus pensamientos el mayor, para luego agacharse un poco para depositar un suave beso en la mejilla del más joven.

—     ¡!—

—     Hay que vernos otra vez, recuerda, la realidad es una ilusión, el universo es un holograma… compra oro ¡adiós!

—     ¿para que querría comprar oro?

—     Yo que sé… el oro es genial…

El mayor se alejó del lugar llevando los utensilios, el menor Pines observo el objeto en sus manos; ¿Por qué se la daría?

Mabel había salido del salón en busca de su hermanito, sabía dónde estaba; la mayoría de veces siempre le encontraba ahí, el armario del conserje, en sus manos llevaba algo que según ella, alegraría a su hermano, al fin llego al lugar; se agacho para luego pasar por la puerta el objeto.

Adentro, Dipper se encontraba dentro; su encuentro con aquel raro – y bipolar – chico, le removió algo dentro. Sus pensamientos fueron interrumpidos otra vez al ver una “tarjeta” conformada por otras tarjetas.

“para mi hermano favorito”

Dipper sonrió, sabedor de que aquella tarjeta había sido obra de Mabel, abrió la puerta para encontrarse a su hermana en el piso, esta sonrió para luego darle un abrazo al menor. ¿Una acción vale más que mil palabras, No?

—     Feliz san Valentín, hermano—sonrió la castaña

—     Feliz san Valentín, hermana—

Al final del pasillo se encontraba un rubio observando al lado de un niño peliazul mas bajito y pequeño que él.

—     ¿Por qué se la diste?—quiso saber el infante

—     ¿acaso yo te pregunto por qué comes? ¿Por qué respiras?

—     … Ehmm

—     Solo no le digas a mamá, Will… me molestara durante años por eso.

El menor asintió, nunca entendería a su hermano mayor del todo, soltó un suspiro mientras veía junto con su hermano a los otros dos hermanos. Bueno, quizá después de todo fue buen San Valentín ¿no?

Fin.

Notas finales:

Ciao, personitas~ bueno se acerca San Valentín y quise escribir algo, espero que les haya gustado  y no lo hayan odiado – de ser así no se preocupen de dejar review y nos evitamos un disgusto – de ahí, espero que la pasen bien, yo estaré esperando mientras como helado a que salga por fin la 3era parte del Weirdmageddon y si no vuelvo a escribir es porque Dipper murió al final y me suicide. Nos leemos luego. Ya ne!

¿Reviews?

 

—     Saory N. Cipher


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