Era una tarde tranquila en la imponente torre Stark cada uno de sus habitantes realizaba sus actividades cotidianas, centrándose en sus propios asuntos sin enterarse que hacían sus compañeros de aventuras, después de todo las misiones y encargos de Fury no eran tan seguidos como antes y los héroes aprovechaban ese pequeño descanso para relajarse o en el caso de Barton romper el record de Guitar Hero, en una de la tantas habitaciones del edificio se podía observar al dios de las travesuras ir y venir de un lugar a otro leyendo un viejo libro mientras que con su mano libre vertía diferentes líquidos de texturas extrañas y llamativas en lo que parecía una olla decorada con símbolos antiguos y extraños.
-Bueno con esto será suficiente.-murmura soltando un leve suspiro al ver como su brebaje adquiere un color violeta claro.
A continuación con un cucharon vacía el contenido en botellitas mientras recita un lenguaje extraño a la distancia mirándolo con atención se encuentra su hermano Thor quien sin perder detalle ve los movimientos del menor lleno de curiosidad.
-¿Y bien? Si funcionara Loki.-cuestiona algo desconfiado.
A los segundos recibe la fulminante mirada esmeralda taladrando su persona, mientras que una de las elegantes cejas del azabache se alza sugestivamente, en un claro signo de molestia e indignación al saber la poca fe que el rubio le demostraba.
-Todo lo que hago funciona idiota, nunca dudes de mi capacidad pedazo de tonto.-declara mirando hacia otra parte mientras se cruzaba de brazos molesto por la actitud del mayor.-en fin con esto podrás traer de vuelta a esa bola de pelos asquerosa
En un abrir y cerrar el hechicero es envuelto por unos grandes y fuertes brazos mientras estos le dan vueltitas seguidos de besos súper amorosos depositados uno a uno en su coronilla junto con palabras melosas llenas de sentimientos contradictorios y cálidos.
-Nunca dudaría de ti hermano, no sabes cuánto significa esto para mi ¡Te amo! Eres el mejor.-dice sonriendo radiantemente, pegando ese esbelto y frágil cuerpo más a su persona sin dejar de abrazarlo.
El de ojos esmeraldas nunca lo admitiría pero la cercanía que compartía con el rubio le llenaba de una sensación cálida en el pecho junto con ese molesto malestar en el estómago, tuvo la intención de apartar al idiota de su hermano pero al verlo tan feliz no tuvo el coraje de hacerlo, solo atino a suspirar cansado rogando por paciencia a Odín.
&&&&
Mientras tanto en otra parte de la torre se observaba como el dueño de la industrias Stark contemplaba las pobladas calles de New York por uno de sus muchos ventanales de su piso mientras agitaba distraídamente un vaso de whisky tomándolo de vez en cuando mientras oía a la distancia a Pepper hablar y hablar sobre los inversionistas, la bolsa y no sé qué tantos datos de importancia.
-Podrías encargarte de esas cosas Pepper, por favor no tengo cabeza para esas cosas, no ahorita. Solo quiero acostarme y dormir.-declara aburrido sin dejar de mirar la monotonía, sabiendo de ante mano que la rubio forma pucheros de molestia por su falta de atención.-te prometo que te lo compensare, solo que no me ciento con ánimo, tal vez mas tarde
La rubia asiste entendiendo a su amigo y jefe no lo culpaba la tensión entre él y el capitán, ha aumentado en los últimos días a causa de las irresponsabilidades del castaño por no medir el peligro y exponerse a una posible muerte. Ella sabia y dios podía dar fe de ello, que el de ojos avellana daba su mayor esfuerzo en la relación que con esfuerzo y a pesar de todo pronóstico sostenían pero sus impulsos siempre salían ganando.
Sin esperar una sola palabra Tony sale en dirección a la planta baja intentando despejar su mente, los problemas con su capitán lo estaban atormentando porque sabía que todo era su culpa y no podía arreglarlo ¡Estúpido ego! Nunca pensó que su más grande característica fuera su más grande debilidad, como le gustaría arreglar todo. A los pocos minutos llega a la cocina buscando algo que tomar aprovechando que bajaba decidió tomar algo del piso inferior de los asgardianos, total que podría salir mal.
Con su mirada recorre la elegante y pulcra cocina en busca de algo que calmara su sed detectando una botellita con un líquido violeta en su interior encima de la barra, sin considerar las consecuencias la toma entre sus manos, destapándola y bebiéndola percatándose de su sabor algo dulzón.
-Al parecer los extraterrestres tienen un buen sentido del gusto.-declara dejando caer el envase vacío al cesto de basura, yéndose por donde vino sin saber que esa pequeña acción traería consecuencias desastrosas, en un futuro no muy légano.
Lo único que si era cierto era que el reloj empezó a corres desde el momento en que el líquido se deslizo por su garganta hasta su tráquea desapareciendo en su interior.
A los minutos de su partida entra el dios de las travesuras a la cocina con la intención de prepararse unas tostadas encontrando con que el frasquito ya no estaba donde lo había dejado sin poder evitarlo grita el nombre del único culpable de sus desgracias.
-¡THOR! ¿Pedazo de idiota que le hiciste a mi brebaje lo deje en la cocina y ya no está? ¡Sabes siquiera el esfuerzo y tiempo que cuesta realizarlo! Si lo perdiste te matare y castrare lentamente.-declara frenético mientras revisa toda la cocina con desesperación, siendo visto atentamente por el anonadado rubio.
-Pero yo no lo he tomado.-susurra derrotado al ver que el pelinegro ni lo pela.
Al saber que su presencia es ignorada decide ayudar a su hermano a buscar la pócima después de todo ese brebajito le ayudara a rescontrarse con su amado amigo peludo, después de algunas horas de búsqueda imparable solo encontraron el envase vacío teniendo como resultado que el rubio recibiera un millón de blasfemias del de ojos esmeraldas, quien alegaba que en un descuido Thor lo había tirado o algo por el estilo.
-Bueno esto va para largo.-murmura para si el rubio guerrero.
&&&
Había estado hay sentado durante horas al filo de un acantilado a las afueras de la cuidad en un prado que por extraño que parezca estaba rodeado por cientos y cientos de hortensias azules un verdadero paraíso perdido en el tiempo lleno de vida y tranquilidad, contemplando durante todo ese rato el paisaje enfrente suyo, dejando que su mente se despejara de todos los problemas que lo envolvían.
Recordando fragmentos de tiempos pasados, conversaciones con su madre que había olvidado con el correr de los años como la mujer que le dio la vida le sonreía, lo cargaba y abrazaba cuando él se sentía solo y triste o en su defecto cuando alguno de los niños del instituto se metía con él, sintiendo por momentos que ese cálido gesto lo envolvía cuando tenía alguna dificultad, recordaba como su madre le encantaba recostarse en la silla plegable en la azotea de la mansión mirando con ojos llenos de esperanzas el horizonte mientras el alba se consumía dando paso a las estrelladas noches.
Por mientras que el solo miraba con ojos curiosos las cientos de estrellas que poco a poco llenaban el nocturno cielo, sabiendo que ese simple gesto hacia a su mami feliz y por lo concerniente a él le llenaban de curiosidad científica y ansias de descubrir sus procesos.
Aun podía recordad los colores aleatorios que se formaban en el despejado cielo, que poco a poco era envuelto por un manto de oscuridad llenándose con esos hermosos puntos brillantes.
-Tenía razón, los atardeceres son tranquilizadores.-sin más se levanta estirándose y sacudiéndose con desgano el polvo de sus pantalones, teniendo cuidado de no tropezar o perder el equilibrio.
Ya era tarde y de seguro Pepper estaría enojado por haberla abandonando sin decir nada, pero siendo sincero consigo mismo lo único que deseaba era poder hablar con Steve y arreglarlo todo.
En algún punto del momento al voltearse para alejarse del paisaje el borde en donde antes estaba sentado se vence arrastrando consigo a un muy sorprendido castaño quien solo suelta un grito ahogado sintiendo como poco a poco la gravedad lo va arrastrando a su propia muerte, lo único que llega a su mente son los infimitos recuerdo vividos a lo largo de su vida, la cruda y dolorosa infancia a la que fue expuesto, la falta de atención de su padre, los golpes e insultos de los demás niños, las incontables negativas de Howard por atenderlo junto con sus intentos de encontrar al capitán américa, las risas y alegrías vividas con su madres, las aventuras realizadas con Pepper, Rhodes y Happy, la desagradable experiencia de Afganistán, el mandarín, la invasión de Manhattan, su encontró con Rogers, sus peleas y roses constantes, el amor que creció entre ellos y su última conversación de esa misma mañana.
Todo pareció como una película que se reproducían delante de él, tan lentamente, tan vivida que dolía, dolía porque esos recuerdos y experiencias nunca volverían.
-Steve.-piensa Stark antes de sentir un fuerte dolor recorrer su cuerpo, todo su alrededor da vueltas sin tener la intención de detenerse y en segundos todo se oscurece.
A la distancia solo se observa como un cuerpo se estrella con las rocas que conforman el acantilado llenando todo a su paso con un brillante liquido carmesí hasta aterrizar en el campo de hortensias en el fondo y la luna quien contemplo todo lo sucedido vertía con tristeza y desconsuelo sus rayos en un inútil intento de consuelo.
Era irónico que como una pequeña acción podía terminar en tragedia, como una visita a ese hermoso lugar lleno de magia y paz podría terminar convirtiéndose en algo horripilante y triste, y el único testigo de esa horrible escena no era más que el pobre astro que flotaba a más de 10,000 km de distancia, el ambiente era tranquilo y silencioso nadie hacia ningún ruido porque en si el lugar estaba desierto, el tiempo trascurría sin detenerse como pareciéndole indiferente que en ese momento y lugar alguien hubiera perdido la vida.
Las hortensias que antes eran de un color azul hermoso ahora estaban bañadas por un escarlata chirriante que por aterrador que pareciera contrataban con la escena montaba por el cruel destino, pareciera como si algo o alguien hubiera planeado todo cuidadosamente.