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Yo te protegeré por sazuhuri

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Notas del capitulo:

Hola vengo con una nueva historia, es de mi serie favorita glee, tengo que admitir que tengo un placer culpable con cierta pareja de la seria Kurt y sebastian.  Tengo muchas historia de esta serie, pero el foro donde escribió cero = (, aún tengo muchas ideas y decidí subirlas aquí no se si serán leídas pero igual quería publicar =D

     Capítulo 1                                                                 

 

“Alas Rotas”

 

Sentía el sabor de su propia sangre, hace tiempo que su cuerpo ya nos sentía el dolor, sus pulmones ardían al respirar dolía como el infierno. Lo más probable que tenía una o que otra costilla rota, ya no entendía los insultos.

Hace tiempo que su vista perdió el enfoque, su cabeza punzaba, como debatiéndose entre la inconciencia y la conciencia. Sintió dos fuertes patadas en sus piernas, la rodilla derecha estaba destrozada, eso era seguro.

No podía moverla, su muñeca derecha estaba en una posición nada natural. Si, Kurt Hummel estaba jodido, sonrió con resignación, Sintió un golpe más en su cabeza y luego todo fue calma, al parecer sus agresores se apiadaron de él. 

Odiaba todo, odiaba ser afeminado, como todo el mundo decía, quizás tenían razón y era causante de lo que le pasaba a su alrededor. Muchas veces le trataron de aconsejar que dejara su forma de vestir, tratara de adaptarse. Finn tenía razón, él provocaba a los deportistas con su forma amanerada de ser, su mismo novio le dijo que no fuera con falda al baile. ¿Por qué no escucho a nadie? Ahora tirado en el suelo a metros de una discoteca gay se lamentaba.

No era capaz de moverse para sacar su celular y llamar a su novio, ¿ese era su fin?, que patético final. Si no hubiera aceptado esa estúpida salida con Sebastian y Blaine, esto no hubiera pasado, Blaine no se habría  emborrachado, tampoco lo hubiera intentado tener sexo en a parte de atrás del auto, no discutirían y no lo hubiera   dejado   solo.

Todo era culpa de Sebastian, ¿A quién engañaba? El acepto a venir por orgullo, no contaba con que Blaine se fuera en su auto y lo dejara tirado, tampoco contaba con que 4 hombre lo golpeara a unas cuantas cuadras de scandal. Sebastian de seguro venia seguido y nunca fue atacado, él venía una vez y prácticamente lo dejaban medio muerto.

Pero si lo pensaba bien, Sebastian no parecía Gay en lo absoluto, en cabio todo lo que él gritaba “Gay”. Si, quizás debió escuchar lo consejos de los demás.

Dejo escapar una risilla sarcástica, ya todo estaba perdido, sus ojos comenzaron a cerrarse, entregándose a su destino, le costaba respirar, la sangre en su nariz y boca no ayudaba. Su cuerpo hace mucho que lo dejo de sentir, estaba entumido, su cabeza dolía y sentía un líquido viscoso en la parte de atrás.

No pensó hacer compañía a su madre 10 años después de su muerte, pero una parte de él estaba tranquilo, sabía que Carole y Finn ayudarían a su padre a salir adelante.  Cuando pensó que la oscuridad se tomaría sus sentidos, escucho algo, no distinguió bien que.

Eran voces, risas y pisadas. Quizás, solo quizás podía tener otro destino.

 

 

El viento golpeo como una bofetada su rostro, se tambaleo un poco, pero no cayó al suelo. Soltó un risita tonta, sintió como lo jalaban de la mano, enfoco su verdes ojos al chico frente a él, un poco más bajo, cabello negro desarreglado, labios rojos y un trasero de infarto ¡O SI! Sebastian Smythe había casado una buena presa.

Bailaron bastante y bebieron lo suficiente para no perder la cordura. Comenzaron a caminar a pasos torpe, con manos inquietas viajando por el cuerpo de cada uno. Su conquista insistió en caminar un poco, según él había un parque bastante solitario para follar tranquilo.

Siguieron su torpe andar por unos minutos más hasta llegar al dichoso parque, se acercaron a unas bancas algo descuidada y de muy mala pinta.  Los besos habían subido de intensidad y la ropa comenzaba a sobrar.

-¿Escuchaste eso? –Sebastian frunció el ceño, cuando el chico lo dejo de besar.

-¿Qué? –Pregunto sin entender, mordisqueando el blanco cuello del más bajo. El oji marrón decidió seguir con su actividad, cuando otro sonido extraño se escuchó más claro. Ambos se quedaron estático, el sonido era extraño, lastimoso, como si se tratase de un perro herido.

La curiosidad pudo más que la excitación, para sorpresa del mismo oji verde, camino con miedo, cada paso que daba el sonido era más claro, no era un perro esa era seguro.  Se detuvo frente a una especie de arbusto, su corazón latía con fuerza y la borrachera era parte del pasado.

Cuando estuvo lo suficiente cerca de los arbusto, diviso un bulto en el suelo, su sangre se helo al comprender que se trataba de una persona, sintió el fuerte jadeo de su acompañante.

-¿Esta muerto? –La pregunta del chico lo hizo sentir bilis en su garganta, su ojos se dirigieron al moreno este tenía pinta de que en cualquier momento se desmayaría, sus ojos estaban fuera de órbita y él no estaba en mejor estado.

El quejido proveniente del cuerpo inerte frente a ellos, los hizo respira hondo. - ¡Esta vivo! – Grito el oji marrón, Sebastian estaba paralizado, no sabía cómo reaccionar, por suerte su acompañante al parecer era un poco más sensato.

Sebastian lo vio correr hasta quedar frente al cuerpo, - ¿No piensas ayudar? – El castaño reacciono y se acercó de manera apresurada. – Su pulso es débil, hay que llamar a una ambulancia. – El chico hablaba rápido, mientras sacaba su celular.

El moreno se alejó un poco, se oía alterado, el oji verde centro su vista en el chico frente a él, debía tener su edad, frunció el ceño al ver cierto broche de rinoceronte, tirado a un lado del cuerpo, sus manos comenzaron a temblar, se acercó un poco más al herido y su respiración se cortó.

Kurt Hummel, el chico al que hace unos minutos le dijo todo comentario despectivo y humillante con referente a su persona, estaba frente a él debatiéndose entre la vida y la muerte. ¡Eso tenía que ser una jodida broma!, ¿Acaso el karma le estaba cobrando algo?, ¿Dónde demonio estaba Blaine?

-¿Kurt me escuchas? – Susurro con un hilo de voz, pero como presintió, no obtuvo respuesta.

-¿Lo conoces? –Su cuerpo se tensó al escuchar la voz del otro muchacho de tras de él.

-Más o menos, conozco a su novio. – Sabía que no era la verdad, pero tampoco era todo mentira.

-La ambulancia no debe tardar. – Sebastián solo asintió, pero no dejo de mirar el rostro ensangrentado del chico, quiera gritar. No aguantaba a Kurt eso estaba más que claro, pero jamás le desearía algún mal , se sentía fatal, más de una vez escucho ataques homofóbicos, pero nunca pensó ser testigo de tan cruel acto.

¿Por qué Blaine dejo solo a Kurt?, no entendía que había sucedió, su cabeza era un lio, sintió unas sirenas acercarse, vio como el moreno se acercaba a la calle para llamar la atención de la ambulancia. El sonido de un quejido casi inaudible lo hizo mirar nuevamente al oji azul. Tomo su mano con delicadeza. – Resiste Kurt. – Susurro ante de que un fuerte luz iluminara el lugar, la ayuda había llegado.

 

Burt Hummel era un hombre de costumbres, tenía horario, esa noche él debía estar durmiendo como acostumbraba, abrazado a su mujer, pero el hombre no podía conciliar el sueño, miro el reloj despertador que descansaba en su mesita de noche una vez más suspirando, eran las 4 de la madrugada.

Suspiro frustrado, su hijo no era un muchacho irresponsable, siempre cumplía con sus obligaciones y eso lo tenía preocupado, su muchacho dijo que llegaría a las dos, Carole lo tranquilizo diciendo que era normal, que estaban en la edad y además era la primera vez que iban a una discoteca, pero para ser sincero eso no ayudo para nada los nervios del hombre.

Se levantó con cuidado de no despertar nuevamente a su mujer, se calzo con sus pantuflas y se abrigo con una vieja chaqueta deportiva, camino despacio hasta salir de la habitación, dejando escapar un suspiro de alivio, camino por el pasillo hasta llegar a la habitación de Finn, el chico dormía con un bebé.

Sonrió  y volvió a cerrar la puerta, camino unos pasos más para entrar  a la vacía habitación de su hijo, encendió la luz y una angustia se formó en su pecho, camino por inercia hasta la repisa que estaba junto a la ventana, donde descansaba una foto de su esposa e hijo, la foto era antigua, Kurt apenas tenía 4 años. Ambos castaños sonreían como dos gotas de agua.

No está seguro de cuánto tiempo se quedó observando la fotografía, pero el insistente sonido del teléfono lo hizo reaccionar, bajo lo más rápido que pudo, el sentimiento en su pecho aumento más a cada paso que daba hacia el bendito aparato.

-¿Hola? –Dijo inseguro, con voz nerviosa, sin dejar de jugar con el cierre de la chaqueta.

-¿Burt Hummel? –Pregunto una voz desconocida para el hombre.

-Si él habla. – Susurro sintiéndose mal de pronto.

-Hablo del hospital de Lima. – Esa noche el algo se rompió dentro de Burt Hummel.

 

Sebastian estaba sentado en esas incomodas sillas de plásticos, con el corazón en la boca, esperando noticias del chico que supuestamente odia, Marcus, así se llamaba su casi polvo, se fue hace una hora luego de que unos oficiales los interrogaron.

El castaño había avisado a sus padres, los cuales pegaron grito en el cielo y ya venían viajando hacia el hospital, les tuvo que repetir más de una vez que él estaba bien, una enfermera le informo que los familiares de Hummel ya estaban enterados de la situación.

Sentía su cuerpo pesado, pero el sueño y la borrachera ya no estaban presente, los músculos de su cuello y hombros estaban tensos, su pies golpeaba insistentemente el piso. ¿Por qué nadie le decía nada?

-¡¿Sebastian?! – La inconfundible voz de su madre, una mujer castaña, de vibrantes ojos verdes, vestida casual, con un conjunto deportivo y zapatillas se acercó al chico. La mujer se acercó de prisa a ver a su retoño.

El castaño la abrazo con fuerza y lloro, se sentía seguro en los brazos de su madre. – Ya… Tranquilo cariño, todo estará bien. – John smythe se acomodó al otro lado de su hijo y acaricio su espalda.

-¿Qué ha pasado hijo? –Pregunto el hombre una vez que el adolecente se calmó.

-Yo encontré a Kurt, es un chico gay igual que yo, pero…

-¿Pero? -Pregunto su Adele, acariciando los castaños cabellos de su hijo.

-Yo siempre lo molesto por ser llamativo y por parecer una chica, - Susurro bajo desviando la mirada. – Lo insiste a él y a su novio que me acompañaran a un bar gay.  Yo quería algo con su novio, entonces me dedique toda la noche a molestarlo, luego de un rato ellos se marcharon.

-¿A su novio también lo golpearon? – Sebatian negó.

-No, cuando yo Salí del bar, camine por las calles hasta llegar a un parque iba con un chico que conocí en el lugar, ambos estábamos un poco borrachos, pero escuchamos un ruido, al acércanos lo encontré. – Las lágrimas volvieron a salir. – estaba todo ensangrentado apenas respirada, fue horrible mamá.

El silencio los invadió por un tiempo, solo se escuchaban los sollozos del menor. Cuando Sebastian se pudo tranquilizar. Su padre se atrevió a preguntar. - ¿Dónde quedo el novio del chico?

-No lo sé, no sé qué habrá pasado para que Kurt terminara así.

Un hombre de cabellera negra, alto de alrededor de 40 años salió con una cara nada esperanzadora, El castaño rogo que no se tratara del médico que atendía a Kurt.

-Familiares de Kurt Hummel. - ¡El mundo lo odiaba!, sus padres se levantaron, cuando su hijo salto como resolte al escuchar aquel nombre, ante de que el menor pudiera abrir la boca, alguien se adelantó.

-¡Soy su padre! – El imponente hombre que vio Sebatian, era todo lo contrario al castaño, ese hombre era intimidante, pero en sus ojos se podía ver la preocupación.

El castaño frunció el ceño al ver a Finn  Hudson el novio de Berry y  una mujer, la cual sostenía la mano del hombre con fuerza. – Bueno soy el medico a cargo del caso de su hijo. – Suspiro el hombre.

-¿Cómo está?  -Pregunto con voz temerosa el hombre.

-Bueno, su hijo tienes tres costillas rotas y una de ella perforó el pulmón izquierdo, tiene una contusión cerebral leve, la rodilla derecha esta trizada y la muñeca izquierda rota, hay hemorragias internas y varios hematomas. -  El hombre dio vuelta la hoja donde tenía la ficha de Kurt, lo tenemos en un coma inducido, por el dolor, estamos esperando que los análisis que enviamos a realizarle estén listo, ya que es necesario un operación por la perforación del pulmón.

El silencio era sepulcral, Sebastian aun no lograba salir de su asombro, podía escuchar los  sollozos dela mujer que acompañaba a  Burt Hummel. Finn parecía no estar en este mundo.

Sintió otra vez billis en su garganta, pero esta vez no pudo aguantar. Para asombro de sus padres el castaño vomito frente a ellos, casi cayendo al suelo cuando sus piernas le fallaron.

Los fuertes brazo de su padre los sostuvieron, una enfermera trajo una camilla y con ayuda de Burt lo recostaron en ella, su cabeza comenzó a dar vueltas y la oscuridad se hizo presente.

 

Despertó algo asustado y desorientado, cuando logro enfocar su vista se dio cuenta que estaba en una habitación de hospital, frunció el ceño. ¿Qué rayos hacía en un hospital? , pero como si su mente fuera una cámara fotográfica, comenzó a tener imágenes de los vivido.

Se avergonzó inmediatamente al recodar aquel incidente en la sala del hospital, vio la intravenosa en su brazo izquierdo y no se pudo sentir más patético. - ¿Dios doy pena?

-La sí amigo. – La extraña voz lo hizo saltar de la cama, al girar su rostro, junto a la puerta Finn  Hudson estaba parado, apoyado en la pared mirando por la ventana.

-¿Qué haces aquí? -Pregunto a la defensiva estudiando cada movimiento del más alto.

-Tú madre me pidió que cuidara de ti, mientras iba a tomar un café con mi mamá. –sebastian asintió.

-¿Por qué están aquí? –Sabía que la pregunto era tonta, y lo confirmo cuando fin lo miro como si tuviera dos cabezas. – quiero decir no sabía que Kurt y tú eran tan amigos.

-Somos hermanastros. – Ok eso no se lo esperaba. – Mí mamá se casó hace un año con Burt, ahora vivimos todos junto y es genial. – Un silencio se formó y no era incomodo, miro el reloj en su celular, y daban las 8:30.

-¿Cómo salió la operación de Kurt?

-Bien, ahora está en terapia intensiva, aún sigue en coma inducido. – Sebastian asintió sin saber que más decir realmente.- el doctor dijo que tiene que estar 48 horas en observación , si su evolución es favorable, será trasladado a una habitación y podrá recibir visitas, pero….

¿Pero qué? – Pregunto con un mal presentimiento, Finn cerró los ojos y miro el techo, suspirando varias veces tratando de  calmarse, el grandulón aprecia que en cualquier momento se derrumbaría y no lo culpaba el chico estaba pasando por mucho.

-Los médicos dijeron que todavía no sabían la magnitud del daño recibido. – Su corazón comenzó acelerarse.

-¿De qué hablas?

-Lo más probables que Kurt sufra secuelas.  – esa noche algo cambio para Sebastian Smythe


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