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Insane (2min) por Meownprr

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Notas del fanfic:

De acuerdo, he vuelto por estos lares aprovechando el comeback de su malignidad(?). La cosa es que, me siento con mucha inspiración, por lo que trairé mucho contenido violento. 
El caso es que, si no les gusta lo +18, las mantanzas, los golpes, el SM, es mejor que no lean mis siguientes trabajos y mejor, que no lean esto.

A las personas que a pesar de todo, quieren leer 2min, son bienvenidas, porque les traigo al TaeMin más loco que hayan tenido el placer de leer(?). Acepto sugerencias, porque sé que a much@s de ustedes les gusta éste tipo de contenido. 

A continuación, uno de los 2min más locos que han de encontrar. 

Notas del capitulo:

ATENCIÓN: 
(+18) 

Estás por tu cuenta.

Uso de lenguaje inapropiado (groserías, maldiciones, etc)

Sangre, golpes, SM, etc. 

MinHo lo ama tato hasta el punto del dolor, no soporta estar lejos de él y eso es lo más grave de la situación. 

TaeMin tiene de bueno solo la imagen, porque en el fondo es un chico tóxico, es problemático, es un chiquillo insolente, es mal hablado..pero MinHo sigue amándolo. Incluso podría decir que ama todo lo malo de TaeMin, sí, porque son más defectos que virtudes y MinHo lo sabe..¡Pero no puede dejarlo!, porque se convirtió en su vida entera desde que lo vio empapado en la parada del autobús, fumando despreocupadamente. 

MinHo odia fumar. MinHo es abogado, mucho mayor que TaeMin, cuando TaeMin apenas va, MinHo ya viene de regreso. No encajan para nada, entonces ¿Por qué tiene que amarlo tanto?. Cuando TaeMin lo besa y le llena la boca de saliva, de mordidas que le hacen sangrar el labio inferior, no se opone porque es algo que le gusta, porque aunque duele, es algo que TaeMin le hace y eso es algo ''sagrado''.

TaeMin está enfermo, completamente loco. Se supone que terminó con el chico, al menos eso es lo que salió de sus labios hace más de dos meses ''Lo siento, pero terminamos, no puedo continuar con una persona como tú'', y como si el joven hiciera caso omiso de sus palabras, solo sonrió, se dio media vuelta y desapareció por más de una semana, semana en la que MinHo consideró jamás volvería a ver a ese pequeño que lo tenía loco, insano, sin poder pegar los párpados, sin poder tener una vida ''normal''. Exactamente una semana después, TaeMin volvió y tocó a su puerta, empapado y con la cara llena de sangre, y por supuesto que MinHo no le negó la entrada y no tardó en correr por toda la casa, angustiado en busca del jodido botiquín para curarle las heridas. Y de nuevo estaba allí, abriéndose paso en su vida, sin importarle lo que hubiera terminado con él, porque para TaeMin simplemente no había ruptura que valiera.

''Eres mío, MinHo, no puedes huir de mi. No puedes terminar conmigo o decirme que no podemos estar juntos, porque sabes que te mueres por estar conmigo, sabes que nadie te amará como yo. No hagas de nuestras vidas algo miserable y mejor disfruta de tu propio infierno personal.''

Lo dicho, TaeMin es un jovencito insano...y MinHo sigue amándolo, quizás más fuerte que antes. ¿Cómo explicarlo?, en sencillas palabras MinHo es la victima, de alguna manera aprendió a amar su papel y TaeMin es el victimario, su verdugo, su loco. Y aunque MinHo se lo repita al chiquillo, pero sobre todo, se lo repita a sí mismo ''Hemos terminado'' no se niega a la boca carnosa que se le ofrece una y otra vez, no opone resistencia a cuando TaeMin tira de él y lo pega a su cuerpo, no se queja cuando TaeMin comienza a hacerle una buena mamada y sobre todo, no dice no, cuando el más joven se abre de piernas y le muestra lo necesitado que está de sentir a MinHo follandolo con rudeza, con desesperación, como un animal que busca saciar sus instintos. 

Pero ni siquiera el sexo es algo normal, hay golpes, mordidas, malas palabras que solo  le dan más sabor a la caliente situación. A veces MinHo pierde el control y no conforme con desgarrar la estrecha cavidad, lleva ambas manos hasta el níveo cuello, lo estrangula unos segundos como queriendo deshacerse del ser que ha convertido su vida en una constante angustia, pero cuando mira esos ojitos llorosos, cuando ve que TaeMin no se inmuta y ni siquiera lucha por detenerlo, que a pesar de que más que hacerle el amor, está saciando sus propias ganas, MinHo se detiene y le ataca el lastimado cuello a besos, comienza a susurrarle ''Te amo, perdóname, perdóname, TaeMin, lo siento mucho, bebé, soy un estúpido, debes perdonarme por herirte.''  

El circulo vicioso que los tiene atrapados a ambos está próximo a cumplir cuatro años. Cuatro años de tormento que a MinHo le saben a gloria, le vendió su alma al diablo, a ese chiquillo estúpido que aparece y desaparece. Y por más que se prometa que pronto parará, que en vez de recibirlo con los brazos abiertos, lo recibirá con una patada en el culo... todo termina como siempre.
Dieciséis de febrero del año en curso, TaeMin ha aparecido en su despacho con esa pinta de chico malo: Los pantalones pegados haciendo resaltar su bien formado culo y la camisa negra sin planchar desabotonada. El maquillaje que hace resaltar sus ojos y el eterno olor a tabaco combinado con esa sonrisa burlona, le aceleran el corazón, es un vicioso, un maldito vicioso, un enfermo con una cura terriblemente letal.

Se ilusiona, creyendo que podría pasar tiempo con el muchacho, que podrían salir como dos personas normales. No le importa el hecho de que ya sea tarde, de que incluso tenga un poco de trabajo pendiente, porque si se desvelaba el fin de semana, podría terminar a tiempo, todo por TaeMin, todo por su bebé.

Ambos no encajan; El hombre alto luciendo aquel traje sastre con el chico delgado y con aires de grandeza, vestido todo de negro como si viniera de su propio funeral. Pero a MinHo no le importa, es feliz, es feliz cuando van a comer fideos que a TaeMin le apetecen, es feliz cuando se toman de la mano y por primera vez en meses, el joven le regala un beso dulce, delicado, nada de cosas toscas o posesivas. Es tremendamente feliz cuando la noche cae y sigue con TaeMin en un ambiente ''normal''. Pero nada es para siempre, lo bueno jamás dura suficiente y cuando más tranquilo se encuentra disfrutando de la velada, aparece para su mala suerte, un chico con el que salió hace años atrás, uno que a diferencia de TaeMin es lindo, delicado, flores y corazones con un lenguaje apropiado y nada de maldiciones, con una figura que aunque no resalta, es ''lindo'', sí, en esos simples términos. 

Aunque trata de pasar desapercibido con su acompañante ¿Quién podría olvidar al hombre alto y apuesto?, nadie. Pronto el chico se acerca hasta la pareja y MinHo se obliga a saludarlo, más cortesía que por ganas, más que nada porque TaeMin está loco...y como si algo desde su interior le gritara ¡Corre lejos! pronto tira del menor, pero TaeMin no se mueve de su lugar, observa y analiza la delgada figura frente a él, la tierna sonrisa que va dirigida para ''SU'' MinHo, aquella mano que se estira con la intención de acariciar una de las mejillas del más alto. Y antes de que el propio MinHo pueda reaccionar, TaeMin ya le a dado un manotazo al desconocido.

━ No pongas tus putas manos en su rostro, ramera barata. ¿Acaso estás ciego o no ves que está conmigo?, mueve el culo y aléjate de mi hombre. ━MinHo siente que se muere, quiere que la tierra se lo trague. ¡Está tan avergonzado!, ninguna palabra de disculpa fluye de sus labios, le ha comido la lengua el ratón.

━ ¿Disculpa?.━Mala idea, muy mala idea. Los ojos de MinHo se abren como platos cuando TaeMin en vez de responder, ya le ha dado un empujón al otro chico. Le late el corazón tan rápido y no puede dejar de ver la escena.

Apenas unos centímetros más alto que su ex pareja, TaeMin sabe como imponer respeto. No pierde tiempo y en un dos por tres ya ha tomado de los cabellos al castaño. El impacto de una bofetada y un chillido ni siquiera lo sacan de su ensoñación. Un golpe, otro golpe, gritos de auxilio que le ruegan a MinHo que le ayude...pero MinHo hace caso omiso.
Porque MinHo disfruta ver como TaeMin defiende lo ''suyo'', porque disfruta ver a su niño bañando en sangre a alguien que siquiera lo ha tocado, porque está enfermo y ya es hora de aceptarlo. Eternos minutos transcurren cuando el mayor sale de su trance y corre a sujetar a TaeMin por la cintura, atrayendolo a su cuerpo, el otro chico cae inconsciente al suelo con el rostro empapado de sangre.

Lo que sería horroroso para cualquier persona, a MinHo le fascina.  Besa las manos pequeñas manchadas de sangre ajena, le muerde los nudillos y mantiene aprisionado el delgado cuerpo de su rubio amor para que pare de patalear. Antes de retirarse, se asegura de no ser tan sin vergüenza y llamar una ambulancia para que vaya al encuentro del desafortunado castaño, ¿Qué culpa tenía él del amor que compartían TaeMin y MinHo?, solo había estado en el sitio equivocado. 
MinHo no quiere perder tiempo y en menos de un minuto, ya ha tomado un taxi para ir a su hogar, al hogar de los dos. Ninguno dice nada, TaeMin está tan agitado y confundido, siempre le pasa eso después de actuar violentamente, es como si perdiera la cordura. Y MinHo está tan jodidamente excitado que le cuesta mantenerse calmado en espera de llegar a su destino. Cuando por fin están en su hogar, el Choi no pierde el tiempo y en seguida cierra la puerta, se lanza sobre TaeMin para apretarlo contra sí, exige los labios carnosos los cuales gustosos se entregan, le entre abre la boca con la lengua y se interna en su dulce cavidad bucal.

Quiere hacerle el amor, empezando por su boca. Es tan obseno la manera en que se besan, la manera en que la saliva escurre por entre sus comisuras. Las manos ansiosas de ambos buscan la manera de arrancarse las prendas rápidamente, no importa si la ropa en cuestión queda inservible. Mientras van dejando un camino de prendas hacía la habitación, se escuchan los susurros de MinHo, cuanto lo adora, cuanto lo idolatra.

Tiene a ese niño loco en un pedestal, lo tiene como un santo, como un ángel, aún cuando a presenciado como molía a golpes a un inocente, aún cuando tiene las manos manchadas de sangre, aún incluso cuando TaeMin le suelta una cachetada y lo llama ''Puto'' por haberse dejado saludar por el otro chico. MinHo lo adora tanto que ignora el ardor en su mejilla y que siendo un hombre orgulloso no hubiera permitido jamás aquel comportamiento, lo tiende en la cama cuando lo tiene desnudo y a su merced.

TaeMin ha pasado de la dulzura a la violencia y aunque hace un momento le besaba con vehemencia, ahora da pequeños golpes contra el fuerte pecho del más alto, intenta alejarlo mientras lo mira con furia, como si quisiera destrozarlo, pero a lo largo de esos cuatro años..ya lo ha destrozado, lo ha matado y revivido, lo ha envenenado tanto que MinHo ya casi es inmune y puede adivinar a través de la furia, la inseguridad que siente su pequeño. ''Tengo miedo a perderte, a que me dejes. Sé que hay mejores personas que yo, que pueden otorgarte una vida normal, sé que hay personas que te darían la mejor cogida de tu vida, sé que cualquier otro es mejor que yo...pero por favor no me dejes, porque como yo te amo, nadie te amará.''

 TaeMin es hermoso cuando logra ser sincero, cuando se muestra más allá de ese chico violento e irreverente, cuando en vez de buscar cubrir las marcas de su cuerpo se queda quieto, permitiendole admirar cada cicatriz, cicatrices de batallas, incluso de batallas entre ambos. Una vez pasada la rabieta, el rubio tiene los ojos llorosos y accede a entregarse.
MinHo no puede hacer más que murmura lo mucho que lo ama, lo increíble que es, lo loco que está por él.  El mayor finalmente se acomoda entre esas piernas que le vuelven loco, las cuales no tardan en aferrarse a sus caderas, sin siquiera prepararlo alinea su hinchado pene contra la entrada del más joven y poco a poco se va abriendo camino entre las apretadas carnes las cuales parecen absorberle. 

Gruñidos, maldiciones combinadas con palabras dulces fluyen de sus labios. TaeMin tiembla y se aferra a la ancha espalda de su amante, mientras MinHo comienza a bombear en su interior, siendo tan cuidadoso como su poca cordura se lo permite. Embiste una y otra vez, mientras le besa el rostro y seca con sus labios cada lagrima que fluye, ese niño loco es todo suyo y por más enfermiza que sea su relación, le es imposible dejarlo.
Sabe que llegará el momento en que los dos se llevarán a la muerte, pero lo ama sin remedio, sin coherencia, hasta que le duele respirar y si no tiene la boca de TaeMin dandole de beber, no tiene otro antídoto. MinHo le aprieta entre sus manos, golpea fuertemente contra la delgada anatomía mientras su pequeño se retuerce de placer y se deshace entre sus brazos.  Ese chico loco lo ama, y lo ama tanto que puede verlo en cada suplica, en la manera en que se entrega sin más, sin miedos, sin importar lo violentos que son ambos.

No tardan en llegar al tan ansiado clímax y MinHo se vacía en el interior que tanto ama, marcándolo nuevamente como suyo. TaeMin mancha ambos vientres con su esperma y no conforme con lo aruñada y lastimada que ha dejado la espalda de Choi, le muerde los labios, los succiona hasta que MinHo se queja por el ardor. 

 

Así es su amor, loco, violento, inestable, doloroso. Insano. 

 




Notas finales:

De acuerdo, ahí lo tienen. 

Según sus reviews/comentarios decidiré si se queda en un oneshot o pasa a ser un fanfic con más capitulos. 

No olviden apoyar a Sataemin en su comeback<3. 



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