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El plan por Drakarys

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Fandral y Volstagg seguían enumerando las diferentes ventajas que les traería el conseguir la ayuda de Stark para su propósito, pero el rubio no cedía.

Thor consideraba a Anthony Stark un chico banal, pretencioso, ególatra, narcisista, presumido y terriblemente irritante. Si tenía una relación con él era porque sus padres eran amigos y los habían obligado a convivir desde pequeños, solo por eso. Si por él fuera haría como si no lo conociera, pero eso sería terriblemente grosero de su parte según su madre. Aun así, había que reconocer que el muy idiota era tremendamente inteligente y tenía una facilidad para la tecnología que causaba la envidia de los más diestros programadores. Pero definitivamente prefería enfrentar la ira de su padre que rogar por la misericordia de Stark.

Sin embargo sus amigos no podían darse el lujo de hacer algo así. A diferencia de Thor, ellos no tenían el futuro asegurado. Ellos no tenían un padre con dinero e influencias, ellos solo tenían sus talentos para sobresalir… aunque estos no fueran demasiado. Volstagg trabajaba por las tarde en un café para costearse la carrera, mientras que Fandral dependía completamente de la beca deportiva que le habían ofrecido y que por el reporte estaba a punto de perder. Y Hogun, bueno de él no tenían mucha idea de que hacía o que planes tenia porque hablaba muy poco sobre su persona, pero afortunadamente no había cometido la misma estupidez. Él y Sif habían pensado que aquello era una muy mala idea y habían tenido razón, pero ya era muy tarde para lamentarse. Había que encontrar una solución.

-Piénsalo Thor, -le insistía casi con desesperación,- sería la respuesta a todos nuestros problemas.

-¡Jamás se lo pediré a Stark! –sentencio tajante.

-¿Pedirme qué?

El grupo se sobresaltó ante la intromisión de un sexto integrante. Cuando se volvieron, tras de ellos sonreía un encantador castaño.

 

*-*-*-*-*-*-*-*

 

-¿Si estas consiente de lo que estás diciendo? –pregunto Clint como si su amigo se hubiese vuelto loco de repente. ¿Es que no sabía la clase de reputación que precedía a aquel sujeto? Se contaban tantas historias escalofriantes sobre su persona y Clint estaba seguro de que al menos la mitad eran ciertas, aunque nunca se le hubiese probado nada. Eso sin contar con su propia experiencia de la cual no quería ni acordarse.

Natasha  pensaba que tal vez podría funcionar, muchos hacían incontables locuras por amor y le intrigaba quien podría tener la audacia de robarle el corazón al pequeño amargado. Su novio se volvió a verla como si la desconociera. Bruce sonría en agradecimiento por el apoyo.

-¡¿Se han vuelto locos?! –Exclamo aterrado- Es decir, ¡Estamos hablando de Laufeyson, por todos los dioses!  No quiero ni pensar en lo que nos haría si descubre que estamos complotando contra él.

-¿Complotando? –se rio Bruce. Le causaba mucha gracia el terror que su amigo le tenía, como muchos otros había que agregar. –Lo dices como si planeáramos secuestrarlo o algo así. Solo le conseguiremos una pareja, alguien que lo invite a salir, tal vez hasta nos lo agradezca.

-¿Agradecer él? Quisiera verlo- bufo cruzándose de brazos completamente enfurruñado. No estaba dispuesto a participar en semejante estupidez.

-Tiene que ser algo más serio que solo invitarlo a salir –razono Natasha- si quieres que funcione tiene que ser alguien que signifique lo suficiente para él como para hacerlo salir de su caparazón.

-¿Te refieres a enamorarlo?

Natasha asintió. Aquello resultaba mucho más complicado porque él, al igual que muchos, pensaba que Laufeyson tenía una roca por corazón. Había algunos más creativos que se atrevían a asegurar, incluso, que él mismo se había arrancado el órgano con sus propias manos y lo había tragado entero. Otros más realistas decían que cuando era más joven recibió un trasplante y que el donador había sido un despiadado recluso del cual recibió su maldad.

-¿Alguna idea? –Pregunto preocupado. Él no era precisamente especialista en temas de amor.

-Bueno, – lo pensó Natasha-  primero que nada debe ser alguien que sea persistente y que no le tenga miedo a su carácter.

-Eso va a estar difícil –espeto Clint negando con la cabeza, pero ambos lo ignoraron

-Para que eso suceda la recompensa tendría que ser mayor que el esfuerzo que se requerirá o la perdida demasiado para afrontarlo. –Razono Bruce limpiando sus anteojos con la orilla de su playera- y no se me ocurre nada.

-Bueno, podrían empezar por encontrar a un chico de su agrado. –Finalizo Clint quitado de la pena.

Natasha y él se volvieron a verlo interrogantes. Su novia se presumía de conocer todos y cada uno de los secretos que circulaban por la preparatoria ¿Pero eso?...

La expresión en el rostro de la chica era todo un poema. Nunca y eso quería decir jamás, se le hubiera pasado por la cabeza que a Loki le gustaran lo chicos. Clint sonreía divertido por ganarle una a su novia, mientras Bruce no sabía dónde meter la cara de vergüenza. No le gustaba hablar de cosas tan intimas que pertenecían a terceros y menos si se trataba del hermano de la chica que le gustaba. Pero había que reconocer que si querían que el plan funcionara, ese pedazo de vital información podría ser la clave.

Natasha se había quedado callada de repente, con la mirada repasando a cada uno de los prospectos en la cafetería hasta que sus ojos de detuvieron en un par que discutía a unos metros de ahí.

-¡Vamos ricitos! –le decía Tony Stark a un visiblemente enojado Thor- si me lo pides por favor te prometo que lo considerare.

-¡Ni lo pienses Stark! ¡No existe nada que yo necesite de ti!

La pelirroja sonrió mientras sus amigos la miraban como si se hubieran perdido de algo.

-¿Conque un par de lindos idiotas con un ego más grande que cerebro eh? –Dijo poniéndose de pie- ahora vuelvo. –Y se dirigió traviesamente hacia la otra mesa.

-¿Qué te parece algo de mi atractiva y arrolladora personalidad? –le picaba Stark a lo que Thor respondió con una sonora carcajada.

-¿Qué hay chicos? –Saludo Natasha recargándose en el hombro de Tony- ¿Compitiendo para ver quien lo tiene más grande otra vez?

-No importa el tamaño, preciosa, –le contesto Tony mirando significativamente al enorme rubio que tenía frente a él,- lo que importa es la manera en que lo uses. –Le guiñó un ojo a la chica mientras Thor rodaba los ojos fastidiado. –Si quieres, cuando gustes te doy unas lecciones privadas. –Le sugirió a la pelirroja con un tinte evidentemente seductor en su voz, mientras mañosamente la rodeaba por la cintura.

-¿Por qué no?- acepto divertida y luego se volvió hacia el rubio cruzado de brazos frente a sus amigos. Solo Hogun y Volstagg permanecían aún sentados y al parecer ocupados en sus asuntos. Sif y Frandal estaban parados tras de él como si fuesen su par de conciencias y Nat sabía cuál era la malvada.- ¿Qué me dices tú Thor? Tengo curiosidad por ver quién es mejor seductor de los dos.

-Pero querida, lo tienes en frente –Declaro Tony regalándole la más coqueta de sus sonrisas a lo que Thor soltó una risa sarcástica.

-¿En tus sueños Stark? –le debatió divertido.

Lo cierto era que ambos eran temidos en el colegio por sus conquistas. No había chica que no callera ante el encanto de Stark o ante el abrumador atractivo del rubio. Era casi como una clase de competencia que tenían entre ellos desde siempre. Algunos rumores aseguraban que incluso nombres de profesoras engordaban las largas listas de sus conquistas, pero eran solo rumores, por supuesto. El que la enfermera del colegio citara con más frecuencia a Tony que a la mayoría del alumnado o el que la encargada de la cafetería sirviera más de la cuenta a Thor era mera coincidencia.

-Y en el de muchas chicas también. –Aseguro el castaño- Pero ¿Que te puedo decir? Es parte de mis encantos.

-No importa tanto el número de chicas, –contraataco el rubio,- si no la calidad de estas. A diferencia tuya, yo escojo mis conquistas.

Natasha escuchaba divertida, no había nada que le causara más gracia que aquel duelo de egos. Cada vez que se encontraban era una lucha por demostrar quién era mejor en cualquier ámbito que se presentara: quien era más popular, quien tenía más dinero, quien pertenecía a la mejor familia y muchas otras tonterías por el estilo. Por supuesto nunca faltaba quien tenía a las mejores chicas o el mayor número de ellas y precisamente con eso contaba Nat para que todo funcionara.

-¿No será que escoges solo las batallas que puedes ganar? –Le pico la chica secundada por una risilla maliciosa del castaño. Aquello ofendió tanto al rubio que su carácter explosivo se encendió. Su mandíbula casi rechinaba de tanto que apretaba los dientes mientras su rostro se encendía de rojo en un intento por contenerse.

-Querrás decir: las que le dejan ganar –el que Tony se burlara de su vanidad doblándose de la risa término por enfurecerlo.

-¡Puedo ganar las que yo quiera cuando yo quiera si me lo propongo! –Salto frenético sin poderse contener. Sif que conocía el carácter intempestivo de su amigo se adelanto para sostenerlo del brazo e impedir que hiciera otra estupidez.  Pero Thor ya estaba harto de escuchar siempre las presunciones del castaño, él era hombre de acciones y Stark solo de palabras. –Anda, búrlate todo lo que quieras, Stark, en la práctica no me llegas ni a los talones.

-¿Quieres apostar? –Lo reto Tony dando un paso hacia el rubio. Siempre le había irritado ese aire de superioridad con el que se manejaba Odinson y él no agachaba la cabeza ante nadie.

-¿Qué quieres perder, hombrecito? –Sonrió Thor ufano de sí mismo, cruzándose de brazos y mirándolo hacia abajo.

Tony gruño. A su parecer no era que él estuviera bajito, era que el otro estaba estúpidamente alto, pero eso nunca lo amedrento.

-Pide lo que sea, de cualquier forma nunca lo tendrás.

-Parece que estas muy seguro. –Dio un paso Thor en su dirección.

-De ganarte, donde sea y cuando sea. –Avanzo Tony a su vez. En ese punto, estaban tan juntos uno del otro que parecía que sus cuerpos soltaban chispas eléctricas.

-¿Entiendo bien o están apostando quien es mejor conquistador? –resumió Natasha fingiendo que no entendía de lo que hablaban.

Los chicos parecieron despertar de un embrujo y retrocedieron un par de pasos como si recién se dieran cuenta de lo que estaban hablando. Thor, quien se dio cuenta que nuevamente había caído en las provocaciones del castaño, decidió poner distancia entre los dos. Se sentó sobre la mesa apoyándose en el tablón que usaban de banco y tomo un par de sorbos de su botella de agua para clamarse.

-Yo no necesito una apuesta para demostrar nada –dijo tajante poniendo fin a la discusión.

-Pero lo haría mucho más interesante ¿No crees? –soltó Stark.

Por un momento Natasha sintió que la conversación había dado un giro hacia una dirección que no deseaba. Por fortuna Tony la había rescatado, así que decidió poner el dedo en la llaga antes de que se le escapara de las manos. No tendría otra oportunidad.

-Déjalo ya Tony. –Susurro Nat aunque sabía perfectamente que el rubio la estaba escuchando.- Tal vez este no es un buen momento para Thor.

Tony había vuelto a encender la chispa cuando alego que nunca sería un buen tiempo para él, así que olvidándose de toda la prudencia Thor se bajó de la mesa de un solo salto y lo encaro.

-¡Thor, no! –trato de detenerlo Sif, sabiendo lo que se avecinaba.

-Establece los términos. –Concedió al fin para el regocijo secreto de Natasha y se volvió a ver a Tony para saber su respuesta. Este último, quien no tenía intención de echarse para atrás solo asintió sonriendo. Estaba dentro.

-Perfecto –continúo la pelirroja- veremos quién es el mejor de los dos para enamorar a una persona.

-¿Enamorarla dices? –se sorprendió Tony quien esperaba otra cosa.

-Bueno, yo creo que llevarse a alguien a la cama realmente no es un reto para ustedes –Por primera vez todos asintieron unánimemente, conocían de sobra la reputación que se cargaban.

-Pero Thor tiene novia –trato de argumentar Sif en un vano intento por hacerles desistir de aquella estupidez. Aunque claro, no era la primera vez que le hubiera pintado un cuerno a Jane, acoto Frandal quien lo había cubierto incontables veces. E igualmente, ella no tenía por qué enterarse.

-¿Y que gano si lo consigo? –se interesó en saber el rubio, convencido de que no sería de otra manera.

-Bien… ¿Qué te parece si… -Natasha se detuvo fingiendo meditar la respuesta, aunque ya la sabía de antemano antes de armar todo aquel enredo- si tu ganas, Tony borrara tu nombre y el de tus amigos de los archivos del colegio –Los chicos se fueron hacia atrás ante la sorpresa. Por supuesto ellos no sabían que Natasha los había estado escuchando, aunque tampoco debía serse un genio para deducir lo que tanto anhelaban, casi toda la escuela involucrada en el problema deseaba lo mismo en ese momento.

-¿Y que gano yo? –cuestiono el otro involucrado. Realmente no existía algo que él pudiera pedir de Thor, más que el placer de verlo humillado. Por eso, cuando Natasha pregunto qué era lo que deseaba, a este se le ocurrió la idea de verlo junto con sus amigos desnudos durante el último partido de football con una pancarta que dijera “adoramos a Tony”. Cuando estos saltaron indignados, este se justificó diciendo que si la recompensa se la repartirían entre sus amigos, era justo que el castigo también.

La recompensa era demasiado tentadora para rechazarla. Así que sin ponerse a meditar ni un segundo en lo que se estaban metiendo, cerraron el trato estrechando fuertemente sus manos.

Sif  tenía un mal presentimiento, eso de algún modo iba a acabar mal. Pero ella sabía que cuando a Thor se le metía algo en la cabeza no había voz que lo hiciera entrar en razón, así que no le quedo más que apoyarlo.

-¿Qué les parece si, para que todo sea justo, escogemos un juez? –Sugirió Frandal y todos lo secundaron. Este se encargaría de escoger a la persona y de dictar las reglas por las cuales se debían de regir así como los castigos. Todos estuvieron de acuerdo en que Natasha se hiciera cargo del asunto, aunque nadie podría recordar después quien la había propuesto.

-Entonces, tienen dos meses (que era el tiempo en que se realizaría la junta de padres para entregarse los reportes) para hacer que la persona que escoja caiga perdidamente enamorada de ustedes. –dicto y los chicos asintieron.

Ella se encargaría de evaluar cuál de los dos había tenido éxito y nombrar al ganador. Volstagg quiso saber que pasaba si al final la persona no se enamoraba de ninguno de los dos o por el contrario lo hacía de ambos. Ante esto los dos rivales lo miraron como si estuviera diciendo una reverenda barbaridad, ya que estaban seguros de que eso no sería posible. Pero por si acaso, acordaron que en caso de que la persona los ignorase a ambos los dos serian perdedores y pagarían la apuesta o en caso contrario sería un empate y nadie pagaría.

Realmente no esperaba que lo consiguieran pero al menos el intento le daría algo de tiempo a Bruce para conquistar a Helblindi. Se volvió a ver a sus amigos guiñándoles un ojo, estos estaban divertidamente fascinados ante aquel despliegue de manipulación que su chica solía desplegar cuando se lo proponía. Bruce se lo agradecía en silencio.

-Bien, escoge a la chica, –concluyo Tony un poco impaciente por conocer a su nueva víctima.

-Yo jamás dije que tendría que ser necesariamente una chica –dijo sonriendo Natasha ahora que los tenia donde quería.

-¿Perdón? –exclamaron atónitos los dos.

-En el acuerdo, jamás se especificó que tuviera que ser una chica, así que creo que escogeré a… Loki Laufeyson.


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