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Seré un hombre de verdad por Calvito

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Notas del capitulo:

One punch man, no me pertenece. Sin más que decir disfruten la lectura :3

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El timbre de un pequeño centro de investigación sonaba  tan estrepitosa e incesantemente que arrebató del mundo de en sueños al anciano  que descansaba  plácidamente  sobre su escritorio.  Trató de ignorarlo pero el sonido era demasiado insistente, miró a través de la cámara de vigilancia y reconociendo a su   inesperado visitante con pesadez se dirigió a la entrada. 

— ¡Quiero ser un hombre de verdad! —exclamó exaltado el joven cyborg,  que esperaba al otro lado de la puerta, ni bien vislumbró el rostro del científico.

El anciano lo miró confundido y el joven continúo hablando.

—Quiero… volver a ser un humano.

Al Doctor Stench se le hacía imposible comprender lo escuchado. Conocía muy bien al chico, sabía que no perdía oportunidad de volverse cada vez más fuerte para cumplir sus metas, sin embargo esta petición era como dar un paso atrás y echar sus esfuerzos y logros a la basura.

— Estás consciente de que siendo humano… existe la posibilidad de que no puedas conseguir— 

—Sí, eso ya lo sé — afirmó convencido—  Pero hay algo que deseo mucho más que venganza… — apretó con fuerza sus puños, gesto que no paso desapercibido ante los ojos del doctor. Quiero permanecer al lado de Sensei, pensó.

El anciano lo observó con detenimiento en un intento de descubrir que pasaba por su cabeza, aquella que tantas veces le había tocado reparar y que ni aun así lograba conocer del todo.

—Es tu vida, tu cuerpo y solamente tú puedes decidir qué hacer con ellos… — dijo en un tono comprensivo  —  haré lo que quieras.

El chico intentó agradecer pero fue interrumpido.

— ¡Pero! — intervino con entereza el anciano. — solo haré esas modificaciones si vuelves después de veinticuatro horas totalmente seguro de que eso es lo que quieres. Ahora ¡déjame dormir! — exclamó airado para cerrarle la puerta en la cara.

De regreso a casa, Genos no pudo evitar admirar la belleza de las estrellas que se extendían por el infinito firmamento. Había una en particular que siempre robaba su atención, aquella que se encontraba sumida en una extensa oscuridad, tan apartada de las demás y brillaba como ninguna “se parece tanto a Sensei” pensaba cada que la contemplaba. Estiró su  metálica y fría mano hacia el cielo como si intentase alcanzarla aun sabiendo lo imposible que era. De pronto la conversación que esa mañana tuvieron  volvió a su mente.

 

Luego de servir el desayuno que tan meticulosamente había preparado para Saitama,  se acomodó en la silla contigua a la de su Sensei, cerca… demasiado cerca.

— ¿sucede algo, Genos? —interrogó algo incomodo al percatarse de como su alumno lo observaba fijamente más tiempo del que acostumbraba.

— Quería preguntarle algo… pero no quiero parecer extraño — respondió nervioso mientras chocaba sus dedos índices.

—descuida, ya no puedes parecer más extraño. Habla…

—Bueno… tengo un amigo, que tiene un amigo, que tiene un amigo…

— Trata de resumir — sugirió soplando el vapor de aquella taza de café  que sostenía entre sus manos.

— Mi amigo, él quiere declararse a su Sensei y ambos son hombres... 

Sai depositó suavemente la taza en la mesa y observándolo directamente  a los ojos contestó —No le veo el problema, hoy en día ese tipo de relaciones son normales…

— Bueno, el problema es que mi amigo también es…- a punto estuvo de decir un cyborg, pero pensó que eso sonaría muy sospechoso por lo que decidió cambiarle ligeramente la identidad a su “amigo” – él es una tostadora y su Sensei un humano.

Saitama casi se asfixia con la tostada que en ese momento cruzaba por su garganta. Quedó sorprendido, principalmente por el hecho de Genos tuviera de amigos electrodomésticos y también porque estos poseyeran sentimientos. Cuando recuperó el aire se preguntó: ¿Acaso es una broma? Después de advertir esa mirada intensa posaba sobre él en espera de una respuesta, comprendió que era totalmente serio con el asunto. No quería quedar mal frente a su aprendiz, por lo que se apresuró en atar un par de palabras e intentó que sonaran coherentes.

—Es algo complicado lo que planteas… pero supongo que si se quieren  estaría mal que no intenten estar juntos  —

— ¿en verdad cree eso? — Saitama creyó ver que por un instante la mirada de Genos se iluminaba.

—Cla-claro…—  pensó rápido en algo más para decir— aunque la gente los vea como parias cuando caminen por la calle y el mundo les dé la espalda, qué más da si es así como ellos decidieron vivir: uno al lado del otro aun con sus diferencias— ¡demonios! soné demasiado cursi, se reprendió el calvo con capa.

Genos quedó pensativo con una expresión que Sai no lograba descifrar.

—gracias, Sensei su respuesta me ha hecho feliz —Era cierto. Estaba inmensamente feliz, sin embargo no le gustaba nada esa parte donde el mundo les  daba la espalda, bueno, le molestaba mas que se la diesen a su  Sensei. De solo imaginárselo le daba rabias y ganas de pulverizar a ese mundo. Todo sería mejor si fuésemos iguales pensó con melancolía. Quería ser fuerte para obtener su venganza, trabajo duro por años con esa única razón. Sin embargo encontró algo que deseaba aun más: Saitama.  

—Je, que bien — respiró aliviado. No quería dejar escapar de sus labios otro  consejo cursi, fruto de su poca experiencia en relaciones humanas. Sin embargo después de todo lo hablado había algo que lo dejo inquieto y quedó repiqueteando en la mente del calvo: ¿¡Cómo demonios se sabe cuando una tostadora es hombre!?

 

 

Genos por su parte, esa mañana, había llegado a la conclusión de que dejaría todo lo que tenía  por su Sensei, nada le importaba más y fue ese pensamiento el que lo llevó a presentarse sin previo aviso ante el viejo doctor.

Llegó al apartamento que compartían sin percatarse  de que durante todo el camino había andado  como un autentico autómata. Abrió la puerta con cuidado de no hacer demasiado ruido y sin dar demasiados rodeos se coló en la habitación donde dormía Sai. Se sentó al lado de su cama para contemplarlo, la luz plateada que se filtraba a través de la ventana le ofrecía una visión digna (según él) de ser admirada, esa calva y sabia cabeza brillaba tanto que hubiese sido capaz de opacar a cualquier estrella. Al tenerlo frente a frente se vio tentado a robarle un beso, no recordaba haber pensado siquiera en cometer una locura como aquella antaño. Lentamente acercaba sus labios a los del otro cuando la voz del mayor lo frenó a solo centímetros de distancia.

—Sabes, Genos…-

— ¿Que… que ocurre Sensei? —preguntó nervioso.

—Te equivocaste de habitación — respondió somnoliento mientras se sentaba e intentaba aclarar su visión fregándose los ojos.

— ¡ah! ¡Lo siento! — agradecía que no se haya dado cuenta de que lo observaba y de sus deshonestas intensiones. Se dispuso a marcharse pero Saitama lo tomó del brazo impidiéndoselo.

—Está bien… hace un rato sin querer descompuse el aire de tu habitación. Hace calor fuera, si quieres quédate aquí.

 Genos no entendía como esa persona a su lado podía ser tan bondadosa, no pudo evitar sentirse culpable por haberle mentido en la mañana.

—Sensei ¡lo siento tanto! no tengo ningún amigo tostadora — tomó un poco de aire y juntó mucho valor antes continuar. Si se confesaba y era rechazado las cosas no serian como antes y eso sería doloroso, pero le dolía mas el no ser sincero —   En realidad la tostadora era yo y usted Sensei era el Sensei! Con eso… quiero decir que me gusta, no me importa si me rechaza. Me conformaré con que no me aparte de su lado.

—Ya me lo había imaginado… ser amigo de una tostadora se me hacia algo raro hasta para ti. — dijo tratando de desviar un poco el tema.

—Lamento no haber sido directo, es que temía que me rechazara por no ser humano. Pero he decidido que cambiaré, estoy dispuesto a convertirme en humano para que  usted me acepte. Ya se lo he pedido al doctor­ —

— ¡Espera! ¡Espera! — Interrumpió sorprendido Saitama —Nunca pediría que cambies por mí… — un largo silencio se hizo presente en la habitación poniendo más tenso el ambiente.

—También… —carraspeó antes de continuar. Sai no recordaba cuando fue la última vez que su corazón latió con tantas fuerzas o que  sus manos sudaran tanto. Nunca había sentido por nadie tanto cariño como lo hacía por ese chico. Definitivamente lo quería, como a nadie ¿así se siente cuando te gusta alguien? Se preguntó —me agradas… no, me gustas — corrigió —  así como eres. Por eso no quiero que cambies.

—Pe-pero soy un cyborg y además hombre ¿está seguro de que… aun así le gusto? — Estaba tan feliz que no podía creer que lo ocurrido fuera cierto, temía estar en un sueño— mis manos son frías y…

No pudo continuar hablando, Saitama lo había envuelto en un abrazo robándole las palabras.

—Es cierto que eres un cyborg, pero gracias a  ello siempre fuiste de gran ayuda en cosas realmente importantes, por ti puedo saber antes que nadie que supermercados tienen los mejores descuentos. Eres  hombre, nunca me había fijado en ninguno antes y para ser sincero… ni siquiera sé si esto que siento dentro  corresponde a los sentimientos que me confesaste. Lo único que sé es que nadie, hombre o mujer, antes había logrado sacar esta parte humana de mí ni me hizo sentir de esta manera tan extraña. Y   tu cuerpo es más frio de lo que esperaba… — Genos a punto estuvo de disculparse pero el calvo continuo hablando— supongo que eso estará bien durante el verano, abrazarte así me ahorrara encender el aire acondicionado. No me gustaría que cambies… — permaneció en silencio avergonzado.  Nunca le había expresado sus sentimientos a nadie y hacerlo fue más complicado, confuso y satisfactorio de lo que había pensado.

—Se lo agradezco mucho, Sensei  usted me hace sentir tan feliz y tan humano— dijo emocionado estrechando más el abrazo. La persona que tanto amaba no lo rechazó y además, aunque fuese a su forma, también le gustaba. Estaba seguro de que si no hubiese perdido la capacidad en ese momento habría llorado de la felicidad que lo desbordaba.

—Pero como dije, no sé si esta manera en la que me gustas es la que esperas. No quisiera que te ilusiones y luego decepcionarte —  reiteró de inmediato el calvo.

— Su respuesta es más de lo que hubiese soñado. Por eso no me importa ilusionarme, decepcionarme o incluso si me usa y  luego me tira, aunque me esforzaré para que eso no suceda—  tomó de los hombros a Saitama para apartarlo un poco y mirarlo al rostro. El mayor apreció como la luz de la luna, que regaba  la habitación, le impregnaba un brillo tan humano a los dorados ojos de Genos. En ellos podía ver esperanza pero sobre todo determinación — Prometo que  me esforzaré para que me amé tanto como lo amo a usted— dijo sonriendo abiertamente al tiempo que se prometía a si mismo que no desperdiciaría esa oportunidad que se le era otorgada.

Saitama nunca creyó que la confesión y  sonrisa de otro hombre podrían conmoverlo a tal punto de quitarle el aliento y robarle las palabras. Toco su pecho y creyó sentir como el vacio que lo consumía internamente desde hace años iba desapareciendo. Sentía que él también se estaba volviendo mas humano.

—Nada me gustaría más… — replicó con sinceridad.

 

 

 

 

 

 

 

 

NOTAS:

 

Hola chicas espero les haya gustado o agradado al menos esta historia nwn. Me disculpo por todos los errores ortográficos; gramáticales etc.  Es la primera historia que escribo sobre esta pareja por eso me quedaron muuuuuuuy raros, además hace mucho (cuando digo mucho es varios y varios meses) que no escribo algo y realmente me he oxidado @n@ aun así me alegraría saber su opinión sobre el escrito, cualquier cosa que me ayude a mejorar es bien recibida. Bueno, nos leemos pronto.

Saludirijillos ;D

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¡oh! aqui dejo mi pagina, visitenla si quieren  
facebook.com/Calvito-one-punch-man-yaoi--600688936735804/?_e_pi_=7%2CPAGE_ID10%2C6732780871


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