Al llevarme a Uruha, hice un revuelto total en el pueblo, con su desaparición todo el mundo se enteró de la verdad de que su "protector" engañaba a uno de los más amables y queridos del lugar con una sirvienta, y es por eso que es donde todos lo juzgaron y lo despreciaron, sintiéndose mal fue a buscarlo, duro meses de sufrimiento para poder encontrarlo dándose cuenta que al final el empezaba a enamorarse de él y se dio cuenta muy tarde, no lo niego me divertí como nunca como era tan ingenuo e idiota, su dolor fue un gozo para mí, pues aunque él pensara que el Takashima se encontraba destruido, solo y llorando por su traición, él se encontraba en mi hogar, en mis brazos, disfrutando mis carisias, disfrutando los días en donde la lujuria y la pasión nos embargaba y nos entregábamos, al pasar ya 2 años de mi maravilloso plan, decidí que iba hacer su dolor duraderamente el resto de su vida, con una de mis presas hice un cebo y con unos de mis poderes que consentía en hacer ilusiones, logre hacer que ese cadáver "fuera" el del joven que tanto querían encontrar, ahora en "su entierro" podía ver como Shiroyama Yuu, caía y moría en vida lentamente, ya no solo albergaba culpa y traición en su mirada también se hallaba vergüenza, cobardía por lo que había hecho y lo más importante el dolor de haber perdido a su ser más amado, sonreí oscuramente mientras me dirigía a mi mansión donde sé que él me estaría esperando, todos mis objetivos los había logrado satisfactoriamente definitivamente hoy sería una noche inolvidable.
----------------------------
No puedo negar que el dolor que sentí al saber que mi prometido el supuesto hombre al que me "amaba" que jamás me haría daño, se acostara con una de las empleadas de mi familia, nunca pensé en ella solo como una simple mucama, Sayuri para mí era una gran amiga tenemos la misma edad, era casi una hermana pues cuando llego a mi casa era apenas una niña que necesitaba un techo donde vivir y comida, sus padres murieron de una plaga que en ese entonces azotaba el pueblo, su hermano mayor trabaja pero no les alcanzaba el dinero para mantenerlos a ambos, mi padre siempre fue un hombre muy generoso así que le dio todo lo que ella necesitaba y siempre la trato bien, mi familia se encargó de ella mientras su hermano podía hacer sus deberes más tranquilo sabiendo que su hermanita estaría en buenas manos, además de una mucama era mi dama de compañía crecimos juntos, y sabia todos mis secretos, sabía que estaba perdidamente enamorado del heredero de los cazadores, desde el momento en que fue muy valiente al lanzarse a un rio para poder salvar mi vida, en ese tiempo soñaba en poder estar junto a él pues era para mí el hombre perfecto dulce, fuerte, valiente, amable y caballeroso, fui el ser más feliz del mundo al saber que estábamos comprometidos por fin podríamos estar juntos, aunque sabía que era un matrimonio arreglado él me hacía pensar que él me correspondía de la misma intensidad que yo lo amaba, pero por supuesto todo era una mentira, el solo actuaba le tocaba de igual forma había mucho que ganar con este acuerdo, siempre fui ciego a este hecho pues el amor a uno lo emboba ¿no?, ¿Quién podría estar con alguien del mismo sexo gustándole las mujeres y que de la noche a la mañana su gusto cambiara hacia los hombres?
Hasta que en una noche de invierno, mi vida cambio, paseando por el bosque mientras recolectaba unas hierbas medicinales que solo en esa temporada crecían, oí no muy lejos de mi posición unos extraños ruidos, acercándome al lugar donde provenían dichos sonidos pude notar pequeños rastros de sangre, extrañándome pensando que era un animal herido fui a socorrerlo sin preocuparme por el riesgo que podría encontrarme, pero para mí horror y sorpresa a unos pasos no muy lejos de mi yacía el cuerpo inerte de una mujer con los ojos abiertos y una gran herida en su cuello que brotaba una gran cantidad de sangre manchando ágilmente la nieve, a su lado se encontraba un hombre alto que al notar mi presencia me miraba por el rabillo de su ojo, sin aun voltearse completamente empezó a reír, lo cual provoco un escalofrió que recorrió por toda mi cuerpo, uno no debía ser un genio para saber de qué se trataba esto, adelante mío se encontraba la abominación de la humanidad, el monstruo chupa sangre el cual describían en los libros y textos antiguos, en ese momento me encontraba indefenso en algún lugar solitario del bosque sin que nadie pudiera ayudarme seria su próxima víctima, sabiendo que ya no podía escapar aun así empecé a correr y en un momento a otro fui acorralado en un árbol, sin llegar a ver su rostro empecé a luchar y a gritar aun no quería morir era muy joven, tenía sueños pero algo me hiso parar y fue cuando su aliento roso mi cuello, fue una sensación inquietante, él solo sonrió por mi reacción e hiso que levantara mi rostro para poderlo ver, es ahí donde pude reconocerlo era el conde Tanabe Yutaka o Kai como le gustaba que lo llamaran, el casi señor de estas tierras, estuve atónita ante su aspecto, sus labios y su mandíbula estaban cubiertas por unas especies de hilos sangrientos, sus ojos mostraban un profundo deseo de hambre, estaban más brillosos, lo cual lo hacía ver más feroz, su sonrisa ahora era más retorcida con la cual se enguachaba aún más por el aumento de pánico que tenía en esos momentos, se veía tan amenazante además de que al ser más alto que yo su cuerpo parecía poder devorar el mío con un solo movimiento, con un brazo sostenía los míos, mientras que con un dedo recorría mi rostro dejando manchas rojizas hasta llegar a mi yugular quedándose quieto un instante como si se satisficiera que mi agitado pulso muy pronto iba a dejar de latir, tenía tanto miedo, que no me di cuenta que deje escapar una lagrima, la cual el la lamio con gracia provocando que yo gimiera de terror y sin poderlo evitar empecé a llamar al hombre que amaba.
-Yuu- dije mientras cerré fuertemente los ojos esperando que él me pudiera salvar, más una elegante y burlesca risa hiso que parara mi intento patético de llamar a alguien que nunca vendría
-Jajaja, oh pobre niño, siempre tan ingenuo e inocente, cosa por la cual eso mismo te condena, ¿por qué llamas a un canalla? ¿Crees que te vendría a salvar? ¿Por qué?- preguntaba mientras me miraba juguetonamente y empezaba a deleitarse con el olor que desprendía mis cabellos
-¡Yuu no es un canalla!- a pesar de estar en un gran peligro y que debía cuidar mis palabras, eso no evito que no defendiera a la persona que yo más quería, nadie lo insultaría menos delante de el- Aoi me salvara no es la primera vez que lo hace, él es mi protector, yo soy su futuro esposo, no dejaría que me hicieran daño porque me ama, además de que él es un cazador y su deber es aniquilar a seres tan abominables como ustedes-
-Sigues siendo un mocoso, Jajaja aunque admiro tu fuerza de voluntad es muy atrevido, me gusta- empezando a lamer mi cuello poco a poco se dirigió a mis labios rozándolos, haciéndome estremecer- pequeño Uru, entre Shiroyama-kun y yo no hay mucha diferencia, él es igual o peor que yo, haciendo creer a las personas que él es un buen tipo y nunca rompería un plato, que jamás deshonraría a nada ni a nadie, pero lo cierto es que él como todo ser humano se deja llevar por la parte oscura de sus corazones, y provoca más daño que cualquier vampiro pueda hacerlo, enamorar a un ser tan bello para poderse acostar con la emplea de este y hacerle creer que el mundo es perfecto- dijo mientras su mano empezaba acariciar mi espalada hasta bajarla hacia mi cintura y atraerme más hacia él
-¿Qué quieres decir?-pregunte confuso, dejándome guiar a quien sabe dónde por aquella misteriosa criatura
-Es hora de que el bello ser despierte de este sucio sueño, Jajajaja- con eso en un abrir y cerrar de ojos aparecimos al frente de una cabaña, la cual me resultaba muy familiar pero por el momento no la podía recordar muy bien, sin despegarse de mí su brazo se aferró a mi cintura y con voz seductora susurro a mi oído- Antes de que descubras la verdad, quiero que describas tu perspectiva hacia Aoi-kun- y sin poderlo evitar le conteste sin duda alguna
-Es amable, gentil, bondadoso, heroico, nunca le haría daño a alguien, siempre busca lo mejor para sus seres queridos, es atento y nunca le niega nadie su ayuda-
-En pocas palabras un hombre perfecto, bueno veamos cuánto dura esa idea, y ¿tu amiguita pechugona?-
-¿Que tiene que ver Sayuri en esto?- pregunto extrañado no me gusta a donde va esto, él no responde solo sonríe y me guía a una ventana en lo cual siento como mi mundo se derrumba, siento una pulsada en mi pecho, me duele mucho, quedo paralizado ante tal escena, no puedo creerlo, repito que esto es un engaño que esto es falso que este hombre solo me está haciendo pasar una mala broma, rápidamente volteo mi rostro quiero irme de ahí pero él me lo evita, me aprisiona en sus fuertes brazos, me sostiene posesivamente y sostiene mi mentón forzándome a seguir contemplando tan horrible acto, ahí en esa cabaña que ahora recuerdo que es donde Yuu me robo mi primer beso, se hallaba él y mi disque mejor amiga haciendo el amor apasionadamente, ella gemía mientras le arañaba su desnuda y ancha espalda, mientras que él con amor la observaba mientras la estocaba y con un beso continuaron a seguir sus delitos, pero al poder detallar ese beso, pude hallar más que solo lujuria, había devoción, en pocas palabras amor genuino, un amor en el que jamás me dieron y por lo cual lo remplazaron solo con falsas carisias, ahora me doy cuenta que nunca recibí un beso de amor verdadero ni siquiera uno de pasión, todo fue fingido, en ese momento llore no pude más, en los brazos de ese monstruo me rompí estaba destrozado sentía un gran vacío dentro mí, una tristeza que quería alejar pero no sabía cómo hasta que sentí como delicadamente dirigen mi rostro hasta encontrarme cerca de la cara del conde, a escasos centímetros de sus labios.
-Te dije que nadie es perfecto, ahora que has visto lo que es en verdad la realidad, yo puedo ayudarte a olvidar dichas sensaciones que te están agobiando, pero si aceptas mi oferta tendrás que entregarte completamente a mí y dejar todo atrás a cambio de que te daré todo lo que más anhelas- dijo mientras cerraba la distancia que nos separaba, dándome un beso voraz, hambriento, uno que parecía que estaba queriendo dármelo hace bastante tiempo, no había delicadeza alguna solo pación lo cual me hiso olvidar de lo que ahora estaba pasando delante nuestro, quedándome hipnotizado por semejante caricia involuntariamente empecé a aceptar su oferta correspondiéndole con la misma intensidad, pero antes de dejar el lugar por última vez observe esa cabaña logrando ver que él me estaba mirando atónitamente creyendo que yo era una ilusión, con una sonrisa amarga le digo adiós y antes de que desapareciera junto al hombre al que me iba dar tanto el cielo como el infierno puedo escuchar como él me llamaba, pero ya es demasiado tarde para volver atrás.
---------------------
Lo primero que logro ver al momento de poder despegarme de sus labios es una hermosa habitación de paredes blancas, es muy espaciosa además de que contiene una chimenea muy elegante y bonita la cual es la única que ilumina el cuarto, la cama es absurdamente grande ocupa la mitad de la habitación, sus sabanas son de seda blanco, sus cojines y cubre lechos son rojos, dándoles un toque aún más erótico a la habitación, en el techo se puede visualizar un hermoso mural de un ángel caído, y aunque el piso es de una muy costosa madera está recubierta por una alfombra muy suave, a pesar de que se puede decir que me encuentro en un lugar grato sé que estoy metido en la boca del lobo, vuelvo mi atención al hombre que ahora se está quitando su abrigo y su camisa que están manchadas dejando descubierto su magnífico y bien formado tórax, lo cual me hace sonrojar y rápidamente me cubro mis ojos de vergüenza, en que estaba pensando el solo está jugando conmigo en cualquier momento podría matarme, debo salir de aquí pero enseguida recuerdo la escena de la cabaña y eso hace que pierda mis deseos de poder huir, quiero olvidar esa escena, quiero alejar la molesta sensación que ahora pulsa fuertemente en mi pecho, no sé si estoy haciendo lo correcto de alejarme de mis problemas con el hombre de perfecta sonrisa, mi mente está en un desorden igual que mis emociones, pero me despierto de mis pensamientos al sentir una presencia que se recuesta en mi cuerpo y empieza a masturbarme
-Ahora que estas aquí conmigo ¿qué harás? ¿huiras?, te arrepientes de haber venido?- lo último lo dijo más como afirmación que pregunta- Jajajaja ya comí así que no hay necesidad de comerte en ese sentido, me siento de buen humor hoy así que si tienes miedo puedes irte y no hare nada que pueda lastimarte- dijo mientras se separaba un poco de mi para darme espacio, pero antes de que pudiera hacer algo me susurro algo en el oído en el cual me hiso dudar- Pero si deseas quedarte, hare que olvides cada cosa que esté relacionado con el niño cazador, te hare sentir lo que él como hombre no pudo darte, hare que sientas lo mismo que esa zorrita de tu amiga cuando estaba con el imbécil de tu ex prometido pero mucho mejor, hare que madures y que llegues a sentir la necesidad de más, de lo que un verdadero hombre te puede ofrecer solo en una noche, hare que te sientas necesitado y deseado- succionando mi ovulo hiso que gimiera mientras que una mano traviesa empezaba a levantar mi vestido (así es después de comprometerme quise verme más femenina lo cual no fue difícil, para así llamar su atención y fuera acostumbrándose a mí, mientras dejaba atrás su gusto por las mujeres y solo necesitara de mi presencia, que iluso) acariciando lentamente mis piernas hasta llegar a mi muslos- ¿Así que, cuál es tu decisión?- pregunto juguetonamente mientras paraba sus caricias esperando mi respuesta
-Quiero... no... Deseo que me hagas olvidar- le suplique mientras él sonreía y en un pleno susurro- Hare que solo clames mi nombre a partir de ahora-