-Entonces puedes hacerlo. No existe ningún problema, ¿No lo crees?-
A veces pienso que a este idiota le gusta incomodarme... Luce tan confiado, como si nada le importara. Duele creer que entre nosotros no exista un límite o alguna clase de traba que nos impida realizar lo que él quiera. Porque siempre resulta así, es como un capricho, como una obsesión de su parte. Algo que yo no puedo controlar.
Ji Yong me abraza desde atrás y me sonríe inocente, cautivador y coqueto. Ambos estabamos en mi habitación y estabamos sentados en el borde de mi amplía cama matrimonial. He dormido solo por tantas noches... me cuesta acostumbrarme a este cambio tan radical.
De mujeres a un hombre.
Y no cualquier hombre.
-Vamos, hyung. No te quedes callado. No me gusta que lo hagas.-
¿Cómo no hacerlo? Estoy nervioso e ido... La fresca sensación de poseer sus brazos desnudos a mi alrededor y percibir su aroma dulce. Él vestía una camiseta sin mangas y solo llevaba puestos unos shorts muy ajustados a su cuerpo. Me embriagaba su presencia, su apariencia tan frágil. Estoy seguro de que gracias a nuestro comeback había perdido peso y eso solo lograba que su figura luciera más delicada, casi femenina.
Si tan solo pudiera acariciar sus muslos suaves... si pudiera tener entre mis brazos su pequeña cintura.
Pero entonces Ji Yong se aparta de mi lado y cambia su expresión juguetona. Toma asiento a mi lado y posa su cabeza al costado de mi hombro. Cuando lo miro de reojo aprecio cada rasgo fino de su cuerpo. El escote de su camiseta me da una buena vista de su pecho y de sus hermosas clavículas.
-¿En serio no quieres estar conmigo?-
Por alguna razón su voz se oye triste y apagada, como si esa pregunta le hubiera costado parte de su orgullo.
Ji Yong. No tienes idea de lo que causas en mi. Mi actitud no tiene nada que ver con el rechazo en el que estas pensando. Es solo que soy tan inexperto... tan estúpido. Me es difícil desenvolverme cuando el terreno es desconocido. Y te conozco desde hace tanto tiempo que me sorprede a mi mismo sentirme tan vulnerable ante su presencia.
-Claro que quiero.-
Sus ojos se abren sorprendidos y me miran con brillo. Sus labios estaban rojos. Era un muñeco hermoso y quería devorar cada parte de su cuerpo. No quería decepcionarlo, no quería que fuera él el que me rechazara. Por eso mis inseguridades y dudas cada vez que follabamos. Tenía miedo de no ser lo suficientemente bueno para él.
Pero debía tener en cuenta que enfrente mío no estaba G-Dragon. Sino Kwon Ji Yong. Y yo en ese momento no era TOP. Era el mismo Choi Seung Hyun que él había conocido hace años, el idiota ingenuo que era un manojo de dudas y temores.
Entonces lo atrapo entre mis brazos en un abrazo efusivo. Beso sus labios pequeños y me atrevo a rodear su cintura con mis manos grandes. Siento su cuerpo vibrar en deseo.
Nuestras lenguas se entrelazan, lo escucho jadear en medio del beso y eso solo me hace desearlo más. Mi lengua explora toda su cavidad dulce. Ji Yong entre abre sus ojos y vuelve a temblar. Cuando nos separamos en busca de aire, veo como sus mejillas arden y trata de apartarse del abrazo. ¿Qué le pasa? ¿No era esto lo que quería?
-Quiero ducharme antes. Hoy sudé mucho.-
-Estás hermoso así.-
Vuelve a sonrojarse y se me queda mirando jadeando un poco. Era increíble ver como unos simples roces lo excitaban tanto. Era tan sensible. Mis manos se pasean por sus muslos. Apoyo una mano en su espalda y lo atraigo a mi cuerpo. Cuando mi mano pasa por sus piernas y luego acarician su sexo, él gime despacio. Me mira a los ojos y me sonríe con confianza.
Esa clase de miradas me hacen volver a la tierra. Me hacen recordar todas las aventuras de las que me hablaba antes de empezar con este juego. Yo solo soy un principiante cuando se trata de hombres y me dejo llevar por mis instintos. Pero Ji Yong se ha acostado con muchas personas de ambos sexos. No sé si podré complacerlo en totalidad. No sé si podré llegar a alcanzar su límite.
Quiero ser suficiente para él. Quiero ser el único que pueda hacerlo gemir.
Me acerca a su cuello y empiezo a succionar su clavicula. Él me sostiene de los hombros y acelera su respiración. Puedo ver como su pecho sube y baja, lo estoy haciendo bien. Entonces paso mi lengua por toda la extención de su cuello y robo un gemido agudo de sus labios. Es tiempo, lo recuesto sobre la cama y comienzo a tocarlo por todos lados.
Escucho más gemidos. Mis manos pasan por sus muslos blancos y tatuados, para continuar rodeando sus caderas. Levanto su camiseta y capturo sus tetillas con mis dedos. Me sorprendo cuando siento como todo el cuerpo de Ji se arquea, sus ojos se nublaban ante mi tacto.
-¿Se siente bien?-
Pregunto con una sonrisa lujuriosa, mientras que Ji Yong se seguía retorciendo en contra de su voluntad. Él gime cuando mis manos frías se encargan de deshacerse de sus shorts y ropa interior. Estaba duro con tan poca cosa, me excitaba verlo tan sumiso en esa posición. Jadeaba y comenzaba a sudar, en un momento él se cubre los ojos con una mano.
¿Siente vergüenza de verme?
-¿Que sucede, pequeño?-
Ji Yong intenta recomponerse y me observa temeroso.
-Es la primera vez que lo haremos sin estar ebrios. Que me mires tan intensamente... me intimida un poco.-
Era hermoso... acababa de hablar mientras que su voz temblaba. Cuando tomo su miembro erecto él abre los ojos atónito y se sonroja furiosamente. Es verdad, él solía mostrar más confianza cuando estaba ebrio. Quizá se muestra así de timido porque el alcohol no hace estragos en él.
Mientras agito su miembro, me atrevo a colar un par de dedos en su entrada. Ji Yong se arquea y deja caer su cuello hacia atrás. Larga varios quejidos que se camuflan como gemidos. Debía doler... claro que debía doler pero estaba siendo lo más cuidadoso posible.
-Te ves tan hermoso en esta posición, Ji...-
Ji Yong presiona las sabanas con ambas manos y abre la boca colocando expresiones obsenas. Los gemidos no dejaban de salir de sus pequeños labios rojos. Era una delicia sentirlo, su estrecho interior estaba muy caliente. Y yo ya no podía seguir estimulándolo porque me correría con solo oírlo.
De pronto, abro los ojos atónito.
El liquido preseminal estaba empapando mi mano. ¿Tan excitado estaba? No creo haber hecho lo suficiente como para haber provocado tales reacciones en su cuerpo.
Por primera vez, Ji cierra sus ojos con mucha más vergüenza que antes. Era como si se quisiera morir ahí mismo.
-Estás... estás tocando ese lugar muchas veces...-
Mis dedos estaban dando en el blanco y hasta podía sentir como se estaba contrayendo. Ji Yong comenzaba a perderse entre las sensaciones y balbuceaba cosas sin sentido.
Era el momento...
Bajo mis pantalones y mi ropa interior. Coloco mi miembro en su entrada y de a poco lo empiezo a introducir. Seguía sin saber si le hacía daño y por eso siempre trataba de hacerlo lento. Ji se impacienta y se arquea varias veces en su lugar.
-¡Te necesito dentro ahora!-
Bajo sus firmes ordenes me introduzco en totalidad. Y en ese momento puedo sentir como su interior ardía de la excitación. Él gime agotado pero no le doy tiempo de acotumbrarse. Lo tomo por las caderas y lo impulso a levantarse. Se sostiene de mis hombros, ambos estabamos frente a frente y él se anima a rodear mi cintura con sus largas piernas.
El vaivén de caderas comienza.
Comienza a rebotar sobre mi, mientras que realizo embestidas y un mete-saca que le roba los más dulces y agotados gemidos. Mis manos se resbalan de su cintura debido a su sudor. Él chilla fuerte y deja caer su cabeza hacia atrás, volvía a perderse, veía como sus ojos viajaban hacia arriba y como ya no respondía a la razón.
-Si sigues... s-si sigues así... y-yo...-
Su interior se contraía tan rápido, temblaba muy duro y me apretaba de una forma deliciosa. Yo tampoco podre resistir, Ji... eres perfecto. Tu cuerpo delgado, tu sumisión... tus gemidos y todos los ruidos que haces...
No creo que exista alguien más sexy.
El liquido preseminal se escurre por su entrada, ya no puedo resistir más y parece que a él sentir esa sensación de empaparse por dentro lo vuelve loco.
-Oh no... ngh... es tan pegajoso... ¡A-ah! ¡SEUNG HYUN!-
Incrustra sus uñas con todas sus fuerzas en mis hombros, hiriendome. Yo lo abrazo y lo apego a mi cuerpo. Y nos corremos al mismo tiempo. Con furia, con dolor, todo nuestro semesñn se dispara y cubre nuestros vientres.
No podría ser más feliz.
Te amo tanto, Ji Yong...
¿Mis sentimientos te llegarán?
Solo espero... que algún día... puedan llegarte.