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Entre Role Player's por Deih

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Notas del capitulo:

Disclaimer: DRAMAtical Murder no me pertenece. De lo contrario, Noiz gemiría más.

Nota: El anime no existe, todo es de mi invención. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia[?]

Glosario: Porque seguro no se me entiende un carajo.

*IRL: In Real Life - En la vida real.

*MG/Like: Me gusta.

*Troleando: Vocablo de Internet que describe a una persona que sólo busca provocar intencionadamente a los usuarios o lectores.

*24/7: 24 horas al día, 7 días a la semana. Always.

Dicen que la música ayuda a superar la depresión.

Las horas pasaban y la energía se negaba a volver, ni siquiera tenía señal como para intentar acceder a alguna red o ver su Facebook, por lo que tenía que conformarse con estar tirado en su cama, escuchando las gotas de lluvia caer; sin embargo, el silencio que se formaba en su habitación le daba espacio para pensar en lo miserable que se sentía.

Le dejaba pensar en Noiz, en sus sentimientos y en el jamás pasará que le rompía el alma.

—No creo que lo necesite —musitó, verificando la batería de su móvil. 85 %, y si de alguna manera se terminaba, no importaba, puesto que para otra cosa no le servía.

Colocó el reproductor en aleatorio y subió todo el volumen, acostándose de lado mientras sus párpados se cerraban. Pero el destino estaba en su contra, ya que la melodía era la típica corta venas y él no estaba apto para eso.

Frustrado, se levantó y se quitó los audífonos, buscando él mismo una canción que le gustara. Y para cuando la encontró, decidió que lo mejor era mover su cuerpo, reír, pensar en los buenos momentos. ¿Por qué? Porque estando triste no solucionaría nada, se quedaría estancado, no avanzaría. Y lo que más quería era avanzar, dar pasos hacia Noiz. ¿Inalcanzable? Tal vez, pero al menos su corazón sabría que lo intentó.

De un salto bajó de la cama, estirándose. La electrónica era lo mejor, sobre todo cuando de moverse se trataba. Movió su cuerpo al ritmo de Guest List, soltando una leve risa al recordar el video que, la primera vez que vio, le hizo reír por minutos seguidos. Noiz fue quien se lo pasó, y es que ese género era su favorito.

De esas charlas a la madrugada.

Una sonrisa se formó en sus labios, sus párpados cerrados para sentir mejor la música. Tenía muchos recuerdos, muchas capturas de épicas conversaciones, de roles que no querría olvidar. Anotaciones del alemán, cosas que escribía cuando estaba distraído en clase.

Todo, todo su mundo giraba en torno a él. En torno a aquel chico que conoció en ese mundo online, el mismo que estaba a kilómetros de distancia.

Aoba estaba preocupado constantemente, y es que al estar en otro país, no sabía si Noiz se encontraba ocupado con sus estudios, trabajo o si le había pasado algo. No sabía si comía bien —se encargaba de regañarlo cuando le decía lo contrario—, o si se sentía feliz.

¿Eres feliz?

Recordó que, una vez, le preguntó aquello. No le vio, puesto que se encontraban en el inbox, pero pudo imaginar que sonrió al contestar.

Cuando estoy contigo.

En ese entonces se obligó a creer, para no tener falsas esperanzas, que se refería a rolear. Después de todo, y a pesar de que muchos dijeran que es solo un ''juego'', el rol era un escape de la realidad. Allí podías ser lo que quisieras, tener lo que quisieras. Era cuestión de imaginación y dedicación, de amor a tu personaje y a la persona que está del otro lado de la pantalla.

Drama, acción, romance, sobrenatural. Un sinfín de géneros y tramas que crear, lo mejor venía cuando tenías a ese partner, esa personita especial, que te seguía hasta en el más absurdo guion.

Un fuerte golpe en la puerta le hizo abrir sus párpados, pegando un bote del susto. Suspiró cuando reconoció la voz de Shiroba, apagando su móvil para abrirle a su hermano y que no entrara de una patada.

—Es obvio que respeto tu privacidad como hermano menor. Pero reafirmo mi autoridad como el mayor entrando de todas maneras~ —canturreó, corriendo hacia la camita de Aoba para tirarse en ella como si fuera la propia.

—¿Eh? ¿Y los chicos? —preguntó preocupado, no esperaba que salieran con semejante tormenta.

—No te preocupes, les dejamos una habitación a cada uno —bostezó, frotando su carita contra la almohada—. ¿Bailabas?

—A-algo así —respondió con un leve sonrojo, acercándose a su hermano para dejarse caer a su lado. Suspiró con cansancio, ¿estaría bien preguntarle a él?

—¿Qué pasa? —preguntó, elevando su diestra para acariciar los mechones azules de su contrario. Éste parpadeó varias veces, saliendo de sus pensamientos.

—¿Qué sucede cuando…te….te enamoras a distancia? —cuestionó en un tono apenas audible. Jamás le habló a ellos de sus sentimientos; sin embargo, a pesar de tener la misma edad, comprendió que sabían más de lo que aparentaban, y que en verdad, necesitaba ayuda.

Shiroba se mantuvo en silencio por lo que, a Aoba, le pareció una eternidad.

—Sufres —respondió honesto, abrazando un cojín al acomodarse en posición fetal—. Hay personas que mantienen una relación aún con los kilómetros de por medio, a veces les va bien, a veces es una pérdida de tiempo, porque uno termina decepcionando al otro, o se da cuenta de que jamás le amó. Siempre con cosas trágicas, nunca se valora el esfuerzo —entrecerró sus párpados, su mente recordando cuando notó el camino de lágrimas en las mejillas de su hermano—. ¿Por eso llorabas?

¿Tenía sentido seguir fingiendo?

—Sí —musitó, su expresión dejando ver su angustia—. Me gusta… me gusta mucho y ya no sé qué hacer —sonó más desesperado de lo que imaginó, pero necesitaba desahogarse. ¿Cómo alcanzar a Noiz si ni siquiera contenía sus sentimientos?

Por unos instantes creyó que Shiroba se reiría, o le diría lo típico: olvídalo, busca a alguien que esté a tu alcance. Es más, hasta llegó a imaginar que le diría algo sobre Clear, puesto que al parecer notó muy bien los sentimientos de éste; sin embargo, nada de eso ocurrió.

Su hermano le abrazó como si fuera una madre, acariciando su espalda de tal forma, que a Aoba le fue imposible no soltar un par de lágrimas. Su pecho quemaba, ¿cómo demonios podía nacer un sentimiento tan fuerte estando tan lejos?

—¿Has visto a Sly? —cuestionó en un murmullo.

—¿U-uh…? —el menor no comprendió, teniendo su carita escondida en el pecho de Shiroba. Escuchó un suspiro de éste, como si estuviera lidiando con un niño de kínder.

—Sly es tu espejo, te ves igual que él —continuó, y Aoba no sabía a qué se refería—. ¿Crees que es feo? —preguntó, haciendo que comprendiera de una vez.

—N-no pero…su personalidad es… —Shiroba cortó las palabras de su hermano al abrazarlo con más fuerza, dejando escapar una débil risa.

—¿Qué importa la personalidad? Él ya conoce esa parte de ti, siempre hablan por chat. Te estoy diciendo que lo seduzcas —negó burlón.

—¡Sabía que me dirías algo raro! —chilló el menor, alejándose de golpe con toda la cara roja. Su contrario soltó una sonora carcajada.

—¡Vamos! ¿Vas a esperar que te lo roben? —bufó, sí que era lento— No siempre estará disponible, tú lo dijiste, es sexy.

—¡Nunca dije que fuera sexy!

—No creo que tengas tan mal gusto.

—¡Shiroba!

—¿Qué?

Aoba resopló, berrinchudo.

—Le gustan las mujeres —murmuró de forma débil, cruzándose de brazos luego de sentarse en la cama. Ahora tenía más cosas en las que pensar, porque era cierto, Noiz era perfecto, ¿cómo no tendría novia en la IRL?

—Oh dios, ¿ahora estás deprimido? Escúchame —tomó las mejillas de su hermano con firmeza, dorado con dorado chocando al observarse—. Nunca sabrás lo que pasará si no avanzas, es mejor sufrir por una respuesta negativa, que arrepentirse por no hacer nada. Eres un Seragaki, por favor, no deshonres la familia —terminó con diversión, limpiando las lágrimas que antes habían caído de los ojitos de Aoba.

—De verdad eres como mamá —musitó, tomando por sorpresa a Shiroba—. Intentaré p-pero… ¡nada de agregarlo y hablarle de cosas raras! —acusó.

—Eeeh, pero si no me has dicho quién e-…. ¡Ah! ¡Es tu partner! —saltó de la cama— Cuando venga la electricidad lo agregaré~ —le sacó la lengua, esquivando una almohada.

—¡Ni se te ocurra! —amenazó. Lo peor que le podía suceder era que Noiz tuviera contacto con alguno de sus hermanos.

—¡Demasiado tarde! —exclamó, corriendo fuera de la habitación— ¡Y ya vete a dormir, princesa! —soltó una carcajada, cerrando la puerta justo cuando un cojín se estrellaba en ella.

El silencio reinó por unos momentos antes de que el Seragaki soltara una débil risa, definitivamente, hablarlo con alguien de confianza era mucho mejor.

Con un peso menos, se acomodó en la cama, dispuesto a dormir. La noche había caído y la luz no daba señales de querer volver aún.

Te extraño…

[…]

Activo hace 5 min…

Eso marcaba su móvil al momento de entrar al Facebook; sin embargo, no había rastros de Aoba o de algún mensaje suyo. Ni una publicación, ni tan siquiera un estoy bien o saludo. Noiz empezaba a pensar seriamente en qué momento la cagó, sorprendiéndose así mismo al notar que, de verdad, aquel chico le importaba lo suficiente como para buscar una falla de su parte.

Las horas pasaban y, a pesar de que estuvo atento a su celular en todo momento, su partner no se conectó. Estaba inquieto, aún no hablaban desde la video-llamada y el creer que ya lo espantó era algo muy probable. Su carácter era raro y no muchos solían acercarse a él por un motivo honesto, más bien, lo hacían por su dinero. Por eso y otros motivos más, prefería estar en solitario que rodeado de idiotas.

—¿Qué demonios? —frunció el ceño, revisando su muro se percató de que siempre había un contacto que le daba MG a todo. Incluso, acababa de compartir una imagen sobre RP y el primer like fue de esa persona.

¿Lo peor? Ni siquiera era una cuenta de rol, eso y que nunca en su vita entabló conversación con el sujeto. ¿Sería un rarito? Bien, comenzaba a dar miedo, y eso que era difícil asustarlo a él.

El pensamiento de eliminarlo no cruzó por su mente, de todas maneras, si él quería averiguar de quién se trataba lo averiguaba y ya. Era hacker, y uno de los mejores.

Para cuando la noche cayó y notó que Aoba no volvía, decidió cerrar todo y salir. Era uno de sus días libres difíciles de conseguir, y no le importaba haberlo gastado esperando. Lo que sí, lamentaba no haber podido hablar con él.

Cuando abandonó la mansión y sintió el frío de Alemania chocar contra su piel, suspiró con alivio. La noche se veía hermosa, y no pudo evitar pensar en lo que estaría haciendo su chico en esos momentos.

—Mi chico… —murmuró, no sonaba nada mal.

Negó con una leve sonrisa en sus labios, era la primera persona que le hacía sentir de esa manera. Todavía recordaba la primera vez que vio a su personaje, fue como amor a primera vista con su manera de narrar. Sí, las palabras eran capaces de enamorar.

Muchas veces se preguntó qué habría pasado si él iba a otro fandom, si escogía otro anime. Si prefería seguir con su vida normal y no entrar al mundo del RP.

¿Te habré conocido? ¿Estaría con otro partner? ¿Por qué no puedo imaginarme eso? ¿Te habría visto, aunque sea una vez?

Todo pasa por algo, y Noiz comenzaba a comprender que aquello, sucedió porque necesitaba a Aoba en su vida.

[…]

—Esto es demasiado raro —murmuró, abrazando sus rodillas. Era la primera vez que dormía temprano —vamos, un RP no descansa lo suficiente—, por eso mismo terminó despertándose a las siete de la mañana. ¡¿Por qué?! —. No puedo dormirme —se lamentó con un puchero.

En eso, sintió algo vibrar a su costado. Parpadeó con rapidez y tomó su móvil, formando una sonrisa casi infantil al notar que ya tenía señal. Pero…

Activo hace 10 min…

Un aura oscura se formó a su alrededor, otra pregunta atacándole con fuerza. ¡¿Y POR QUÉ NUNCA COINCIDÍAN?!

—Necesito…verte —lloriqueó, ni siquiera pudo responder su inbox.

Nunca sabrás lo que pasará si no avanzas.

—No pierdo nada, ¿cierto? —sonrió, abriendo el chat de Noiz e ignorando olímpicamente todas las notificaciones que tenía.

Kei Sakura

[Noiz

[Noooizzzz

[¿Cuándo te conectarás?

[Te extraño:cccc

[¿Podemos rolear la trama sobrenatural? Prometo responder más rápido[?]

Rió al escribir aquello, definitivamente tenía que mejorar los tiempos.

[Nunca coincido contigo, duuh, ¡ven a mi!

[Oye, si te agrega un personaje extraño, no lo aceptes.

Sí, sabía que Shiroba cumpliría su ''amenaza''. Estuvo a punto de detener su spam ahí, cuando una idea cruzó por su cabeza. Él mismo lo había dicho, no tenía nada que perder, ¿cierto…?

[ Te quiero.

Justo en ese instante apareció el típico punto verde que indicaba la conexión del usuario. El rostro del Seragaki se tornó de un fuerte color rojizo, mismo que aumentó al ver el visto. ¡Había visto su mensaje! ¡Y él pensaba huir antes de que leyera lo último!

Para cuando vio el Escribiendo… decidió tirar el celular lejos y levantarse de la cama, corriendo hacia el baño con su corazón latiendo de forma frenética. Idiota, idiota, idiota, idiota. Oh dios, ¿qué le respondería? ¿No debió haberlo hecho?

Limpió su rostro y, con el cepillo de dientes en la boca, salió. Observó su móvil sobre la almohada, notando que éste vibraba un poco. Le costó lo suyo armarse de valor para tomarlo nuevamente y leer los mensajes de Noiz, siguiendo dándose golpes mentales por no haber pensado bien antes de escribir.

Crystall Usagi

[Sí, podemos. ¿Qué personaje?

Suspiró al abrir el inbox, no había respondido lo otro. Una media sonrisa se formó en sus labios, era lo mejor. Aunque ahora le doliera, no es como si no hubiera sabido lo que pasaría.

[También te extraño, pequeño idiota. ¿Por qué no has vuelto a conectarte? Debería castigarte.

—… —chistó, casi escupiendo la pasta dental. Corrió al baño nuevamente para enjuagar su boca y no terminar tragándose el cepillo, manteniendo su vista fija en la pantalla. Sí, hasta en el tocador llevaba el móvil.

[¿Solo me quieres? Eh, creí que ya me amabas. ¿Hice algo mal?

—¡Idiota! —gritó del color de un tomatito, apoyándose contra la pared mientras la media sonrisa triste que antes mostró, se transformaba en una mueca idiotizada.

Cómo le gustaba.

Kei Sakura

[Sí. Naciste en otro país.

Al envíar aquel mensaje, se preguntó si aquello era un juego. Todo podía ser con Noiz; sin embargo, en el fondo, sus palabras eran verdaderas y deseaba que las de su contrario también lo fueran. Detrás de cada broma, hay una verdad. Y eso, Aoba lo sabía mejor que nadie.

Crystall Usagi

[Puedo ir a verte.

—Ah… —¿qué? Esperen, ¿hablaba en serio?

Kei Sakura

[No deberías ilusionarme.

Casi pudo imaginarse la sonrisa que Noiz debía de tener con esa respuesta.

Crystall Usagi

[Iré a verte.

Su corazón se aceleró con aquella afirmación, y por unos instantes creyó que aún seguía dormido.

Kei Sakura

[¿Es una promesa?

Le costó un poco escribir aquello, temía que fuese una broma; mas dudaba mucho que el alemán fuera de ese tipo de personas. Si bien, se mantenía troleando a la gente 24/7, con aquellas cuestiones no le había visto bromear.

Crystall Usagi

[¿Qué clase de pregunta es esa? Jajaj

Formó un mohín.

Kei Sakura

[¿Qué tiene? Eres malo:c

Crystall Usagi

[Es una promesa, Aoba.

—¿Por qué me enamoras cada vez más? No es justo —murmuró, deslizando su índice por la pantalla de su móvil.

Unos toquecitos en la puerta le hicieron reaccionar, notando que ya eran las nueve de la mañana y él seguía en su cama. Bueno, no era gran novedad, al menos no estaba dormido.

Se dirigió hacia la entrada y abrió, encontrándose con el rostro de Clear.

Oh, oh.

—Buenos días, Aoba-san —saludó tan alegre como siempre, la timidez que denante había mostrado desapareció. Claramente, el albino tenía en mente conquistar al más bajo.

—B-buenos días, Clear —correspondió algo incómodo—. ¿Pasó algo?

—Ah, no. Venía a buscarlo para desayunar, los demás ya están abajo. Uhm…me temo que destrocen la cocina —explicó con una mueca nerviosa.

—Hm, está bien —asintió, dejando escapar una leve risa al escuchar aquello. En eso, sintió su celular vibrar nuevamente, por lo que no dudó en desbloquearlo al instante.

Crystall Usagi

[Un beso por cada visto que dejes.

Mierda, no enfrente de Clear. Podía sentir su carita caliente otra vez, ¡ese tipo sabía ponerlo como el infierno!

Kei Sakura

[¡¿Qué?! ¡Eso es chantaje!

—… —un suspiro le hizo desviar su vista del celular.

—A-ah lo siento —musitó con una gotita deslizándose por su sien. Guardó su móvil aún cuando lo sintió vibrar otra vez y se encaminó hacia la planta baja; sin embargo, mucho antes de poder dar más de tres pasos, una mano se cerró en torno a su muñeca, jalándolo con fuerza hacia atrás—. ¿Qu-…? ¡Uwaah! —soltó un sonidito de sorpresa y, luego, un débil quejido cuando su espalda choco contra la pared.

Bastó levantar la mirada para encontrarse con los penetrantes ojos rosas de su contrario, casi provocando que perdiera el aliento.

—No me…gusta que sonría así por otros —susurró, acunando la mejilla de Aoba con su diestra. Éste se removió, más incómodo que antes. En esos instantes solo Noiz inundaba sus pensamientos, ni siquiera era capaz de imaginar a alguien más.

—Ne-necesito que te alejes…u-un poco —desvió la vista; sin embargo, su mentón fue sujetado como aquella vez en el baño, obligándolo a verle.

—Aoba-san, deseo que me permita conquistarlo. Si hace eso… —la distancia se acortaba; mas cuando estuvo a punto de rozar los entreabiertos labios del Seragaki, el móvil de éste provocó un estruendoso sonido. Era una llamada.

—¡A-ah! ¡Discúlpame, debe ser urgente! —exclamó nervioso, escabulléndose entre los brazos del albino hasta salir de éstos.

Tomó su celular, atendiendo sin siquiera dignarse a ver de quién se trataba. Después de todo, le había salvado la vida.

—¿Si?

—''¿Si?'', qué descaro. ¿Sabes cuántos besos me debes ya?

—¡¿Noiz?! —casi quiso darse un tope contra la pared. El nombre había escapado de su garganta en casi un grito, y la mirada de Clear no era la mejor— P-perdóname tú también, es que…

—¿Yo también?

—No, no. Quiero decir… —estaba sudando frío— ¿Por-por qué llamabas?

—Por nada realmente. Te noto demasiado…nervioso, ¿dónde estás?

—Estoy…estoy e-en mi casa.

—¿Por qué no le dices que estás ocupado? —la voz del albino sonó fuerte y clara, con toda la intención de que el alemán escuchara.

… ¿Quién es?

Aoba perdió toda esperanza de que, por algún milagro divino, Noiz no hubiera escuchado la voz de Clear.

—Un amigo —respondió en un murmullo, había notado el cambio de tono de su contrario.

—Ah, ya veo —hubo un corto silencio, parecía que estaba pensando—. Dile que ahora estás ocupado conmigo —agregó. Y es que Noiz no iba a dejarse intimidar por un desconocido, mucho menos dejarle con Aoba sin más.

El albino arqueó una ceja al ver cómo las mejillas del Seragaki ardían aún más. ¿Qué tanto le estaba diciendo?

—Bajaré en un instante, ¿me esperarías abajo? —cuestionó y, sin esperar respuesta —le creía capaz de acorralarlo otra vez— se encerró en su habitación. Sí, sabía que se molestaría, pero no había otra manera.

—Ahora puedes decirme quién era.

—¿Eh? Te lo he dicho —murmuró, sentándose en el suelo y apoyando su espalda en la cama, como aquella vez en la que perdió su Epic Role.

Así es, todavía le dolía.

—…

—No me crees —musitó, intentando parar los acelerados latidos de su corazón.

—¿Qué hacías con él?

—¿Esto es un interrogatorio de novio celoso? —no pregunten cómo aquella pregunta escapó de sus labios, tan solo lo dijo por instinto. Al percatarse, quiso coser su boca. ¡Siempre era lo mismo! Sus pensamientos salían antes de que él pudiera hacer algo al respecto — E-eh, lo siento, no quise dec-…

—Sí.

—¿Qué?

—Me molesta —su voz sonó idéntica a la de un niño pequeño, y Aoba fue incapaz de reprimir una risa—. ¿Tienes que reírte? —chistó molesto.

—N-no es que… —rió, demonios, ¿cómo influía en su estado de aquella manera? — Eres un niño.

—Tienes mi edad —sonó indignado, algo que aumentó las risas del Seragaki. Escuchó un bufido aún más molesto, por lo cual se obligó a no reír tanto para no terminar enojándolo de verdad.

—¿De verdad me llamaste por nada? —cuestionó al frenar un poco, aunque su sonrisa seguía allí.

—Bueno, quería saber tu ubicación. Iba a preguntártelo por chat, pero como tardabas y quería sacar los boletos ahora —respondió de lo más normal, haciendo que Aoba comenzara a preguntarse si siempre tenía ese tonito para todo.

—… ¿vendrás…? —lo cuestionó tan bajo que, por breves instantes, creyó que no le había oído; sin embargo, con tan solo notar un suspiro del otro lado de la línea, supo que había sido escuchado.

—Te he dicho que iría, ¿no? Quiero verte —se notó un ligero movimiento, como si hubiera pasado una mano por sus cabellos.

—¿Por qué? —no quería saber la respuesta, tenía miedo; mas no podía seguir avanzando con una venda en los ojos, temía estar torciendo el significado de todas las palabras y que, en realidad, aquel fuera un comportamiento normal en Noiz.

—… —silencio, una verdadera eternidad para el Seragaki, quien comenzaba a cuestionarse si de verdad fue tan idiota como para creer en algo más— Necesito comprobar algo —respondió finalmente.

—¿Qué cosa? —no pudo evitar sonar ansioso, las respuestas eran tan ambiguas que, simplemente, le era imposible contener sus dudas.

—Lo sabrás cuando me veas. Ahora, ¿me dirás o debo buscar por mi cuenta?

El mayor formó un puchero, sabiendo que no podría sacarle más información. Finalmente, decidió acceder y brindarle los datos suficientes; sin embargo, al terminar la llamada con un ''te quiero'' atragantado que jamás salió, una nueva incógnita le asaltó.

¿Qué soy para él?

[…]

—Hermano, ¿estás bien? —Theo parecía preocupado, la expresión de Noiz durante el almuerzo no fue la mejor.

—Sí. Es hora de ir a la empresa, intenta no toparte con Ema —musitó, tomando sus cosas para partir. En su mente aún estaba la otra voz que escuchó cuando llamó a Aoba, y no le gustaba para nada lo que acababa de descubrir.

Cualquiera, absolutamente cualquiera, podría intentar conquistarlo estando tan cerca. ¿Qué podría hacer él, a tantos kilómetros de distancia? Definitivamente, el pensar en tener una relación con alguien a quien ni siquiera puedes tocar, abarcaba demasiado. La confianza debía ser enorme, puesto que jamás serías capaz de enterarte si miente o no, si hace algo a tus espaldas o no.

Faltaba una semana para que pudiera viajar, y aunque no lo admitiera ni en su mente, en el fondo esperaba y deseaba, que el Seragaki le esperase. No quería perderlo sin haber comprobado al 100 % lo que sentía por él, sin haber sentido sus labios.

Wilhelm, estás perdido.


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