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Entre Role Player's por Deih

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Notas del capitulo:

Disclaimer: DRAMAtical Murder no me pertenece. De lo contrario, Noiz gemiría más.

Nota: El anime no existe, todo es de mi invención. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia[?]

Glosario: Porque seguro no se me entiende un carajo.

*One Shot: Historia de un solo capítulo con más de mil palabras.

*Lemon: Lo saben, si son todos unos demonios(?) Contenido de corte sexual, es decir, es una escena erótica [1313]

*Inbox: Chat.

*Uke: El que recibe en la relación, yeah.

Sentía mi cara aún más caliente que antes. No sabía si desenchufar la computadora y esconderme bajo las sábanas, u ocultarme debajo de la mesa a esperar que él mismo cortar la video-llamada.

—Estás todo rojo —su voz burlona me hizo salir de mis pensamientos. Fruncí el ceño, olvidándome por un momento de la situación.

—Oh, disculpa. No siempre hago un strip dance por web cam —no puedo creer que dije eso. Pero bueno, él se burló, ¿no? Además, algo tuve que aprender de Sly.

Escuché cómo reía. Tiene una risa muy bonita y contagiosa, tanto, que no pude evitar soltar yo mismo una pequeña.

—Lo siento, pero quería verte —¿Escuché bien? Mis parlantes me están engañando—. Es decir, quería saber qué te pasaba —se corrigió enseguida. Sentí desilusión pero…era obvio.

Lo miré en silencio. Su habitación era muy lujosa, al igual que la mía. Recuerdo vagamente que me dijo que era millonario. Su rostro es perfecto, creí que antes se veía lindo porque la foto fue bien tomada, pero ahora veo que me equivoqué. ¡Maldición! ¿Por qué me pasa esto a mi? Si tan solo pudiera corresponderme…

—Ehh~ ¿Tengo algo en la cara? —este tipo, no se cansa de burlarse de mi.

—No realmente —murmuré, mi rostro aún seguía algo caliente—. Es la primera vez que hacemos una video llamada pero… ¿Solo lo hiciste para saber qué me pasaba? —apreté de forma inconsciente mi remera contra mi pecho, no me la había puesto aún.

—Bueno… también te llamé por nuestro aniversario. Tuve otras parejas de Rol, pero no duraron demasiado. Es decir, eres la primera persona con la que estoy tanto tiempo —desvió la mirada con una meca que no pude descifrar del todo, ¿está avergonzado o es mi imaginación?

—Eehh —copié su sonido de burla—, ¿por qué desvías la mirada? —no pude evitar molestarlo, parece un niño y eso que tenemos la misma edad. Aunque en parte me burlé porque no sabía qué decir, no sé qué responder a lo que me dijo. Esas palabras hicieron que mi corazón latiera muy fuerte y no creo que sea bueno para mi.

—Cállate —se quejó, mirándome de nuevo con una mueca bastante graciosa. Y me hubiera reído de no ser por lo que dijo a continuación—. Además, ¿En verdad estás considerando hacerme un strip dance? —hizo un gesto como si estuviera observando fijamente mi pecho, aún al descubierto— No me molestaría —admitió con gran descaro.

—¡NOIZ! —grité todo rojo, levantándome de golpe de la silla— Serás pervertido —mascullé con un puchero, arreglando mi remera para empezar a ponérmela.

Escuché su risa una vez más, pero no dije nada. Terminé de cambiarme y me volví a sentar, acomodándome un poco el cabello.

—¿Y bien? —pregunté más calmado, siento mi rostro más frío, lo que significa que ya no estoy sonrojado— ¿Este es mi regalo? —una sonrisa apareció en mis labios, me refería a la video llamada.

—Tal vez… —movió su boquita, mas lo dijo tan bajo que no llegué a escuchar.

Ahora que veo bien, sus labios son tan… Mordí los míos, unas ganas tremendas de besarlo me invadieron. Quiero morderlos.

—¿Aoba? ¿Me estás escuchando? —asentí vagamente a su pregunta— Bien, ¿Recuerdas al sapo volador del otro día? —volví a asentir de forma vaga, hasta que algo en mi mente hizo click.

—Espera, ¿Qué sapo? —cuestioné, frunciendo el ceño

—Tú en verdad no estabas prestando atención —una venita se formó en su frente.

—Lo siento, lo siento —me disculpé soltando una risita, no pude evitar embobarme unos instantes— Por cierto, ¿cómo es allí? —pregunté luego de la risa. Como la mayor parte del tiempo roleabamos, nuestras conversaciones entre users no eran demasiadas. Aunque las veces que hablábamos lo hacíamos de todo y nada, hasta de cosas personales. Es por eso que sabía un poco cómo era su familia, al igual que él conocía la mía.

—Bueno, ahora mismo hace mucho frío. Alemania no es muy cálido —admitió, encogiéndose de hombros, un gesto adorable a mis ojos. ¿Acaso estoy tan mal? ¿Por qué me duele y, aun así, sigo?

¿Tan masoquista soy?

Bajé mi mirada en silencio. Sentía una presión muy fuerte en mi pecho y es que… Soy demasiado sensible en el campo de los sentimientos. Una sola palabra fría de mis hermanos es capaz de hacerme llorar. No sé cómo aún resisto estar tan lejos de la persona de la cual me enamoré. No solo físicamente, sino también emocionalmente.

Froté mis ojos con fuerza, no quiero llorar ahora pero… ¡Duele tanto! Me duele celarlo, me duele estar en otro país, me duele que ambos seamos hombres, me duele que le gusten las chicas, me duele cuando tarda en contestar, creer que me ignora cuando, seguramente, está ocupado debido a lo complicada que es su familia. Me duele amarlo como lo amo y que no lo sepa.

El Rol me trajo al amor de mi vida, pero esto me está destruyendo.

—Hey, Aoba, ¿estás bien? —pude distinguir su voz preocupada y rápidamente levanté la mirada, una fingida sonrisa formándose en mis labios, porque todo está bien, ¿verdad?

—Sí, lo siento. Es que el Instituto fue muy pesado y tengo sueño —en parte no mentía, eran las cuatro de la madrugada y seguramente tendría ojeras otra vez.

—¿Y por eso estás llorando? —preguntó con el ceño fruncido.

Me quedé congelado al sentir algo húmedo descender por mi mejilla, yo… ¿estoy llorando?

Limpié lentamente aquella lágrima; sin embargo, más y más salían sin control. ¿Por qué? ¿No puedo conformarme con que sea mi partner? ¿Tenerlo como amigo? ¿Por qué tiene que doler tanto?

—L-lo…lo siento —me disculpé con dificultad, borrando cualquier rastro de aquellas gotas saladas e intentando dejar mi llanto de lado.

Noiz hizo el amago de hablar, pero una voz se escuchó. Al parecer, su hermano lo estaba llamando para una reunión, o eso logré comprender.

—Lo lamento —me habló en un susurro. Yo solo le di la mejor sonrisa que pude, eso es, tenía que conformarme con lo que él me entregaba—. Cuando vuelva hablaremos de esto —su tono de voz dejaba en claro que no podía negarme, por lo que solo asentí, moviendo mis labios en un adiós sin pronunciar palabra alguna.

Corté la video-llamada, apagando la computadora al instante. Como si fuera un zombie, apagué la luz y me tiré sobre la cama, completamente agotado. ¡¿Por qué lloré frente a él?! ¡¿Cómo soy tan idiota?!

Hundí mi rostro en la almohada con unas ganas tremendas de suicidarme. Estoy seguro que a muchos les debió de haber pasado lo mismo que a mi, pero la mayoría de ellos ni siquiera tuvieron la oportunidad de tener, al menos, al personaje de su amado como pareja del suyo. Es por eso que creo que debo conformarme, que debo estar bien con ser solo su amigo, que debo ser feliz con ello. Pero, aun así…aun así soy tan egoísta, que quiero más. Quiero sus sonrisas, quiero más video-llamadas, quiero que me mire…como algo más.

Lentamente fui cerrando mis ojos, sintiendo cómo el cansancio me vencía, hundiéndome en un profundo sueño, en la completa oscuridad.

Tal vez, mañana sea un día diferente.

[.::3ra persona::.]

—¡LEVÁNTATE!

La voz de Sly retumbó en la habitación; sin embargo, eso no fue suficiente para hacer que Aoba abriera sus ojos o, siquiera, hiciera el amago de levantarse. Es más, tan solo se movió para darle la espalda.

—Ya déjalo. Es sábado, ¿no? —comentó Shiroba desde el marco de la puerta, se notaba en su expresión que le divertía ver a su hermano de esa manera.

—Son las tres de la tarde —murmuró de forma terrorífica, acercándose al durmiente joven—. Ni siquiera se ha tapado, un día de estos se va a resfriar —se sentó en la cama para ver si así, al menos, Aoba se dignaba a abrir un poco sus párpados; pero nada.

Resopló, enfurruñado.

—Oww, ¿pasarás por nuestras habitaciones a contarnos cuentos y a arroparnos mami? —cuestionó, dejando escapar una tremenda carcajada. Uno de sus pasatiempos favoritos era molestar a Sly.

—¡No molestes! No pienso ir al centro comercial solo contigo. Si yo sufro, ¡él también! —casi gritó con una venita en la frente, puesto que apenas había abierto sus párpados, se había encontrado a un Shiroba completamente listo para ir de compras, o eso creía— Además, aún no me he recuperado del dolor de cabeza. Tú definitivamente estás loco —se quejó, tirándose de espaldas sobre el estómago de Aoba, el cual estaba todo desparramado sin enterarse de nada.

—Ya estás bien y lo sabes, no nos va a venir mal despabilarnos un poco —con una sonrisa tierna, rodeó la cama hasta sentarse del lado contrario. Acercó una de sus manos al rostro de su pequeño hermanito para acariciarlo; sin embargo, se detuvo a medio camino—. Esto es… —musitó, observando con detenimiento.

—¿Qué? —balbuceó Sly medio adormilado. Estar sobre alguno de sus hermanos o acurrucado contra ellos, siempre le daba sueño y lo llenaba de paz, a tal punto de que, la mayoría de veces, se quedaba completamente dormido.

El peliblanco ni siquiera respondió, sino que se acercó más a la carita del Seragaki y delineó con delicadeza un rastro de lágrimas, que surcaba su delicada mejilla.

—¿Qué tanto? —volvió a preguntar Sly, molesto por ser ignorado. Se levantó para ver lo que estaba haciendo Shiroba.

Ambos hermanos se quedaron en silencio al ver la clara muestra de llanto en el rostro de Aoba; sin embargo, antes de que pudieran hacer algo, éste se empezó a mover con pereza, restregándose contra la mano del peliblanco como si de un gatito se tratase.

—Mmh… ¿Shiro…? —murmuró completamente adormilado, estirándose perezosamente sin llegar a abrir sus párpados del todo.

—…sí —respondió el aludido, con una voz más tierna de lo normal, como cuando eran pequeños y Aoba se ponía a llorar por cualquier tontería, teniendo que consolarlo.

—Los espero abajo —fue lo único que mencionó Sly, volteando para salir de la habitación con rapidez. Aunque pareciera que todo le daba igual, Shiroba no pasó por alto su puño fuertemente apretado, combinado con su ceño más fruncido de lo normal.

—Esperemos que, quien sea que te haya hecho llorar, tenga una buena excusa o esté bien lejos —pensó divertido, viendo cómo el Seragaki se desperezaba soltando bostezos con completo cansancio, sin percatarse de las claras marcas de lágrimas que habían quedado en sus mejillas—. ¿A qué hora te has ido a dormir jovencito? —se burló, levantándose de la cama mientras acomodaba un poco su ropa.

—Uhhgm…casi a las cinco mami… ¡Auch! —un severo golpe en la cabeza de parte de su tierno hermano hizo que se despertara por completo.

—Pues tu mami —bufó Shiroba, acercándose a la puerta con el ceño fruncido—, te dice que te vayas a cambiar AHORA MISMO porque iremos al centro.

—¡Está bien! —sonrió, estirándose un poco más. No le molestaba en absoluto salir con su hermano de compras, puesto que la mayoría de veces se quedaban a comer por ahí o compraban helado. Le encantaba pasar tiempo de esa manera con sus gemelos.

—Y… por cierto… —musitó el peliblanco, algo dubitativo— Ve buscando alguna excusa si no quieres decir la verdad. Aunque a Sly no podrás mentirle.

—¿Qué? —parpadeó con confusión.

—Lloraste anoche, ¿cierto? —sin ninguna vuelta y de frente. En asuntos como esos no bromeaba.

Apretó sus puños de forma inconsciente sin saber qué responder, ¿cómo sabía que lloró?

Como si algo se encendiera en su mente, llevó una de sus manos a su mejilla, murmurando un carajo al darse cuenta de lo obvio.

—Luego hablaremos de esto, solo cámbiate —negó levemente, saliendo para que su hermano pudiera cambiarse. No diría nada más, ya se encargaría de eso luego; por ahora, disfrutarían del día.

Maldiciendo en todos los idiomas posibles —y otros inexistentes— el Seragaki terminó de levantarse para, seguidamente, dirigirse al baño de su habitación. Si Sly lo había visto, podía declararse muerto en ese mismo instante.

Soltó un suspiro, abriendo el grifo para poder darse una ducha bien fría y despabilarse. Esperaba que ese día terminara mejor de lo que estaba comenzando.

[…]

—Vamos, seguro alguna chica le rompió el corazón —con una fingida sonrisa despreocupada, el peliblanco se apoyó contra la mesada.

—''Vamos, seguro alguna chica le rompió el corazón'' —repitió Sly con una voz afeminada, rodando los ojos con peor humor del que se había levantado.

—¿Quieres que invite a Mizuki? Seguro te pone de buen humor. Digo, con el lemon que se mandaron ayer, señor ''me duele la cabeza'' —Shiroba soltó una risa, sin importarle la mirada asesina que le estaba clavando su contrario.

—Oh, ¿y también invitarás a Koujaku? Digo, por si quieres que te dé duro en algún baño público —se burló, poniéndose frente a su gemelo con los brazos cruzados.

—Pero tú deberías hacer lo mismo. Dile que cambie su personaje a uno masculino y será mejor. No sabía que eres de los que salían con una ''dulce y tierna niña'' que es más caprichosa que el personaje de Aoba —rodó los ojos, aún sin entender por qué Sly soportaba semejante PJ al lado del frío y calculador que él manejaba.

—Es normal que sea caprichosa, es Danna no Kei. ¿Al menos viste el anime? —chistó molesto, sentándose sobre la mesada a un lado de Shiroba. Aoba ya se estaba tardando.

—Es normal, sí, lo que no es normal es que aceptes tener un partner justamente con ese… —frenó sus palabras y se dejó de apoyar sobre la mesa a gran velocidad, volteando para ver mejor a Sly con un gesto sorprendido.

—¿Ahora qué? —cuestionó enfurruñado, tomando una fruta y dándole una mordida para calmarse un poco. Aún le palpitaba la sien y decían que el enojo, pasaba con comida o una siesta.

—¿Sales con Mizuki?

El rostro de Shiroba quedó lleno de pera apenas terminó de preguntar, puesto que por la sorpresa, Sly había escupido todo atragantándose en el proceso.

—Cof cof mierd-..cof —tosió en un intento por no ahogarse, soltando improperios mientras hacía un esfuerzo por pasar la fruta. Justo en ese momento, Aoba iba bajando las escaleras a toda velocidad.

—¡Ya estoy list-…! ¡¿Sly?! —se acercó a su hermano, dándole golpes en la espalda con cuidado mientras Shiroba, con una venita en su sien, se lavaba el rostro sin prestarles atención— ¿Estás bien? —apenas terminó de preguntar, se tapó la boca levemente para reprimir una risa. Ahora que se encontraba bien, le parecía extremadamente graciosa la cara que había puesto.

—¡Estaría mejor de no ser por este loco! —con un leve rubor que ninguno de sus hermanos llegó a notar, se bajó de un salto de la mesada.

—Ajá —bufó Shiroba, terminando de secar su rostro—. Ya vámonos, ah y…Sly~~ —canturreó, pegándose como lapa al brazo del nombrado— Aún no me respondiste~~ —rió divertido.

—¿Responder qué? —preguntó Aoba con curiosidad, acomodando un poco el cuello de su remera antes de seguir a sus hermanos.

—Que si salía con Miz-… ¡AH! —no pudo terminar al recibir un golpe de parte del mayor, mismo que lo dejó con lagrimitas en los ojos— Buuh, eres malo —chilló dramáticamente, soltando su brazo con un puchero.

Ignorando la escenita de Shiroba, llegaron el garaje, el cual parecía una casa más de lo grande que era. Cuatro autos se encontraban en perfecto estado y un gran especio se dejaba ver en uno de los lados, puesto que faltaba el vehículo de su abuela.

Sly se acercó a una 4x4 de color azul que parecía tener brillo propio, y subió a la parte delantera luego de desactivar la alarma. Mientras, sus hermanos se subieron detrás, abrochándose el cinturón antes de que su contrario notara que no lo tenían y los regañara.

—Oye, ¿crees que la abuela se enoje si conduces tú, en vez de llamar a uno de los choferes? —cuestionó Aoba como un niño pequeño, aferrándose al asiento del conductor y observando con curiosidad hacia delante. Ahora que lo pensaba, nunca había visto conducir a Sly.

—Si quisiera que un chofer conduzca hubiese subido a la limusina —respondió, como si estuviera diciendo un claro ¿No es obvio? Arrancó el auto justo cuando la puerta del garaje terminaba de abrirse.

Antes de que Aoba pudiera quejarse por su contestación, el celular de Shiroba comenzó a sonar escandalosamente.

—Apaga esa porquería, me distrae —se quejó Sly una vez el vehículo salió a la carretera, empezando su camino hacia el centro, mismo que quedaba algo lejos.

—¡Deberías estar feliz! —chilló el peliblanco con una voz burlona— Mizuki dijo que ya está en el centro desde temprano. Al parecer, su tío le pidió ayuda en uno de los locales que hay allí.

—¿Por qué tendría que estar feliz por verlo? —preguntó Aoba, apoyándose en el asiento mientras observaba su celular con algo de aburrimiento. Después de lo que ocurrió en la noche, no quería entrar al facebook.

—Es normal si es su pareja —Sly fulminó con la mirada a su hermano por el espejo retrovisor; sin embargo, Shiroba lo ignoró sacándole la lengua—. Y debo decir que, a pesar de que maneja a una niña caprichosa, el lemon que hace no está tan mal —terminó soltando una tremenda carcajada, mientras Aoba se hacía chiquitito en su asiento con la cara toda roja. Él nunca había roleado lemon y menos en estados públicos.

—Jah, como siempre leyendo todo lo que escribo. Necesitas ayuda, ¿verdad? —se mofó el mayor en un intento de parar las burlas y devolverle lo que le estaba haciendo, era una lástima que Shiroba fuera un descarado de primera.

—¡Claro que sí! Incluso le di me gusta a todos los comentarios como buen hermano que soy —en ese punto Aoba no sabía si tirarse por la ventana o intentar asfixiarse, ¡Sus hermanos estaban locos!—. ¿Por qué tienes esa cara? ¿Qué nunca leíste lemon? —cuestionó, dirigiendo su atención al otro peliazul, a lo que Sly reprimió un suspiro de alivio, ya había encontrado otra presa.

—N-no —contestó casi con miedo—. ¡Y si leyera no le daría me gusta! —agregó todavía más rojo, puesto que su mente ya estaba empezando a imaginar escenas nada decentes con cierto rubio.

—¿Por qué no? Si te gusta, deberías hacerlo. Así los alientas más —como le encantaba fastidiarlos, eran tan diferentes y tan iguales a la vez.

—Claro Aoba, sigue su ejemplo, así quedarás como un tremendo pervertido acosador —bufó Sly con sarcasmo, intentando prestar atención al camino. Si seguían así, seguramente terminaría chocando contra el primer poste que se le pusiera en frente.

—Ni siquiera roleo eso —se quejó enfurruñado, cruzándose de brazos. Si bien, muchas veces algunas cosas con el PJ de Noiz subían de tono, no habían llegado a nada.

—OH DIOS, ¡¿VIRGEN?!

Un potente golpe se escuchó dentro del auto. Sly le había tirado su propio celular en la cara a Shiroba para que se callara.

—Ouuuch —lloriqueó, sobándose la nariz mientras Aoba volvía a pensar seriamente en tirarse por la ventana.

—Seguramente tu gritito lo escuchó medio vecindario —un nuevo récord, consiguió que Sly se sonrojara, y es que… ¡¿CÓMO CARAJOS IBA A GRITAR ESO CON TODA LA VENTABA ABIERTA Y A TODO PULMÓN?! A veces pensaba que era adoptado, luego veía el parecido físico y se resignaba.

El resto del viaje, unos quince minutos, fue tranquilo.

Tranquilo, mas no normal, ya que Shiroba, hablando más bajito con miedo de que Sly le tirara otra cosa —lo creía capaz—, se la pasó dándole consejos a Aoba para que incitara a su partner a tener lemon.

—En resumen, tengo que ser una reverenda zorra —completó el Seragaki, bajando del auto.

—¡Claro que no! ¿Escuchaste algo de lo que dije? —bufó Shiroba, imitándolo.

—Solo la mitad —admitió su contrario, soltando una risa divertida.

—Oigan, dejen de hablar estupideces y ya vamos a donde sea que quieran ir —chistó Sly con fastidio luego de encender la alarma del auto, ya habían llegado. Parecía un padre complaciendo los caprichos de los hijos revoltosos.

O un guardaespaldas con muy mal carácter.

—¡Vamos al local donde está Mizuki! Dijo que también está Koujaku y alguien más…uh…se me olvidó el nombre —ladeó su cabeza con una mueca pensativa, comenzando a caminar seguido de sus otros hermanitos, mismos que hicieron una mueca resignada, siguiendo a Shiroba.

Aquel Centro era uno de los mejores de la Ciudad, tenía desde guarderías hasta locales de comida y ropa. Se podría decir que era especial, ya que no había cosa que no encontraras allí.

Los tres se dirigieron hacia la escalera eléctrica, el local del tío de Mizuki se encontraba en el segundo piso. O bueno, eso es lo que le había dicho en el mensaje. Al tener un año más, no se veían demasiado en el colegio. La verdad, era que empezaron a tratarse a través del Rol, aún recordaba la cara de pánico que había puesto Sly al saber que lo conocía en la vida real.

—¡Hey! Hola, chicos —saludó el moreno, tan amigable como siempre, apenas les vio entrar. El local se trataba de nada más y nada menos que una cafetería. El ambiente era relajante y lo suficientemente grande para que cualquiera se sintiera cómodo.

—Hola, Mizu —Shiroba le mostró una de sus tantas sonrisas al igual que Aoba, mientras Sly tan solo movía ligeramente la cabeza a modo de saludo.

—¿Shiroba?

El nombrado volteó al oír su nombre y, apenas vio de quién se trataba, se le tiró encima como si fuera un bebé.

—¡Kou~chaan!

—Eh, y-yo también me alegro de verte —murmuró Koujaku algo nervioso, no estaba acostumbrado a que lo mimara delante de sus hermanos. Aoba era pasable, pero Sly a veces intimidaba con tan solo una mirada.

—Me pregunto si en verdad…está enamorado de él —pensó Aoba con curiosidad, seguía creyendo que él era el único tonto que se enamoró del user, ya que Shiroba le había dicho que hacía todo eso para fastidiar al japonés y que no eran nada, pero sus acciones… eran demasiado reales. Además de que, anteriormente, había mencionado algo sobre que Sly y Mizuki salían. ¿En verdad estaba tan perdido? ¿Así de despistado era? ¡Y él sintiéndose mal cuando sus hermanos ya tenían pareja y todo!

Un aura negra se formó a su alrededor, condenado a estar solito.

—Oh, pueden ir a tomar asiento, esta vez no hay nadie que me ayude así que traje a Clear y a Koujaku. Los tengo como esclavos —informó Mizuki con una sonrisa inocente, provocando una sonora carcajada de Shiroba y una mirada burlona de los otros dos hermanos. Señaló con la mirada a un chico albino, de cabello corto y desparramado y unos amables ojos rosados. Se encontraba tomando el pedido de una mesa, aunque parecía estar algo incómodo ya que, en vez de decirle de una buena vez lo que querían, estaban coqueteándole.

—¿Alguna vez lo llamarán para pedirle algo de verdad? —Koujaku rió, esa era la sexta vez que lo mantenían en la mesa sin decirle lo que pedirían.

—Nosotros vamos a sentarnos —avisó Sly, yendo directamente hacia una mesa algo apartada. Sin querer se había quedado mirando a Mizuki y Shiroba le mandó una mirada que no le gustó para nada.

—¡Yo los ayudo a atender! —chilló el peliblanco emocionado, mejor si estaba al lado de Koujaku. Para fastidiarlo, según él.

—… —Aoba observó unos segundos más a Clear antes de seguir a su hermano, le había preguntado con la mirada a Koujaku y éste se lo confirmó. Ese era el chico del que le había estado hablando por chat— Bueno…no es feo —admitió en un murmullo, sentándose mientras veía cómo Shiroba iba hacia una de las mesas para ayudar al pobre albino que ya no sabía qué hacer para huir de allí.

—¿Quién no es feo? —preguntó Sly, arqueando una de sus cejas.

—¿Y bien? ¿Qué van a pedir ustedes? —Aoba casi gritó de alivio cuando el mismísimo Mizuki vino a tomarles el pedido, impidiendo que respondiera la anterior pregunta— Por cierto, mi tío ya no tarda en llegar con los demás, así que enseguida vendremos con ustedes.

Y como si lo hubiera invocado, el mismo entró por la puerta seguido de dos chicos que parecían gemelos a primera vista. De hecho, lo habría afirmado de no ser porque ya los conocía: Virus y Trip.

Mizuki se acercó a hablar con ellos, mientras Clear, Koujaku y Shiroba, se acercaban a Sly y Aoba, que parecía querer desaparecer.

—Él es Clear —presentó el japonés, como quien no quiere la cosa, sentándose seguido de los otros dos.

Una tímida sonrisa se formó en los labios del nombrado, inclinando levemente la cabeza a modo de saludo.

—Oh, le estaba comentando a Kou~chan que nos enseñarías a rolear lemon, ¿verdad, Sly? —cuestionó burlón.

—¿Que te enseñaría qué? —esta vez habló Mizuki, dejando la bandeja donde tenía el pedido de cada uno sobre la mesa, antes de sentarse a un lado del Seragaki mayor.

—Shiroba dijo que hay que ser una zorra para que tu partner te dé duro —Sly siguió el juego, no es como si se fuera a dejar ganar por su hermano.

Aoba solo miraba sin intenciones de meterse, tomando la chocolatada que había pedido al igual que Clear, que observaba todo con ganas de reírse.

—No he dicho eso —se quejó como un niño pequeño, cruzándose de brazos.

—¿Pero cómo llegaron a hablar de eso? —preguntó el moreno, conteniendo una carcajada.

—Es que estábamos hablando del rol lemon que estaban haciendo en público…

—Ehh no pierden el tiempo —se burló Koujaku y Mizuki casi escupe lo que estaba tomando, mientras Sly desviaba la mirada como si no hubiera escuchado.

—Y de que Aoba no roleo ni una sola vez uno, completamente virgen —siguió como si nada, pero a diferencia de Mizuki él sí que escupió lo que estaba tomando…sobre la ropa de Clear, que estaba frente a él.

—Cof cof l-lo… ¡Lo siento! —casi gritó todo abochornado, ¡Su hermano y sus estupideces legendarias!

—E-eh…está bien —negó Clear, sonriendo algo nervioso mientras se levantaba para intentar limpiarse.

—¿Por qué no lo acompañas al baño a limpiarse? Encima que le escupes —Shiroba lo había dicho a propósito, Koujaku ya le había contado sobre lo que sentía el peliblanco y un buen empujón estaría bien.

—Pue-puedo ir solo —musitó Clear, un tierno sonrojo comenzando a invadir sus mejillas. Sin agregar algo más, se dirigió hacia el baño con rapidez.

Sly negó levemente ante la actitud de Shiroba y Aoba, creyendo que había hecho eso por él, se sintió mal y siguió al peliblanco sin decir nada.

—Tú y tus cosas pervertidas —bufó el mayor, rodando los ojos.

—Vamos vamos, después de todo somos RP, es normal —rió el japonés, restándole importancia al asunto.

—Yo no le daría me gusta ni borracho si estuviera leyendo lemon público —admitió Mizuki, encogiéndose de hombros.

—Es como leer un One Shot en el que al segundo párrafo ya dice pene —Shiroba hablaba tan natural que daba envidia—. ¿Qué? Ni que fuéramos mujeres —murmuró con un puchero al ver la mirada de los demás.

—Todavía no sé cómo teniendo un partner así no hayan hecho algo —comentó el moreno, entrecerrando sus párpados con sospecha.

—Seguro que no en público, pero sí por inbox. Aunque eso debe ser por Koujaku, si es por Shiroba estaría todo en su muro y destacado para que lo vieran —Sly sonrió de lado, no le molestaba en absoluto tener un hermano tan pervertido y sumiso a la vez—. Seguro eres el uke —se burló.

—Por supuesto, viene de familia. Apuesto a que te gusta que te den duro. Mmh…corrijo, apuesto a que te gusta que Mizuki te dé duro.

En ese punto Koujaku y Mizuki no sabían dónde esconderse, sí que se habían juntado con un par de hermanos especiales.

—Yo no soy el sumiso —se quejó Sly, frunciendo el ceño.

—¡Claro que lo eres! Esta vez solo pasaste porque tu PJ es masculino, pero si fuera una pareja gay estarías gritando ¡AH, AH AHH, MÁS DUR-…! —Koujaku le tapó la boca antes de que siguiera gritando, mientras veía todo rojo cómo algunas personas de las mesas cercanas los veían raro.

—¿Por… por qué no terminamos esto así cuando vienen Aoba y Clear, vamos a dar una vuelta? —cuestionó el moreno, rascándose la nuca con nerviosismo mientras Sly comenzaba a tener instintos asesinos hacia su lindo hermanito.

[...]

—De verdad lo siento —murmuraba Aoba cada dos segundos, viendo cómo Clear se limpiaba sin hacer nada. A decir verdad, ¿Para qué había ido?, no es como si el chico no supiera limpiar su remera por sí solo.

—Está bien —sonrió Clear, tirando el papel al cesto luego de lavarse las manos.

—Pero te manché todo —el Seragaki un poco más y hacía un puchero, por suerte la remera era azul; sin embargo, se notaba un poco.

—Más importante, esto… ¿habló con Koujaku-san? —preguntó algo inseguro, mas debía aprovechar que estaban solos.

—¿De qué? …¡Ah! —empezó a sentir su carita caliente al recordar lo que el japonés le había dicho por chat. No iban a hablar de eso justo ahí, ¿verdad?

—Lo siento si es muy repentino, pero…quería aprovechar ahora que estamos solos —musitó algo nervioso, desviando la mirada hacia cualquier parte que no fuera su contrario.

—Bueno… me dijo que querías ser la pareja de mi personajes, p-pero…ya tiene una, lo lamento. Ehm…será mejor que regresemos antes de que nos vengan a buscar —intentó zanjar el tema. Estaba mintiendo, claramente, ya que Koujaku le había dicho claramente que gustaba de él, no solo de su personaje; sin embargo, no creía que fuera el momento para hablar de ello y menos cuando apenas se enteraba de que iban en la misma clase.

Clear frunció levemente el ceño, percatándose de sus intenciones; mas no lo dejaría ir, no estaba en sus planes perderlo sin siquiera haberlo intentado.

Reuniendo el poco valor que tenía, caminó rápidamente hacia Aoba y, antes de que pudiera abrir la puerta para salir del baño, lo tomó del brazo, jalándolo hacia él con fuerza.

—¡! —los ojos del Seragaki se abrieron con sorpresa al verse apresado entre los fuertes brazos del albino. Sus manos quedaron apoyadas en el pecho de éste, ya que de lo contrario su rostro hubiera dado de lleno contra su pecho debido a la fuerza con la que fue jalado.

Levantó la mirada algo temeroso por la manera en la que le rodeaba, se notaba que tenía un buen físico, algo que podía notar muy bien al estar pegado completamente a él. Otra cosa por la cual abochornarse.

—Aoba-san... —murmuró, mordiéndose el labio inferior. Estaba tan cerca del chico y tan lejos a la vez, llegaba a doler— No quiero que deje de lado lo que siento por usted, porque es verdadero —su voz era condenadamente tierna, estaba empezando a marear al más bajo.

—B-bueno…está bien, pero ahora debemos volver porque… —desvió la mirada, intentando alejarse. Eso era lo más extraño que le pasó en su corta vida.

Sin embargo, Clear lo tomó delicadamente del mentón, haciendo que sus miradas chocaran. Apretó aún más el cuerpo de Aoba contra el suyo y acercó sus labios con lentitud, mientras éste solo podía pensar, en medio de tanto nerviosismo:

—¡¿Cómo demonios se supone que me separe?!


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