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Roma por Samu

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Bueno en fin, hasta dentro de un tiempecito noa ctualizare nada mas. os pido que le deis una oportunidad a Cazadores (Y si se la habeis dado dejadme reviews plis) que la actualice de nuevo.
También hic eun nuevo fic, Gran Hermano, sobre varias series manga muy divertido y calentorro xD
Bueno, disfrutad del cap. se que es poco pero es lo que me dio tiempo a escribir.

                                                            DEW y bs

Aquella noche Julio descansaba plácidamente en su cama, gozando de la suave brisa que entraba. La casa se encontraba en total silencio. La puerta del cuarto de Julio se abrió lentamente. Marcos entro en la habitación del joven sirviente y se acerco a él silenciosamente. Julio se despertó levemente al notar una mano recorriendo sus piernas, subiendo hacía su trasero aunque no hizo ningún movimiento brusco.
Marcos siguió disfrutando del cuerpo del chico un rato mas acariciándolo. Luego se acerco a la oreja del joven sirviente-Se que estás despierto-
Aún después de escuchar esto Julio siguió intentando parecer dormido. La mano de Marcos se fue dirigiendo desde el trasero hasta la delantera del joven muchacho quien comenzaba a ponerse nervioso.
-¡Vamos despierta!-el tono de Marcos sonó duro. El legionario cogió con fuerza la delantera del chico haciéndole daño y por igual, gritando aunque Marcos le tapo la boca con su mano para que no gritara-No estropees esta noche por favor-Marcos comenzó a masturbarlo rápidamente mientras lamía el cuello del muchacho.
Elevo sus caderas y se quito la túnica, Julio hundió la cabeza en la pobre almohada esperando a que llegara el momento.  Con gran fuerza Marcos entro en el muchacho.
-¡AAAH!-Sudoroso Julio se levantó de la cama y observo hacía la puerta-Todo ha sido una pesadilla-murmuro Julio quien no podía parar de mirar hacía al puerta.
Se volvió a acostar intentando dormir, y el sonido de la puerta abriéndose le sobresalto.
Alguien entró en la habitación, Julio comenzó a ponerse nervioso. Una mano por su pierna subiendo pero esta vez se detuvo.
Se giro para acallar la intriga que en su interior había.
-Alejandro-murmuro.
-¿Te desperté? Lo siento-Alejandro retiro la mano rápidamente.
-No... pasa nada-
-Bueno... te dejo descansar-Alejandro se levantó y dirigió hacía la puerta.
-Espera... tengo que decirte algo-
-¿Si?-
-Yo... fui uno de los... que...-las palabras se le atragantaban en la garganta-se... acostó con tú mujer...-
Alejandro se quedo en estado de shock.
-Pero fue por orden suya, si no lo hubiera aceptado me habría castigado ¿Comprendes?-
-Por supuesto...-Alejandro salió de la habitación cerrando la puerta tras de si.
Julio bajo la mirada pensando en como se lo habría tomado Alejandro. 
 
A la mañana siguiente Julio ya se encontraba mejor, se dirigió a la cocina con la intención de ayudar a las sirvientas, allí se encontraba Penélope observándole con gran odio pero a la vez con regocijo, se acerco a él y le dijo-¿Cómo se  lo ha tomado?-
¿Cómo se había podido enterar? ¿Sería que Alejandro se lo habría contado? No, aquello era imposible, después de la fuerte disputa que tuvieron no pensaba que pudieran arreglarse.
-¿Seguro que te encuentras bien?-le dijo una de las sirvientas.
-Si, tranquila. Dame, se lo llevare yo-dijo Julio mientras cogía el desayuno de Alejandro.
Subió las escaleras hacía el dormitorio de Alejandro, abrió la puerta y se lo encontró sentado en el borde de la cama. Levanto el rostro hacía él y le observo. Durante unos instantes Julio temió que Alejandro le pidiera que se marchara pero no fue así, al contrario, le dijo que pasara.
El sirviente se situó delante de su señor y le miro, dejo la bandeja a su lado y se arrodillo pegando la cabeza al suelo.
-Perdóneme por favor. Se que merezco un castigo y...-
Alejandro posó su mano en la barbilla del joven, elevo su cara haciendo que ambos se observaran.
-Lo siento...-
-Calla-Alejandro calló a Julio con un beso. El joven sirviente se quedo estático durante unos instantes, cuando volvió a la tierra observo a Alejandro, quien se despojo de sus ropas, cogió a Julio y le echó en la cama. Lentamente también le quito las ropas a él.
Julio pensaba que todo aquello tenía que ser un sueño.
Alejandro se situó sobre su sirviente y le observo unos momentos, besó sus cálidos labios, luego pasó al cuello el cual acarició con su lengua. Fue bajando hacía el torso de Julio mientras besaba cada centímetro de piel que se pusiera en su camino.
Llegó al ombligo el cuál acarició lentamente, bajo un poco mas y recorrió con su lengua la masculinidad del muchacho quien comenzó a jadear regularmente.
Luego volvió a subir y observó los ojos de su sirviente.  Alejandro elevo las caderas del muchacho y lentamente fue entrando en él. Alejandro notó como Julio intentaba reprimir un grito de dolor.
-¿Te duele?-
-Da... igual... continua-
Alejandro siguió hasta llegar al final del trayecto, espero unos segundos a que Julio dejara de temblar levemente y luego fue embistiéndole lentamente.
Julio gemía al compás de Alejandro. Ambos sudorosos continuaron un poco más hasta que unos alargados gemidos indicaron que todo había concluido.
Ambos se recostaron en la cama y se taparon con las sabanas sus partes nobles.
En ese preciso instante entró Marcos quien les observo y salió de la habitación pidiendo disculpas a ambos.
Cuando cerró la puerta ambos chicos se miraron y muy rápido se levantaron y se dirigieron hacía la puerta pero Marcos ya salía de la casa.
-Ve, y pídele que no diga nada-le dijo Alejandro a Julio-Yo tengo que ir al templo, adiós-
-Esta bien-Julio fue corriendo tras Marcos. Julio corrió tras este hasta que le perdió de vista en un callejón-Bueno, volveré a casa-dijo mientras se giraba hacía la salida del callejón, pero justo allí se encontraban unos hombres altos y fuertes que lo observaban con expresión maléfica en su cara.
Julio decidió que era mejor ir por el otro lado, pero allí también había mas matones de estos.
Julio se encontraba en un callejón sin salida a ambas bandas. Julio reunió todo su valor y se dirigió hacía la salida del callejón para ver si podía intentar pasar con los menos daños posibles.
Pero justo cuando pasaba por entre ambos uno de ellos le cogió del hombro y le echo hacía atrás chocando con otro de los matones.
-Vaya, eres un chico muy guapo ¿no? Tendremos que arreglarte la cara, y el cuerpo también-dijo uno de ellos mientras le golpeaba en el estómago tan fuerte que hizo que el pobre Julio escupiera sangre.
Le golpearon por toda y cada una de las partes de su cuerpo dejándole destrozado, con moratones por todo el cuerpo y tirado en el suelo con un charco de sangre.
-Vamos a darle el golpe de gracia-dijo otro de los matones mientras sacaba una espada. La situó sobre el cuerpo de Julio y la descargó sobre este.  

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