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Bajo la luz de la luna. (EDITANDO) por Makaxd-

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Notas del capitulo:

Bueno primero que todo, les dije que me demoraría en actualizar (aunque no creí que me tomara mucho) Este capítulo me costo un montón en escribirlo, solo espero que al final me dejen sus comentarios, no les pido nada del otro mundo u.u... 

Acostumbrada a obtener siempre lo que deseaba, creyó que eso también se aplicaba a la persona que ella amara.


Ser la pequeña hija del Alfa perteneciente a la segunda manada más fuerte de la especie felina, le permitió crecer en un ambiente rodeada de lujos y comodidades, en el cual sus progenitores, como su hermano, la protegieron y malcriaron cumpliendo cada uno sus caprichos.


Los jóvenes de su edad intentaban llamar vanamente su atención, deseando convertirse en su pareja, pero ella los rechazaba, ya que en su corazón solo había lugar para aquel hermoso ángel de cabellos dorados y ojos verdes que conoció en su infancia.


Aún recuerda el día en que se enamoró perdidamente de él.


Bajaba las largas escaleras, sosteniendo entre sus brazos a su pequeño oso de peluche. Sus cortos pasitos caminaban lentamente hacia la sala, donde se podía escuchar las voces de sus progenitores conversar con dos desconocidos.


Al llegar al lugar, el bullicio seso. Los presentes dirigieron sus miradas a la pequeña niña que vestía un hermoso vestido floreado.


- Andrea ¿Qué haces por aquí? -le pregunto la melodiosa voz de su madre


- Deseaba estar con ustedes -respondió algo apenada.


- Llegas en un buen momento, hija -dice su padre, levantándose del sillón y caminado hacia la pequeña- Te quiero presentar a mis amigos Emily Baronet, Mike Henderson y a su hijo Jonathan.


Sus ojos azabaches se cruzaron con esas hermosas gemas esmeraldas. La verdosa mirada penetrante estremeció involuntariamente su cuerpo. Todo lo que había a su alrededor de pronto dejo de existir, para ella solo estaba él.


“Lo quiero para mí”-fue lo que pensó en ese entonces.


Desde ese día, hizo lo imposible para convencer a su padre para que la comprometiera con él, con su hermoso ángel. Y, cuando al fin cumplió su sueño, creyó que su amado Jonathan estaría feliz porque estarían juntos pero que equivocada estuvo.


Ahora su pobre corazón se oprimía dolorosamente en su pecho. La cruda realidad que presenciaba sus ojos azabaches al ver como el hombre que amaba, abrazaba protectoramente a otra persona que no era ella.


- Esto no está pasando -negaba una y otra vez- Nosotros estábamos comprometidos. Nos amábamos ¿cierto? -le mira suplicante.


- Yo nunca te quise, Andrea.


- ¡Mientes! -azota su pie contra el suelo.


Jonathan suelta un largo y pesado suspiro. La actitud necia de la mujer lo estaba fastidiando, es por esa razón que no le importo herir más los sentimientos de la pelirroja


- Quiero que se vallan ahora, antes de que se me acabe la poca paciencia que me queda.


La femenina reacia a seguir sus órdenes, se prepara para objetar, sin embargo, cuando es detenida por su hermano.  


- Andrea, vámonos -sujeta firmemente sus hombros


- Déjame, Héctor -responde furiosa.


El castaño sin tomar en cuenta las protestas de su hermana, la alza entre sus brazos, caminando con ella hacia el automóvil que los esperaba en la entrada. Por la ventanilla mira por última vez al peliblanco.


- ¡Te arrepentirás por esto, Jonathan! ¡Tú y esa rata sufrirán! -le reprocha desde el auto.


- Es mejor irnos a la habitación -susurra en el oído del Omega, recibiendo un asentimiento de su parte.


***


- ¿Te encuentras bien? -pregunta una vez estando en la habitación que compartían.


- Sí, solo… me tomo por sorpresa que tuvieses una prometida -lo mira directamente a los ojos, sentándose en la orilla de la cama.


- Eso fue un arreglo entre mi padre y el de ella. Por mi parte, nunca estuve de acuerdo con ese absurdo compromiso -acaricia su mejilla- Yo te quiero a ti.


Noah podía sentir la temperatura de su rostro caliente, podría hasta apostar una gran cantidad de dinero que sus mejillas estaban de un color carmesí. Avergonzado, desvía su mirada azulina hacia el suelo, mordiéndose levemente el labio inferior, intentando calmar el alocado palpitar de su corazón.


- Te ves adorable, cachorro -susurra cerca de su oído con voz ronca y suave, provocando que el menor se estremeciera.


- ¿N-no deberías de irte a continuar con tus deberes? -pregunta, arrastrando su cuerpo por la cama, con la intención de alejarse de Jonathan.


- Me es mucho más tentadora la idea de estar aquí, solos. Tú y yo- pronuncia de forma seductora, a la vez que se acercaba tranquilo hacia él.


Acorralado por el respaldar de la cama y sin posibilidad de huir, el rubio de un rápido movimiento lo apresa bajo su cuerpo. El calor corporal de cada uno los atraía como si fuesen unos imanes, deseosos de unirse y fusionarse.


- Me vuelves loco -susurro contra los labios ajenos del menor, para luego cortar la poca distancia, uniéndolos en un demandante y lujurioso beso, de esos en donde sus lenguas se entrelazaban, formando una danza erótica y apasionada. 


La falta de oxígeno se hizo presente, obligándolos a separarse en contra de sus deseos, quedando solo unidos por un delgado hilito transparente. Sus respiraciones agitadas y calientes se mezclaban entre sí.


- Sabes lo que sucederá ahora ¿no? -inquirió con su voz ronca por el deseo, provocando que una descarga eléctrica recorriera la columna vertebral del Omega- Te hare mío, una y otra vez -besa lentamente su cuello, dejando un rastro visible de saliva.


Las manos masculinas recorrían con delicadeza la figura esbelta del menor, deteniéndose de vez en cuando en el vientre abultado, en donde con mayor anhelo se dedicaba a acariciar.


Con paciencia y destreza comenzó a deshacerse de las prendas de vestir, dejándolo con solo su ropa interior. Sus ojos recorrían cada rincón de semejante ser que se encontraba bajo su cuerpo, sonrojado hasta las orejas, tembloroso a la espera de alguna acción de su parte, esos botones rosas erguidos e hinchados invitándolos para que los probase y esa pequeña curva en su vientre, que evidenciaba que sus cachorros estaban allí.


De forma inesperada, unas pequeñas manos se colaron por debajo de su camiseta, recorriendo espaciosamente su abdomen y pecho. Gustoso por saber que su Omega empezaba a tomar la iniciativa por voluntad propia, se coloca de rodillas sobre el colchón, para despojarse apresuradamente de sus ropajes, quedando completamente desnudo a la vista de cierto chiquillo que observaba con deseo ese cuerpo viril. Noah se deleitaba con ver esos músculos que se marcaban cada vez que se movía, y que decir de ese enorme falo, que lo llevaba hasta el mismísimo cielo. Un creciente deseo lo embriago, produciéndole cosquilleos bajo su vientre y despertando su pequeño miembro.


“Lo quiero dentro de mí” -inconsciente se mordió su labio inferior.


- ¿Te gusta lo que ves? -susurra, dedicándole una sonrisa ladina, haciendo que el menor desviara la mirada apenado.


Sin esperar más, Jonathan se acomoda entre sus piernas, retirándole la única prenda que le quedaba. Nuevamente atacó los labios rosados e hinchados por sus besos, mientras qué, sus traviesas manos masajeaban y apretaban los suaves globos de su trasero, provocando que el menor arqueara la espalda.


- Ah -jadeo al sentir como uno de los largos dedos del varón se adentraba en su canal, preparándolo con lentitud para poder recibirlo. No pasó mucho tiempo para que otro digito se le uniera, adentrándose un poco más que el primero; comenzando con movimientos de tijeras que extendían más sus paredes internas.


De sus labios se escapaban leves gemidos, que se perdían por los fogosos besos que recibía del rubio. Su cuerpo se retorcía en el placer que recibía por las atenciones que le daban. Quería más, mucho más. Él y su tigre necesitaban sentirse completos, llenos y queridos por su Alfa.


Con un repentino impulso que nació desde lo más profundo de su ser, cambia velozmente las posiciones en las que se encontraban, quedando él arriba de un sorprendido Jonathan. Ni siquiera le dio un minuto para que reaccionara, cuando ya tenía sujeto el viril miembro, dirigiéndolo hacia su dilatada y húmeda entrada, empezando a penetrarse lentamente. El grito, mezclado de placer y dolor se hizo oír por toda la habitación. Por sus ojos algunas lágrimas escaparon sin su permiso, recorriendo sus mejillas sonrojadas.


Cuando estuvo por completo el palpitante glande en su canal, los brazos fuertes de Jonathan lo apresaron contra su pecho, masajeando su espalda para tranquilizarlo y relajarlo.


- No debiste hacerlo, cachorro -susurra cerca de su oído, besando su cuello, en donde se encontraba la marca de su unión, ganándose un estremecimiento por parte del ojiazul.


-Y-yo…


-Shh, tranquilo -acuna con sus manos su rostro, quitando con sus pulgares las pocas lágrimas que salían de los ojos zafiros- ¿Te encuentras bien? -pregunta, esperando una afirmativa, que no se demoró en llegar.


Noah, inconscientemente comenzó a mover sus caderas, suspirando y jadeando en cada movimiento que ejercía, cuando, de un momento a otro, su cuerpo se hallaba de nueva cuenta recostado en la cama y sus piernas estaban siendo abiertas ampliamente, para luego ser atacado por una fuerte estocada, seguida de otras más, arrancándole sonoros gemidos de sus labios.


El vaivén era continuo y rápido, unos tras otros, cada vez más fuertes y veloces. El sonido de sus pieles chocar en cada envestida era opacado por los gemidos y gruñidos de placer, escuchándose por la habitación.


Las mordidas de su cuello y los arañazos de su espalda que le hacia el Omega, lo incitaban a aumentar la velocidad de las penetraciones, acercándose más y más al clímax.


Una, dos y tres estocadas bastaron para que el menor fuera el primero en liberar su esencia blanquecina, manchando sus vientres y parte de sus pechos, siendo seguido por el mayor, que al sentir como la cavidad de Noah se contraía gustosamente alrededor de su miembro, libero su semilla, llenando con ese líquido caliente el interior del menor.


Cansado por el reciente orgasmo, sus zafiros ojos se empezaron a cerrar con pesadez, hasta sumergirse en el mundo de los sueños. Jonathan al ver que su cachorro yacía en brazos de Morfeo, retira con cuidado su flácido miembro, para luego cubrir sus cuerpos con las sabanas y frazadas.


Sus verdes esmeraldas observaban con ternura el rostro durmiente de su pareja, sonriendo de vez en cuando por las expresiones que realizaba en sus sueños. Un largo suspiro salió de su boca al recordar la inesperada visita de Andrea, ahora por nada del mundo no podría retractarse, tendrá que colocar en marcha sus planes antes de que las cosas se salieran de control.


El primer paso es formalizar su relación con Noah, presentándolo a toda su manada y hacer el ritual de la luna, para que todos conozcan sobre su emparejamiento con el Omega. Lo segundo será organizar una reunión con los otros líderes de manadas felinas que están a su disposición, para realizar las medidas de prevención en caso de guerra en contra los lobos.


Jonathan sabía que habría una guerra con esa especie, ellos son lo que más están buscando información sobre el paradero a su compañero. No permitirá que esos malditos se acerquen a su cachorro.


Es mío y de nadie más” -gruñó para sus adentros, mientras abrazaba posesivamente la delgada cintura del menor, atrayendo su cuerpo hacia el suyo. Con ese pensamiento en su mente poco a poco se fue quedando dormido.


***


En otro lugar, no muy lejos de la mansión, se encontraba una pelirroja acorralando a una joven mujer de cabellos azabaches y ojos miel, con su vestimenta típica del servicio.


- Seguirás cada una de mis órdenes, si no quieres que tu asquerosa familia muera por tu culpa -le agarra del cuello con una mano, asfixiándola con una lentitud tortuosa.


-H-hare l-lo que… u-usted desee- responde de manera dificultosa.


La pelirroja le dedica una sonrisa maliciosa, a la vez que la suelta, provocando que la mujer cállese al suelo y que tosiera descontroladamente.


- Te convertirás en mis ojos y oídos en esa casa, informándome de todo lo que suceda en ella, en especial lo que haga esa maldita basura que ahora es la pareja de tu señor ¿entendiste?


- S-si


- Ahora desaparece de mi vista, inútil -antes de que la azabache se retirase, la pelirroja le sujeta del hombro- No quiero que nadie se entere sobre mí, porque serás tú y tu familia las que pagarán las consecuencias -una vez terminado de advertirle, deja ir a la pobre chica corre asustada hacia la mansión.


- ¿Estás segura de lo que haces, Andrea? -consulta aquella voz masculina detrás suyo.


- Héctor, nadie me quita a mi hombre, ni mucho menos esa puta. Quitaré de mi camino a cualquiera que se interponga en mi relación con Jonathan -le mira seria- Además tú también puedes salir ganando, hermanito.


- ¿De qué hablas? -pregunta extrañado por el cambio repentino de la actitud su hermana.


- Vi como lo mirabas -sonríe de medio lado- Si me ayudas a sacarlo de mi camino, yo te ayudaré a que lo conquistes ¿Qué me dices?


Guardo por un segundo silencio, observando detenidamente a su hermana


- Esta bien, te ayudaré -suspira resignado- Solo lo hago por él.


- Sí, si lo que tú digas -rueda los ojos aburrida; emprendiendo su caminar hacia el vehículo, siendo seguida por el castaño.


 

Notas finales:

¿Que les pareció el capítulo? ¿Algunos quieren a Andrea o a Héctor? xD Les hice lemon (que no se como me quedo) para compensar mi demora y además de que ya era hora que esos dos hicieran eso  *u*jejeje. Por favor díganme que les pareció este capítulo, ya que enserio te desanima que solo poquitos comenten en los capitulos...

 

Me despido de ustedes con un abrazo y nos vemos a la próxima bye.


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