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Jamás besado. por Pandy

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Notas del capitulo:

Erm...me tardé mucho. 

El disclaimer de siempre.

Jamás besado

Parte II

 

"You said keep our business on the low-low

i'm just try'na get you out the friendzone

cause you look even better than the photos"

The Hills- The Weeknd

 

Ni bien comenzaba el día, el cocinero de la embarcación ya se encontraba en su lugar de trabajo preparando café para las chicas y para él y alistando los ingredientes para el desayuno que consistiría en emparedados de pierna de monstruo marino y frías malteadas de chocolate. Escucho unos fuertes toques en la puerta de la cocina y refunfuño. “El marimo” pensó y estaba en lo correcto; este a su vez, se abrió paso en la cocina, bostezando exageradamente y rascando sus partes nobles sin ningún pudor. Estaba harto de la conducta alcohólica del maldito musgo, no podía creer que ni salía el sol aún y el espadachín ya hiciera su entrada triunfal, exigiendo un tarro enorme de sake para el desayuno.

-Días, cocinero pervertido. Mi desayuno- Exigió el peliverde, mientras se sentaba en la mesa del comedor y subía sus piernas en el taburete.

El rubio se exalto, odiaba esa conducta grosera del otro y le soltó una patada que Zoro fácilmente logro esquivar.

-¡Marimo! Maldita sea, baja tus sucios pies de las sillas y por primera vez come algo decente en el desayuno, el alcohol hará pura mierda tu hígado.- exclamó enfadado, limpiando con un trapo y desinfectante la zona donde los pies del marimo había reposado. Este, sonrió socarrón. Encimo ahora sus pies sobre la espalda del rubio, el cual estaba encorvado en la misión de limpieza que él mismo se había encomendado.

-¿Y qué harás ahora ero-cook? ¿Te desnudaras aquí mismo y te desinfectaras la espalda? Oh, dime que sí. ¡Muero por ver tu miserable cuerpo desnudo!- picó Zoro y después, se carcajeó con la reacción del rubio el cual, estaba rojo como un jitomate. No se sabía si por la vergüenza de las palabras de Zoro o por el coraje o peor, de darse cuenta que la sexy Nami-swan estaba parada en la puerta de la cocina, absorta mirando la escena; con una diminuta bata semitransparente, que dejaba al descubierto sus dos grandes virtudes. Sanji comenzó a sangrar por la nariz, el peliverde ni se inmutó. Solo hizo uno de sus sarcásticos comentarios y lo mejor, hubiera sido no hacerlo.

-¡Hey mujer provocadora! ¡Un día de estos harás que se muera el cocinero de una hemorragia y yo no voy a limpiar y mucho menos lidiar con un fantasma pervertido!-

-¿QUE DIJISTE MALDITO? ¡Retráctate de lo que le dijiste a Nami-chwan! ¡Ella no es ninguna provocadora!- regresó su mirada a la pelinaranja, ella lo miraba tiernamente y le guiñó un ojo. Él, se desmayó de la emoción.

Zoro lo miró tirado en el piso y lo hizo a un lado de una patada, no soportaba como se ponía el maldito rubio con las mujeres. – ¿Y bien? ¿Ahora quien me servirá el sake?- miró a Nami y esta le devolvió la mirada, desafiante.

-¿Qué dijiste de mi maldito desagradecido?- cuestionó ella, tomando de la solapa al espadachín. Zoro enmudeció, había metido la pata. Ahora le debería hasta la vida a la mujer loca del dinero, ya estaba preparado para la infinita cuenta que le haría la navegante; se arrepintió de haberla llamado provocadora, loca, demente y todos los demás insultos que habían pasado incluso en su cabeza.- Te perdonaré la deuda que tienes conmigo con una condición- el marimo abrió los ojos como platos ¿perdonarle la deuda? ¿Toda? ¿Algo le había picado a Nami?

-Escucho…- dijo no tan convencido, la navegante era muy astuta y si él no se avispaba, ella le iba a pedir algo más bien imposible.

-Anoche que ustedes malditos no nos dejaban dormir…- empezó a relatar Nami- escuché que un idiota no ha dado su primer beso ya.-

-¿AHHH? ¿Eso que tiene que ver? – espetó enojado el espadachín, mientras su rostro pasaba por todos los colores del arcoíris.

-Tiene que ver mucho; con esto que te voy a proponer tu deuda podría ser borrada para siempre, por toda la historia…- El espadachín le puso toda la atención; No entendía como su primer beso y la deuda tenía algo en común. Lo que siguió le puso los pelos de punta. Nami prosiguió – También escuché que hay alguien muy- puso mucho énfasis en el muy- experto entre todos nosotros en cuanto a besos se refiere…Por lo que, te propongo esto marimo- se inclinó hacia Zoro y toco con su dedo índice la punta de la nariz del que tenía enfrente, el cual, estaba más rojo que la sangre que aún escurría de la nariz del cocinero- Si logras que tu primer beso sea con este idiota que está aquí- piso sin delicadeza el cuerpo inconsciente del rubio- perdonaré todas tus deudas, pasadas y futuras…-

-Y una mierda Nami.- No tenía por qué escuchar una estupidez tan semejante ¿Besar al rubio? Prefería comer mierda de monstruo marino a hacer eso y no, no es que le desagradara la idea de besar a un hombre, por raro que fuera, sino la idea de que fuera Sanji le parecía repugnante. Si se extinguieran todas las razas y solo quedara vivo el cocinero para besar, prefería amarrarse una roca de 1 tonelada al cuerpo y tirarse al mar con una pastilla de veneno en su boca. Al momento de intentar incorporarse y abandonar la cocina para que le quedara claro a la loca de Nami que él jamás aceptaría algo tan ridículo como eso, Zoro cometió un gravísimo error, uno que le costaría echar todas sus palabras por la borda. En lugar de apoyarse de la mesa para levantarse y huir de tan bizarra propuesta, había apoyado sus manos en algo suave, redondo, grande y carnoso. Algo que estaba tan cerca de él y que no pudo distinguir al momento de intentar huir.

Los pechos de la navegante.

Lo que pasó a partir de ese momento le puso la vida de cabeza al espadachín. El gritó que soltó Nami fue suficiente como para fragmentar el Red Line.

-¡ZORO COMO TE ATREVES!- grito sobre actuada la pelinaranja, tapándose con la poca tela de su bata sus exuberantes pechos- ¿COMO VAS A ENMENDAR QUE ME MANOSEASTE?-

-¡NO, NO, NO, MUJER ESCUCHAME FUE UN ERROR! ¡CIERRA LA BOCA! ¡HARÉ LO QUE QUIERAS!- Zoro estaba aterrado, ¿Cómo iba a poder mirarla a los ojos después de haberle tocado los senos? ¡A Nami! ¡Era como su hermana! Una hermana loca maniática, pero al fin, hermandad pura.

El grito despertó de inmediato al rubio, que se levantó y protegió con su cuerpo el de Nami. No, nada bien hecho en ese momento.

-¡Sanji-san!- lloriqueó Nami en la espalda del cocinero- No vas a creer lo que paso con…- Zoro corrió a taparle la boca. Si Sanji se enterara que sin querer, toco los pechos de su adorada Nami-swan su vida correría peligro.

-¡Nami-chan! ¡Quita tus sucias manos de encima de mi adorada Nami, maldito marimo!- Sanji manoteo los brazos de Zoro- Dime, ¿Qué sucedió oh mi dulce y sexy ángel del mar?-

-¡No pasó nada maldito cocinero! ¡Esta mujer se asustó por un rata que salió de la despensa!- mintió Zoro, tomando de la muñeca a la navegante y saliendo a toda velocidad de la cocina. A lo lejos, el perplejo rubio escuchó como el marimo le daba recomendaciones de buscar la plaga o acabaría con toda su comida y que si eso pasara, Luffy no iba a poder controlarse en el tiempo que les tomara llegar a otra isla.

-¡Marimo! ¡No me des órdenes! ¡Nami-chan, no temas que esa sucia rata deseará no haber nacido!- blasfemo Sanji, pateando una silla. Ahora tenía doble trabajo: el desayuno y la exterminación.

En realidad tenía triple trabajo, puesto que Luffy venía entrando en la cocina, rascándose la panza. -¿Por qué todo ese alboroto Sanji? ¿Y la carne?- preguntó soñoliento mientras se acurrucaba cerca del cocinero- Sanji, quiero carne. Ah…también Usopp y Chopper que ya se están despertando-

-¿Qué no ves que no he hecho el desayuno, Luffy?- incriminó el rubio a su capitán el cual, pasó de estar a su lado a salir corriendo en dirección a la salida de la cocina.

-¡SANJI! ¡UNA RATA! ¡CARNEEEEEE!-

*

En otro lado del barco, Zoro se inclinaba frente a la navegante, estaba de rodillas y con ambas manos juntas pidiendo perdón. Nami sonrió, maliciosa.

-Zoro, solo hay una manera en la que pueda perdonar la falta de respeto tan grande que has cometido…- dijo ella casualmente, mientras se cruzaba de brazos y sonreía ante su virtual triunfo.- Acepta lo que te propuse hace un rato…-

El peliverde alzo la vista hacia ella: lo sabía, todo era parte de su sucio plan para cumplir esa loca idea con el cocinero. Ni muerto lo aceptaría pero, recordar el tacto de sus manos apretando un pecho de la chica le provoco escalofríos y no precisamente de gusto. El remordimiento pudo más.

-…Tu primer beso debe ser con el experto del barco: Sanji- continúo ella, como quien pidiera una limonada en un día caluroso.

-…hn…-refunfuño Zoro, quería enmendar el error que cometió pero eso era mucho más. Significaba entregarle algo preciado para él a alguien que probablemente se lo tomaría con asco y que ni siquiera era especial. Es decir, era su nakama, era el cocinero, era su rival pero nada más.

-Zoro, no te pediría esto si no supiera que la otra parte no aceptaría…- musitó ella, en tono muy bajo- Conozco a Sanji, así que te ayudaré con él para este trato… y si lo piensas bien aparte de apoyarte con Sanji-kun te perdonaré a ti por lo que me hiciste…y solo consiste en unir sus labios unos segundos no suena nada mal, ¿no crees?- sonrió triunfante una vez más.- ¿Entonces?-

-Pero será rápido. - acepto el espadachín y Nami daba brinquitos de alegría internamente.

-Bueno, tu primer beso debe ser especial- sentenció la chica- debe haber lengua y esas cosas, unas suaves mordiditas…Está claro que esto tendrá sus condiciones…-

 

Zoro palideció.

-¿Cómo cuales…?- ya ni preguntar era bueno, cada vez se estaba hundiendo más en aquella miserable propuesta.

-Uno: Debe ser en la próxima isla. Desembarcaremos en dos días aproximadamente y es una villa comercial, así que todos estarán muy ocupados divirtiéndose por ahí.

Dos: Debe ser en algún sitio no tan concurrido de preferencia, no queremos que los demás se enteren ¿verdad? Recuerda que es un trato entre Sanji, tú y yo.

Tres: Debo verlo o de lo contrario, el trato no será efectivo.

-¿Qué? ¿Acaso eres algún tipo de pervertida o qué?- Zoro recibió un golpe en la cabeza por sus palabras, la chica espero pacientemente con su puño en alto-por así decirlo, ya que tenía que irse a arreglar y desayunar y esto ya había demorado demasiado- la respuesta del espadachín.- De acuerdo. Lo haré. Próxima isla, le entrego mi primer beso al pervertido, tú me disculpas y no volvemos a hablar de esto jamás de la vida ¿trato?-

-Trato.- cerró Nami, extendiéndole su mano al espadachín. Este la tomo, dudoso.

En ese momento no sabía que había sido el mejor trato en su vida.

*

Cerrar el trato con Sanji había sido de lo más fácil. Por la tarde, aprovechando que hacía buen clima, Nami aprovecho a ponerse su traje de baño más sugerente –el bikini de rayas a colores del arcoíris- que tanto le gustaba, porque era dos tallas más pequeño de lo que necesitaba.

-¡Sanji-kun!- llamó la chica- ¡Un té helado por aquí!-

-¡SIIIII NAMI-SWAN!- giró sobre sus talones y le entregó un perfecto té negro helado, decorado con una pequeña sombrilla y una rebanada de toronja en la orilla del vaso.- ¡Nami-chan te ves tan hermosa! ¡Los rayos de sol que se reflejan en tu cabello hacen que mi corazón arda…!-

-¡Que cosas dices Sanji-kun!- rio ella y justo en el momento que le entregaba la bebida, su mano se posó sobre la de Sanji, a propósito. –Sanji-kun… ¿te gustaría salir en una cita conmigo?-

Sanji palideció.

-Cla-Cla…claro que sí.- musitó sonrojado, mientras la miraba fijamente a los ojos. No podía creer que ese sexy ángel le estuviera pidiendo una romántica cita a la luz de las velas, en la orilla de la playa mientras Usopp y Chopper les soplaban con hojas gigantes de palma…

-Así que si quieres…mmm… ¿podrías hacer algo por mí?- preguntó “inocentemente”.

-¡LO QUE SEA POR TI, OH MI QUERIDA NAMI CHAN!- exalto el rubio, girando alrededor de la pelinaranja con sendos corazones en sus ojos.

-¿Podrías ser el primer beso de Zoro?-

-¡SI, SI, SI, SI NAMI CHAN, LO QUE SEA POR ESA CITA!-

-De acuerdo. Gracias, Sanji-kun.- agradeció ella, levantándose y colocando una toalla en su cintura.- Iré a cambiarme, está bajando la temperatura…- desapareció de la vista del cocinero, el cual, se encontraba extasiado fantaseando con la cita que ambos tendrían.

-¡Y lo único que debo hacer es besar al marimo!- dijo para sí mismo, emocionado por algo tan fácil.

Un momento.

No, dos momentos.

Algo no estaba bien.

-¿Be-be-be-sar….al…marimo?-

Enredó los dedos en sus rubios cabellos. Él no pudo haber aceptado algo tan absurdo, no, no. Era imposible.

"-¿Podrías ser el primer beso de Zoro?-

-¡SI, SI, SI, SI NAMI CHAN, LO QUE SEA POR ESA CITA!-"

Oh, sí lo había hecho.

-¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEE?-

La situación empeoró cuando el capitán apareció nuevamente frente a él con una enorme rata marina entre sus manos.

-¡Sanji! ¡CARNEEEEEE!- exclamó feliz, completamente ajeno al compromiso del cocinero.

 

"When I'm fucked up, that's the real me
When I'm fucked up, that's the real me, yeah"

 

 

Continuará.

 

 

Notas finales:

Okay...dos capítulos más y ya ahora sí, fin de los fines uwur


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