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Sin titanes, ni murallas. por FJulietta

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Notas del fanfic:

Respecto del fic

I) reencarnación.

II) Contiene menciones sobre el capítulo 66 y spoiler a partir el capítulo 70 del manga, con ligeros cambios.

¡Espero sea de su agrado!

Notas del capitulo:

 Los personajes y parte de la historia pertenece a Shingeki no Kyojin de Isayama Hajime.

Sin titanes, ni muros.

 

Yo me enamore dos veces de la misma persona, una fue hace mucho tiempo: nuestras vidas corrían peligro y él era la primer gota de esperanza que había visto la humanidad en 100 años, la cuál vivía dentro de los muros que nos “protegían” de lo que alguna vez más temimos: la extinción. La segunda fue hace unos días cuando me pidió que le diera sólo un beso, que si con eso yo no recordaba nuestra vida pasada desaparecería de mi vista.

 

I. La única forma de ganar esta guerra.

 

  En el sótano del cuartel de las tropas de exploración, existía la habitación de un único soldado, un soldado que tenía la capacidad de volverse titán. Después de varios meses de formar parte del servicio, todos confiaban en que Eren no iba a transformarse en titán alguna noche cualquiera, pero había una sola razón por la que su superior el capitán Levi se había negado rotundamente a permitirle dormir en la misma habitación que el resto de los soldados.

- Ah… Capitán… - Jadeaba Eren, recostado en la cama, completamente fuera de sí. Levi estaba masturbándolo mientras lamía lentamente uno de sus pezones - Eso me-me… Aggh… - Ambos estaban desnudos, sus ropas estaban dispersas en el suelo de la habitación.

- Te dije que me podías llamar por mi nombre. - Su voz sonaba ronca por la excitación que sentía, aún así, para Eren él no parecía dejar de dar órdenes.

- Sí, capitán. - Levi expulsó el aire por la nariz conteniendo una risita. Le besó hambrientamente los labios.

- Lo chuparé. - Le avisó con una profunda mirada a los ojos, recargándose en la cama y acomodándose entre las piernas del joven soldado.

  Lo que siguió fue el hinchado miembro de Eren siendo humedecido por la cálida saliva de Levi, el capitán tenía la maravillosa cualidad de hacerse desear. Esto hacía sufrir a Eren, pero no dejaba de fascinarle, al punto de hacerle sonreír, la forma en la que lentamente desde la base hasta la punta de su pene él hiciera viajar su lengua cómo si de tomar un helado de paleta se tratase. La misma humedad que su lengua dejaba, lubricaba sus labios para luego meter dentro de su boca de manera resbalosa la cabeza y con una mano, subir y bajar lentamente la piel sobrante del miembro de Eren. Utilizando su lengua con movimientos circulares, verticales y horizontales alrededor y por sobre el orificio conseguía leves jadeos de placer de Eren, le calentaba mucho escuchar cómo los suaves sonidos de el chico se convertían en fuertes gritos y gemidos cuando él dejaba a un lado su mano y metía y sacaba el pene de su boca, utilizaba sus labios para apretar un poco la superficie y así mover y estimular su zona erógena, la cuál liberaba un poco de líquido preseminal al acelerar el ritmo y al sentir el característico gusto salado pausaba sus movimientos para evitar el climax. Sin previo aviso, Eren tomó su mano derecha, la cuál junto con la izquierda estaba sosteniendo sus caderas y masajeando su trasero y comenzó a besar sus dedos mojándolos para que comenzara a prepararlo. Levi sin dejar de realizarle sexo oral, paseó sus dedos húmedos desde la base del miembro por entre sus testículos deteniéndose exactamente antes de su entrada, rodeándola con estos en movimientos circulares que enloquecían a Eren y lo hacían rogarle que los metiera dentro suyo. Aunque él fuese el superior del niño, le encantaba realizar lo que él le pedía en la cama. Eren no era como una chica que se deja guiar por el hombre y de forma sumisa se deja dominar, él decía lo que quería y pensaba en ese momento y de obtener el sí, por parte de Levi, haría lo que quisiera: Ir arriba, hacerle sexo oral, pasar a la penetración sin mucha dilatación previa, entre otras cosas. Así que sin seguir esperando ingresó sus dedos índice y medio dentro del ano del castaño, quién arqueó su espalda ante la intrusión y dejó escapar un alarido de dolor y a la vez de placer. Adentrándose y retirándose del interior de Eren a una velocidad considerable acostumbrándolo a lo que seguiría. Sintiendo ya las ganas, en forma de dolor en su parte abdominal baja, Levi sin dejar de chupar y succionar el miembro de su chico, con la mano libre levantó sus caderas y lo deslizó más abajo en la cama para girarse sobre su cuerpo y ubicar su hombría a la altura del rostro de Eren, quién comenzó con su trabajo tocándolo suavemente con sus dedos y dando dulces caricias con su lengua y presionando delicadamente el glande con sus labios. Extasiado por el alivio, se estiró reacomodando las caderas de Eren más alto llegando con su boca a su entrada, con sus manos separó sus redondas nalgas y reprimiendo el placer que le generaba Eren en su miembro se adentró en él con su lengua lubricándolo con una considerable cantidad de saliva. El menor soltó un grito de deseo y Levi se aprovechó de eso para meter su miembro completo en su boca de una estocada, y luego sacándolo lentamente disfrutando del roce de los suaves labios.

- Capitán… - Suspiró Eren

- ¿Qué quieres, Eren? - Levi volvió a girarse en la cama, susurrándole al oído mientras agarraba las piernas del chico para abrirlas y levantar un poco sus caderas.

- Quiero que me penetre, capitán.

  Levi sonrió de costado, satisfecho por la respuesta que le dio su subordinado. Aguantándose agarró su pene para apoyarlo sobre la entrada de Eren y generar fricción contra ésta, deslizándose por la lubricación. Aún sin meterlo, el chico comenzó a gemir y jadear como loco de deseo, maldecía con una sonrisa lo bien que se sentía ese roce en su trasero, gritándole e suplicándole que lo llene de él, con su carne y con su esencia. Tentado por su apetito sexual, ingresó su miembro lentamente hasta que sus caderas lo detuvieron por chocar con las de Eren. Así continuó entrando y saliendo de un ritmo lento a uno moderado, escuchando la dulce respiración acelerada de Eren.

- Quiero más, capitán. - Pidió casi sin aire, el placer lo estaba ahogando y escuchar la agitada respiración de Levi le quitaba el aliento. - ¡Quiero más rápido!

- Te dije que me llamaras Levi, mocoso.

  Sediento de obedecer a Eren y hacerlo suyo, una vez más, decidió castigarlo. Lentamente se echó hacia atrás y bajó sus caderas: le ordenó a Eren que se de vuelta, sin que su pene se saliera de su culo. En posición de perrito, metió su miembro completo de nuevo una vez más, saliéndose de él lentamente y dejando dentro sólo la cabeza. Entre suspiros y jadeos, Eren imploró que se lo meta entero, pero a cambio de eso Levi comenzó a moverse levemente quitando y poniendo sólo la punta, con su mano izquierda acarició los testículos de Eren sonriendo sádicamente. El menor quiso mover sus caderas para obtener, aunque sea, un poco más en su interior, pero no se lo permitió, en esa posición era Levi quién tenía todo el control.

- ¡Capitán, déme más! - Pidió de un grito.

- No.

- ¡Démelo entero! ¡Rápido!

- Ya sabes lo que tienes que hacer… - Su voz sonaba demasiado ronca, necesitada. Era poco lo que podría aguantar.

  Eren sabía que Levi tenía tantas ganas como él, de embestirlo con violencia y hambre. Giró su rostro para entornar su mirada un tanto triste y dibujar con sus labios un adorable puchero.

- Lo quiero completamente dentro de mí, Capitán. - Le habló lentamente en tono muy bajo, Levi disolvió su sonrisa malvada, estaba siendo convencido.

- Sí que sabes cómo verte adorable, chiquillo.

- Vamos… Vengo a sobornarlo… Míreme, no doy más… Y usted es el único que puede calmarme. - Ciertamente Levi tampoco quería esperar más. - Levi-san.

- Agárrate de dónde puedas, mocoso. Porque aunque tu cuerpo termine en el suelo no voy a dejar de darte.

  Eso quería, escuchar la suave voz de Eren llamándolo por su nombre para dejar de reprimirse. Sin salir de su interior, giró a Eren para verle de vuelta a los ojos y comerle la boca de un beso mientras lo arrastraba junto a él al borde de la cama levantándose y levantándolo. Su cintura fue rodeada por las piernas del chico, lo mismo su cuello el cuál fue enredado por los brazos, ambos se besaban entrelazando sus lenguas y ahogando gemidos en sus gargantas. Levi sostenía el trasero de Eren con sus manos, sorteó la ropa en el piso y lo apoyó, violentamente, contra la pared para comenzar a embestirlo. Eren entrecerraba sus ojos y susurraba el nombre de Levi cada vez que éste dejaba de besarlo, le decía lo mucho que le gustaba sentirlo dentro suyo y que deseaba más y más.

- Usted sabe dónde quiero que me toque, Levi-san - Le mencionó casi sin voz, sintiendo que el capitán estaba cerca de tocar con su pene su punto G.

- No quiero que te vengas tan rápido, Eren.

- ¡Vamos! ¡Me tiene esperando hace rato! - Le gritó perdiendo el control, ya que cada vez Levi llegaba cada vez más cerca.

  Sintiéndose enloquecer, llevó a Eren de nuevo hacia la cama y comenzando a embestirlo de nuevo lentamente comiéndole la boca y presionando la piel del miembro de Eren con su abdomen, que con el vaivén de la entrada y salida era masturbado. El placer subía por la columna de Eren en forma de burbujas que le hacían cosquillas en cada poro de la piel de su torso y extremidades, lo que provocó que su entrada se contrajera. Levi entonces supo que debía tocar ahí para llevar a su mocoso al cielo, embistió profundo, Eren abrió sus ojos con sorpresa al sentir una explosión de calor en su zona pélvica, con una segunda corta estocada a un ritmo pausado los volvió a cerrar gritando agudo de placer y sonriendo complacido, liberándose un poco sobre sí mismo, un poco sobre el abdomen de Levi. Con la estrechez que se provocó en Eren producto de su orgasmo, fue cuestión de poco para que Levi también se corriera, cerrando sus ojos y liberando un suspiro sosegado, escurriendo su semen por la circunferencia de la entrada de Eren. Agotados cayeron abrazados, Eren apoyó su cabeza en el pecho de Levi y entrecerró sus ojos sonriente, el mayor tomó su mentón y lo besó suavemente.

 

  En medio del descanso, Eren despertó, lentamente se separó de Levi para levantarse e ir al baño. Al regresar notó que su capitán se había acomodado de costado pero que aún dormía, a su alrededor vio toda la ropa tirada, así que poniéndose su boxer levantó el pantalón, camisa y chaqueta de Levi, en ésta última sintió un ruido metálico. Curioso revisó en el bolsillo interno, descubriendo una caja de aluminio… Le resultaba conocida, deseoso de saber si era lo que realmente estaba pensando la abrió, descubriendo dentro una ancha jeringa, un frasco de líquido y dos agujas. Preocupado quiso despertar a Levi y preguntarle por qué llevaba eso consigo.

- Hmm… - Levi se movió frotándose los brazos con sus manos. - ¿Eren?

- Aquí estoy… - Guardó la caja de nuevo en la chaqueta, apoyó las ropas en una silla y regresó a la cama. - Había ido al baño. - Se recostó frente suyo acariciándole las mejillas y rozando la punta de su nariz con la suya.

- Ven aquí. - Levi ni siquiera abrió sus ojos, abrazó a Eren acercándolo y continuó durmiendo.

  Reminiscencias de su secuestro y de estar a punto de ser comido por su antigua compañera y actual reina Historia agobiaron su mente. Faltaban dos días para la misión de recuperar el muro María y Eren se había enterado que ese líquido estaba siendo guardado y escondido por su novio. No podía evitar preocuparse… ¿Lo tenía para inyectárselo en caso de necesidad? O ¿lo guardaba para inyectárselo a alguien más? ¿Qué haría con eso? ¿El comandante Erwin le habría dicho para qué lo tenía que utilizar? ¿Por qué él? Eren sabe bien lo que se siente convertirse en un monstruo, el miedo que sintió al ser acorralado en los muros, por los mismos humanos muertos de miedo que amenazaron con matarlo, el esfuerzo que le llevó aprender a controlarse y moverse a su voluntad siendo un titán. ¿Por qué Levi? No quería que él pasara por lo mismo.

- Si no dejas de respirar así de fuerte no podré volver a dormirme, Eren…

- L-lo siento, capitán. - Se acurrucó en su amplio pecho, sintiendo los pausados latidos de su corazón, cerró sus ojos y dejó de pensar en todo.

 

  Las mañanas en el sótano eran oscuras, aún así Levi se removió sintiendo unas esponjosas nalgas en su cadera, le estaba haciendo cucharita a Eren abrazándolo con fuerza por su cintura. Recordó que después de que Eren se quedase dormido y el sonido de su respiración se apaciguara, él se levantó al baño. Una escurridiza erección matutina le impedía alejarse del calor que lo abrigaba al estar pegado a su mocoso. Cerró los ojos y sintiéndose pesado se sentó en la cama, acomodó su miembro en su ropa interior para que se normalizara, aunque hubiera tiempo de un rapidito debía comenzar a trabajar. Al levantarse Eren se giró estirando un brazo sintiendo que ya no había un cuerpo a su lado, entonces abrió sus ojos y vio la espalda de Levi ser abrigada por su camisa blanca.

- Buen día. - Llamó su atención.

- Buenos días - Se acercó a la cama y le dio un beso lento en la boca.

- ¿Ya se va? - Le preguntó sentándose frente a él en la cama.

- Tengo que leer unos informes. - Se miraron - Tú también deberías prepararte para ir con la cuatro ojos. - Levi se estaba por levantar pero Eren lo detuvo agarrándole la mano

- Levi-san - Un leve rubor apareció en sus mejillas - Esta noche…

- Esta noche no vendré Eren. Mañana es la expedición a Shiganshina, ambos, tú y yo debemos descansar.

- Entiendo. - Se despidieron con un corto pero húmedo beso.

.

.

  Con la luz del amanecer, las tropas de exploración y reconocimiento en territorio titán salieron de la colina y llegaron al muro María. También comenzaron los inconvenientes, Eren pudo cerrar el agujero del muro apropiadamente sin inconvenientes, pero los enemigos no se dejarían arrebatar tierras sin dar pelea.

  Levi leyó la situación, desde lejos, ordenó a los otros que continuasen haciendo su trabajo y dejó de matar titanes pequeños.

- ¡Levi! ¿Qué estás haciendo? - Le gritó el comandante Erwin. - ¿Vas tras Eren?

- Discúlpame por no acatar esta orden, Erwin. Pero no puedo dejar a Eren… - Dijo para sí, consciente de lo que estaba haciendo.

  Fue cuando Bertoldt cambió a colosal que un enorme estallido cegó a la humanidad e hizo volar por los aires a Eren en su forma de titán. Justo antes de la explosión pudo enganchar uno de sus hilos al brazo de Eren, siendo expulsado rápidamente hacia él por el estruendo. Aturdido se aferró al brazo de Eren con todas sus fuerzas, tardó varios segundos en recobrar el conocimiento y fue cuando lo vio. Su cuello estaba clavado en una alta torre con una cruz en la punta y su cuerpo de 15 metros estaba apoyado en la torre.

- ¡Aguarda Eren! Te sacaré de ahí… - Trepó hasta la cima, colgado con su equipo de la cabeza del titán y cortó con sus espadas la carne de titán, descubriendo que el cuello humano estaba atravesado también. Las piernas de Eren aún seguían en el titán, lo que los escondía del resto.

- Capitán Levi… - Mencionó sin fuerza - No puedo regenerarme.

- Sí podrás, te sacaré de la cruz. - Le dijo agarrando su cuerpo.

- ¡No! ¡Si lo hace moriré! - Levi se lo quedó viendo. - Usted sabe lo que tiene que hacer ahora… Mis funciones de regeneración están afectadas, Capitán. Yo ya no puedo continuar

- ¿De qué estás hablando, idiota? ¡Tú eres nuestra única esperanza! - En el tono de voz de Levi podía notarse enojo y también, miedo.

- No me regañe. - Pidió bajando su mirada.

- ¡No te des por vencido entonces! - Le gritó esperando que reaccione, Eren no podía estar diciéndole tantas estupideces juntas.

- Debe usar eso… - Levi lo vio completamente sorprendido - Debe inyectárselo, capitán… Y comerme.

- ¿Qué?

- Es la única forma de no perder la coordenada.

- No… Definitivamente te sacaré de aquí y…

- No seguiré viviendo mucho tiempo, capitán.

- ¡No le des órdenes a tu superior! - Eren cerró la boca y lo miró - ¿Cómo sabes que yo tengo eso? - Preguntó calmado

- Lo encontré en su ropa, debe usarlo ahora.

- ¡Qué dejes de darme órdenes! - Eren observó más allá del hombro de Levi.

- Si Mikasa o alguien se nos acerca, no le permitirán comerme. - Levi estaba estático - Y si muero y la coordenada se pierde, ¡la humanidad no tendrá chance, capitán!

- Regenérate, Eren. ¡Es una orden!

- Lo lamento, capitán. Usted es el soldado más fuerte, no hay nadie más apropiado que usted para hacerlo.

  Levi se preguntó si esto era un castigo por desobedecer a Erwin, que ahora Eren lo desobedecía a él. ¿A caso había perdido su estatus por seguir sus impulsos?

- ¿Qué estás esperando? ¡Hazlo!

- Debe convertirse en titán, si me come a mí, un humano cambiante, no habrá problema y podrá regresar. Incluso pueden desorientar al enemigo haciéndoles creer que la coordenada se perdió para siempre.

- ¡No me jodas, Eren! ¡No podría usarte para eso!

- Yo le prometí al comandante Erwin dar mi corazón en esta misión… - Dijo con una sonrisa y lágrimas en sus ojos - Ser comido por ti, para protegerte y a los demás me parece mejor que dejarme morir aquí, atravesado por esta cruz.

- ¡No! - Se negó ignorándo sus lágrimas y su conmovedora sonrisa.

- Capitán, debe hacerlo, llegados a este punto es la única forma de ganar esta pelea.

- ¡No puedo Eren! ¡No si se trata de ti!

- Debe hacerlo, para que la próxima vez que nos encontremos, no haya titanes, ni muros…

- Pero…

- Y podremos ver el mar, juntos.

- ¡Pero yo no quiero esperar a la próxima vez que nos encontremos, Eren! Carajo ¡Quiero estar contigo ahora! ¡Regenérate! - Eren se quitó del cuello la llave del sótano de su casa y la colgó en el de Levi.

- No tiene mucho tiempo, capitán. - Eren tosió con la poca fuerza que tenía. - Siento que todo mi cuerpo está fallando.

  Levi sacó del bolsillo interno de su uniforme la caja de aluminio, preparó la jeringa y absorbió con la aguja el líquido que contenía el frasco. Eren tomó sus manos con lágrimas en los ojos y sonrió.

- No estoy haciendo esto porque quiero.

- Lo sé. - susurró sin fuerzas - Lo amo, Levi-san.

  Se besaron despidiéndose y Levi procedió a inyectarse el líquido, pronto perdió la consciencia.

 

  Levi se convirtió en un titán de 7 metros de facciones torpes y feas, su nariz y sus orejas eran extremadamente grandes y deformes, y tenía una gran boca. Aún inconsciente sus ojos grises brillaban con intensidad. Con lágrimas en los ojos Eren se entregó a la muerte, sabiendo que no habría sido un desperdicio, todas sus dudas se despejaron al estar en las gigantescas manos de Levi: lo que su madre y padre sintieron antes de morir, pensó en todas sus misiones y que ninguna fue en vano, sentía que su muerte no lo era tampoco. Se abrazó a esa sensación. Recordó de nuevo el miedo que sintió cuando los humanos lo llamaron “monstruo” y lo arrinconaron en el interior de los muros: recordó la sensación de ser humano que tuvo hasta el día en que la muralla Trost agujereada. El no era un monstruo, no como esos titanes que los acechaban en vida y en sueños fuera de los muros, por eso iba a morir como humano y para la humanidad.

.

.

  Levi fue expulsado del titán deforme en el que se había convertido, un rayo de sol hizo brillar la dorada llave en su pecho, la tomó en sus manos y la miró dejando escapar las lágrimas de sus ojos. Miró a su alrededor, el único rastro que quedaba de Eren era su capa verde de la legión, incrustada todavía en el cuerpo de su titán que poco a poco iba quemándose, la quitó y dejó en un lugar seguro. Apretó la llave en sus puños y regresó con el resto, no tenía tiempo de mantenerse emocional: Eren dejó la esperanza de la humanidad en sus manos y no le fallaría. Él ganaría esta guerra para que cuando vuelvan a encontrarse, sean libres.

.

.

Muchos años después…

- ¡Levi-san! - Gritó Eren al despertarse una soleada mañana de primavera. Parpadeó y miró a su alrededor… Todo lo que había era su habitación: la ropa amontonada sobre una silla, migas de pan o galletas en el escritorio de su ordenador y su almohada tirada en el piso. El cabello por los hombros le dio calor en el cuello, tiró hacia atrás su largo flequillo y lo ató. - ¿Por qué siempre sueño con ese hombre?

  Levi era un hombre que acosaba en sueños a Eren, siete veces por semana durante el último año. Usaba un uniforme extraño con un distintivo de dos alas, al cuál siempre le prestaba atención. A este hombre le gustaba mantener lo que llamaba “el cuartel” limpio y en perfecto orden, le gustaba beber té en una taza blanca y siempre permanecía muy serio. Lo que le parecía extraño a Eren era que, siempre al quedarse sólo junto a él en sus sueños, quería tocarlo.

  Se levantó a desayunar, se puso su uniforme y partió hacia la escuela, a sus 16 años cursaba el anteúltimo año escolar.

  Su mejor amigo Armin lo esperaba en la intersección de una calle para caminar juntos. Hablando de rutina y tareas se terminaron encontrándose de frente con sus dos senpai: Erwin Smith y Hanji Zoe. Saludaron de manera casual pero fueron detenidos. El plan era fácil: Erwin distraería a Armin y Hanji llevaría a la rastra a Eren al salón del conserje dentro de la escuela sin que nadie los vea.

  Con éxito lanzó a Eren en el interior, cerró la puerta y encendió la luz, Eren sentado en el piso entre trapeadores, baldes y escobas tragó pesado.

- ¿Hanji-senpai? - Se sintió algo avergonzado de fijarse en las largas y blancas piernas de la chica, las cuáles quedaron frente a él.

- Eren… - La chica lo ayudó a pararse. - Dime una cosa… Tú… ¿No recuerdas nada?

- ¿Recordar…? - Eren volvió a tragar, los anteojos de Hanji reflejaban la luz en sus lentes y sonreía frenéticamente.

- Para tu interés, ayer me encontré a alguien…

- ¿Alguien? - Eren parecía no entender de qué demonios le hablaba la chica.

- ¡Yo sé que tú recuerdas a Levi! - Le gritó

- ¡¿Levi?! - La expresión de Eren pidió saber más.

- ¿Lo recuerdas? - Una sonrisa pervertida asomó en su rostro y sus ojos volvieron a brillar.

- Hanji-senpai… Todas las noches sueño con un hombre que se llama Levi-san.

- ¿Cómo son tus sueños, Eren? - La chica acercó su rostro tanto que Eren sintió miedo.

- ¿No podemos hablar de esto en un lugar normal, Hanji-senpai?

- Mañana a la mañana nos veremos a las 7 en esta dirección. Iremos a la peluquería así que despídete de tu cabello largo, debes verte igual a antes. - Hanji tomó del codo a Eren y lo empujó fuera de la pequeña sala.

- ¿Mi cabello? ¡No quiero cortarlo!

- No seas niño, te quedará bien… Te doy mi palabra. - Le guiñó un ojo y se alejó caminando por el corredor.

.

.

  Esa noche Eren tuvo el sueño más aterrador de todos, revivió en una noche todos los recuerdos de su vida pasada. Despertó y sintió en su carne el terror de vivir dentro de los muros sabiendo que un día esa paz llegaría a su fin, junto con la existencia de la humanidad, recordó a todos sus compañeros y las cosas que vivió junto a ellos, a su amado Levi y todos esos sentimientos que sentía por él lo agobiaron y no lo dejaron respirar durante un momento. Se agitó de recordar que su senpai le dijo que lo había encontrado y mil preguntas llegaron a su mente, el deseo de encontrarlo y responderlas una a una lo hizo levantar de la cama y vestirse a una velocidad descomunal, antes de irse se miró al espejo.

- Hanji-senpai tiene razón, debo verme exactamente igual a antes… ¿Qué diría el capitán Levi si me viera con el cabello así?

  Respondiéndose que seguramente lo golpearía hasta que quiera arrancarse uno a uno sus pelos, sonrió, corriendo partió a la dirección pactada, para ir a la peluquería.

  Llegó cinco minutos antes, no podía mantenerse quieto, esperar por Hanji le pareció una eternidad. Repasó uno a uno todos sus recuerdos una vez más, se sintió cohibido de recordar las cosas que hacía con su superior en la habitación del sótano, recordando que esas acaloradas noches eran el motivo por el cuál se negó rotundamente al permiso que Erwin le dio de dormir con sus compañeros soldados. ¿Erwin también recordará todo? Sin duda le preguntaría a Hanji muchísimas cosas, a quién más encontró y si también consiguieron obtener sus recuerdos. Utilizó ese tiempo para pensar en lo diferente que se veía Hanji ahora, usando uniforme escolar, dejando caer su cabello en sus hombros y sin usar las correas que mantenían sus lentes puestos.

- ¡Eren! - Le gritó desde la esquina - ¡Perdóname! - Llevaba ya 15 minutos de retraso.

- ¡Hanji-senpai! Rápido… - La agarró de la muñeca y comenzó a caminar hacia la peluquería - ¡Debo verme igual a antes! ¿Qué pasaría si el capitán Levi me encuentra así?

- ¿Lo recordaste?

  Hanji volvió a dibujar en su rostro una de sus maniáticas sonrisas, sabía que si Eren recordó su pasado esta nueva vida que lleva viviendo desde hace 10 años se volvería interesante. Recordó su pasado desde muy pequeña, en parte eso hizo que su personalidad se viera levemente afectada, pero ahora a punto de cumplir los 18 años, esa actitud corrompida le quedaba bastante bien y parecido a lo que fue antes.

  El peluquero tardó bastante tiempo en cortar el cabello de Eren como ellos se lo pedían, lo que les dio tiempo de hablar sobre quiénes habían sido encontrados hasta ahora y quienes recordaban su pasado y quienes no.

- A los únicos que no me gustaría encontrar serían Reiner y Bertoldt…

- Oh, lo lamento Eren, pero una vez los vi.

- Por culpa de el titán colosal… - Eren bajó su mirada.

- Erwin me comentó lo que sucedió… Yo morí también, en esa explosión.

- ¿Sabe si el capitán Levi vivió?

- Erwin me contó que hasta él… Él, Armin y Levi llegaron al sótano con tu llave, el problema es que Erwin no llegó a ingresar…

- Y Armin no recuerda nada aún, si no me hubiera hablado antes sobre esto. Pero… Si ahora no hay titanes, ni murallas, debe ser porque la coordenada siguió estando en manos de los humanos. - Dedujo - Y como no teníamos más antídotos para convertirnos en titanes, podríamos suponer que el capitán Levi ganó.

- Puede ser que haya sucedido algo como eso, Eren. - Hanji sonrió, desde que recordó su pasado, la vida sin titanes era aburrida para ella.

  Una vez que el corte de cabello quedó perfecto, exactamente igual a su vida pasada. Hanji invitó a su kouhai un desayuno para hablar del pasado, del presente y de Levi, antes de ir a la escuela.

.

.

  Era muy difícil para él despertar, su sueño estaba cambiado por trabajar durante la noche en ese club nocturno dónde servía tragos y de vez en cuando, escuchaba a algún que otro borracho contarle las desgracias de su vida. Cada vez que dormía, así lo hiciera por 10 horas, se sentía haber dormido sólo 30 minutos. Se sentía desfallecer cada vez que apoyaba su cabeza en la almohada y perdía completamente la noción de todo, fue muchas veces al médico para saber si eso era normal, lo derivaban a un psicólogo y nunca le encontraban nada extraño, no existían aún medicamentos para dormir menos profundo. Desde hace 16 años, algo dentro de sí le decía que tenía que buscar a alguien, sentía que era importante. Pero aunque mirara en la calle a cada persona que camina a su alrededor era imposible para él distinguir a la persona que tenía que encontrar. Rostros que jamás había visto se le aparecían frente a sí, ninguno le parecía especial.

Toc, toc.

- Levi, soy yo. - La voz de su hermana menor del otro lado de su habitación hacía eco en el pasillo - La cena ya está preparada, puedes comer antes de irte a trabajar… ¿Por favor?

  Se quejó, ya pasaban las siete de la tarde y sólo tenía dos horas para prepararse y entrar al trabajo. Su hermana menor era la razón por la cuál no se quedaba todo el día en la cama y no salía sólo para ir a trabajar.

- Enseguida voy…

  No se dirigió a la cocina sin antes pasar por el baño y lavarse las manos antes de comer. Su hermana se encontraba en la sala haciendo tarea, al pasar lo vio y lo siguió.

- Levi, te serviré. - Le dijo con una sonrisa, acariciando su cabeza a modo de burla por ser más alta que él, tomó dos platos de la alacena y con un cucharón sirvió la cena para ambos.

- No hace falta que comas tan temprano, Mikasa.

- Déjame hacerte compañía, al menos el poco rato que estamos juntos.

  Sus padres fallecieron en un accidente automovilístico hace 10 años, Levi ya tenía 22 años, pero Mikasa era una niña de 6 cuando eso ocurrió. Tuvo muchos empleos antes de quedarse en el bar, era el mejor pago a pesar de que debía estar ahí dentro toda la noche. Muchas veces conversó con Mikasa que la dejaba sola durante mucho tiempo y que si ella se lo pedía buscaría otro trabajo, pero su hermanita no lo hizo. Aún así ella trataba de acostumbrarse a sus horarios y volver directamente a casa desde la escuela.

  Levi acarició el hombro de su hermana y se fue a dar una ducha para ir a trabajar.

.

.

  Dos semanas transcurrieron desde que los recuerdos de Eren fueron recuperados, y Hanji seguía sin poder dar con la ubicación exacta de Levi. Eren comenzaba a impacientarse, ya quería volver a verlo. Saber que existía en este tiempo, en este nuevo mundo sin murallas, ni titanes y que podía hablarle y estar cerca de él sin tener miedo de morir mañana le removía los ánimos al despertar cada día. Ahora en las noches soñaba con qué ocurriría cuando lo vea, solían ser sueños felices en los que ambos recordaban el infierno que vivieron en el pasado pero podían mirar hacia el futuro con una sonrisa. Se había contenido de no hablar con Armin sobre ello, ya que desconocía las causas de su fallecimiento, si fue cruelmente devorado o si vivió la victoria de la humanidad y regresó victorioso. Tal vez Armin si cumplió su sueño de ver el océano, desiertos y demás paisajes.

  Caminaba distraído en la calle cuando frente a él, a unos 500 metros, divisó nítidamente la figura de la persona que buscaba desde hacía quince días, parado mirando su reloj de muñeca, vestía traje gris y zapatos de vestir. Su cabello lucía igual de negro, lacio y brillante, su rostro inexpresivo se mantenía serio, pero sereno, sus ojos continuaban siendo tan pequeños pero de un vivo gris brillante. Aseguró su mochila en sus dos hombros y corrió hasta él. Se preguntó al acercarse, cuántas veces lo habría cruzado sin saber que era él, sin recordarlo...

- ¡Levi-san! - Eren sonreía jadeante por la carrera. Su rostro brillaba de felicidad - ¡Levi-san! - El mencionado miró hacia el costado en que lo llamaba y con los ojos bien abiertos ladeó su cabeza hacia un lado.

- ¿Disculpa?

- ¡Levi-san! - Eren con sus manos tomó una de Levi.

- Lo siento, debes estar confundiéndome con alguien. - Dijo con amabilidad, quitando su mano. - Yo no te conozco.

- ¿No me recuerda? - Eren dejó la sonrisa, se sintió angustiado. - ¡Usted tiene que ser el capitán Levi! - Levi se echó a reír

- ¿Capitán Levi? - Se burló. - No soy eso desde que era pequeño y jugaba a las guerras.

  No le dijo que ese no era su nombre, debía tratarse de él… ¡Eren no podía equivocarse así!

Continuará…

Notas finales:

Tuve la idea de este fic hace unos días y quería abordarla una vez que mi otro riren "El señor Eren Jaeger" estuviera un poquitito más avanzado, pero como hoy tenía la inspiración para trabajarla no quise dejar de publicarlo.

Quiero aclarar que no voy a dejar mi otro fic, voy a trabajar en ambos a la vez, ya que no creo que este lleve mas de uno o dos capítulos más. ¿Sí?

Estoy por empezar con unos exámenes, así que puede que hasta mediados de marzo esté medio complicada para actualizar, pero quiero que sepan que en la medida que pueda voy a trabajar en los capítulos siguientes de ambos fics.

Espero les haya gustado y muchas, muchas gracias por leer! :D


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