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Do you know what you got into? -YoonMin- por Fighter

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Notas del fanfic:

creo que esto es muy diferente a lo que usualmente escribo xD pero denle una oportunidad :3 . leve mencion-muy muy leve- del NamJin y VKook. comenten! :v aunque el lemon se los prometi hace mas de medio año kkk-se los tira-

-¿oyeron del chico nuevo?-susurró inclinándose sobre la mesa para que solo sus dos compañeros lo oyeran-ese americano de último año, el gótico.
-¿el de los ojos de gato?-preguntó empujando un trozo de zapallo calabaza con su tenedor de manera desinteresada.
El ruido en el comedor del instituto ayudaba a mantener el secreto entre aquellos tres chicos quienes se susurraban los nuevos chismes.
Seokjin sonrió moviendo de forma afirmativa su cabeza pese a las pocas ganas que tenía Jimin de comentar.
-¡exacto! Al parecer sus padres estaban cansados de que lo expulsaran de los institutos en América, así que lo trajeron aquí para que termine el último año; se dice que quieren meterlo a la academia militar apenas ponga un pie fuera de la escuela con título en mano, por su mala conducta.-cuchicheó el castaño.
-¿será que mató a alguien? ¿Habrá robado, golpeado?-preguntó con ojos grandes el menor de los tres, inclinándose también para susurrar.
-Taehyung, no digas boberías, si hubiese hecho algo de eso estaría preso- debatió Jimin, cansado de los chismes sobre los chicos de otros cursos- parecen viejas chismosas hablando de este y aquel- y agregó cruzando, sus brazos- hablemos de algo más interesante, como…-pensó- como de ese edificio abandonado a las afueras de Seúl.
-¿la vieja fábrica de hilados?- preguntó el recién mencionado.
-¡exacto!-rio por la cara de Jin.
-no me imites, no eres tan lindo como yo- se defendió mirando al menor con molestia mientras bebía de su vaso.
-bueno, bueno, como decía, últimamente…
-¿Jimin?- le movió el brazo el rubio chico, intentando llamar la atención del otro.
-¿Qué miras?- Jin volteó a ver sobre su hombro, buscando aquello que tanto había llamado la atención del pelinegro.
Un par de ojos gatunos miraban fijamente en dirección a ellos, sin avergonzarse de ser descubierto.
Jimin tragó mirando la pequeña sonrisa que se asomaba en el rostro del muchacho pálido. Los mechones rojizos ocultaron la fría mirada, dándole un aspecto macabro y sombrío.

Jimin podía jurar que aun sentía la mirada del otro tipo sobre él y eso le ponía la piel de gallina. Park nunca se había sentido tan intimidado por tan solo una mirada, por tan solo eso y eso que el contacto entre sus miradas había durado unos pocos segundos.
Aun no sabía ni a donde iba, solo que seguía a sus dos amigos y que estos parloteaban de algo mientras lo observaban de reojo, a unos pasos más adelante. Se detuvieron. Jimin alzó la vista en ese momento buscando a su alrededor una señal para saber dónde estaban. Se encontró a si mismo parado en la garita de un autobús que iba a las afueras de Seúl.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó perdido
-nos preguntábamos si te gustaría pasar el rato en algún lugar, después de todo mañana no debemos ir al instituto- sonrió Taehyung descolgando su mochila para mostrarle unas cuantas latas que había escondido
Jimin lo miró alzando una ceja, eran pocas las veces en las que se juntaban a beber, ya que no estaban acostumbrados, además que el mayor, Jin, no gustaba de verlos emborracharse siendo sus menores.
-vamos Jiminnie, acepta esta oportunidad, es solo porque se acerca tu cumpleaños ¿Qué dices?
Los ojos de Park se abrieron más de la cuenta, impresionado porque el mayor proponía algo que de su boca jamás hubiese imaginado que saldría. Una sonrisa bailó sobre sus comisuras, elevándolas en una sonrisa acompañado de una afirmación de cabeza. Jimin era feliz, esa noche bebería con sus amigos.

De haber sabido a donde planeaban llevarlo, el pelinegro estaba seguro que de buenas a primeras, no hubiese aceptado. No es que se considerase un chico miedoso, es más, se creía aún más valiente que Jin, incluso más que Taehyung, pero es que saltar un paredón en medio de la oscuridad junto a sus amigos y seguir un camino, tan solo alumbrados por la linterna de un celular, no estaba entre sus mejores planes para pasar algo tan importante como lo era el hecho de que prontamente cumpliría diecinueve. Vaya lugar habían elegido el menor y el mayor.
Jimin tuvo que estirar una pierna, teniendo sumo cuidado de que el vidrio roto de la ventana no le rasgara el pantalón hasta cortar su muslo, así como a Seok le había pasado, solo que a este se le rompió el pantalón sin que se le comprometiera la piel.
Taehyung se rio cuando al de los pantalones rotos se le cruzó una rata entre las piernas, haciendo que gritara como niña antes de propinarle un empujón al hombro del rubio chico. Jimin solo los siguió de cerca, observando con cuidado y detenimiento todo lo que su celular le permitía ver. Juraba haber visto moverse algo entre las sombras macabras de aquella fábrica de hilados abandonada. Jin y Taehyung lo trataron de miedoso, nadie más se atrevería a andar a oscuras en aquel lugar tan tétrico.

Cuatro, seis y ocho latas rodaron vacías, correspondientes a los chicos de mayor a menor. Ni el Kim mayor ni Park podían creer como es que el menor de ellos aún no caía desmayado luego de haber ingerido aquellas ocho latas con contenido alcohólico. No es que ellos sean chicos débiles ante el alcohol, es solo que jamás habían oído hablar de tantas incoherencias juntas al joven rubio. Taehyung largaba palabras inentendibles no solo en su idioma, sino que utilizaba una extensa gama de acentos e improperios, como si el chico se hubiese criado en distintos países a la vez, y su madre nunca le hubiese lavado la boca con jabón neutro cada vez que una grosería salía campante por sus rosados labios.
Jin acomodó en el suelo unos trapos viejos que encontró cerca de uno de los telares abandonados, mientras Jimin conectaba los celulares a un pequeño cargador portátil que el mayor procuró traer, escuchando la historia de Taehyung, la cual se trataba de unos gatos momia gigantes que salían a asustar a los niños y pelinegros en general, cuando la luna llegaba a un punto del cielo, justamente a las tres de la madrugada. Jimin negaba con la cabeza, intentando seguirle el juego al destartalado alcoholizado.

La naturaleza dictaba que, luego de su octava cerveza, Jimin debía descargar su hinchada vejiga en algún lugar lejos de sus semidormidos compañeros.
Sus piernas se cruzaban inquietas, una delante de la otra, dificultando así sus errantes pasos, haciéndole chocar con varios objetos y tropezando consigo mismo. Ha. Si solo el celular de Taehyung tuviera linterna como el de Jin, o si tan solo su celular siguiese vivo luego de que su batería se haya agotado hasta el punto crítico de su muerte.
Un suspiro emergió desde el fondo de su pecho cuando su pene desenfundado dejo escapar la retenida orina, haciéndole cerrar los ojos bajo el placentero descargue. El muchacho silbó feliz y sacudió su falo una vez terminado el desahogo de su vejiga, prosiguiendo a guardarlo dentro de sus pantalones para retomar su camino hacia sus amigos.
Sus pies se arrastraron sobre el sucio suelo dejando las marcas de sus pasos, lentamente. Park giró su cabeza para observar eso, sonriendo al ver que sus pisadas dejaban un camino parecido al de Hansel y Gretel, tropezando al no ver hacia adelante, como debía ser. Sus rodillas y manos conocieron el suelo cuando tropezó nuevamente, logrando que, en el proceso, el celular se desplazara fuera de su alcance, bajo un antiguo artefacto que no supo para que sirviera. El moreno chico se estiró y arrastró contra el suelo empolvado, maldiciendo que el aparato fuese a caer tan lejos. Su cuerpo estaba casi cubierto por completo cuando logró dar alcance al aparato, tomándolo como si de un objeto delicado se tratase. Su dedo tocó varias veces la pantalla y los diversos botones, pero, al parecer, el aparato había muerto.
Jimin renegó su suerte, dejando que su frente chocase contra el suelo. Intentó contar hasta cien en tres ocasiones, pero se encontró con que se estaba comenzando a dormir estando aun debajo de esa cosa tan extraña. Suspiró una última vez, cuando su intento por prender el celular falló nuevamente levantó la cabeza, encontrándose de lleno con dos pequeñas esferas de un color que no supo diferenciar, acercándose lentamente de una forma casi animal, hacia él.
El miedo paralizó sus músculos antes de que su organismo soltara la adrenalina que lo impulsó a moverse a una velocidad de vértigo. Su cuerpo salió prácticamente disparado del lugar y su cerebro procesó todo en un instante, como si el alcohol que recorría sus venas hace un segundo, ya no estuviese allí. Sus piernas respondían a su necesidad de huir del lugar, aunque sus ojos no alcanzaban a ver por dónde iba.
Jimin gritó con desesperación cuando logró ver la luz que irradiaba la linterna del celular del mayor, pero su voz se quebró y sus piernas temblaron cuando encontró el lugar vacío. Sus amigos no estaban, solo estaban las pertenencias, las latas vacías.
Park retrocedió dos pasos asustado y giró, llamando a los dos chicos a los gritos. Su cabeza negaba frenéticamente cuando se volvieron a encontrar con aquellas dos esferas a lo lejos, mirando en su dirección.
Se agachó lentamente, tomando su única fuente de luz sin despegar sus pupilas de las parpadeantes esferas que se dirigían despacio hacia él. Tomado el aparato, volvió a emprender su huida.
Su garganta se desgarraba a gritos al pronunciar los nombres de ambos Kim, desesperado porque oía los pasos de alguien corriendo detrás de él. Demonios, si juraba que lo estaba alcanzando cuando dejó de oírlos de golpe, logrando que, agitado, detuviera también su carrera. Lentamente alumbró todo lo que lo rodeaba con sumo cuidado, intentando dar con aquello que lo perseguía.
En su cabeza se reproducían las palabras de Taehyung: “esos monstruos capturan a quien sea que vean solos, si están dentro de su territorio, Chimchim, ten cuidado y no te cagues en tus pantalones, tío, no digas que no te lo advertí”.
“Joder… ¿y si lo que el lunático me dijo, es verdad? “Pensó aterrado, siendo presa de un enorme escalofrío que se adueñó de todo su cuerpo cuando sintió una respiración sobre su nuca. “estoy jodido…” murmuró para sí mismo, virando sus ojos hacia el borde de sus cuencas a la vez que giraba lentamente la cabeza. Lo último que supo fue que algo duro había impactado contra su nuca.

Dolía, joder que su cabeza dolía.
Los ojos de Park Jimin se abrieron lentamente en la oscuridad del lugar, encontrándose con que, obviamente, no podía ver nada.
-¿chicos?- murmuró con un hilo de voz, asustado por el recuerdo de lo sucedido, antes de perder la conciencia.
Una risa suave se coló por sus oídos, tan íntima y macabra que le heló por completo la sangre. El suave aliento de alguien o “algo” llegó hasta su rostro junto a aquella risa, haciéndole entrar en pánico en menos de un segundo.
Park se removió asustado, encontrándose con la sorpresa de que sus manos estaban atadas a lo que, al parecer, era un caño cortado.
Nuevamente escuchó aquella risa, esta vez, más cerca de su rostro.
- ¿¡quién demonios eres!? ¡suéltame!- exigió desesperado por la situación, lleno de temor por no saber qué era lo que pasaba, sin siquiera poder ver.
- Ho…no lo creo, chico- murmuró en respuesta.
Jimin no se esperaba aquella voz monótona, suave y profunda.
- Déjame ir, por favor- pidió temeroso- toma lo que quieras, pero por favor, déjame ir, dime donde están mis amigos y déjame ir- suplicó, removiéndose una vez más.
- ¿sabes que te tomaré la palabra, niño? ¿estás seguro de que puedo tomar lo que quiera?- esta vez, la monótona voz sonaba burlona y un tanto sarcástica, altanera.

Jimin tembló considerablemente, no sabía que responder porque no sabía las intenciones del tipo, solo sabía que el sujeto, al parecer, estaba sobre él.
- Lo…lo que sea, pero déjame ir- volvió a pedir, recibiendo otra risa de respuesta.
De un momento a otro, el pelinegro dejó de sentir la presencia sobré sí mismo, percibiendo el frio del lugar con toda su piel.
Estaba desnudo.
Otra ola de miedo atacó su sistema nervioso, acabando en otra ronda de jalones desesperado por la liberación de sus manos.
Suplicas salían de sus labios y lágrimas de impotencia comenzaron a rodar por sus mejillas. ¿Es que acaso lo violarían allí?
La confirmación llegó junto a un chorro viscoso de algo que cayó sobre su pene, frio pero caliente a la vez. Una mano tomó su miembro flácido y esparció aquello que parecía gel o lubricante, con movimientos lentos y fluidos.
Jimin comenzó a jalar con más fuerza, quebrando su garganta en gritos desesperados. Movía su cuerpo entero queriendo apartar aquella mano, pero solo consiguió que sus piernas fueran abiertas, separadas por un cuerpo entre ellas y que su boca sea llenada de tela, impidiéndole pronunciar palabras de ayuda.
- Tranquilo, niño, veras que te gustará, que pedirás mas- pronunció en su oído, haciéndole sollozar.
Su miembro volvió a ser atrapado en una mano, siendo masturbado. Aunque no lo deseaba, aquel agarre se sentía caliente sobre su pene, haciéndole poner sensible, excitándolo rápidamente sin su consentimiento. Su cadera se movió por reflejo, curvándose, buscando más del húmedo y caliente agarre. Jimin sollozó una vez más por eso.
A los pocos minutos, Park ya estaba rendido, su cuerpo entero no le respondía, solo se erizaba buscando ser tocado, buscaba el calor de esas manos.
El tipo fue apoyando lentamente sus caderas y parte de su torso sobre Jimin, moviéndose lentamente contra él, obligándole a abrirse más de piernas, apretando el sensible miembro contra su propia dureza encerrada en un par de jeans.
La risa burlona volvió a retumbar suavemente contra los oídos del maniatado chico, haciéndole estremecer.
Aquellos movimientos sobre él le estaban afectando, haciéndole sentir extraño y perdido.
No es como si el alcohol en su sistema le esté ayudando, de todas formas.
Un tenue rayo de luz de luna se coló por una de las pocas ventanas que no estaba clausurada con tablones de madera, dejándole ver al chico quien estaba torturándole de aquella forma.
Demonios.
La imagen del chico de sonrisa sínica viajó hasta él y se chocó contra su cerebro, ubicándolo como el sujeto que los miraba comiendo en el instituto. Ese tipo sobre él, era el americano buscapleitos del que había hablado ese mismo día con sus dos amigos. Ese era Min Yoongi, si mal no recordaba que le había nombrado Seokjin.
Jimin jadeó en sorpresa, a la vez que el pelirrojo simulaba envestidas contra él.
La poca luz desapareció cuando la luna volvió a ser cubierta por una nube, pero, aun así, los felinos ojos del chico volvieron a brillar cuando conectaron con los del pelinegro.
- Tienes un cuerpo sensible ¿he?- volvió a burlarse, paseando las manos por el cuerpo debajo suyo, acariciando cada milímetro de piel a su paso, mientras movía sus caderas en círculos, insinuándole su excitación al chico.
Un gemido se atoró en la tela tras el apretón que sufrió el pezón del moreno, quien vibró al sentir la humedad de la boca ajena luego de aquello. Jimin aún no podía entender cómo es que aquel tipo había logrado poner tan sensible su cuerpo; se sentía enfermo, era un hecho que lo violarían, pero su cuerpo reaccionaba positivamente con cada rose, cada beso, embestida y lamida.
Yoongi lamia y chupaba con fuerza los sensibles botones de carne del menor antes de seguir su recorrido hacia el sur, pasando la bolilla de su piercing por la sensible y sudada piel.
Jimin volvió a jadear cuando la lengua húmeda y caliente rozó su pene, haciendo sonreír a Yoongi.
Las cadenas sonaron y los ojos de Park se estrecharon con fuerza cuando el mayor engulló su pene, dejándole sentir su piercing contra el frenillo y la vena de su miembro.
La pequeña bocha negra de la perforación de Min se paseaba por todo su glande, jugando a delinear su hoyito hasta caber un poco en él, haciendo delirar al agitado chico amordazado. Yoongi sabia como mover su lengua para que, en contra de su voluntad, Jimin flaqueara de sus inútiles intentos de escape.
Estaba completamente perdido.

Aun no sabía si era por causa del alcohol en su sangre, el golpe en su cabeza, o si es que Min Yoongi le había drogado, pero en ese momento, no se reconocía ni a él mismo.
Cuando el pelirrojo vio al pelinegro tan rendido ante él, decidió que era buena idea quitarle el trapo de la boca y retirar la cadena del tubo metálico, solo para girar al menor y oírlo gemir, claro, las cadenas seguían allí, restándole movilidad a sus brazos.
Y es que Jimin podía alcanzar los agudos más celestiales junto a los graves más profundos de Yoongi al estar sobre sus rodillas y codos.
Park jamás pensó que una lengua y tres dedos lubricados con gel íntimo “ardiente” se sintieran tan bien en su apretada entrada, pero joder, podría empezar a gustarle aquello.
Yoongi movía sus dedos suavemente, estirando y presionando sobre su punto G, mientras que chupaba y movía con su lengua los testículos de Jimin, quien empujaba hacia atrás con su trasero a cada salto que daba su adolorido pene.
- Do you like this, guy?- preguntó con un fluido acento, propinándole una fuerte nalgada al moreno- ha? tell me, boy- susurró con voz ronca contra el oído del contrario.
Jimin se estremeció por esto, gimoteando penosamente cuando el mayor jaló su oreja con los dientes.
- You want my penis here?
- No…no te entiendo- sollozó el menor, sintiendo la húmeda punta del miembro eréctil del mayor contra su dilatada entrada- no, po-por favor, eso está…
- Dirty?- rio con suavidad- ho, boy, i know that if you want- murmuró, enterrándose de una sola estocada dentro del cuerpo del joven moreno, quien curvó la espalda y gritó, sintiendo como todo en él ardía, mas por el deseo y el placer que por el dolor de aquel sujeto que lo trataba tan bruscamente-ho shit,eres delicioso.
¿Eres delicioso?joder, aquella voz, ese acento, el tono, todo cargado en un susurro apenas audible, pero que, aun en aquella circunstancia, atravesó a Park como un rayo. Era tan sensual. Endemoniadamente caliente, como Yoongi le susurraba.

Creía que era un sueño, un maldito sueño.
El lunes, cuando los alumnos se volvieron a reunir en sus respectivos cursos, los mensajes por papel comenzaron a volar de un lado a otro entre Taehyung y un pálido Jimin. Era obvio que, luego de que cada uno despertara por su lado, todos separados dentro de aquel galpón abandonado, las cabezas de los Kim se llenarían de dudas y recuerdos borrosos de la noche vivida, comenzando a bombardearle con preguntas a un shockeado Jimin. Y no es que este les haya respondido algo, por lo menos, no de manera coherente.
“¿seguro que no pasó nada? Te ves como un muerto”
Jimin giró su cabeza con molestia hacia el rubio chico, fulminándolo con la mirada cuando el profesor le llamó la atención. Pidió disculpas y contestó.
“se menos que ustedes sobre lo que pasó, y tú te ves peor”
Escribió con letra pequeña para ahorrar espacio y lo lanzó cuando el adulto no miraba, a los dos minutos, la misma bola de papel impactaba en su nuca.
“Jin hyung me dijo que vio a un chico con rastas y lentes redondos antes de dormirse y yo te juro que vi a un conejo de pelaje negro caminar con un gato colorado”
Jimin negó. Taehyung fue quien lo fulminó esta vez mientras movía sus labios diciéndole “es la verdad” a su amigo.
“estábamos solos, no había nadie, no habían animales, Taehyung, estábamos borrachos los tres”
“yo sé lo que vi”
Fue la escueta respuesta. No hubo más mensajes, después de ese.

Era un hecho el que Taehyung estaba molesto con él, pero aun así, le molestaba que desapareciera de la nada y no le contestara al celular. No ayudaba mucho que Seokjin estuviese perdido mirando a un tipo nuevo que estaba sentado, completamente solo.
- Jin ¿me estas escuchando? ¿acaso no te parece raro que Taehyung aún no venga?
- ¿y luego exagero yo?-contestó, fijándose en el chico.- te dije que lo vi entrar a uno de los cursos de primero junto a un chico pelinegro. Creo que es ese que se cambió desde un instituto privado, algo de un becario; ¿Cómo se llamaba?- intentaba recordar- ¡ha, si! Jungkook, el niño que parece un conejo.
¿Conejo? ¿Conejo…pelinegro? ¿Jungkook?
Un gato rojo… ¿Yoongi?
- Hy-hyung… ¿tu…recuerdas algo de la noche del viernes?-preguntó temeroso, reviviendo en sus recuerdos unos ojos felinos junto a una noche de calor intenso que se decidió a enterrar y catalogar como un sueño. Recordó lo que Taehyung le había dicho.
¿Y si lo que vivió no solo fue un sueño húmedo? ¿Y si en verdad aquel chico lo había…?
Pero…si al despertar no había evidencias que lo pruebe y él estaba vestido. ¡…l estaba vestido!
Seokjin volvió a dejarse perder, clavando su mirada de ojos brillosos y llenos de temor y duda tras el moreno. Jimin giró con miedo, para ver.
Un chico de rastas y lentes de marcos oscuros le devolvía la mirada a su mayor.
- Juro que lo vi antes- murmuró Jin, más para sí mismo que para el contrario- Kim Namjoon- Jimin lo miró- se dice que tiene una estrecha relación con Min Yoongi, también con Jeon Jungkook…
El moreno abrió los ojos y dejó caer su mandíbula, incapaz de pronunciar algo.
Aquellos tres se conocían.
Al parecer, los tres se habían cruzado con ellos en el lúgubre lugar.
Y Taehyung no volvía.
Park empujó su silla, levantándose de golpe. Algo andaba mal.
El mayor de los Kim le gritó, cuestionándole a donde es que iba, pero el pelinegro no tenía tiempo de contestar ahora.
Desesperado, comenzó a correr hacia los salones de primero, sorteando a los alumnos que paseaban por los corredores con gran habilidad. Necesitaba encontrarlo. Necesitaba saber que estaba bien.
Park dobló en el pasillo a su derecha, donde, extrañamente, los alumnos no se desplazaban.
Sus pies se clavaron al suelo cuando los vio a pocos metros de él.
Taehyung estaba acorralado entre un chico de brillo oscuro tras sus pupilas y la pared, con la mirada gacha, sonrojado y temblando.
Jimin quiso correr hacia él, apartarlo de aquel sujeto de aspecto gótico pero elegante, quería advertirle que a él no le parecía bueno, que algo aterrador había tras lo vivido aquella noche.
Quería gritarle que habían abusado de él allí, que no era un sueño.
Pero, cuando quiso dar el paso, un par de blancas manos se cernieron a su cintura y una respiración caliente impactó contra su nuca, enviándole correntadas por toda su columna, haciéndolo vibrar víctima de una nueva oleada de recuerdos candentes y húmedos como aquellos besos que compartió con el de ojos felinos. Aquello se sentía real, tanto como el orgasmo que había experimentado junto a él, tan real como lo era la respiración de Yoongi contra su nuca o la forma en que Jungkook besaba a su mejor amigo.
Tan real como todo.
- Hello, Little kitty-
¿Pero en qué demonios se habían metido?
Notas finales:

creo que tengo la misma cara de wtf que ustedes,en estos momentos, no se de donde salió esto xD prontamente subiré un lemon mas del Yoonmin ewe que tal?


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