Reaparece un antiguo amor /viejos enemigos
- Domi- medio incrédulo musito el rubio en medio de un colapso nervioso.
Acercándose el peli azulado asintió con la cabeza, Wolf no podía creer ese día le había pasado de todo estaba tan confundido que se desmayó.
-Es comprensible, que te desmayes pequeño Wolfram, no te preocupes nos quedaremos aquí hasta que reacciones y me toque explicar algunas circunstancias de mi muerte y ¿cómo ahora estoy contigo?- decía Darío, que había cogido a Wolf, antes que cayera al césped y le había acomodado para que ese ángel descanse hasta que reaccione.
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En la habitación real
Entraba un moreno muy contrariado por lo que había hecho hace algunos minutos atrás, decidió echar llave a la puerta y acostarse a dormir necesitaba despegarse de este mundo por algunas horas.
Todos habían salido, pero estaban confundidos, Conrad y Gunter fueron a buscar a Maou a sus aposentos, pero cuando llegaron notaron la puerta con llave y por más que lo llamaran el no respondía y supusieron que estaba dormido, y ambos decidieron retornar a sus trabajos, aunque nadie se explicaba el accidente de haces algunos minutos antes.
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En la entrada de Pacto de Sangre
-¿Qué haces aquí Isabela?- pregunto curioso Shinou.
- Buenos días excelencias, tengo que hablar con usted no es solo por mi hermana, algo ha pasado y creo que el plan está en peligro.- saludo educa mente la nombrada.
-¿ A qué te refieres?- indago curioso Ken.
- Yuuri heika, beso a la fuerza a Wolfram- respondió serenamente.
- ¡Qué bien!, entonces esta funcionado nuestro plan- dijo alegre Shinou.
- Yo de usted, no estaría tan emocionado- advirtió Erika.
- ¿Por qué?- se cuestionaba algo intranquilo..
-Wolf, utilizo una técnica que le enseñe cuando él quisiera zafarse de alguien más fuerte que él, además lo note demasiado nervioso y se fue, y Dochan, fue atrás de él; y creo que esos dos conversaran y conociendo a mis niños regresaran hasta tarde, además a Wolf, se le cayó el medallón que le dio Dochan, sin darse cuenta. Ahora que se podrá hacer- dijo con algo de preocupación, no por lo que Wolfram, utilizara su técnica, si no por lo del medallón, en lo que realidad era un objeto de protección, para mantener las malas energías alejadas, o mejor dicho un amuleto.
- Bueno, creo que será mejor que Lord Charnes, revele su identidad.- musito con una sonrisa maliciosa, característica cuando va a ser "travesuras".
- Seguro Shinou heika.- respondió algo sorprendida.-¿Qué opina usted Geika?.
- Estoy de acuerdo, porque originaríamos más presión a Shibuya.- respondió con los lentes reflejados, y eso significaba que se traía algo entre manos.
- Como ordenen excelencias, pero Yuukun, no sabe lo de Dochan y Wolfy- comento con una sonrisa traviesa.
-Es verdad, utilizaremos el medallón de Lord Charnes, para que Shibuya conozca la historia, que sería digna para ser escrita.- dijo Ken, con malicia.
- Si tiene razón, esos dos hubieran quedado juntos, al no ser que el destino cambio-dijo Erika, recordando un poco el pasado-bueno me voy a la biblioteca tengo que averiguar algunas cosas que deje pendientes.
-Como quieras Lady Isabela- le contesto Shinou, preguntándose ¿qué era lo que tenía que hacer? pero conociendo la wicca, no se lo diría.
- me retiro, con su permiso sus altezas.- se estaba despidiendo haciendo una reverencia elegante digna de una princesa.
- Espera un momento, te puedes comunicar telepáticamente con Lord Charnes.- Murata interrumpía a la partida de Erika.
- Si, ¿por qué?- preguntaba curiosa.
- Dile que no aparezca con Lord Bielefeld hasta mañana- lo decía Ken con algo de malicia.
- ya entendí Ken, lo que quieres es que Yuukun, se muera de celos- captando la idea Erika con su mente de Fujoshi, ya se muria por ver la cara del Maou, con celos después de todo le divertía esa situación.
-Exactamente, no esperaba nada menos de la guardiana de hielo y fuego- elogiándola, ganándose una mirada de reproche por parte de Shinou hacia su persona, que él, prefirió ignorar.
- Gracias horita le mando el mensaje a Dochan y ya mismo averiguaré, ¿cómo hacer que Yuukun, se enteren de la historia de eso dos?- le agradeció, aunque se ría para su adentros por la cara que tenía el rey original, por celos que manifestaba hacia su uke, Erika tuvo que utilizar todo su autocontrol para no gritar, de la emoción.
- Contamos con eso Erika-san.- dijo Shinou, con una voz seria, pero a la vez amable.
Se fue alejando Erika, quedando Shinou y Ken, también había decido ir a conversar con el hijo mayor de la ex Maou, para ayudar con el papeleo, pero Murata, en eso decidió mejor hablar con Shibuya, de seguro necesitaría a alguien con quien hablar, pero el verdadero motivo es que Ken, lo iba a molestar.
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En la biblioteca
Llegaba Erika que iba a buscar un libro que dejo escondido en la biblioteca del palacio, lo había encontrado, pero no podía sacarlo, por suerte con su poder protegió su móvil y tomo foto lo más rápido que pudo, cuando termino se dispuso a regresar el libro y este ya lo había vuelto esconder, entonces entro Gunter.
- Señorita Ortega ¿qué hace aquí?- pregunta Gunter, curioso por la presencia de la joven en el lugar.
- Hola Gunter, no me llames por mi apellido, llámame por mi nombre, por favor, y respondió a su pregunta es que yo quería saber más de este mundo me lo puedes contar por favor, es que soy muy curiosa- respondió sorprendida nunca se imaginó que Gunter, podía encontrarla en la biblioteca, por suerte había hablado de lo más calmada, y se había inventado una excusa perfecta, pero le preocupaba ¿cómo no pude percibir el majutsu de pelilla?.
- Como guste, tome asiento y comencemos.- le dijo el consejero real, porque él, quería saber ¿quién era la doncella? en verdad, que no lleva ni un día en Pacto de Sangre y se lograba ubicar demasiado bien, lo tenía muy intrigado.
- Claro." Porque a mí, ahora debo escuchar a Gunter, espero no dormirme aún recuerdo que mis niños se escapan mucho porque él los aburría y ahora me toca a mí, las cosas que debo hacer solo espero que el destino vuelva a cambiar, si no de nada servirá lo que estamos haciendo"- mientras contestaba y pensaba, tomando asiento, evitando un poco la miraba de unos de sus amigos.
En ese momento mientras la wicca recibía una clase de ese mundo se comunica telepáticamente con Darío que estaba con Wolf en el jardín.
-" Dochan, me dijo el Geika, que no aparezca con Wolfchan, hasta mañana"- dijo Erika, mientras tomaba algo de atención de las costumbres que le estaban dando Gunter.
- " ¿Por qué?"- cuestiono algo curioso.
-" El porque es que Yuukun se muera de celos"- respondió algo divertida, mientras Gunter había comenzado explicar de los sexos que había en Shin Makoku.
- " Eso depende de Wolfy"- contesto algo cohibido.
-"Parece que le piensa contar todo"- dijo resignada, mientras escuchaba de las obligaciones que tenía los donceles y doncellas.
-"Si"-
-"De acuerdo, entonces esperare como ustedes decidan proceder, antes que me olvide yo tengo el medallón que le diste a Wolfchan, se le cayó"- explico, mientras seguía de las leyes de matrimonio o propuesta.
-"Está bien, después se lo entregas"- decía mientras acariciaba la mejilla de Wolfram, que se acurrucaba en su regazo.
-"Si, ahora te dejo, me toca concentrarme con lo que me cuenta Gunter del reino"-decía algo nerviosa, al parecer el pelila la había visto que no le estaba tomando atención y le comenzaba hacer preguntas.
- "¿Que paso para que Lord Von Christ, para que te dé lecciones de historia?"- pregunto algo curioso no se imaginaba que su amiga tuviera que escuchar a su anterio maestro.
- "Después te cuento"-decía, mientras respondía las preguntas de Gunter, de no ser por ¿quién era?, estaba segura que no podría responder esas preguntas si no habría puesto atención.
- "Buena suerte"- enserio se las deseaba, Gunter, solía hacer dormir mientras daba su ponencia.
- "Gracias"- agradeció, mientras Gunter, cambiaba el tema de los prometidos ¿qué pasaría si ambos prometidos eras nobles y apareciera otro noble reclamando a su prometido?
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En los pasillos.
Se veía el Gran Sabio, dirigiéndose a la habitación real,¿ por qué quería saber el motivo que originó en el Maou, para que besara a Wolfram?
Llego y procedió a tocar la puerta, pero nadie contestaba estuvo un buen rato, cuando procedía a retirase el Heika, abría la puerta de su aposento.
- ¿Que pasa Murata?- decía un Yuuri, irritado.
- Buenos días Shibuya, me entere por ahí que no ibas a salir de tus aposentos y quise saber el motivo.- respondió Ken, muy tranquilo.
- No quiero hablar- musito, sin ánimos de hablar con nadie.
- Shibuya, no me digas que te peleaste con Von Bielefeld, no que no ibas a terminar con él.- pregunto "ingenuamente".
- No he peleado con él, además ese asunto no te debería importar- respondió muy alterado.
- Jejejeje tranquilo Shibuya, no te alteres, además si terminaras el compromiso cualquiera podría conquistar a Bielefeld, hay demasiados corazones rotos que quedaron, cuando accidentalmente ustedes dos se comprometieron; y ellos querrá tener una oportunidad, no lo crees.- lo dijo con suspicacia.
El Maou, lo veía con la cara de mejor cállate, si no quieres que te dé una paliza.
- No me mires así, sabes que tengo razón, él es un adonis y eso que no tienes un antiguo rival- esto lo dijo a propósito.
- ¿A quien te refieres Murata?- le pregunto con curiosidad y celoso a la vez.
- A no te lo ha contado Wolfram, si él no la ha hecho, no lo hare yo, ahora me retiro y antes de irme te daré un consejo que ya decidas sobres tus sentimientos, no vaya ser que alguien venga y conquiste el corazón de Wolfram- esto ya lo dijo en serio.
- Deja de decir tonterías Murata, y ¿desde cuando le llamas por su nombre?- dijo esta vez ya completamente celoso.
Murata, decidió ignorarlo ya que si no lo hacía se le ríe en su cara por los celos que su amigo manifestaba sin darse cuenta.
El Maou, quedó más intrigado de verdad, para colmo su amigo se fue sin contestar lo último, le molestaba en cierta forma que su amigo llame a Wolfram, con su nombre de pila, definitivamente ese no era su día, Lo peor de todo es que le entro la curiosidad de saber ¿quién era ese chico en el pasado de Wolf?, sin darse cuenta sus sentimientos iban cambiando.
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Pasó la tarde sin darse cuenta que cierto rubio no estaba en el palacio, cuando llegó la hora del almuerzo ya era a eso del mediodía.
En el comedor real, reinaba un ambiente muy tenso, Gwendal, estaba enojado por tener que hacer todo el trabajo él solo, porque ni siquiera Gunter, lo había ayudo, bueno si tuvo algo de ayuda por Shinou Heika, pero hubiera preferido a Gunter.
Gunter y Erika, se habían hecho buenos amigos, porque él, le gusto la atención que le había prestado la doncella, pero también se dio cuenta mientras conversaba que no era la primera vez, a la dama se le veía cierto halo de realeza, mas este no le tomó atención.
Por el lado de Erika, temía ser descubierta por el peli lila ya que él, la conocía bien, además los dos compartirían cierto gusto por la literatura, que por cierto un peli plata le molestaba mucho ver la conversión entre ellos, a la vez el mencionado observaba también al Heika, con ganas de matarlo , ella, reía para sus adentros le gustaba poner celosos a los semes para que se den cuenta de lo que siente.
Murata, se había decido quedar en el almuerzo con Shinou, pero todos notaron que algo había sucedido con esos dos, ¿por qué era raro que no estuvieran peleando?
Greta, está comiendo tranquila, aunque le inquietó por no ver la presencia de su otro padre, pero pensó que capaz se había ido a ese jardín que se lo comento en una ocasión.
Yuuri, en cambio está intentado asimilar lo sucedido en la mañana y también evitando la mirada de asesina del hijo mayor de la ex Maou, mientras Chery-sama y Conrad, se preguntaba ¿por qué Wolfram, no estaba en la hora de cena era raro de él?, y se ausentaba era porque estaba en ese lugar que él, solo conocía, todos les eran indiferentes, hasta que Erika hablo:
- Disculpe, pero quisiera saber de dónde esta su excelencia Wolfram- pregunta ganándose la mirada curiosa de todos los presentes.
- ¿Por qué lo quieres saber Erichan?- contesto con otra pregunta Yuuri, hacia su "novia", no le gusto saber que ella preguntaran sobre su "amigo".
- Es que se le cayó este medallón Yuukun.- le respondió con una sonrisa angélica.
- Y ¿cómo sabes que es de é?- pregunto Yuuri, con la intriga, porque de verdad el medallón le pertenecía a Wolfram, lo había visto en la mañana, antes de lo ocurrido.
- Lo sé por qué dice "te doy este medallón que representa el color de tus ojos que cada vez que me miras mi deseo en monopolizarte solo para mí, crece cada día mi amado Wolfram", tallado en la parte de atrás si te fija bien podrás leerlo, el quien se lo regalo era o es muy seductor- esto último se lo dijo a propósito y se quería reír, por la cara que puso Yuuri, cuando termino de leer, puso una cara digna de una fotografía.
Eso no le gusto a cierto moreno que ese medallón le haya dado un ex de Wolfram, y este que lo haya conservado como algo valioso.
-¿Te pasa algo Yuukun?- pregunto fingiendo inocencia.
- No me pasa nada.- contesto en tono que a todos los presentes, les recorriera un escalofrió en la espalda.
- Disculpe, señorita me podría dar ese medallón, por favor.- pregunto Conrad, tratando que ese ambiente que cada vez está más tenso, dejara de estarlo.
-Claro, Conrad, debe ser muy especial para su excelencia Wolfram- contesto con una sonrisa.
-Digamos que sí.- le contesto por educación, ganándose una mirada, aterradora de su ahijado.
-Conrad, ¿quién le dio ese medallón a Wolfram?- pregunto Yuuri, haciendo uso de su autocontrol, para que no saliera su contraparte, aunque no lo disimulo muy bien, porque tenía una mirada que había hecho poner nervioso a su padrino que quería salir corriendo.
- Su majestad, esto, esto- contesto nervioso, la verdad él no quería contar nada sin la autorización de su hermanito.
-Cuantas veces te digo que me digas Yuuri, y responde a mi pregunta.- respondió un alterado.
- Yuuri, es complicado de explicar.- trato de excusar.
- Explícame entonces.- le dijo bastante irritado.
- Su majestad, seré yo quien le responderá a su pregunta- decía Chery, al notar el nerviosismo de su hijo; y era compresible, por la cara que tenía su Maou, decidió intervenir.
- La escucho Chery- le respondió siendo un poco amable.
- Este medallón se lo dio Lord Charnes Dominick- lo decía tomando el medallón que tenia de las manos de Conrad, para tenerlo ella.
- ¿Quién es él?- pregunto otra vez celoso.
- Él pertenecía a la antigua dinastía de hielo, él y Wolfy, se conocieron desde niños, fueron prometidos por años- contesto, tranquilamente, sorprendiendo a los presentes, por la forma que respondía las preguntas que Yuuri, le decía, como si fuera una conversación fácil de manejar, era todo lo que pensaba los presentes, a excepción de la pequeña Greta.
- ¿Qué pasó con él?- volvió hacer otra pregunta.
- Murió protegiendo la vida de mi hijo.- respondió algo melancólica.
-¿Cómo sucedió?- esta vez pregunto una milésima de calmado.
- Fue al inicio de la guerra con los humanos, Wolf, quedó solo en palacio con unos cuantos soldados y atacaron al palacio, pero no fueron los humanos sino hechiceros que quieran el poder de mi hijo, lo iban conseguir, sino que Nick, no vuelve, él hubiera muerto- argumento ya triste.
- No entiendo lo de los hechiceros, me podría contar esa historia que no consta ni siquiera en los libros- todo esto dijo confundido, ya que no comprendía nada y odiaba que aún no supieran esa parte de la historia de su reino.
- Será una historia larga.- contesto.
-La escucho.- le dijo más calmado.
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En el jardín
Despertaba un rubio, cuando vio quien estaba ahí, parpadeo varias veces, no podía creer, ¿Cómo? él podía estar ahí. Comenzó a llorar de alegría, y como impulso lo abrazo, lo cual el peli azulado le correspondió, Wolfram, estaba feliz porque había vuelto la persona que en todo Pacto de Sangre le importaba; y que confiaba más que a nadie.
Después del abrazo, el peli azulado, seco con sus dedos, las lágrimas de ese ángel que tenía enfrente.
- Domi, ¿cómo estás aquí? Y ¿por qué me dijiste un nombre falso?- decía emocionado.
- Wolfy-chan, está bien te contare todo, pero antes debo preguntarte algo.- contesto algo alegre.
- Dime, ¿qué me quieres preguntar?- le respondió algo curioso.
- No regresemos a Pacto de Sangre hasta mañana.- contesto, mirando al ángel enfrente de él.
- Por mí no hay problema, porque presiento que nuestra charla será algo larga.- argumento alegre.
- Si, tú siempre listo.- elogio con una sonrisa sincera.
- Te conozco bien.- argumento también con una sonrisa en sus labios.
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En otro lugar.
En las tierras en alguna vez fueron unos de los reinos más prósperos y llenos de paz, se había convertido en unos de los reinos más barbaries que exista en los diferentes mundos.
Una chica rubia que su cabellera danzaba en su espalda con una ondas en el final de esta, esbelta figura que cualquiera podría caer antes a los pies de ella, con sus ojos azules del color de cielo, le daba un toque de diosa, observa en su bola de cristal al descendiente que cuya imagen es igual aquel hombre que ella amo y él tanto la desprecio por preferir a otro en vez de ella, se había cegado de ira, con una insaciable sed de venganza.
- Anabel, ¿cuándo piensa atacar el legado del rey original?- preguntaba un chico que aparentaba unos veinte años humanos, contextura como la de Wolfram, pero a diferencia de este tenía los ojos naranjas y su cabellera revuelta de color rojizo como la sangre.
- No te apresure Tsuki, la mejor venganza se sirve en un plato bien frio, además no quiero vengarme tan rápido, quiero disfrutar como se retuerce de dolor Shinou, por despréciame por Von Bielefeld Rufus, me vengare utilizando a su elegido, para poder hacerle daño a su descendiente, y quedarme con el poder del Shin Makoku- mientras veía en su bola de cristal- tal ¿cómo lo hice conquistando las tierras de los soberanos de Thornes y Charnes?- se rió estrepitosamente, su risa sonó malvada.
- ¿Qué pasaría si nuestra hermana y el único sobreviviente de la dinastía de hielo que ella cuido, se interponen en tu plan hermana?- volvió preguntar con curiosidad.
- Lo mismo del pasado, los matare, pero esta vez me quedare con todo su poder.- respondió como si fuera algo natural.
- Y ¿por qué se quiere vengar del descendiente de Shinou? precisamente con el que lleva la dinastía de fuego.- volvía preguntar con realmente intrigado.
- Fácil, él es el portador del poder de Rufus, y me interesa obtenerlo, no lo logre en el pasado por el idiota de Dominick, si él no hubiera interferido, el poder del fuego seria mío, al igual que el de hielo, pero Shinou, también intervino, y eso que me deshice de nuestra hermana, la muy tonta pensó en proteger a esos dos niños, aunque más lo hizo por Dominick, que por el descendiente de Shinou, sospeche siempre que ella, estaba enamorada del heredero de la dinastía de hielo- argumento algo irritada.
- Está segura, no debieras hablar de ella de esa forma, recuerda es la menor de los tres.- respondió.
- Si, ya lo sé, pero la muy ingenua, no es como yo y mucho menos como tu hermanito. Yo obtendré todo lo que quiero y lo tendré o caso contrario destruiré todo lo que ama Shinou- replico, ya cansada de hablar el tema.
- Entonces, por ¿dónde empezamos, hermana?- lo dijo con una sonrisa malvada en sus labios.
- Comenzaremos, por invitar al Heika aquí o hare que me invite a Pacto de Sangre, y ahí comenzara mi dulce venganza.- contesto con malicia reflejada en sus ojos.
- ¿Cuándo le piensa enviar la carta?- pregunto haciéndose el ángel.
- Hoy mismo- le contesto emociona.
- Entonces me retiro- le respondió, dirigiéndose a la puerta.
- Está bien.-le susurro Anabel a su hermano antes de salir del despacho-Ah Shinou, no te saldrás con la tuya, simple, yo misma hice que vieras esa premonición, ya que quiera de vuelta el poder de mi hermana y de Dominick, y sería más fácil obteneros teniendo todos reunidos, yo también tengo cartas bajo la manga-su risa malvada retumbó estrepitosamente como un estruendo malévolo, produciendo escalofríos, helando hasta la medula de los huesos- no sabe lo que les esperar.
Todo esto decía mientras miraba en su bola de cristal a la que era su hermana, en el comedor con todos los que serían parte de su venganza, con una copa en la mano derecha de vino tinto.
Mientras afuera de la sala un Tsuki, sonría porque quería a ver a su hermana menor, antes que su hermana mayor, porque marcaba la tradición en su familia al morí uno de ellos, el poder de ese pasa a los hermanos sobreviviente, y él también quiera obtener el poder para él solo, siempre sospecho que su hermanita guarda más poder de lo que se creen.
Pero lo que no sabía que un caballero de unos ciento veinte y cinco años mazoku (veinte y ochos años humanos), alto, con cabello castaño corto, ojos café oscuro, su cuerpo era algo musculoso, pero no exagerado, con una sonrisa que haría helar la sangre a cualquiera, había escuchado su conversación, de sus "aliados", y estaba alegre por fin, la doncella que quería estaba de vuelta, pero también un gran estorbo en camino. "Estas vez será mía Isabela, y no dejare que mi hermano menor sea un estorbo, como en el pasado, lo matare antes". Todo esto pensaba, sin ser visto, por el hermano de Erika/Isabela.
Continuara......................................