La vida de preparatoria era genial, siempre un desafío tras otro, los partidos, las clases, los amigos, su Shin-chan. Takao Kazunari recordaba con anhelo aquellos tiempos; pero como todo, esa época ya había pasado y tras seis años hoy era nuevamente un día especial, era su primer día de trabajo. Para muchos no podría ser nada especial, pero no para él y es que se iba a estrenar como enfermero y en uno de los mejores hospitales del país, no podía pedir nada más; bien solo esperaba que todo salga bien y no meta la pata en ningún caso.
Hoy debía presentarse, le darían sus horarios y conocería a algunos altos directivos, todo sencillo, la pregunta que se hacía era ¿porque se sentía tan nervioso?, él no era así, no señor, nada lo podía detener. Llegó en bus hasta su nuevo sitio de trabajo y es que como más llegar, si vivía relativamente lejos o bueno, no tanto, eran como treinta minutos en la ruta, eso era poco, contando lo grande de la ciudad, tomo aire y entro, este era el inicio de una nueva etapa en su vida y daría lo mejor de sí para lograr ser el mejor.
Midorima-sensei luce muy bien hoy- el peli verde miro por un momento a la chica que le decía esas palabras, y es que no entendía porque le decía eso a él, ¿acaso se estaba burlando?; frunció el ceño por ese pensamiento, la chica pareció asustarse un poco porque hizo una reverencia y se alejó de forma rápida; ¿pero que era lo que le pasaba a la gente a su alrededor?, tal vez esa era la sorpresa que le predijo Oha-san para ese día, aunque debía ser algo más porque según su horóscopo le gustaría mucho ¿Qué podría ser?.
-Vaya, vaya Midorima, no cambias- le dijo uno de sus colegas
-Miyagi-sempai, ¿A qué se refiere?- le dijo el médico confundido. Midorima se había convertido en doctor al igual que su ex compañero de preparatoria Miyagi.
- Por favor, no hay quien te entienda, además que es eso de sempai- le dijo con un tono fuerte
- Pero eres mi superior- dijo como si fuera lo más natural del mundo
- Pero que dices, si tu familia es la dueña de este hospital y tú eres el director, eso te convierte en mi jefe, además soy al único que llamas "sempai"- le reprocho como si fuera lo más obvio del mundo pero al ver la cara de confusión de su amigo, mejor dejo así por su propia paz mental- ¿Vas a ir a conocer a los nuevos?, hoy entran médicos y enfermeros- le recordó
- No creo que vaya- dijo como si nada- ya pasaron por el proceso de selección, deben ser buenos y no tengo nada que ver con eso- término de decir el joven doctor
- tu sí que no tienes remedio, por eso las personas siempre dicen que eres un ogro y se alejan de ti- era cierto, Midorima tenía fama de ogro e inalcanzable, la gente simplemente no se le acercaba pero a él no le importaba porque era algo a lo que ya estaba acostumbrado desde pequeño- bueno excepto por esas mujeres o donceles que no pierden la oportunidad de echarte la soga al cuello- Miyagi rio por la cara de fastidio de su amigo y es que si, ellos eran amigos.
- Hablaremos después, me comentas como te va con los nuevos, ¿De acuerdo?
-Claro, nos vemos - ambos médicos tomaron caminos diferentes para seguir con sus tareas del día.
Les damos la bienvenida a todos -dijo un hombre mayor con bata- Mi nombre es Tabana, soy el director de recursos humanos del hospital y quiero felicitarlos porque acaban de entrar a la mejor institución médica del país, espero que todos se lleven bien y trabajemos lo mejor posible para seguir haciendo de este hospital el mejor del país, tomaremos un receso para un aperitivo y luego continuaremos- el hombre se bajó del pequeño escenario y de inmediato un par de meseros llevaron a cada mesa lo prometido; otro receso, pensó Takao, ¿pero que le pasaba a esa gente?, llevaban toda la mañana perdida, entre recesos y palabrería, ya está aburrido y en serio se estaba fastidiando.
- Lo sé, yo también lo vi, es tan sexy- las chicas que están en su misma mesa estaban hablando hace rato del mismo tema, ¿es que no se cansaban?- y no sabes, es el director del hospital, llego a ese puesto porque es el hijo del dueño, pero dicen que es el mejor en lo que hace- puro bla, bla, bla de alguien que ni siquiera conocían- es soltero, pero la gente dice que es un ogro y no tiene amigos, solo habla con un médico de acá, y nadie nunca le ha conocido pareja- y a ellas que diablos les importaba lo que pasara con ese tipo, giro su vista porque le pareció ver a alguien que conocían y como no, era él.
-Miyagi-sempai-el peli negro llamo a su ex compañero de equipo; el otro volteo a verlo y abrió sus ojos por completo.
-Takao, ¿Qué haces acá?- dijo confundido el medico
-Pues empiezo a trabajar acá desde hoy, soy enfermero-el chico sonrió, era maravilloso encontrarse con una cara conocida
-Oh, ¿En serio?- un asentimiento de cabeza fue suficiente para confirmarlo- ¿alguien te recomendó?-pregunto confuso.
- Que malo eres, yo solo conseguí este trabajo, soy muy bueno en lo que hago- Takao hizo un puchero mientras le decía aquello a su amigo
-Pues bienvenido, tu llegada hará las cosas más interesantes aquí - la cara de confusión del chico le saco una risa- lo entenderás después - dijo y se alejó para poder seguir con las presentaciones.
Vaya, vaya, podía jurar que su amigo peli verde no sabía nada de eso, y es que si lo hubiera sabido de seguro se lo hubiera comentado, pero bueno, ya quería ver la expresión en su cara cuando viera a Takao y viceversa, nunca dijo nada pero siempre supo que entre esos dos habían más que sentimientos de amistad y tal vez ahora podía volver esa llamita que en algún momento existió. Y claro que él daría un poco de leña para esa fogata y es que lo que más deseaba era ver a su jefe/amigo feliz, aunque este no lo dijera él sabía que Midorima no era feliz con esa soledad que lo acompañaba, talvez la entrada del peli negro era obra del destino para llevar la felicidad a su solitario amigo.