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No lo olvides por TwistedGirl19

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¿Olvidaste que estoy vivo siquiera?

¿Olvidaste todo lo que alguna vez tuvimos?

¿Lo olvidaste?

¿Me olvidaste a mí?

 

Él estaba riéndose. Sentado ahí, en aquel restaurante de quién sabe cuantas estrellas, acompañado de alguna mujer llena de sensualidad y belleza. Estaba riéndose con ella.

Su sonrisa era radiante, tal y como Ji Yong la recordaba. Esa sonrisa tan elegante que podía iluminar su mundo en segundos, que le contagiaba el buen humor y hacía de sus días más alegres.

Dolía. Verlo sonreír así de alguna manera le dolía.

Seung Hyun ya era feliz, probablemente ya hasta había vuelto a hacer su vida y ya lo había olvidado todo.
Mientras que él, Ji Yong, se podría en la miseria, se hundía en una depresión cada día más, cayendo en un hoyo oscuro sin fondo.

 

¿Te arrepientes de haber estado a mi lado alguna vez?

¿Ya olvidaste lo que nosotros sentíamos por dentro?

Ahora estoy cerca de olvidarnos.

 

Pero eso era bueno. Que Seung Hyun sonriera de nuevo era bueno, ¿no es así?

Eso significaba que había logrado salir de ese dolor que alguna vez atormentó a ambos, pero que seguía torturando a Ji Yong.

Seung Hyun era feliz. Y eso lo hacía feliz a él también. Aún cuando le calara en lo más profundo de su alma pensar que todos esos recuerdos que habían hecho en el pasado ahora el mayor lo haya olvidado. Lo haya enterrado.

Ese pensamiento le estremecía los huesos y alteraba sus articulaciones. Habían pasado tantos buenos y malos momentos juntos, habían cruzado por muchísimas cosas, ¿era tan fácil de olvidar todo eso?

Porque para Ji Yong no lo ha sido. No ha podido olvidar ni un segundo nada acerca de ellos, ¿cómo fue posible que él sí pudiera?

 

En algún lado nosotros estuvimos mal.

Fuimos tan fuertes alguna vez.

Nuestro amor es como una canción.

No puedes olvidarlo.

 

En el pasado, Ji Yong nunca pensó pasar por una situación como esta. La relación que ambos habían mantenido alguna vez era tan fuerte, tan poderosa e irrompible que los dos se sentían los dueños del mundo. Podían hacer lo que sea y nunca les pasaría nada porque tenían a su lado al otro, y se daban el apoyo y el cariño suficiente como para vencer toda tormenta que se avecinase.

¿Cómo habían terminado de esta manera? Tantos besos y abrazos, tantas caricias, tantas promesas… y todas ellas rotas sin compasión. Todas ellas guardadas en lo más profundo de su corazón por Ji Yong, y tiradas al caño por Seung Hyun.

 

Así que supongo que aquí es donde tenemos que estar.

¿Te arrepientes siquiera de tomarme de las manos?

Nunca de nuevo.

Por favor, no lo olvides.

No lo olvides.

 

¿Es ese el destino que le deparaba la vida? ¿Mantenerse alejado de Seung Hyun? ¿Olvidado?

No podía permitirlo. Quizá ya no eran nada, pero el simple hecho de saber que toda la historia que ellos tuvieron sea olvidada y desechada como si no hubiera sido nada, era impensable para él.

Quería correr hacía él. Ji Yong quería dar grandes zancadas hasta llegar a Seung Hyun y besarlo. Tal vez besándolo pudiera recordarlo.

O no, ya ni siquiera besarlo. Sólo saludarlo. Ji Yong tan sólo quería una señal de que Seung Hyun no lo había olvidado. De que seguía en su corazón, incluso si le tuviera odio o rencor. El odio significa que no has olvidado, y eso era lo único que Ji Yong necesitaba saber.

No ser olvidado.

 

Lo tuvimos todo.

Nosotros apenas íbamos a enamorarnos mucho más de lo que ya estábamos.

No olvidaré.

Yo no nos olvidaré.

 

Habían sido dos largos años de relación, y aunque se habían conocido espontáneamente, ambos supieron desde la primera vez que se vieron que algo mágico existía entre ellos dos.

Se conocieron en un walmart de Seúl, Ji Yong había ido de vacaciones a su ciudad natal después de haber vivido toda su niñez y adolescencia en Estados Unidos.

Ji Yong había recurrido a aquel súper mercado para conseguir los ingredientes con los que iba a hacer la cena en la noche para su madre y su hermana.

No encontraba la sopa de abadejo en lata, y le daba vergüenza preguntárselo a algún empleado porque el coreano de Ji Yong no era del todo bueno debido a haber hablado más el inglés por tantos años.

Un tipo con cubrebocas negro y lentes grises estaba concentrado escogiendo manzanas frescas.

—Disculpe, ehm… ¿Sopa de abadejo? —masculló Ji Yong tocándole levemente el hombro.

—¿Eh? —el hombre se volteó y dio un traspié al ver el lindo chico que le estaba hablando.

Ji Yong lo miró algo confuso, pues al hombre no se le veía la cara más que la nariz y unas cejas gruesas y pobladas. Era alto y olía a colonia cara.

—Sopa de… abadejo, ¿usted sabe?

El hombre se rió amablemente al ver la dificultad del otro por hablar.

—¿Quieres hacer sopa de abadejo?

—No, bueno sí… La lata, lata de sopa. —balbuceó Ji Yong y maldijo el haber dejado de hablar coreano sólo por un capricho adolescente.

—Ah, ¿quieres saber dónde están las latas de sopa de abadejo? —Ji Yong asintió. — Esta en el pasillo de lado, todo derecho hasta el fondo.

—Uhm… —Ji Yong se rascó la nuca nerviosamente. De todo lo que le había dicho el hombre sólo había entendido “pasillo”, y Seung Hyun había notado esto.

—¿Qué te parece si te acompaño a buscarlo? —le preguntó amablemente. Ese chico era increíblemente lindo.

—Sí, gracias…

—¿Cuál es tu nombre, por cierto?

—Ji Yong Kwon… —masculló el menor con nerviosismo. La voz de aquel hombre era tan grave que le estremecía. — Quiero decir, Kwon Ji Yong. ¿Y usted?

Seung Hyun alzó las cejas y abrió un poco los ojos. Ese chico no lo había reconocido. Probablemente no sabía que estaba hablando con uno de los actores más importantes del cine coreano.

—Puedes decirme Seung Hyun. —dijo poniendo una de sus sonrisas más amigables, y Ji Yong sintió a su corazón derretirse.

 

Y por último, todas las fotografías han sido quemadas.

Y todo el pasado es sólo una lección de la cual hemos aprendido.

No lo olvidaré.

Por favor no nos olvides.

 

Y después de tantos días de felicidad, después de haberse dicho que nunca se separarían y que morirían juntos… Todo acabó.

Los problemas habían comenzado meses atrás, como todas las rupturas empiezan.

Seung Hyun se había vuelto más famoso de lo que ya era, y eso conllevó a más escándalos en su vida. Escándalos con las protagonistas con las que participaba en cada película o drama que hacía. Ji Yong sabía que ninguno era verdad, que el mayor le amaba tanto como lo hacía él. Pero aún así, los escándalos debilitaban cada vez más la seguridad y confianza en su relación. Era un mártir vivir entre escándalos diarios. Incluso llegó a desear que su novio no fuera actor. Hubiera preferido tener de novio hasta a un vagabundo que una figura pública. La fama era horrible.

Y entonces todo colapsó con la muerte del padre de Seung Hyun. Éste se encerró por meses en su casa y no dejaba entrar a nadie, ni siquiera al amor de su vida.

Ji Yong intentó por meses mantenerse a su lado, darle todo su apoyo e intentar volverlo a la vida… pero era inútil. Nada le reanimaba.

Ji Yong se sentía estancado, cansado de hacer todo su esfuerzo por ayudar a Seung Hyun y que el mayor no se dignara a poner de su parte para salir de aquella horrible depresión.

Seung Hyun comenzaba a recurrir a la compañía de la actriz con la que había trabajado. Encontraba mucha paz con ella, podía contarle lo que estaba pasando en su mente. No se sentía seguro de contarle a su novio, porque temía hacerlo preocupar.

Y fue ahí cuando Ji Yong se desplomó. Todos los escándalos que había intentado con toda su alma en negar, cobraron creencia. Se sentía traicionado, se sentía olvidado. La peor sensación que pudo experimentar.

Todo terminó.

 

En algún lado nosotros estuvimos mal.

Nuestro amor es como una canción.

Pero tú no cantarás conmigo

Te has olvidado de nosotros.

  

Cuando Ji Yong ya estaba bastante convencido y a punto de caminar hacia él, se detuvo al ver a Seung Hyun besar a la chica con pasión.

Su corazón crujió y pudo sentir el alma caérsele a los pies.

El problema no es que la besara, pues Seung Hyun había dado muchos besos debido a su profesión como actor.

El problema es que Seung Hyun la estaba besando con amor. Podía notarlo por la posición de él; tomándola cuidadosamente de la cintura y con la otra mano entre la nuca y su mejilla.

Y esa mirada al final del beso…

Así era como lo besaba Seung Hyun, así era como lo miraba cada vez que se besaban o se abrazaban. Con amor.

Estaba destruido, se levantó de su asiento y salió del restaurante, dejando atrás aquella horrible imagen del amor de su vida siendo feliz con otra persona.

Sus sospechas eran certeras.

En definitiva, Seung Hyun ya lo había olvidado.

 

No lo olvides.

Notas finales:

Este songfic ha sido mi primera publicación aquí en Amor Yaoi. Me gusta mucho esta página, pero no me atrevía a subir nada. 

Subo más cosas en mi cuenta de Wattpad, @AlexaRoC

¡Muchas gracias por leer!


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