Como acordaron en la librería, Nathan fue a visitar a los padres Tom, esa noche se quedaría a dormir en su casa. El castaño se llevaba muy bien con Kenneth y Clarise, y ellos lo querían como si fuera su propio hijo.
- Mamá ya llegué- dijo el rastudo desde la puerta- y traje a alguien-
- ¿Viniste con Bill?- dijo saliendo de la cocina a lo que el castaño rodos los ojos fastidiado, él era mucho mejor que el torpe pelinegro novio de su mejor amigo.
- No, Clarise soy yo- dijo dedicándole una sonrisa gentil.
- ¡Oh, Nathan!- corrió a abrazarlo- que bueno que viniste, estas más guapo y alto que la última vez que te vi- le dedicó unos cuantos piropos.
- Y usted se ve más hermosa de lo que recordaba-
Nathan era un haz en los halagos. Los padres de Tom siempre le dijeron que dejara los modismos a un lado y que los tuteara, pero él se reusó aduciendo que era una falta de respeto hacia ellos que lo trataban tan bien.
- Desde que mi madre supo que habías regresado, estuvo insistiendo en que te trajera-
- Es verdad- admitió Clarise- quería saber cómo estabas, es una pena que solo te quedes medio semestre-
La madre del rastudo aprovechó para cocinarles algo delicioso, aun no era tan tarde, ella estaba segura que cuando su esposo llegara se alegraría más que nadie.
Mientras Clarise terminaba la cena, Tom y Nathan estaban en la planta alta, específicamente en la habitación del rastudo, conversando.
- Creo que esto ha cambiado un poco- dijo el castaño apuntando un montón de cosas en un estante que él no recordaba.
- Todo eso me lo dio Bill- dijo esbozando una sonrisa de enamorado.
- Con que Bill ¿eh?- agarró una esfera de gel, de esas que si las aprietas emiten luz- tu novio es un tanto….extravagante- busco la palabra justa para describirlo.
- ¿Por qué extravagante?- preguntó curioso.
- Bueno…según lo que me han contado… ¿es verdad que golpeó a Joshua y su pandilla?-
- Es verdad- dijo orgulloso- yo no vi como sucedió, fue en el salón de clases y cuando entré, vi a Joshua tirado y a sus secuaces temblando de miedo- se rio al recordarlo- aunque suene cruel, se lo tenían merecido-
- Sí…supongo que Bill creyó que era más divertido agarrase a golpes que acudir a un maestro- Nathan reprobó de inmediato las acciones del pelinegro- y dime…. ¿siempre usa ese maquillaje tan… peculiar?-
- No siempre, a veces luce mejor que otras veces, pero tienes que reconocer que se ve absolutamente sexy con él-
- Bueno…sexy no es exactamente la palabra que se me viene a la mente- Tom no lo vio pero hizo una mueca de asco.
- Creo que lo estas juzgando antes de conocerlo, a mí tampoco me caía bien al principio, pero cuando nos conocimos….- esbozó una sonrisa cursi- lo que quiero decir es que no te dejes llevar por los comentarios que rondan por el colegio-
- Créeme Tom, lo único que quiero es llevarme bien con tu novio por muy….eh…particular que él pueda ser-
La charla fue interrumpida por el llamado de Clarise, la cena estaba lista y además Kenneth había regresado de su trabajo. Los sábados el Sr. Trümper cerraba contratos en el hipódromo o en el campo de golf y luego pasaba por un trago con los socios.
- Nathan, que sorpresa más agradable- dijo el padre de Tom más que complacido por tenerlo en su casa- es bueno cenar con compañía decente de vez en cuando-
Ese comentario hizo que a Tom se le retorcieran las tripas, ya sabía que Bill no era santo de su devoción pero ¿Por qué mencionarlo con su amigo cerca?
La cena continuó con Kenneth y Nathan charlando de las experiencias del menor en los Estados Unidos. A Clarise le encantaba tener al muchacho en su casa, pero después de un rato se volvía bestialmente aburrido escucharlo hablar como si en vez de tener 17 años fuera un hombre de 35, era eso o definitivamente las historias de Bill tenían muchísima más emoción.
Al terminar de comer los menores se dirigieron a la habitación de Tom a dormir. Antes, cada vez que Nathan se quedaba a dormir, usaban una colchoneta. El castaño era tan bien portado que siempre se reusó a dormir en la misma cama que su amigo.
- Oye…- dijo Nathan después de un largo rato en el que intentaba dormirse- ¿Cómo lo supiste?.... el que eras gay-
- Ahm… no sé- dijo pensativo- simplemente lo supe….creo que siempre estuvo ahí, pero no fue hasta que conocí a Bill que le pude dar un nombre a lo que sentía-
- Y tus padres ¿se lo tomaron bien?-
- Bueno…mi madre sí, al principio le costó un poco, pero terminó aceptándolo, de hecho ella y Bill se llevan muy bien- esbozó una sonrisa en la obscuridad- lo de mi padre fue mucho peor-
- Supongo que habrá puesto el grito en el cielo- dijo divertido, él hubiera hecho lo mismo.
- Eso es nada, comparado con lo que hizo…me llevaba y me traía del colegio todos los días para evitar que me viera con Bill, incluso quería cambiarme a un colegio militar-
- Me parece que le afectó mucho-
- Eso lo tenía desquiciado, mi madre peleaba con él a diario para que entrara en razón y Bill terminó conmigo para evitar que las cosas se pusieran peor-
- ¡Qué cobarde!- esbozó una sonrisa victoriosa.
- En realidad no- lo contradijo-luego supe que era una estrategia para que se calmaran las aguas, pero como mi padre seguía sin ceder medio centímetro, Bill una noche irrumpió en mi casa y se enfrentó con él-
- Perdóname que te lo diga, pero tu novio es un vándalo-
- Claro que no- salió en su defensa- él es demasiado lindo y tierno, simplemente se pone a la defensiva cuando se meten con él, lo que cualquier persona haría-
- ¿Y al final qué pasó? Con Bill y tu padre-
- Pues, discutieron, luego yo discutí con mi padre, de hecho mi madre se puso de mi lado y al final terminó cediendo porque no le quedaba de otra-
- Se nota que todavía le cuesta aceptar-
- Un poco, yo creo que más bien es por capricho, le pasa lo mismo que a ti, juzga a Bill sin conocerlo y eso que él viene seguido a dormir-
- ¿Tu novio duerme aquí?- dijo escandalizado con los ojos a punto de salírsele.
- Sí…- tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reírse de la reacción de su amigo- bueno, no en tu colchoneta, él duerme conmigo, aquí en mi cama-
- ¿Me estás jodiendo?- de un brinco se incorporó para intentar verlo en la obscuridad- ¿tú y él…? ¿tú y él…?- las palabras no le salían de la garganta.
- Yo y él ¿qué?- dijo divertido.
- Nada…- dijo quedamente y se volvió a acostar- definitivamente el mundo está al revés- eso lo dijo en un susurró mientras se acurrucaba para dormirse de una vez.
Tom movió la cabeza divertido, había olvidado lo conservador que era su amigo en ciertas cosas. Con una gran sonrisa en su rostro se acomodó y él también se quedó dormido.