Pasada la media noche, el reloj marcaba casi las tres de la madrugada, y postrado en su cama Roy Harper no lograba en lo absoluto conciliar el sueño. Intentó despejar su mente tras cerrar los ojos, encontrar el silencio cubriendo sus oídos con un par de almohadas, incluso quiso contar ovejas, pero era absurdo e inútil. Roy no obtuvo buenos resultados.
Y es que era en vano querer olvidarse de todo cuando era su propia mente quien le hacía las malas jugadas, recordandole una y otra vez que Jason se estaba tardando mas de la cuenta en volver.
Hace dos días y un par de horas que llevaba fuera, aún recordaba verlo salir, ambos estaban cenando un par de sandwiches que Roy había preparado con lo que pudo conseguir dentro del refrigerador; unas rodajas de jamón y queso, no era mucho pero de algo servía. Roy le recordó a su compañero que ya era hora de ir de compras, se estaban quedando sin provisiones.
. . .
- ¿Me ves cara de ama de casa? No pienso ir al supermercado, ve tú.
- Oh vamos, Jaybird, siempre soy yo el que hace las compras, una vez que vayas no te hará daño. Y podrías cocinar algo de paso.
- Por supuesto, ¿Quieres que me vista de sirvienta y haga la limpieza de la casa también?- Respondió dejando aires de puro sarcasmo.
- Pues no estaría mal... -Por su parte, Harper decidió seguirle el juego - Recuerda usar un vestido corto. -Sonrió con picardía.
Jason lo miró hastiado.
El pelirrojo iba a interferir ante aquella mirada, pero al parecer fue interrumpido por el molesto ringtone del teléfono de su compañero, Jason observó la pantalla del aparato con un ligero asombro un par de segundos, luego tan solo dio la media vuelta en dirección a la siguiente habitación.
Tras unos pocos minutos, en los que Roy no estaba seguro de si preocuparse o dejarlo pasar pues nunca en su vida conviviendo con Todd lo había visto poner tal expresión, Jason finalmente salió del cuarto.
- Debo salir, asuntos familiares.
Fue lo último que dijo antes de tomar sus cosas y marcharse.
. . .
Se sentía extraño, estar sin Jason era extraño. ¿Quién más podría oírle divagar sobre algún tema absurdo pero al fin y al cabo divertido? Jason era el único que prestaba atención a cualquiera de sus tonterías, lo había notado, el chico fingía estar en lo suyo pero no evitaba reír cada vez que Roy lanzaba uno que otro chiste para verificar si realmente lo estaba escuchando.
Lo echaba de menos. Quizá se había acostumbrado demasiado a su compañía, no por nada en este preciso momento lucía como una torpe chica enamorada en medio de una crisis emocional.
Era ridículo pero cierto. El arquero sentía algo por Todd, pero siempre que reflexionaba sobre ello el mismo Jason interrumpía sus pensamientos, y no era muy buena idea reflexionar sobre sentimientos no correspondidos a mitad de una batalla. Roy casi nunca tenía tiempo para ello.
Esta era la oportunidad, pero... ¿Que sentía exactamente?
«Vamos, que ridículo es tener que hacerse uno mismo este tipo de preguntas ¿Cómo rayos hacen las chicas de preparatoria para repetir este proceso cada tres meses luego de terminar con sus novios? Es absurdo. »
Roy no recordaba haberse enamorado antes, ni mucho menos tener que declararse. Por supuesto, las relaciones y roces sexuales no cuentan. Mas de una vez había teniado sexo ocasional con Starfire, pero era solo eso, tanto él como Kori lo tenían mas que claro. Ahí no había sentimientos de por medio.
La cosa era totalmente distinta con Jason, se sentía atraído, a gusto con él, tenía la necesidad de molestarlo cada vez que podía (igual que los niños pequeños) para poder obtener una reacción a cambio, aunque muchas veces terminara con algún que otro golpe o moretón, valía la pena.
-Jaybird...
Musitó su nombre mirando hacía la puerta, por un instante sintió que el mencionado entraría por ahí en cualquier momento, arrojaría sus cosas al suelo, y correría finalmente a sus brazos para terminar follando juntos en el sofá.
Vale, lo último es solo una fantasía mas de Roy.
Aún así, pasaron los minutos y las horas, Jason nunca entró. Cansado de observar en silencio la puerta, el pelirrojo se levantó en busca del control remoto, quizá la noche pasaría mas rápido si veía televisión.
Husmeo entre los canales en busca de alguna buena película de acción, esas que suelen tener una epica batalla con disparos, explosiones y mucha sangre de por medio. Mas que admirar tal trabajo, le causaba gracia ver como el protagonista era capaz de soltar litros y litros de sangre y mantenerse aún de pie, era ridículo, aún así le agradaba verlo.
Su pulgar comenzaba a cansarse, podría jurar que ya había dado vuelta los canales insistiendo mas de seis veces, pero era en vano, no había nada bueno en televisión. Sin mas rodeos apagó el aparato y arrojó el control hacia la otra punta del sillón.
-Jaaaaason
Volvió a hablar, esta vez sonaba mas a modo de protesta o como un simple capricho. Cada minuto que marcaba el reloj se volvía una eterna tortura. ¿En donde diablos estaba? ¿Por qué tardaba? ¿Estaría en problemas?
-Maldición, Todd.
Aquella última pregunta quedó dando vueltas por su cabeza, ¿Como no se le había ocurrido antes? Le hubiese pedido mas información acerca de su paradero a Jason, aunque conociéndole bien de seguro no le habría hecho mucho caso. No tenía información, datos, pistas, no tenía nada. No podía ayudarle, ¿Que otra opción tenía?
El arquero tomó su celular y marcó el numero de Jason.
... "Sin señal"
Intentó otra vez. "Sin señal" nuevamente. Era de esperarse, de todas formas volvió a insistir. Intento tras intento no hubo resultados.
Y finalmente los parpados de Roy se juntaron.
. . .
05:48 hrs
Un fuerte golpe proviene de la parte exterior de la entrada.
Roy no sé percató de ello.
La puerta se abre, un par de pisadas se adrentran en la casa, la madera del piso cruje y el chirrido de la puerta cerrandose mata el silencio y la calma.
Roy continúa durmiendo.
Una mochila cargada a mas no poder es arrojada sin delicadeza sobre el piso.
Roy permanece inmóvil.
Jason se recostó sobre el sillón mas largo, arrojó sus botas y estiró su cuello hacía atrás, reposó así un par de minutos. Luego de un rato se puso nuevamente de pie.
- ¿Roy? - Se adentro en la pieza en busca de su compañero, pero no lo encontró. Extrañado se dirigió a la cocina.
Tan solo ver la posición en la que se hallaba el pelirrojo le hizo esbozar una sonrisa burlona. El pobre estaba durmiendo sentado, con su espalda inclinada y sus brazos cruzados apoyados sobre la mesa... y dejando un rastro de baba de paso. No podía negar que la imagen era enternecedora al ver que lucía casi como un niño.
¿El idiota de Roy no fue capaz de caminar diez miseros pasos hasta la habitación?
Jason se acercó al muchacho y le observó curioso al notar que en su mano derecha sostenía su telefono celular, lo notó, en la pantalla del movíl podía leerse claramente "Llamando... Jaybird."
Sintió aires de culpa, pero él apagaba el celular la mayoría de las veces que salía, Roy tenía eso bien claro, ¿Porqué lo había estado llamando?
No supo que clase de impulso fue el que tuvo, simplemente se inclinó y, tras apartar un par de mechones rojizos del rostro de su compañero, posó sus labios sobre la frente de este. Lo hizo con un cuidado y delicadeza que recordaba nunca, jamás, haber utilizado en su vida.
Para su suerte, Roy parecía seguir sumido en su sueño.
- Roy... - murmuró a un par de centimetros del oído de este, quería despertarle. - Despierta, estás incómodo aquí.
Mas no obtuvo nada más que un simple "Mghh, dejame" a modo de protesta por parte del otro. Jason frunció el ceño.
- Te vas a torcer el cuello, idiota. Ya levantate y ve a la cama.
-... ¿Jason? - El pelurrojo alzó su cabeza, la cual estaba ocultando tras sus brazos, y abrió los ojos como platos al notar a quien tenía en frente suyo.- ¡JAYBIRD!
- ¿Qué clase de bienvenida es esta? - cuestinó luego de que el otro chico prácticamente se le hubiera abalanzado encima con todo.
- Oh, esto no es una bienvenida - hizo una pausa y sonrió con malicia antes de cerrar su mano en un puño y regalarle un golpe seco en el estomago del recién llegado - Eso si es una bienvenida.
El pelinegro se retroció por aquel inesperado golpe y trató como pudo de recuperar el aliento.
- ¿¡Por qué mierda fue eso!? - Protestó molesto mientras se incorporaba nuevamente.
- La próxima vez que salgas avisa a donde vas, o por lo menos no apagues el celular. No seas imbecíl.
- Pfft, claro mamá.
- No estoy jugando.
- ¿Tanto te preocupaste por mi?
- ¡APENAS PUDE DORMIR!
Jason lanzó una carcajada. Eso explica las ojeras en Roy...
- Ven, hay que descansar. - habló mas tranquilo y soltando un bostezo mientras se dirigia a la habitación. Roy le sigió.
En cuanto el primero se recostó en la cama, no pasó mucho rato hasta que cerró sus parpados, estaba encontrando el sueño cuando sintió un calor extra rodearle la cintura.
- Roy... ¿Qué haces? - Cuestionó somnoliento.
- Tengo frio. - Respondió de igual forma.
El mayor esbozó una ligera sonrisa, se giró sobre sí y rodeó de igual manera al otro muchacho, este solo se acurrucó en Jason y tras unos segundos ambos quedaron profundamente dormidos.
Luego de sufrir tanto insomnio ya era hora de descansar.