Yoongi soltó un suspiro mientras estaba sentado en su escritorio con una hoja de papel en la mano. Miró hacia el chico que dormía plácidamente en la cama y dejó crecer una pequeña sonrisa en su rostro antes de poner cuidadosamente un título al papel. “Razones por las que amo a Jeongguk”.
- Número uno, su sonrisa cuando está emocionado.
“Si es una broma, juro que te mataré” Jeongguk advirtió a Yoongi dándole una mirada incrédula. “Estoy hablando en serio. Conseguí el acceso al backstage. Conocerás a Zion.T, Kookie ah” dijo Yoongi, conteniendo una risa al ver como una sonrisa amplia y encantadora que dejaba ver unos dientes de conejo se extendía sobre el rostro del menor. “¡Eres el mejor, hyung!”
- Número dos, su timidez cuando recibe cumplidos.
“Eres muy atractivo” Una hermosa chica comentó mientras miraba a Jeongguk. Él sonrió tímidamente, con las mejillas enrojecidas y con los ojos fijos en su bebida. A unas sillas a la derecha, sus amigos hacían gesto de aprobación, situación que lo intimidaba aún más. Yoongi no pudo evitar sonreír para sí y disimuladamente- acercándose al menor- le dio un ligero codazo, alzando las cejas sugestivamente. “Uhmm, ¿gracias?” Jeongguk murmuró incómodo. La chica soltó una risa. “Gracias por el trago” dijo ella, alejándose y dándole un guiño.
- Número tres, su pasión en todo lo que hace.
Aún medio dormido abrió la puerta y se detuvo al ver a su compañero de cuarto tendido en el suelo, con la respiración agitada y el sudor corriendo sobre todo su cuerpo. Yoongi sacó su teléfono y tomó una foto antes de acercarse hacia Jeongguk. “Ve a descansar. Es casi medianoche” Yoongi sacudió cuidadosamente el hombro del menor, para luego sonreír cuando este le dio un ligero puchero. “Ne-necesito terminar es-ta rutina” dijo Jungkook con las palabras entre cortadas, intentando recobrar aún el aliento. “Es suficiente por hoy, Jeongguk. Solo mírate, necesitas dormir” respondió Yoongi, pasando suavemente sus dedos por los cabellos del menor. “Solo necesito unos minutos, y estaré como nuevo. Solo unos minu-“Sin antes terminar la oración, Jeongguk comenzó a cerrar lentamente los ojos. Yoongi acomodó lentamente la cabeza de Jeongguk sobre sus piernas, con este último volteando ligeramente y acurrucándose hacia su abdomen, rodeando con su brazo izquierdo la cintura del mayor. La sonrisa de Yoongi no podía brillar más.
- Número cuatro, su humor sarcástico.
“Jeongguk, ¿tú escribiste esto? Yoongi preguntó mientras leía parte de la letra de lo que parecía ser una canción. “No que va, el hada de la música lo hizo. Y por cierto, en mi humilde opinión, hizo un gran trabajo” Yoongi alzó una ceja, sonriendo de lado. “No era necesario ese comentario” Jeongguk tomó un sorbo de la bebida en su vaso. “¿De qué hablas? Yo no hice nada” Jeongguk sonrió divertido. “¡Te gusta! No lo niegues” el menor bromeó, con una gran sonrisa. Yoongi volteó la mirada y suspiró porque sí, tal canción era muy buena y le gustaba, y mucho.
- Número cinco, su obsesión por los gorros (beanies)
“Cuántos realmente necesitas? Yoongi preguntó exasperado mientras se sentaba en el borde de la cama de Jeongguk, observándolo empacar su colección de gorros en la maleta. Jeongguk se giró para mirarlo con una expresión ofendida. “¿Qué clase de pregunta es esa?” Yoongi se encogió de hombros y se echó en la cama. “Me gusta ese” dijo, señalando con la cabeza el que tenía Jeongguk en la mano. “Esperaba que sea así, tú me la diste” Jeongguk respondió. “¿Lo hice? Yoongi se sentó y se acercó al menor para tener una mejor visión de la gorra. “¿No te acuerdas? Era tuya. Te había dicho lo mucho que me gustaba y luego me la diste diciendo que ya no necesitaría robártela a escondidas ya que sería mía” Jeongguk sonó un poco decepcionado. “Mmm, ahora lo recuerdo. La compré cuando fui a Nueva York con mi hermano. No puedo creer que lo haya olvidado” Yoongi sonrió, recordando con cariño. “Cielos, tienes el cajón repleto y todavía tienes muchos más de estos” Jeongguk se encogió de hombros y sonrió con timidez “Me gustan”.
- Número seis, sus grandes ojos café.
Yoongi se inclinó hacia adelante, enfocándose en los grandes ojos frente a él. “No puede ser que la redondez de tus ojos te haga aún más lindo. Tus pupilas incluso te hacen lucir más inocente” comentó. “No habías dicho que la última palabra que me describiría sería inocente. Pero bueno, voy a dejar que pienses como quieras”. Jeongguk respondió, mirando su teléfono. “Mira hacia arriba, para que pueda ver mejor tus pupilas”. “Eres raro, hyung” el menor respondió, dejando su teléfono en la mesa y alzando la mirada.
- Número siete, su incapacidad para cocinar.
“Qué diablos es eso?” Yoongi se quedó mirando la cosa en la sartén con desagrado. “Yo lo hice, aunque no recuerdo como se llama” contestó Jeongguk, concentrándose en la sartén. “No luce comestible” Yoongi comentó arrugando la nariz, como el olor se esparcía por el departamento. “Lo sé” Jeongguk dijo con un suspiro. “La única cosa peor a esta ha sido cuando quemé el agua. Hyung, ¡quemé el agua! Ni la Física permite esto pero yo lo hice” el menor empezó a levantar la voz, frustrado. “¿Por qué no tiras eso y pido algo para cenar? ¿Te parece?” Yoongi sonrió suavemente, sobando ligeramente el cabello del menor. “Está bien-”
- Número ocho, su risa.
Yoongi sonreía mientras veía a Jeongguk carcajearse hasta el dolor. “Adoro tu risa” dijo Yoongi con una sonrisa cariñosa. “¿Mi risa? Naah, es insoportable” Jeongguk contestó, con una pequeña risa de demostración. “Oww” dijo Yoongi antes de abalanzarse sobre Jeongguk, dejando que sus dedos serpentearán sobre sus costillas, originando un ruido maravilloso por parte del más joven. “Para, Yoongi” Jeongguk río mientras intentaba esquivar el cosquilleo. “Nope”
- Número nueve, el hecho que sea terrible para mentir.
“Jeongguk, ¿quién rompió la lámpara?” preguntó Yoongi mientras miraba el objeto en el suelo ahora hecho pedazos. “¿Qué lámpara?” La voz de Jeongguk se quebró a la vez que se aclaraba la garganta. “Jeongguk, esa fue la primera cosa que traje al departamento. Fue un regalo de Hoseok, ¿ya recordaste?” Yoongi frunció el ceño, ligeramente molesto. “Ya lo sé, me refiero a que no sé quién lo rompió” Jeongguk frotó su brazo izquierdo mientras su voz volvía a quebrase. “No voy a molestarme pero sé honesto conmigo” dijo Yoongi, inclinándose y recogiendo los pedazos de vidrio. “Fue un accidente, lo juro” Jeongguk dijo tímidamente. “Simplemente debiste habérmelo dicho, lo sabes” contestó Yoongi mirando hacia Jeongguk. El menor sonrió, avergonzado.
- Número diez, su simpatía.
“Eso debe doler mucho” Una voz suave se coló por la habitación. Yoongi alzó la mirada para observar a Jeongguk asomando la cabeza por el marco de la puerta. Miró la herida en la rodilla del mayor que todavía sangraba. “No es tan serio. Realmente no puedo sentirlo tanto ahora pero supongo que más tarde me dolerá” contestó Yoongi mientras apretaba la herida lentamente. “Déjame ayudarte. Solo siéntate” Jeongguk dijo, tomando la tela de la mano de Yoongi y poniéndose de cuclillas junto a él para que pueda tener mejor acceso a su rodilla. Presionó un poco sobre la herida antes de mirar hacia Yoongi cuyo rostro lucía desencajado por el dolor. “¿Estoy presionando mucho?” preguntó suavemente retirando su mano. “No, está bien. En serio. A penas y el dolor recién se está sintiendo” Yoongi le dio una sonrisa cansada. Jeongguk asintió para luego vendar la rodilla hasta el pie. Ayudó a Yoongi a levantarse y a sentarse en el sofá. “Gracias” Yoongi murmuró. Jeongguk solo le dio una sonrisa sincera.
Sintió unos brazos rodear su cuello y sonrió al tacto. “¿Qué estas escribiendo?" el menor bostezó.
“Algo sobre ti” Yoongi presionó la nariz de Jeongguk con cariño.
“Wow. Debe ser algo bueno, entonces” Jeongguk lo miró con ojos divertidos.
Yoongi rió. “Vuelve a la cama”
Jeongguk desenvolvió sus brazos del cuello del mayor para coger su muñeca y comenzar a arrástralo. “Acompáñame”
En silencio, Yoongi pensó “Razón número once, su falta de idea para notar cuán enamorado estoy de él”