¿Cuánto tiempo habían pasado en la fiesta? ¿Un par de horas? O quizás muchas más de las que deseaba seguir en ese lugar. Sin embargo, no podía irse así cómo así, tenía varios asuntos que discutir con su amigo, además de una cantidad importante de negocios que atender con otros accionistas.
Suspiró tratando de enfocarse en lo que realmente importaba. Sus negocios. Ni siquiera podía emborracharse y siendo sincero ya no se encontraba cómodo en ese lugar. Podía enumerar las razones por las cuales todo le agobiaba en ese momento, para empezar no le causaba ninguna gracia ver el cómo Tony rápidamente se volvía el centro de atención de muchas personas. Para nada parecía el mismo chico que estuvo unas horas antes en su habitación, se le notaba tan cambiado y en ambiente que Steve se preguntó si realmente ese era un entorno natural para el castaño, lo cual si se detenía a pensarlo era una completa ridiculez, pues el mismo Tony le dijo que ese tipo de fiestas para nada eran de su tipo.
Cada segundo que pasaba el estado de animo de Steve se agriaba. Lo peor es que lo dejaba reflejado en su trato hacia las personas con las que conversaba en ese momento, pensó rápido en una salida y excusó su mal comportamiento al cansancio, disculpándose por su actitud y el tener que retirarse del lugar.
En un punto un tanto más alejado del salón donde el rubio se encontraba, estaba su buen amigo con un par de chicas, sosteniendo por la cintura a ambas con sus brazos, una a cada lado, lamentaba tener que interrumpir su pasatiempo favorito. Coquetear y ligar a cualquier persona que le llamara la atención. Pero quería terminar rápido con todo para largarse de una buena vez de la fiesta.
Se acercó moviéndose entre la gente con agilidad y rapidez, una vez frente a James sonrió a las chicas con amabilidad por demás fingida —Señoritas, lamento interrumpirlas en tan amena conversación— Era obvio que mentía, no lo lamentaba en absoluto, pero las chicas totalmente ebrias no notaron un poco la forma agria con la que Steve se dirigió a ellas. Bucky, Siendo su amigo por supuesto supo Interpretar que algo no andaba bien en el comportamiento del rubio. Las mujeres hicieron gestos de desagrado, pero aun así obedecieron Y dejaron solos a ambos hombres.
—Bien amigo, entiendo que estés celoso, pero no era para tanto, quería tener una buena noche con esas chicas— James se fingió ofendido, claro su sonrisilla pícara lo relataba con facilidad. Ahora que sus manos estaban lejos de las delgadas cintura de las chicas con las se encontraba antes recordó que una copa más de alcohol no le caería nada mal. Dio un par de pasos y de una mesa tomó una de las muchas copas servidas que habían ahí. r13;¿Gustas una?— Extendió la copa hacia el rubio, este negó con su mano, no deseaba seguir bebiendo por lo que quedaba de la velada. Bucky se encogió de hombros restándole importancia y se bebió de un solo trago la mitad de todo el líquido de la copa. —¿De qué quieres hablar?— Prefirió dejarse de rodeos porque por el ceño levemente fruncido de su amigo era más que evidente que algo tenía que decirle y quizás no sería precisamente lo mucho que lo apreciaba.
Steve quería decirle claramente que no se le acercara a Tony, que ni siquiera pensara en verlo, que era suyo y nadie más tenía derecho a intentar nada con él. Sin embargo, su garganta se cerró y titubeo ante sus impulsos. Respiró profundamente, cerró sus ojos un momento tratando de tranquilizar sus acalorados pensamientos. Porque hacía unos momentos había sido testigo de lo bien que se llevaba su amigo con Tony y eso lo tenía de muy mal humor. Sabía que su malestar tenía nombre y eran celos, puros y crudos celos de saberse que con obviedad Tony aún era libre y podía hacer lo que quisiera. Tanta inseguridad sentía que no podía siquiera decirlo. Porque muy en el fondo estaba consciente que Bucky o cualquier otro podría arrebatarle el cariño de Tony que ni siquiera tenía.
—Véndeme tu auto…— De estar en otras circunstancias a James le hubiera dado un ataque de risa de ver la seriedad con la que su amigo hablaba de esa trivialidad. Pero lejos de parecerle gracioso, el trago que pasaba por su garganta en ese momento le supo amargo. Porque Bucky sabía que hablaban de su Aston Martin DB5, uno de sus bienes más preciados y su amigo venía como si nada a pedirle que se lo vendiera. Ahora la seriedad del rubio era comprensible. Está bien, tratándose de Steve era difícil que se negará a darle algo, pero su auto… Su preciado auto… más sabiendo que a Steve le importaban poco o nada ese tipo de máquinas. Él siempre había sido más de motocicletas.
—Buena broma, pero tú no eres de autos— El castaño sonrió pensando que todo era una broma, una rara broma pero nada más que eso.
—Hablo en serio Bucky, ponle una cifra al cheque que te daré, no importa el precio…— En ese momento aunque Steve ya estaba más sereno su seriedad no se iba. Entendía que no sería fácil que Bucky se desprendiera de ese auto así como así, le constaba lo difícil que fue lograr que la compañía le fabricara un auto especialmente para él, porque James Buchanan Barnes no podía tener un auto usado, debía ser nuevo. Diciendo todo esto sacó de la bolsa de su chaqueta una chequera, estaba dispuesto a colocar en el trozo de papel la cifra que el castaño dijera.
—Bien Steve, supongamos que la noche anterior, cuando te presté a mi bebé, te enamoraste de el y que por eso quieres comprarlo… Lo entiendo, es una preciosidad después de todo, pero, me parece una exageración que me ofrezcas una oferta así de apresurada. Podría pedirte una de tus compañías o incluso ser la parte mayoritaria de tus negocios, todo por un auto ¿Estarías de acuerdo con eso?— El tono con el que Bucky hablaba era neutro, no entendía del todo a lo que el rubio quería llegar. El hecho no era la compra y venta de un auto, sino la desesperada propuesta de Steve, porque él siempre tenía la cabeza fría y con un buen plan ¿Qué había hecho que Steve se comportara como un impulsivo?.
—Vamos, Bucky, es solo un auto…—
—Por eso lo digo, amigo ¿Qué tiene ese auto que lo necesites tan urgentemente? Con tus influencias podrías fácilmente conseguir otro auto igual— Ahora el rubio se sentía un poco desubicado, tanta seriedad por una simpleza… Oh, pero es que no era una simpleza, era lo que le había prometido a Tony. Quinientos dólares por cada día que pasara con él y el auto. Ese preciso auto, no una réplica u otro que compraría luego, si no ese auto. Y pensar que el dueño era Bucky. De quien quería mantener alejado a Tony, sabiendo lo mucho que ese auto le gustaba al castaño representaba un peligro para él. Su nivel de inseguridad crecía y crecía, lo peor era que era sabedor de todo lo que sentía.
Steve guardó silencio pensando una buena explicación del porqué necesitaba ese auto con tanta urgencia. No podía serle sincero ni a Bucky ni a Tony, un sentimiento de molestia se apoderó de él. ¿Tan difícil y complicada era esa ridícula situación? No. Era él el que la estaba volviendo difícil, complicada y confusa.
Abrió nuevamente su boca con toda la intensión de aclarar todo lo que tenía atorado en sus pensamientos y garganta, pero no dijo nada. No lo hizo porque justo a espaldas de su amigo notó cómo Tony parecía estar forcejeando con algo o alguien, no estuvo seguro hasta que su campo de visión se amplió al moverse un poco para poder apreciar mejor la escena que lo sacó completamente de sus casillas.
Uno de los invitados halaba a Tony hacia la puerta de la mansión, a nadie parecía importarle y mucho menos hacían algo por ayudar al castaño. Sin pensarlo un solo segundo prácticamente corrió hasta alcanzar al sujeto que se llevaba al castaño a la fuerza. Con discreción tomó al hombre por el brazo apretándolo más de la cuenta logrando con eso detenerlo, al instante el tipo se giró para ver qué era lo que pasaba. Encontrándose de lleno con la furiosa mirada azul disfrazada por una apacible sonrisa que sin duda daba cierto miedo. Tony por su parte abrió grandemente sus ojos al ver a Steve de esa forma. Se notaba a distancia que estaba más que furioso, pero esa no era la verdadera razón por la que Tony quería huir de ese lugar lo antes posible. Sin decir una sola palabra giró su rostro incapaz de ver directamente a Steve.
—Señor… Quisiera hablar con usted un momento, por favor suelte al chico, que es mi acompañante ésta noche…— Habló lo suficientemente bajo para que solo ellos tres escucharan la conversación. El hombre pareció entender claramente de que se trataba todo eso. Asintió y liberó por fin al castaño que seguía sin darle la cara.
—Verás, creo que esto es un mal entendido, éste chico y yo nos conocemos de hace mucho…— Steve no pudo ocultar su expresión de asombro al escucharlo, incluso lo soltó del firme agarre que ejercía sobre el brazo del hombre, no podía ser que se conocieran, seguro era una mentira para librarse de lo que estaba haciendo antes. Esa idea se fue al ver cómo Tony parecía querer esconderse aún más incapaz de negarlo todo. Al ver el rostro de confusión del rubio el hombre continuó —Yo soy… digamos que su cliente favorito ¿No es así Tony?— Tomó con su mano el rostro del castaño obligándolo a verlo.
—Ya basta Obadaiah, ya te expliqué que…— Las palabras de Tony se callaron cuando el hombre le apretó el rostro para que no dijera más. Steve sintió su sangre hervir en cuanto vio las acciones del calvo ese y fue aún peor al escuchar de la propia boca del castaño que efectivamente se conocían.
—Señor Rogers, estoy seguro que si usted está esta noche aquí con este chico sabrá que las personas como él no valen un pleito entre personas cómo nosotros, son…— Le dirigió una despectiva mirada a Tony mientras hablaba —Desechables… ¿Entiendes lo que digo? Por supuesto te divertirás un rato con él, pero luego lo descartarás como la basura que es. Tal como lo hice yo alguna vez. — Fue suficiente de escucharlo, Steve perdió completamente el control ni bien terminó de hablar, arremetió contra el tipo, ganándose al instante la atención de todos y por supuesto la rápida acción de Bucky que lo siguió desde que vio la actitud del rubio.
—¡¿Qué pretendías hacer, cerdo asqueroso?! — Le gritó el rubio sin importarle realmente nada más que callar al tipo ese. Posiblemente eso luego le traería muchas consecuencias, pero que más daba. Así se decidió por darle uno y otro puñetazo en el rostro.
—¡Dios mio! ¡Steve, cálmate, por favor!— Tony en vano intentaba detener al rubio con palabras, en ese momento desconocía totalmente al hombre amable que conoció, estaba tan cambiado, su furia era palpable, sus golpes eran limpios y sin pensarlos, todo por él… porque él era una basura que corrompía todo lo que tocaba, tal como Obadaiah había dicho antes. Entonces Tony entró en un conflicto en sus pensamientos, no tenía nada claro y no sabía qué hacer.
Alarmado James intentó separarlos pues Steve tenía contra el suelo al asqueroso tipo que osaba tocar al castaño. Por suerte su control lo detuvo de golpearlo tantas veces como hubiera querido, pues no pasó de darle un par de puñetazos en el rostro, ahora lo sujetaba de las solapas del traje sacudiéndolo contra el piso, gruñéndole cosas inentendibles entre todos los gritos de los espectadores. Entre ellos se encontraban Thor, Clint, Bruce, Loki, Natasha y Pepper que ahora se enteraban de lo estúpidos que fueron al dejar sólo a Tony con ese empresario Stane. Pero Tony había sido muy claro diciendo que lo conocía y que no había ningún problema. Su mayor error estuvo en perderlo de vista y no estar pendientes del castaño. Por ridículo que pareciera tener que cuidar de él.
Sin mayor éxito Bucky seguía intentando alejar a Steve de Stane, pues los golpes se reanudaron y ahora eran mucho más brutales, aunque claro Obidaiah no se quedó atrás y lanzaba varios golpes al rubio que sin poder esquivarlos todos recibió varios impactos ganándose ambos quedar manchados con la sangre de los dos por culpa de labios reventados, cejas partidas y narices sangrantes. Todo era un caos. Cuando por fin lograron abrirse paso entre la multitud Thor ayudado de Clint y James lograron separarlos, Thor sostuvo con fuerza a su rubio amigo, por su parte Bucky y Clint lograron contener a Stane.
—¡Entiende Rogers, Stark es una puta, es una maldita puta que se revuelca con quien sea para lograr dinero, ni tú ni nadie logrará hacer que cambie!— Forcejeaba para liberarse del agarre de Clint y Bucky pues si bien ya no quería seguir recibiendo ni asestando golpes tampoco quería sentirse detenido por nadie. Steve, por otro lado, sí deseaba seguir dándole puñetazos a ese idiota.
Natasha y Pepper notaron enseguida el mal estado de Tony y corrieron a tratar de hacerlo reaccionar.
—Debo pedirle, señor Stane, que se largue de mi casa— Gruñó James al mismo tiempo, que junto con Clint, arrastraban al calvo hasta la entrada de la mansión, ahí se harían cargo sus sirvientes de echarlo como era debido.
—¡Eres una puta Stark, que todos se enteren, Steve Rogers eres un imbécil por venir con gente así aquí!—Obadaiah no dejaba de gritar y la gente que antes había creído que Tony era encantador ahora cuchicheaba sobre eso.
—Aquí no pasó nada, el señor Stane solo se pasó de copas y habla de cosas sin sentido, todos vuelvan a la fiesta— Bucky como buen anfitrión no dejó que eso pasara a algo mucho más grande de lo que ya era. La gente aunque quería seguir al pendiente de todo prefirió desentenderse por el bien de su reputación, y seguir como si nada pasara.
La pesadilla de Tony se hizo realidad y ahora que Steve respiraba tratando de calmarse se dio cuenta que todo había sido su culpa, se liberó de los brazos de Thor que lo seguían sujetando y corrió hasta dónde estaba Tony. Bruce se encargaba de hacerlo salir de su repentino ataque de ansiedad. Loki y ambas pelirrojas trataban de ayudar en lo posible, pero Tony parecía seguir perdido en sus pensamientos.
Steve tomó entre sus manos el rostro del castaño llamándolo suavemente por su nombre, hasta que por fin reaccionó y pareció que lo veía por primera vez desde que empezó el pleito.
—No. — Solo esa palabra pudo articular antes de empujar a Steve lejos de él, se dio la vuelta rápidamente para buscar a su amigo, divisándolo justo a su lado —Bruce, llévame a casa— Pidió —Quiero salir lo más pronto posible de aquí— Aunque Tony pretendía estar tomando las cosas de una forma desinteresada y tranquila la verdad era otra, se notaba lo desorientado que estaba. Bajo otras circunstancias él mismo habría golpeado a Stane hasta dejarlo inconsciente, pero sus pensamientos se dirigían a una sola persona. Steve. ¿Qué pensaría de él ahora? ¿Estaría asqueado de saber con qué clase de personas se revolcaba? ¿Lo odiaba? Lo obligaba a llegar a comportarse como un salvaje solo por él. No quería nada de eso.
—Tony, espera, espera por favor, tenemos que hablar— El rubio intentó acercarse al castaño, pero Bruce le impidió el paso alzando una mano para detenerlo y negando con la cabeza.
—Será mejor que lo lleve a descansar…— Steve entendió y dejó que se marcharan todos, Natasha se acercó al rubio posando una mano sobre su hombro y apretándolo suavemente en muda señal de apoyo, todo estaría bien. Steve agradeció el gesto sonriéndole lo mejor que pudo.
—Steve, ven conmigo…— Bucky llamó la atención de su amigo guiándolo hasta un cuarto más apartado. Tenían una seria conversación que atender. James hizo un descubrimiento que a haría que su amigo se sintiera peor de lo que ya lo hacía. Llegando por fin al cuarto apartado el rubio pensaba una y mil formas de disculparse por su comportamiento. —Stark… ¿De verdad ese apellido no te dice nada? — Así James no le dejó tiempo a seguir pensando en nada más y prestar su completa atención a su amigo, este al no recibir respuesta prosiguió —Y si te digo el nombre de Howard Stark…—
En ese momento los colores se desvanecieron por completo de su piel, sintió un horrible escalofrío recorrerle el cuerpo y su garganta se secó al instante. Howard Stark. Tony no podía estar relacionado de ninguna forma directa con ese hombre, todo debía ser una terrible casualidad.