Era increíble cómo en tan solo unas horas se enteraba de todo, esto debía ser parte de una muy mala trama de alguna loca historia. Pero así estaba la situación, aun no entendía que pasaba.
De uno de sus bolsillos sacó un pañuelo con el que comenzó a limpiarse el rostro lleno de sangre debido a la pelea de hace un momento, como si no procesara la información con toda calma terminó de limpiarse, James esperaba atentamente a que su amigo dijera alguna palabra, pero que podía decir. Steve era de las personas que pocas veces dejaba llevarse por sus impulsos, trataba de fingir que siempre guardaba el control, aunque en su mente todo fuera un completo caos. Justo como en ese momento.
—Amigo, no estoy para bromas, sabes que el tema de Howard Stark es muy delicado y...—
—No es una broma. Dime ¿Qué tanto conocías tú a ese hombre?— Con esa pregunta Steve no pudo guardar más su asombro y su curiosidad. Era cierto, él apenas conoció al magnate dueño de industrias Stark antes de que falleciera. Un par de meses nunca va a ser suficiente para conocer a una persona. Y mucho menos a alguien como Howard Stark. Hasta ahora Steve entendía esa parte.
La habitación se quedó en completo silencio, roto solo por la acción de Bucky al llenar un vaso con unos cubitos de hielo, necesitaba un trago más fuerte que champaña, era una suerte que en casi toda la mansión estuvieran distribuidas una serie de mesitas con botellas de wishky.
—Entonces, Steve... ¿No dirás nada?— James llenó un segundo vaso con cubitos de hielo y vació en ambos una generosa cantidad de alcohol. Uno de esos vasos pretendía ser para Steve. Que por alguna razón no concebía articular una sola palabra. —Howard... Tuvo un hijo, legítimo, con María Stark, supongo de ella sí escuchaste hablar un par de veces...— El castaño hizo una elocuente pausa pensando cómo ordenar sus ideas y por supuesto para ofrecerle el trago a su amigo y él mismo llevarse el vaso a los labios para darle un largo y pausado sorbo. Por inercia el rubio tomó el vaso que se le ofrecía mas no tomó ni un poco del líquido. —Él desheredó a Anthony cuando aún era un bebé, se divorció de María alegando que ese no era hijo suyo, ella no soportó esas acusaciones y sin más decidió aceptar el divorcio. Desapareciendo así con su pequeño. Howard no supo más de ellos. Entonces te conoció a ti. Un pequeño desamparado de Brooklin...—
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Clint fue el voluntario que se ofreció llevar a ambos castaños a su hogar, mientras Thor y Loki tomaban el mismo rumbo pues Thor últimamente pasaba más tiempo con su hermano en los suburbios de New York que en su mansión en Manhattan.
Durante todo el trayecto de camino a su apartamento Tony no mencionó absolutamente nada del incidente, no lo quería decir, pero sentía una avergüenza demasiado abrumadora para si quiera hacer un comentario de lo ocurrido. Bruce por supuesto lo entendió claramente, y tampoco presionó por obtener algún tipo de información. Clint que intentaba mantener un poco de ambiente ligero decía uno que otro comentario gracioso, sin embargo nadie reía y entonces comprendió que lo mejor era guardar silencio. El aire dentro del coche dónde se conducían se volvió asfixiante y los tres agradecieron cuando por fin llegaron al apartamento. Notaron el auto de Thor estacionado afuera del lugar, pero nadie se atrevio a decir algo. Los tres subieron las escaleras hasta el segundo piso, que era dónde quedaba la pieza que compartirán Tony y Bruce. Con pesadez el de cabello rizado abrió la puerta dejando entrar primero a Tony, que sin decir absolutamente nada y ni siquiera compartir una mirada con ninguno de los dos se fue directo a la habitación compartida que tenía junto a su amigo.
—¿Quieres pasar? Te prepararé un café o un té si lo prefieres— Aun parados frente a la puerta Bruce por fin se animo a hablar.
—No amor, creo que lo mejor será marcharme ya, Tony y tú seguro tienen mucho de que hablar...— Clint le dedicó una suave sonrisa a su novio en señal de apoyo, se acercó a él para depositar un pequeño beso en la frente contraria y estaba dispuesto a marcharse cuando su pareja lo detuvo tomandolo por el rostro con ambas manos, él prefería los besos en los labios y así lo demostró dándole un beso muy íntimo.
—Gracias... Te amo, Clint— Tanto el corazón del rubio como el corazón de Bruce se aceleraron a más no poder. Porque eran esos momentos dónde sabían que podían contar uno con el otro sin importar que tan mal se viera la situación. Ambos sonrieron una última vez y se despidieron.
Bruce entró por completo a la casa, cerró la puerta y se encaminó a la habitación desviándose de su trayecto solo para ir a la cocina por un par de tazas con café... Pero claro eso no era lo más apropiado, así que dejó ambas tazas a un lado y sacó dos latas de cerveza de la nevera, suspiró cansado y sin más contratiempo llegó al cuartito dónde dormía él y Tony, a penas lo suficientemente grande para que cupieran dos camitas y un armario compartido.
Abrió la puerta y se llevó una gran sorpresa pues espera encontrar a Tony hecho bolita debajo de una sábana con las luces apagadas, por el contrario el castaño estaba sentado a la orilla de la cama, todavía con el traje puesto, solo que muy desarreglado, tenía la vieja radio encendida con un disco de AC/DC que era su más preciado tesoro, aunque el volumen era moderado se podía escuchar claramente y muy concentrado viendo un reloj que tenía entre sus manos.
—¿Una cerveza?— Su amigo interrumpió su concentración.
—Por supuesto— Tony le sonrió sinceramente y tomó la lata que se le ofrecía. Bruce se sentó de la misma manera en la orilla de la cama contraria quedando de frente al otro. Pensando la mejor forma de iniciar la conversación —Me vi muy ridiculo huyendo así de Steve...— Internamente Bruce agradeció que fuera su amigo quien iniciaba con la plática.
—Claro que no, sufriste un ataque de ansiedad, era lógico que no querías que nadie se te acercara— El castaño mayor abrió la lata y sin pensarlo le dio un sorbo.
—Ahora pensará que soy patético— Una risita se escapó de los labios de Tony, entonces su amigo entendió que la mente del castaño empezaba a aclararse. —No pude controlar la vergüenza ¿Cómo hacerlo cuando le dicen al hombre del que te enamoraste que te acostaste con un tipo cómo Stane?— Tony se dejó caer sobre el colchón apretando con una se sus manos el reloj y con la otra la lata sellada de cerveza.
Bruce no pudo más que ahogarse ante tal confesión ¡¿Enamorado?! Ahora tenía cerveza en sus pulmones gracias a Tony, que parecía ni enterado de lo que acababa de decir.
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Era claro que laa palabras de su amigo hacían eco en su cabeza. Él era el dueño de lo que legal y realmente le pertenecía a Tony. Su estomago se revolvió en el instante, dejó el vaso con alcohol en una mesita y se recostó contra una pared cercana. Mentiría si dijera que no se sentía realmente mal de enterarse de todo en un instante. Bucky por supuesto mantuvo la calma por ambos. Él ya tenía uno y mil planes en mente pues sabía lo drástico que podría ser Steve con todo el asunto.
—Bien, ya lo sabes, la verdad me sorprendí mucho cuando escuché el nombre conpleto de ese chiquillo. Cómo sea, tendrás que alejarte de él por muy bueno que sea en la cama, no podrás seguir viéndolo, porque si alguien mas descubre esto, pondría en peligro todos tus negocios, no queremos que un heredero legítimo aparezca ahora y eche todo a perder. Lo mejor será que te vayas de New York. Tal vez Miami o Washington sería la mejor opción...— James hablaba rápidamente sin dejar de moverse de un lado a otro en toda la habitación paseandose en frente del rubio que solo escuchaba un parloteo sin entender realmente una sola palabra, su mente estaba demasiado confundida pensando que hacer para resolver todo el asunto, Tony la había pasado tan mal todo ese tiempo y él gastando a manos llenas el dinero que por derecho era de los Stark. —...Por supuesto me aseguraré que Anthony Stark pierda todo contacto con todos nuestros conocidos, tendremos que derribar lo que sea donde vive...—
—¿¡Estás loco?!— En ese preciso momento Steve salio de su transe, James guardó silencio ante la abrupta interrupción. Steve prestó especial atención a esas últimas palabras dichas por su amigo ¿Qué pretendía? ¿Volver más miserable la vida de Tony? Su amigo seguramente había sufrido un lavado de cerebro y no estaba siendo él mismo. —Le devolveré todo lo que le pertenece, él ya sufrió demasiado como para desentenderme del asunto y fingir que no sé nada.— Ambos amigos se dirigieron una fría mirada, pretendia ser calmada pero en los ojos de Steve se notaba la turbación y desespero, mientras que en los de Bucky se notaba un aire de decepción y confusión.
¿De verdad pensó que Steve aceptaía algo como perjudicar más a alguien solo por beneficio propio? Claro que no, que tonto fue por creer eso si quiera por una milésima de segundo.
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—Entonces... ¿Tú sí sabías del hijo de Howard?— Loki servía dos tazas de té, una para él y otra para su hermano.
—Sí, padre, es decir, Odín, era uno de los principales accionistas de Stark Industries desde sus inicios, Asgard Corp. sin duda fue de gran ayuda y sostén económico para Howard Stark cuando recien levantaba la empresa. Odín vio talento en él, por eso decidió apoyarlo.— Thor explicaba detalladamente los sucesos a su hermano, que si bien vivió en esa familia una gran parte de su vida, nunca le fueron revelados ese tipo de "secretos" por no ser el heredero del "Trono de Asgard" como el pelinegro llamaba a la silla de la oficina dónde trabaja su padre adoptivo. Desde siempre supo que Thor sería el heredero. Enorme fue su sorpresa cuando Thor lejos de todo pronóstico levantó su propia empresa desde cero, igualando y superando a la de su padre en número de inversiones y accionistas. Lo único que criticaba era su pésimo gusto al nombrar su imporio. "Midgard Enterprise". En serio que de tal palo, tal astilla...
—Hablas como si hubieras estado ahí cuando todo eso pasó— Bromeó Loki ahora sacando de un estante un frasco sacó de éste unas galletas las ordenó sobre un plato para ponerlas en la mesa junto al té a disposición de los dos.
—Bueno, es que padre siempre a sido muy detallista con los relatos— Sin esperar el mayor cogió una galletita comiendola de un solo bocado sin siquiera saborearla. Acto que no fue obviado por Loki.
—Siempre has sido un bruto en todo lo que haces— El pelinegro suspiró luego sonrió con malicia y con un lento y sugerente caminar se acercó hasta el rubio. —Pero... Jamás me he quejado de eso.— Mientras hablaba rodeaba con sus brazos el cuello de su hermano, se inclinó sobre el cuerpo ajeno y finalmente se sentó a horcajadas sobre las piernas de Thor. —Espero que la silla soporte el peso de ambos y... El movimiento también— Susurró al odio de un muy confundido Thor, confusión que desapareció al instante de sentir el suave movimiento de caderas de su hermano sobre él.
—Vamos a la cama, amor...— El cuerpo de Loki se estremeció de pies a cabeza cuando escuchó esa forma cariñosa de llamarlo con esa ronca voz que lo volvía loco.
—Por supuesto... Mi Thor.— Fue el turno del cuerpo del rubio para reaccionar y experimentar una deliciosa descarga electrica recorrerle.
Claro, porque Loki no sería el único que sentiría mariposas en el estomago a causa de dulces palabras. Haría que su hermano se sintiera ridiculamente enamorado de él como se sentía él mismo en ese momento.