Harry viendo que en esa clase no podría hacer nada, se recostó en la silla dispuesto a dormir hasta que terminara la hora. Antes de caer en un profundo sueño, le pareció que Draco le miraba, pero lo más probable era que solo fuese su imaginación.
************ EN EL SUEÑO DE HARRY ********
Nuevamente estaba en el pasillo de la noche anterior, solo que esta vez no se encontraba nadie. De repente divisó una sombra sobre una pared a su derecha. Se acercó para ver de quien se trataba... Casi se cayó al piso por la sorpresa. Era Draco.
El ojiverde se disponía a lanzarle un comentario sarcástico como siempre hacía cuando se encontraba con él, pero el otro no le dio tiempo. De un rápido movimiento se apoderó de sus labios. Harry no se lo creía. Y lo peor era que él no podía reaccionar, ¿o no quería?
“¿Quién se cree que es para besarme así? Aunque debo admitir que no lo hace nada mal..... ¿PERO QUE ESTOY PENSANDO?????? Es Malfoy!! Mejor me separó en este preciso instante antes de que me termine de volver loco” pensó Harry de verdad asustado.
En ese momento, puso sus manos en el pecho de Draco para separarlo, pero éste tomó sus muñecas, y lo atrajo mas hacia él. Tuvieron que separarse por un instante para recuperar el aliento. El ojiplata (N/A: queda mejor que ojigris o ojiplateado, no?) coló una de sus manos por debajo del pulóver que llevaba Harry, mientras que la otra seguía agarrando sus muñecas. Con sus finos dedos, muy fríos, comenzó a recorrer todo el abdomen, logrando que Harry se estremeciera a cada momento, y que dejara escapar leves gemidos. No lo iba a aceptar, y menos a Malfoy, pero de verdad eso le estaba gustando y lo estab disfrutando mucho.
Con un gran esfuerzo de voluntad, logró separarse del otro joven. Dio unos pasos hacia atrás para poner distancia y así evitar que lo sorprendiera de vuelta. Se acomodó el pulóver, que debido a la intrusa mano de Draco, estaba todo desordenado. Para hacerlo bajó la vista, y cuando la volvió a donde se suponía que estaba el ojiplata, se encontró con unos labios, que le robaron otro beso, esta vez más largo y con mucha mas lujuria que el anterior.
- NOOOOOOOOOOO.........
************* FIN SUEÑO ******************
- NOOOOOOOO........_gritó Harry, sin darse cuenta que se encontraba en el aula de pociones y que todo había sido un sueño.
- ¿Sucede algo, seño Potter?_preguntó Snape con su habitual tono de burla.
- Eh... no, no, señor._dijo Harry avergonzado por no haberse dado cuenta que lo de recién había sido un sueño. Pero que real que lo había sentido.
- Entonces sugiero que vuelva a su poción, ya que solo le queda media hora para terminar. Además no querrá que le descuente puntos a su casa, ¿verdad?
- No señor._dijo el ojiverde.
El profesor Snape siguió leyendo el Profeta, sin darle importancia al joven o a su clase.
- Parece que tuviste un sueño interesante, ¿no Potter?_ le preguntó Draco, con su manera tan peculiar de hablar y burlándose del otro.
- Ehm... ¿Por qué dices eso?_ inquirió Harry sin mirarlo a la cara, muy abochornado por el sueño que había tenido.
- Pues escuché como gemías entre sueños, Potter._dijo el ojiplata antes de comenzar a reírse del joven que en ese momento se tornaba más colorado que el pelo de su mejor amigo.
- Ya cállate, Malfoy, seguro que eso lo imaginaste._intentó salvarse Harry, sin mucho éxito, y mirando hacia la mesa de su mejor amigo par pedir socorro.
- Pues la verdad, es que yo no suelo fantasear, mas bien, hago que mis fantasías se hagan realidad, no como otros que solo pueden imaginarse cosas...._terminó Draco, dándose por vencedor de esa pelea y volviendo a la poción.
Harry se quedó asombrado por lo que le acababa de decir, pero para no demostrarlo, se puso a ojear sin interés el libro que tenía adelante. Pociones, y mas pociones que no servían para nada. Como la Antiblang que impedía que las flores crecieran mas de 20cm.; o la Clotrimus que hacía que el pasto tuviera siempre un color verde oscuro, y así seguía una infinidad de pociones que realmente no servían para el mundo exterior.
“Snape cada vez se esfuerza menos en las pociones, mejor” pensaba Harry aburridísimo.
La campana lo saco de su ensoñación. Ahora le tocaba el castigo. Esperó a que todos sus compañeros se retiraran, y como hacía siempre se acercó al escritorio del profesor.
- Ah, señor Potter, cierto que le tenía que implantar un castigo._dijo aburridamente Snape_ Sabe que se me está agotando la imaginación?_ se burlo el profesor._Bueno, como imagino que tendrás otra clase y dado que no quiero ser de excusa para que te retrases otra vez, tendrás que, a modo de castigo, venir todos los viernes a las diez hasta... Bueno, después veremos hasta cuando, por un mes._dijo el profesor sin importarle la cara de incredulidad del muchacho.
- Si señor._dijo Harry, aún sin ceerse que tendría que pasar todas las noches de viernes en esa maldita aula, y con ese pelo-grasiento profesor.
“Por suerte no tengo ninguna novia a quien darle explicaciones... ¿En serio acabo de pensar eso?” pensaba el ojiverde mientras se dirigía al aula de adivinación. De repente un olor ya familiar invadió sus sentidos.... Menta. Esta en medio del pasillo que daba a la torre. Miró hacia delante, nadie. Hacia atrás, nadie. A los costados, nadie. Solo había una puerta que daba al aula de Historia de la Magia.
“¿Qué casa y qué curso estarán teniendo Historia en este momento? Apuesto a que en ese grupo está mi salvador.” Pensó Harry, dispuesto a entrar en el aula. Pero luego recapacitó. No era bueno inventando excusas, y ya estaba llegando tarde a adivinación, mejor lo dejaba para otro momento, aunque la intriga lo estaba matando... Mejor seguía camino.
Ya en la clase, se sentó al lado de su amigo.
-¿Dónde estabas?_le preguntó en un susurro.
- Me quedé en Pociones esperando el castigo de Snape._contestó el ojiverde
- Ah... Bueno, después me cuentas, que ahí viene la Insecto de Trelawney._dijo Ron y se dispuso a leer el libro Adivinación de Sueños.
La profesora se acercó a los dos jóvenes y se sentó al lado de Harry. Últimamente y para suerte del ojiverde, la profesora ya no le pronosticaba una muerte prematura, sino una vida larga.
- Clase, hoy hablaremos de los sueños. Lo más importante que deben saber es que los sueños nos muestran lo que de verdad queremos o deseamos. El subconsciente es el encargado de mostrarnos, a través de los sueños, lo que el conciente no está dispuesto a aceptar. Los grandes magos son aquellos que pueden interpretar bien a su subconsciente y que no le ponen trabas con su conciencia....._empezó la profesora Trelawney.
Luego de una hora, en la cual la profesora se dedicó a hablar de los sueños, todos los chicos estaban listos para irse a dormir en lugar de ir al almuerzo. Sin embargo, a Harry había algo que le perturbaba...
“¿Será cierto eso que dice la profesora? ¿De verdad los sueños muestran lo que deseamos? Entonces ese sueño que tuve la hora anterior con......NOOOOOO, eso no puede ser. No me lo creo. No es más que un sueño, además es Malfoy! El que me hizo la vida imposible desde que llegué! No, la verdad es que este humo perfumado se me esta metiendo en los sesos y no me deja ver con claridad” pensaba Harry, mientras que su amigo dormía sobre el libro, el cual estaba todo babeado.
Finalmente la campana que indicaba el fin de la clase sonó. Harry y Ron fueron los primeros en salir de la clase, de verdad tenían hambre y Harry tenía que contarle a sus amigos de su castigo, del cual estaba seguro que ellos disfrutarían. Para su desgracia, pasaron tan rápido por el pasillo, que ni notaron que Draco y sus amigos salían de la clase de Historia de la Magia.