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Menta Misteriosa por misha_ten

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Notas del capitulo:

Hola! bueno, esat vez no me tarde tanto... pero me re esmere en este capitulo y lo hice bastante largo en consideracion... todo gracias a una de mis mejores amigas: jeca, sin la insistencia de ella no lo habria actualizado tan rapido. Incluso me corte un dedo (no fue mucho... pero duele) y aqui estoy actualizando... les quiero agradecer muchisimo a todos aquellos q leen este fic y mucho mas a los que me dejan reviews. Sepan que no suelo conestarlos, pero no se enojen... es qeu no se me ocurre que ponerles, y para poner una estupidez no pongo nada... bueno, q mas... ah, si disfrutenlooooo!

besos

misha

Entraron silenciosamente a la biblioteca. Mientras el rubio buscaba algún lugar para sentarse, aunque no debería ser tan difícil ya que no había ningún otra alma en ese lugar, Harry fue con la bibliotecaria, (N/A: si alguien es tan bueno y quiere decirme su nombre, se lo agradeceré =P) a averiguar los libros que necesitarían. Poco después que Draco se sentara en una mesa muy alejada de la puerta y que parecía estar realmente apartada del resto, apareció el moreno con una pila de libros que por poco y se le caía. El otro joven, se acercó y tomó todos los libros, rozando sus dedos con los del ojiverde, que volvía a estar mudo.
-         Bien, ahora veamos que es lo que tenemos que hacer…_ dijo tomando el pergamino que le había entregado la profesora Sprout._ Acá dice que tenemos que poner: de dónde viene; como es que llegó hasta este país, en caso de ya ser de aquí, cómo es que llegó a la comunidad mágica; las propiedades que posee y la razón por la cual la elegimos. En esta última quiere las dos opiniones.
Harry todavía seguía medio embobado, así que solo logró asentir. Empezaron con toda la parte de teoría. Estuvieron escribiendo por unas horas, y ya se empezaban a cansar.
“Pero ¿qué es lo que me está pasando? Es Draco… Digo Malfoy, por Merlín!! Y ¿qué razón le voy a dar por haber elegido esa maldita planta? Debería haber elegido las mandrágoras, como Hermione… Pero por otro lado me perdería de ver a este espléndido espectáculo, ¿quién iba a pensar que Draco Malfoy se vería tan bien sin gomina y con ropa muggle?... Un momento, ¿realmente pensé eso? Tenemos que terminar este trabajo lo antes posible o sino…” pensaba el moreno mientras hacía que ojeaba un libro, cuando en realidad no hacía mas que mirar de reojo al ojiplata que estaba enfrente.
-         Bueno, ya esta bien, ¿no crees?_ dijo mirando a un desconcertado Harry.
-         ¿De que estas hablando?_ pregunto, aunque ya creía adivinar la respuesta.
-         ¡¡¡Ya me canse que me mires de reojo!!! ¡Podrías demostrar tu valor como Grifinor  y mirarme directo!_ gritó Draco mientras se levantaba de su lugar y se acercaba melosamente a un nuevamente mudo moreno.
“¿Escuché bien? ¿Realmente él dijo lo que creo que dijo? ¿Y si solamente mi imaginación me esta jugando un truco, y lo que en verdad me gritó es otra cosa? No me pudo quedar con esta intriga…” pensaba Harry mientras veía como el rubio se acercaba hasta casi rozar sus labios. Podía sentir la respiración, algo agitada, en su cara. Esos labios apenas rosados, en los que nunca se había fijado hasta ahora, le parecieron encantadores. Draco humedeció apenas sus labios, y Harry tomo esto como una invitación a probarlos. Sin pensarlo dos veces se  acercó, eliminando el poco espacio que quedaba entra ellos, y besó con desesperación esos labios cuyo dueño lo había hechizado, y no sabía cuando. (N/A: sepan que es una frase, no es que lo haya hechizado de verdad… solo lo digo por las dudas… ya corte el clima =(  ) El beso al principio fue una lucha desesperada por tomar el control, pero luego se transformó en mas tierno, en donde cada uno se limitó a explorar la boca del otro. Siguieron así hasta que la falta de aire hizo su entrada y tuvieron que despegarse. Sus respiraciones estaban por demás agitadas, sus labios colorados y sus deseos insatisfechos. Lentamente se volvieron a acercar, esta vez el ojiverde se aferró al cuello del rubio, mientras éste lo obligaba a acercarse más rápido, al aferrarse de su cintura. Finalmente sus labios se volvieron a encontrar en un beso que dolo demostraba ternura. Las manos curiosas de Draco se colaron por debajo de la ropa de Harry, y comenzaron un lento recorrido desde el abdomen hasta la espalda y luego hacia arriba. Mientras el ojiplata hacía esto, el moreno comenzó a descender por su cuello, dejando pequeños besos húmedos, los cuales sacaban gemidos, que de no ser porque Harry tenia su oreja muy cerca de su boca, no los habría oído. Sin embargo, le parecieron de lo más excitante y si a eso se le sumaban las caricias del rubio, que seguía curioseando por su cuerpo… Ya no pudo más y dejó escapar un gemido un poco más audible de lo que hubiera querido.
  Por mala suerte esto llamó la atención de la bibliotecaria, la cual quiso saber que había sido ese ruido. Lentamente se acercó al lugar de donde supuso que venía aquel ruido. Los chicos al escuchar el ruido de los pasos de la mujer, se separaron, no sin que antes, Harry, se apoderara del cuello de Draco y le dejara una marca bien notable como la que él le había dejado una vez. Ésta era mucho más evidente en la blanca piel del ojiplata.
 Para cuando la mujer llegó, ellos ya se habían separado y estaban en sus lugares anteriores con libros en las manos.
-         ¿No escucharon ningún ruido extraño?_ preguntó extrañaba, ya que esperaba encontrase con alguna parejita haciendo cosas que no debía.
-         La verdad es que no._ dijo Draco mirando a la señora con cierta molestia.
-         Es que me pareció escuchar algo que provenía de aquí…_ dijo medio pensativa.
-         Señora, sepa que solo estamos nosotros aquí, y tenemos que terminar este trabajo para la hora del almuerzo._ dijo Harry mostrando su mejor sonrisa, ya que se sentía algo culpable.
-         Bueno, está bien. No los molesto más, si ven algo extraño no duden en avisarme._ diciendo esto se retiró.
-         Jajajaja._ estalló Draco. La sangre del ojiverde se heló por completo. Nunca había visto ni siquiera sonriendo al rubio, y ahora se estaba riendo de verdad._ Deberías cerrar la boca, a menos que quieras que te entren moscas._ dijo el ojiplata, viendo como el otro se quedaba mirándole._ ¿Has visto algún fantasma?
-         No, algo mucho mejor. Un ángel riéndose._ dijo Harry, mientras se acercaba lentamente al joven que tenía apenas las mejillas sonrosadas por su comentario.
 Cuando estuvo a su lado, comenzó a mordisquearle el lóbulo de la oreja, produciendo escalofríos al ojiplata. Su boca, nuevamente fue el blanco del insaciable moreno. El aire cada vez era menos, o eran ellos los que necesitaban más aire del que había. Sus respiraciones ya estaban agitadas y sus manos no se controlaban. Se colaban por debajo de la ropa y acariciaban todo lo que encontraban en su paso. El ojiverde se sentó encima del otro, logrando así un mayor roce. Pero en ningún momento cortó el beso. Ya ninguno de los dos aguantaba más. No les importó que estuvieran en la biblioteca, ni que la entrometida bibliotecaria pudiera verlos. Solo les importaba estar unidos, demostrarse todas las cosas que no se podían decir. Rápidamente las ropas volaron y los gemidos acallados por besos fugaces se hicieron mucho más presentes…

 

  Ambos todavía respiraban algo agitados. Harry todavía estaba sobre la mesa, con un cansado y medio adormilado Draco a su lado. Ninguno de los dos podía creer lo que recién había pasado. Se habían acostado. Y les había gustado.
  Cuando lograron tranquilizar sus pensamientos, al igual que sus respiraciones, se vistieron. Levantaron los libros que en el arranque de pasión habían volado por todos lados y buscaron el pergamino que contenía su informe. Solo les faltaba la razón por la cual habían elegido esa planta…
-         Dime, ¿cuál es la razón por la que elegiste a la menta, Draco?_ preguntó el moreno mientras se preparaba para escribir lo que le dijera.
-         La verdad…. No tengo una razón certera. Dime la tuya._ demandó, mirando directamente a esos ojos esmeraldas.
-         Mmm… Creo que yo tampoco tengo una razón específica… Pero tengo una idea para poner._ dijo mirando pícaramente al otro joven.
-         Confío en lo que pongas, Harry._ dijo enfatizando la última palabra. Sonrió al ver como las esmeraldas brillaban al escuchar esas palabras de su boca, y más al escuchar como lo llamaban por su nombre.
  Salieron de “SU LUGAR” lentamente, no sin antes darse unos besos, y Harry comprobar que su marca todavía estuviera allí.  Pasaron al lado de la bibliotecaria, y se despidieron amablemente, ambos sonriendo. Una vez afuera, estallaron en risas. Ambos estaban muy contentos.
-         Entonces, ¿vos llevás el trabajo a la profesora Sprout?_ preguntó Draco, para cerciorarse.
-         Si, no te preocupes, yo se lo llevo._ dándole un fugaz beso se despidió, y salio corriendo a la sala donde debía encontrarse con la profesora.
 Una vez en el despacho, dejó el trabajo sobre una mesa y salió en dirección al comedor.

 

  La profesora leyó el trabajo entero, peor lo que más le sorprendió fue la razón por la cual eligieron esa planta:

 

“Nosotros no tenemos una razón explícita por la cual hemos elegido esta planta. Puede ser porque no teníamos ganas de escuchar el llanto de la Mandrágora, o que nos mordiera alguna planta carnívora, o también puede ser porque, indiferentemente de si lo sabíamos concientemente, queríamos estar juntos. Le dejamos a usted que elija la que le resulte más apropiada para el trabajo. Y sepa que le agradecemos muchisimo que nos haya puesto juntos para este trabajo.”

 


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