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Hug Me- JongKey por Jongkey4Evah

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Notas del fanfic:

¿Qué tal? Aquí un one shot de mi autoría. Lo subi primero en mi cuenta de Wattpad, con el mismo nombre. Si entras a miperfil, allí se encuentra el enlace hacia mi cuenta en esa página.

No hay nada mas que decir po ahora. Sólo, ¡disfruten su lectura!

Notas del capitulo:

¡Hola, hola! Esto es lo primero que publico en AY, pero ya llevo varias obras en Wattpad, pueden pasearse por allá si quieren. Esta es una de las cosas que tengo publicadas allá, iré subiendo las otras obras y one shots yaoi que tengi ahí, así que apoyenme mucho. ¡A leer!

Jonghyun regresaba del trabajo a su hogar que compartía con su pareja, Kibum. Era una noche muy fría, razón por la cual, estaba apresurado por llegar, para poder sentir el calor hogareño y familiar que solo podía sentir cuando estaba cerca de aquel chico dulce y con ojos felinos.

Antes de entrar a su hogar, decidió guardar su Aston Martin plateado en cochera, para finalmente, por la conexión que él y su pareja habían decidió poner entre la sala y la cochera, entrar a su casa.

Al pisar el suelo hogareño, sintió la calidez de su hogar y sonrió, ya no tenia tanto frío. Decidió entrar a la cocina, donde se encontró a Key acomodando la mesa para poder servir los alimentos.

—¡Cariño!— exclamó Jonghyun con felicidad, rodeando la estrecha cintura de Kibum con su brazos y apretando ligeramente.

—¿Cómo estas? ¿Te fue bien en el trabajo?— susurró Key, acomodando los cubiertos sobre una servilleta de papel.

—Mmm, sí.— contestó simple Jonghyun, con un ronroneo de satisfacción al sentir la calidez que emanaba el cuerpo de Kibum.— ¿La cena ya está lista?— susurró, hambriento.

—Ya casi. Solo falta algo de beber, aunque todavía no se que te guste tomar.— respondió Key.

    —Tengo una solución— sonrió, deshaciendo su abrazo y tomando rumbo a la cochera.

Llegó nuevamente a su auto y fue directo a la cajuela, de la cual sacó delicadamente una botella de cristal, que contenía vino. Cerró la cajuela y volvió a entrar a su hogar.

Ingresó a la cocina con botella en mano, agitándola un poco para que Kibum le prestará atención.

—¡¿De dónde sacaste eso?!— preguntó Key, sorprendido.

—Me lo regaló mi secretaria— sonrió—. Dice que he sido un excelente jefe con ella—

Kibum hizo una mueca—. ¿Sí? ¡¿Y de casualidad no se te abrió de piernas también?!— exclamó, dándole la espalda a su novio con ojos de cachorro para servir la cena.

Jonghyun rió, su novio era adorable cuando estaba celoso—. No— respondió simplemente, dejando la botella en el centro de la mesa y yendo a buscar un par de copas de cristal—, creo que a la única persona a la que mi secretaria se abriría de piernas, sería por su novia.— sonrió victorioso al darse cuenta de que Key se quedaba callado.

—¿No-novia?— tartamudeo, arrepentido.

—Si, novia. Es más creo que ella estaba pensando en pedirle matrimonio.—

—O-oh.— Kibum carraspeó, incómodo, sin saber que decir.

—¿Qué hiciste de cenar, gatito?— Jonghyun abrazó, de nuevo, por la espalda a Key, intentando tener una vista de lo que había cocinado.

Kibum se relajó, contento de que su novio no estuviera enojado por causa de sus celos—. Hoy intenté una nueva receta, es italiana. Espero te guste.—

—Mmm... Seguro va a estar delicioso. Lo hiciste tú, así que no cabe duda.— Key se sonrojó, como cada vez que su novio lo halagaba.

Una vez todo servido, empezaron a comer en medio de una charla amena de lo que habían hecho en el día. Al finalizar, Jonghyun se encargó de lavar los trates sucios, ya que Kibum hizo la comida.

Key, en vez de irse a su habitación, se quedó sentado en el comedor, esperando a que Jonghyun terminará de lavar para subir juntos a dormir.

Una vez en su habitación tomaron una ducha de agua tibia juntos, y se prepararon para dormir.

Kibum se acostó, bostezando, en lo que Jonghyun apagaba la luz.

—Jjongie...— susurró Key, en medio de la oscuridad.

—¿Mmh?— Jonghyun hizo un ruido con su garganta, para que supiera que lo había escuchado.

—Abrázame— susurró, de nuevo.

Sin esperar más, los brazos de Jonghyun rodearon el menudo cuerpo de Kibum, apretándolo con la fuerza suficiente para no asfixiarlo. Key sonrió, acurrucándose en el cálido pecho del más bajito, para cerrar los ojos y dejarse llevar por el sueño.




Era un sábado por la mañana, cuando Jonghyun y Key decidieron salir a dar un paseo, no llevaron el auto, debido a que había mucha nieve y las carreteras estaban cubiertas de esta. Además, caminar un poco no les vendría mal.

Kibum cruzó la calle antes que Jonghyun, ya que esté estaba muy despistado en su celular. Al llegar al otro lado, Key vio el semáforo, tal vez si apuraba a Jonghyun esté podría cruzar antes de que se pusiera en verde.

—¡Puppy!— gritó, risueño. Habían estado pasando un buen tiempo durante esas horas, así que estaba muy contento.

Jonghyun levantó la cabeza, guardando su celular en su bolsillo, y sonrió al ver a un divertido Key al otro lado del rayado. Empezó a caminar para llegar al encuentro con su novio, pero de lo que no se dio cuenta, fue de un camión que se intentaba pasar el semáforo en rojo.

Todo pasó muy rápido a los ojos de Kibum. Un segundo Jonghyun estaba caminando para llegar hacia él y, al parpadear, Jonghyun estaba en el suelo en un pequeño charco de sangre que iba aumentando en tamaño y manchaba la blanca nieve.

Key, sin saber que hacer, pegó horrorizado un grito y fue hacia el cuerpo de Jonghyun, poniendo la cabeza en su regazo y acariciando su cabello.

—Quedate, puppy, ¿si? Aguanta hasta que lleguen los paramédicos, por favor.—susurró Kibum, con los ojos empapados en lágrimas.

—No llores, gatito.— dijo Jonghyun con voz débil.—. Sabes que no me gusta verte llorar, en especial si es por mi culpa.

—No hables, ¿si? Intenta guardar todas las fuerzas que puedas.—

—Estás precioso, ¿sabes? Dicen que la sangre es difícil de quitar, y yo no quiero manchar tu ropa, que es tan cara.— susurró Jonghyun, sin prestarle atención.

—No importa, Jjongie. La ropa no importa. Tú si.—

En ese instante, llegó la ambulancia, donde montaron a Jonghyun. Key intentó subirse también, pero los paramédicos no lo dejaron.

—Lo lamentamos, señor, pero no puede subirse, tendrá que acudir al hospital mediante otro medio de transporte.—

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Tengo que ir con Jjong!—

—Lo lamentamos, señor— repitió el paramédico, intentando cerrar la puerta de la ambulancia.

Kibum entró en un ataque de pánico, sin saber que hacer. No fue hasta que Jonghyun empezó a hablar que todo el mundo lo miró.

—Déjenlo... Subir... No puedo ir sin él... Él tiene que estar conmigo, por favor— Pidió Jonghyun, casi sin fuerzas.

El paramédico al fin accedió a que Key se subiera, y esté inmediatamente fue a un lado de Jonghyun, tomándole de la mano.

—Vamos, Jjongie. No me dejes, ¿si? No dejes a gatito, por favor.— Pidió Kibum, con finas lágrimas cayendo por sus delicadas mejillas.

—Gatito...— susurró Jonghyun con una sonrisa en su rostro. Disfrutando de como se sentía decir aquel apodo que le tenía a su chico de ojos felinos.




Kibum quería morir.

A penas habían llegado al hospital, se habían llevado a Jonghyun para operarlo de emergencia -estaba peor de lo que pensaban, así que era muy necesaria-, antes de que llegaran a la zona de acceso solo permitido para el personal, Jonghyun tomó la mano de Key.

“— Espérame, ¿si?—“ Le había dicho con una sonrisa. Era extraño como Jonghyun había mantenido esa sonrisa todo el camino hasta el hospital a pesar del dolor, y que Kibum, al que lo único que le dolía era el corazón, no podía ni siquiera formular una falsa.

“—Te esperaré todo lo que quieras y más, cachorrito—“ Era lo que le había contestado, antes de que se lo llevaran para operarlo.

Fueron las cuatro horas y media más eternas y tortuosas que había podido sufrir en toda su vida. Tuvo que llamar a los padres de Jonghyun, que acudieron a la hora después con su hermana Sodam, y decirle a sus tres amigos más cercanos la situación. Onew, Minho y Taemin hubieran ido al hospital de no ser por la nieve, pero los apoyaban desde sus hogares.

Estaba conversando lo sucedido con la madre de Jonghyun -entre hipidos y llantos se le estaba resultando muy difícil- ya que el padre de su novio jamás llego a aceptar su relación.

Al contarle a la señora Kim que Jonghyun fue atropellado cuando iba hacía él, el padre de éste se levantó del asiento y lo miró fúrico.

—¡ENTONCES ES POR TU CULPA QUE MI HIJO ESTE AHÍ!- afirmó, tomándolo del cuello de su camisa y estampándolo en la pared más cercana.— ¡YO SABÍA QUE NO LE TRAERÍAS NADA BUENO! ¡SABÍA QUE TENÍA QUE HABERLE PRESENTADO UNA DE LAS PRETENDIENTES QUE LE TENÍA ANTES DE QUE TE CONOCIERA! ¡TODO HABRÍA RESULTADO MUCHO MEJOR PARA ÉL!—Le gritaba, mientras lo golpeaba contra la pared una y otra vez, hiriéndolo.

—¡Ya basta!— exclamó Sodam, tomando del brazo a su padre para que soltara a Kibum. —¡¿Crees que él está feliz con esta situación?! ¡Él vio cuando Jong fue atropellado! ¡Nosotros no! ¡Ya tiene suficientes cosas en la cabeza para que vengas a ponerlo peor! ¡Él ha hecho feliz a Jonghyun durante todos estos años como estoy segura de que la zorra de Sekyung jamás lo hubiera hecho!— grito, viendo como su padre la miraba sorprendido.

—¡Sekyung es una gran chica! ¡Este... chico jamás le llegara ni a los talones!— grito igualmente, mirando a Key con desprecio.

—¡Eso es lo que quieres creer! ¡Ella se presento a ti con su cara inocente! ¡Pero quería ser pretendiente de Jjong solo por dinero!—

—¡El que esta aquí solo por dinero es él!— El señor Kim señaló a Kibum con odio.

—Me disculpa, señor.— Habló Key por primera vez desde que empezaron a gritar.—, pero yo a su hijo lo amé, lo amo y lo amaré teniendo o no el poder financiero que posee— Kibum intentó hablar con toda la decencia que pudo, a pesar de la furia que corría por sus venas—. Su hijo me enseñó lo que es amar a alguien a pesar de todo y si usted no puede comprender eso, pues... Lo lamento mucho, pero no creo que haya fuerza en este mundo que me vaya a separar de Jong mientras él me siga amando.— concluyó, feliz de poderle demostrar a ese hombre que se equivocaba.

Antes de que nadie pudiera decir nada, llegó el doctor encargado de liderar la operación de Jonghyun con una cara seria.

—Buenas noches—Los saludó. El accidente había sido en la tarde, pero la operación había tardado tanto que ya era de noche.

—Buenas noches— susurraron todos al unisono, haciendo una reverencia. A fin de cuentas, ese hombre probablemente le salvó la vida a una persona muy importante para ellos.

—¿Como esta? ¿Esta bien? ¿No le sucedió nada? ¿Se va a recuperar?— Kibum lo atacó con preguntas primero que nadie.

El doctor rio un poco, pero volvió a  recuperar su cara seria cuando empezó a hablar—: Kim Jonghyun tuvo una contusión muy fuerte en la cabeza, la cual lo pudo llevar a muerte— Todos se sorprendieron, y contuvieron el aliento, asustados.—, pero este chico— señalo a Key—, llamó lo suficientemente rápido para que se atendiera el golpe con rapidez. A pesar de eso, el joven Kim corre peligro de entrar en coma. Si no despierta en una semana y media, probablemente este oficialmente en un coma. Eso es todo.—

Kibum se sintió desfallecer, Jonghyun podía entrar en coma.

—¿Podemos verlo? Su familia, por supuesto— dijo el señor Kim, rompiendo el silencio incómodo -y obviando el hecho de que no quería que Key viera a su hijo-.

—Si, si pueden. Pero me parece justo que el joven Kibum sea el primero en ir a verlo, el lleva más tiempo esperándolo. Además, si no fuera por él su hijo hubiera muerto, o hubiera quedado en coma.— dijo el doctor.

—Por culpa de él es que Jonghyun esté aquí— susurró el padre de Jonghyun, apretando los dientes.

—A nosotras nos parece una buena idea, podemos esperar un poco más.— dijo la señora Kim, hablando por ella y su hija.

Su esposo la miró sorprendido. Ella solo le susurró un “Hablamos más tarde”.

Kibum le dio las gracias en un susurro a la madre de Jonghyun al pasar por su lado, rumbo a la habitación donde dejaron al hijo de esta para su recuperación.

Sonrió al ver el número de la habitación: 0804, esa era la fecha del cumpleaños de su Dino.

Entró rápidamente, encontrándose con el cuerpo de Jonghyun en una camilla, con una intravenosa conectada a su brazo y con un respirador alrededor del espacio entre su nariz y boca, además de un electrocardiógrafo mostrándole los latidos del corazón de su amado.  

Pip... Pip... Pip.

Era lo único que se escuchaba en la habitación, además de el sonido del purificador de aire.

Se sentó en una silla al lado de la camilla y tomó la mano de Jonghyun, entrelazando sus dedos juntos. Se llevó sus manos juntas a la mejilla, sintiendo la baja temperatura de la piel de Jong.

—Jjongie...— susurró, antes de romper en llanto.

Sollozaba sin pudor, aferrándose a la mano inerte de su amado, deseando poder sentir la calidez de esta acariciando su mejilla, o los suaves labios carnosos dándole un beso de buenas noche.

Tenía miedo de lo que había dicho el doctor. No quería perder a Jonghyun, no podía perderlo.

—Babo...—susurró una vez se pudo calmar un poco—. Si no estuvieras tan pendiente de ese bendito teléfono tuyo— hablaba con dificultad, la reciente explosión de llanto no lo dejaba casi hablar.—. Tú papá es tan babo como tú, ¿sabías? Aish, todavía me duele la cabeza, me pegó muy duro.— Se sobó la cabeza en el área más afectada.

Siguió así por lo que fueron quince minutos, hablándole y contando la horrible experiencia que sufrió con el padre de Jonghyun. Cuando se dio cuenta de que tenía mucho tiempo ahí, salió de la habitación envuelto en lágrimas, después de darle un beso en la cabeza a Jonghyun y prometerle volver al día siguiente.

—Ya pueden pasar a verlo, si gustan— susurró Kibum a duras penas, a la familia de Jonghyun.





Durante toda la semana, Key iba a visitar Jonghyun a diario, llegaba a las 6:00 de la mañana y se iba a las 11:30, por lo que no dormía mucho, pero eso era lo de menos.

Estaba pálido, había adelgazado y sus ojos habían perdido todo brillo existente. Jonghyun se lo había llevado con él.

El doctor les había avisado a él y a la familia Kim que si Jonghyun no despertaba ese día, al siguiente empezarían a dar la sospecha de un coma.

Kibum estaba destrozado.

Al rededor de las 11:00 de la noche, Key se encontraba llorando desconsolado en el pecho de Jonghyun, pidiéndole que despertará, que abriera sus ojos y lo mirara con ese amor que tanto lo caracterizaba.

—Por favor...—sollozaba, sin importarle que la familia de Jonghyun estuviera ahí, mirándolo—. ¡Abrázame!, ¡Abrázame!, ¡Abrázame, por favor!—gritaba entre llantos, tomando los brazos de Jonghyun y guiándolos a su cintura. Cada vez que él pedía un abrazo, Jonghyun se lo daba así estuviera ocupado, era como si solo esa palabra lo obligara hacerlo... Y Kibum esperaba que esta vez no fuera la excepción.

En su momento de llanto desconsolado, no se dio cuenta de los brazos que apretaban su cintura, si no hasta que unas tibias manos le acariciaron la cabeza, consolándolo.

Se quedó tieso, callado. Esperando a ver que sucedía. Cuando su mente proceso la información, levantó la cabeza encontrándose con unos ojos somnolientos de cachorro que lo miraban divertidos.

—¡Jonghyun!— exclamó tirándose a su cuello y dándole besos por todo el rostro, con sus lágrimas todavía cayendo, pero esta vez con un sentimiento muy contrariado por el que habían sido derramadas antes.

—Ya no llores— susurró débil Jonghyun, mirándolo con una sonrisa. Con sus manos débiles le seco las lágrimas del rostro y Key las tomó, apretándolas contra su pecho, mientras seguía sollozando de felicidad, a pesar de que las lágrimas ya no brotaban de sus ojos.

Estaba tan concentrado en los ojos abiertos de su novio, que no se dio cuenta de que la señora Kim había ido a buscar al doctor para notificarle que Jonghyun ya había despertado.

—Buenas noches— murmuró el doctor entrando en la habitación.

—Buenas noches— murmuraron de regreso todos, menos Jonghyun y Kibum, quienes se miraban profundamente, aislándose del mundo.

El doctor no pudo evitar reír un poco al verlos, Kibum estaba prácticamente en la camilla, encima de Jonghyun.

—Buenas noches— repitió un poco fuerte para que se dieran cuenta de su presencia.

Key volteó a mirar al doctor y se avergonzó por la posición comprometedora en la que los había encontrado, se fue bajando lentamente del cuerpo de Jonghyun y de la camilla, sonrojado. Al estar en el suelo le hizo una reverencia murmurando un apenas audible “Buenas noches” y se sentó en la silla al lado de la camilla de Jonghyun antes de tomar su mano y entrelazar sus dedos.

—Bueno joven Kim, ¿cómo se siente?— Le preguntó a Jong.

—Pues hace quince segundos me sentía como en las nubes, pero ahora que Kibum se bajó ya estoy empezando a notar un poco de dolor.— Key no creía que hubiera alguien más sonrojado que él en ese momento.

El doctor rio—Muy bien. ¿Qué tanto te duele? ¿Qué es lo que te duele?— Y así siguió con las preguntas un rato antes de salir de la habitación rumbo probablemente hacía su oficina para crear un diagnostico.

—Ahora que él doctor se fue...—susurró Jonghyun, rompiendo el pequeño silencio que se había creado—, ¿puedes volver a subirte aquí Bummie?— Palmeó su pecho, donde Kibum había estado llorando desconsolado hacía unos minutos.

Antes de que Key se pudiera si quiera mover, el padre de Jonghyun habló.

—¿Cómo puedes siquiera haber creado una escenita así enfrente de un doctor? ¡¿Ah?!— exclamó, fúrico por el hecho de que su hijo le hubiera demostrado de una manera tan abierta el afecto a Kibum enfrente de un doctor.

Jonghyun frunció el ceño hacía su padre.— ¿Y por qué no?— susurró confundido.

—¡Deberías agradecer que no te he desheredado en cuanto empezaste a salir con ese muchacho!— grito—. ¡Suficiente tengo con verle la cara cada vez que venía a visitarte, que ahora me tienes que humillar enfrente de una persona de prestigio!— Jonghyun estaba a punto de defender su romance, dispuesto a discutir con su padre si era necesario para proteger a Kibum de sus palabras hirientes.

—¡Porque no sólo lo aceptas y ya!— Le gritó la madre de Jong a su esposo, sorprendiendo a todos los presentes.

—Ca-cariño— susurró el señor Kim, de repente sumiso ante la actitud de su esposa.

—¿Porque no lo aceptas de una vez? Ellos se aman y tú les haces la vida imposible. Dime, ¿alguien nos hizo eso cuando éramos tan solo unos adolescentes enamorados?— Le preguntó, sonriéndole.

—¡Pero no solo somos unos adolescentes enamorados! ¡Ni siquiera somos adolescentes!— protestó Jonghyun, quién fue ignorado.

—Nadie lo hizo, preciosa— respondió el señor Kim a su esposa, acercándose a ella y acariciándole la mejilla con ternura.

Ella sólo atinó a reír y tomar el rostro de su amado entre sus manos, acercándolo a ella para darle un dulce beso en los labios.

Los hijos de la pareja hicieron muecas de asco, y Sodam fingió tener arcadas.

—No coman carne en frente del pobre.— susurró Jonghyun intentando mirar a todos lados, menos a la escena de sus padres besándose ahora con mucha más pasión -y el juró que iba a morir en ese momento cuando al ver un poco vio la lengua de su padre deslizarse dentro de la boca de su “inocente” madre-  —. ¡Hubiera preferido morir antes de ver eso! ¡Auxilio, Kibum!— exclamó, abrazando a su divertido, pero también traumado, novio.

Después de que prácticamente tuvieran que empujar a su padre lejos de la boca de su madre, regresó el doctor con el diagnostico, regresando la seriedad a la habitación.

—Joven Jonghyun. Usted está en perfectas condiciones, sólo necesita algo de reposo monitoreado aquí en las instalaciones del hospital durante un par de semanas y se podría retirar a su hogar para tomar un reposo de algunas semanas. ¿Todo bien?— Jonghyun asintió, emocionado de poder volver a su hogar con su “Bummie”.

El doctor se retiró, nuevamente, y su padre fue el primero en hablar.

—Te irás con nosotros para descansar, ¿entendido?— Jonghyun frunció el ceño.

—¿Qué? ¿Porqué?—

—No le hagas caso a tu padre, querido. Puedes ir al hogar que tienes con Kibum.— Le dijo a su madre, con una sonrisa -aunque no la volvería a ver de la misma manera después de ver lo que sucedió a mitad de su habitación-.

El señor Kim miró a su esposa con los ojos enormemente abiertos. Y antes de que él pudiera decir algo, ella habló.

—Y no hagas que tenga que volver a decir el discurso motivacional de ahorita.—

—Pues déjame decirte que si nos hicieron la vida imposible.—Ella lo miró confundida— ¡Tu madre! ¡Esa mujer iba a hacer que me salieran canas antes de tiempo! ¡Y ni me digas cuando se enteró que nos íbamos a casar! ¡O cuando quedaste embarazada! ¡O cuando te embarazate por segunda vez!— bufó, haciendo un puchero adorable a los ojos de su esposa.

—¿Y tu vas a hacer lo mismo que hizo mi madre, pero con tu propio hijo?— Eso pareció hacerlo reflexionar.

—Esta bien—contestó finalmente, refunfuñando.




Las dos semanas habían pasado con mucha rapidez para ser honestos. Así que Jonghyun ya se encontraba en su habitación, la cual compartía con Key.

Kibum le había llevado la cena a la cama, para que no tuviera que bajar, y cenaron juntos en su habitación, viendo cualquier película que encontraron al azar en los canales de la TV. Al terminar los alimentos, Jonghyun dio un suspiro feliz.

—Gracias a Dios ya estoy en casa. ¿Seguro que estaba en el hospital para curarme? Juro que la comida que me daban tenía como veneno o algo así, era terrible.— Key rió en su pecho. Después de comer, Kibum se encargó de llevar los platos sucios al fregadero y subió inmediatamente para acurrucarse en el pecho de Jonghyun. Los platos pueden esperar hasta mañana, pensó mientras sentía la calidez que tanto había extrañado.

Key se aferraba con fuerza a Jonghyun, haciendo a esté reír.

—No voy a desaparecer de la nada, Bummie. Voy a estar contigo durante toda la eternidad.— le susurró, acariciando su cabello.

Key soltó algo parecido a un sollozo—. Estuve a punto de perderte. Casi mueres en mis brazos. No tienes idea de lo mucho que sufrí— Apretó su cara contra el pecho de Jonghyun, invadiendo sus sentidos con su aroma,con él.

—Pero ya estoy bien, y es gracias a ti, gatito.—

—Mh...— Fue lo único que salió de los labios de Kibum.

Como ya se habían preparado para dormir antes de la cena, solo tuvieron que apagar la luz y el televisor antes de acurrucarse juntos en la cama, dándose el calor que necesitaban en esa noche fría.

—¿Jonghyun?— susurró Key.

—¿Mmh?— Salió de la garganta de Jonghyun, quien ya estaba a punto de quedarse dormido.

—Abrázame...— Murmuró Kibum.

Y así, en una fría noche de invierno, los amantes se durmieron en los brazos del otro, disfrutando la calidez del cuerpo contrario y de un profundo y cómodo sueño.

Notas finales:

Espero hayan disfrutado la lectura. ¡Los veo en otra oprtunidad ^^!


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