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Mi felicidad por tus sombras. por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Este es el capitulo final mis amigpos, espero que lo hayas disfrutado como yo disfrute escribirlo.

 

 

¿Estaría escuchando bien? ¿Hades le había confesado que lo amaba? Bien, quizá se había quedado dormido de pie en algún lugar y estaba soñando. Sí, eso debía ser. Pero… la cara de Athena y la rabia de Dohko no eran parte de un sueño extraño ¿o sí? Nadie lo sabe, solo era notorio que su diosa estaba al borde de las lágrimas y que su antiguo amigo miraba al dios con intenciones de matarlo con la mirada.

-¿Q-qué dijo…? –el ariano estaba incrédulo al igual que la mayoría de los presentes.

-He dicho que te amo, estoy enamorado de ti…

-¡¿Y eso que tiene que ver con el tratado de paz entre usted y Athena?! –Shion se sentía amenazado.

-Shion… -Saori quería ser clara y honesta con su caballero. –Hades me ha pedido como única condición de aquel acuerdo, el que te entregue a él para que seas su consorte en el Inframundo…

-¡No voy a permitirlo Athena! –hablo de nuevo el maestro de Shiryu. –¡No voy a permitir que arruines tu vida uniéndola con este demonio, Shion!

-¡Más respeto mortal! Puedo acabar contigo solo tronando mis dedos si así lo quiero.

-¡No permitiré que te lleves a Shion! ¡Tú lo harás infeliz en ese infierno que gobiernas! 

Hades iba a refutar algo pero una pequeña y triste risa se dejó escuchar.

-No me hagas reír Dohko de Libra. –comenzó Shion haciendo que todos en la sala lo miraran. – ¿Ahora te importa mi felicidad? ¡Después de que tú mismo me rompieras a pedazos el alma! –sollozó. -¡Tu sabias que yo te amaba y no te importo! ¡Te detesto como no tienes una idea Dohko! ¡¡¡Te odio!!! –sin más fuerzas, el tibetano salió corriendo del lugar, no quería saber más de nada ni de nadie, solo quería dejar de sentirse solo.

Hades miro al de China con gran odio para luego el también salir por la puerta por la que Shion se fue para tratar de darle alcance y consolar sus penas.

Vio a Shion girar por un pasillo, así que lo siguió y observo que el peli lima abría una puerta al final del pasillo. Fue Hades entonces tras él, llegando a tiempo antes de que Shion cerrara la puerta.

Shion se extrañó al ver que una fuerza desconocida empujaba la puerta desde afuera.  Trato de aplicar su fuerza para cerrar la puerta pero la fuerza del dios era mucho mayor por lo que, Hades no tuvo mayor problema en entrar a los aposentos del tibetano tenuemente oscuros.

Esto molesto al oji rosa así que indignado y aun con rastros de lágrimas amargas en sus ojos y mejillas, le gritó al peli negro a quien se le partía el alma verlo en aquel triste estado de angustia y desolación.

-¡¿Qué hace aquí?! ¡Déjeme solo! –exigió mirándolo con ira.

-Shion… -suspiró el mayor.

-¡No! Quiero… quiero que me deje solo…

Hades intentó acercarse, pero Shion invocó su Muro de cristal con el poder de su mente.

-Escúchame. –sonó resignadamente. –Te he visto llorando…

Una chispa vibro dentro de la mente del oji amatista.

-Antes de que viniéramos, yo te espiaba desde el Averno. Te veía sufrir y no comprendía porque. Hasta que escuche lo que le dijiste al caballero de Libra y entonces lo entendí todo…

Shion cerró los ojos, preso de la vergüenza de haber sido visto con los sentimientos destrozados.

-Lamento mucho que haya presenciado eso… -rio nostálgico. –Me imagino que ahora más que nunca cree que los humanos somos patéticos…  -las amatistas miraron a los zafiros mientras uno de ellos caía la muestra salada de su pesadumbre.

-Te equivocas caballero… -Hades vi la tristeza en esos hermosos ojos y sintió la necesidad de abrazar a su dueño. –Déjame acercarme a ti… 

-Pero…

-No te are más daño del que te han hecho aquí… te lo prometo. –Hades camino decidido. Shion abrió más los ojos dando un paso hacia atrás, medito unos segundos viendo los ojos del azabache y descubrió en ellos una sinceridad que le era desconocida hasta ese momento.

El psíquico aun dudoso, retiro su campo de fuerza y dejo al otro acercársele. Cuando el dios estuvo frente a él, lo envolvió lentamente en un cálido abrazo que hizo al más joven sentirse inundado por una calma celestial. Shion se aferró al musculoso cuerpo de Hades y se dejó embriagar por la confianza y la compañía que se le brindaba.

Aunque el de negros cabellos haya sido el culpable de que fuera considerado un traidor por los actuales caballeros dorados y que se haya tenido que enfrentar a aquellos en antaño, pequeños niños que el mismo vio convertirse en los hombres que eran en el presente, incluyendo a su pupilo Mu. Ahora se mostraba con él como un ser comprensivo que buscaba la paz en su corazón, ese del que el dios quería ser el eterno y único dueño.

El Patriarca se dejó hacer por el calor que Hades despedía de su cuerpo. Shion llego a sentirse completo y a olvidar todo su dolor y tristeza agónica protegido entre esos brazos que llevaban la promesa de siempre sostenerle y protegerlo de cualquier cosa. Levanto su rostro sereno, encontrando pronto el apacible de Hades, observando con detenimiento el bello color de sus ojos celestes que parecían sonreírle en silencio con el brillo que arribaba de ellos. Pronto el dios se fue acercando a los labios ajenos para depositar un suave beso sobre estos. Tan lento y refinado como solo un ser divino podía darlos, como si le estuviera pidiendo permiso para acariciarlos. Y Shion no se lo negaría, porque algo en el interior de su ser le hacía cosquillas a sus temores y los hacia reír de felices probabilidades dentro de su pecho, bailando como si cada latido apresurado fuera un bella tonada.

Hades con sobrada lentitud y calma acaricio con su lengua húmeda y lívida el contorno de la boca que había sido el vicio de sus sueños, esos que Hipnos tiene prohibido ver. Shion acariciaba con libertad el pecho del que tenía más siglos de existencia, pasando pronto sus manos herreras hacia la nuca del otro para abrazarle con mayor alegría y grato recibimiento adhiriéndose con armonía ambos cuerpos en una unión perfecta.

Las bocas se encontraban vivaces y hambrientas al contacto ansioso de dos almas solitarias que sangraban en silencio de la ausencia de alguien que llenara los espacios vacíos y le diera calor a las noches frías de las penas asesinas…

Y suave, y despacio el peli negro llevo con torpes pasos ciegos al que estaba entre sus brazos hasta donde debía estar el lecho mullido. Donde al estar cerca, lo deposito con delicadeza sobre las claras sabanas perfumadas de clavel y pachuli. Shion dejó escapar un suspiro al sentir como Hades colocaba acoplando su figura a la suya sobre su cuerpo para seguir consumiendo la suavidad de sus labios. Tras un beso largo y mojado, se separó la deidad de su boca ya roja e hinchada para ir hasta su cuello de donde aparto con cuidado un verde y suave mechón para lamer sin cortesía la blanca y tibia piel logrando que del ariano salieran como melodía secreta una cadena descarada de gemidos apenados. Hades llevo su mano libre hasta una de las de Shion para tomarla y enredar sus dedos con la del contrario mientras ahora le succionaba cada tramo de piel de la garganta. El peli lima hizo su cabeza hacia atrás para darle más espacio al mayor de consumir y marcar cada espacio de sí mismo.

Hades usaba su mano restante para detenerse y no aplastar completamente al que tenía debajo de sí. Por lo que se atrevió a meter una de sus rodillas entre las piernas de Shion, frotando con ella la virilidad que ya se comenzaba a sentir bajo la túnica. Dicho acto complació al oji azul y dejando de atacar la piel ya roja de la garganta y cuello de Shion, lo miró profundamente y le sonrió con una pureza inimaginable para cualquiera que supiera quien era él. Y el peli lima no fue la excepción.

Entonces hades llevó su mano libre traviesa por toda la extensión de la pierna del ariano; al llegar más debajo de la rodilla, tiró suave de la tela poco a poco hasta que las cremosas y finas piernas del caballero se vieron expuestas a su campo visual. Shion se sonrojó al ver la forma tan fascinante en que Hades se deleitaba al verle. Siguió el dios entonces con su labor hasta que pudo subir la túnica completamente hasta donde comienza la virilidad del carnero. Sintiendo el sexo ajeno ya duro y predispuesto para lo que él quisiera.

Con tortuosa lentitud comenzó Hades a acariciar sobre la ropa interior al peli lima en la punta de su ansia haciéndole soltar más gemidos y suspiros como mariposas al viento. Deleitándole los oídos y nublándole los sentidos queriendo así llegar al interior de sus misterios aun escondidos.

Shion con los ojos entrecerrados ante el indescriptible placer que corría por su cuerpo. Era consumido por los deseos del corazón de ese dios de lo que ya era muerto. Era irónico, pensar que ese hombre que ahora lo estaba despojando de su ropa interior para besar su sexo y hacerlo tocar las estrellas con las manos ante el abrazo de su experta lengua sobre su intimidad prohibida. Fuera el dios de los muertos, cuando en realidad, a él le había avivado ese corazón que había dejado de latir en su pecho desde el día en que escucho a Dohko y a su diosa entregarse a la misma sensación que él estaba viviendo en ese momento tan preciso. No, lo que él hacía era mucho más refinado que lo que había escuchado de esa pareja de insensibles que se daban golpes de pecho ante la “seguridad” de su mal trecho corazón. Ahora reanimado y tatuado eternamente con el nombre del gobernante del Inframundo…    

 

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La noche había pasado entre besos, caricias y una entrega completa de dos amantes que estaban destinados a pertenecerse mutuamente sin ninguna oposición.

El día se asomaba. Desde que vieron a Shion marcharse y a Hades seguirlo, nadie había pegado un solo ojo en lo que restaba de noche de luna llena. Los jueces, Pandora, Saori, Dohko y algunos caballeros que habían subido a palacio ante el creciente cosmos del chino. Se habían quedado en el salón del trono a la espera de que tanto Shion como Hades aparecieran.

Todos sabían que el dios no le había hecho nada al Patriarca o de lo contrario, habrían sentido el aumento de energía por parte de ambos. Solo pandora sabía exactamente lo que había pasado con su señor y el hombre que le había revivido el amor. El mismo Hades se lo había comunicado por medio del cosmos; la alemana sabía que su “hermano” había dormido junto al hombre que llevaba a todos lados resguardado en su casi muerto corazón.

 

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Las cortinas que adornaban las ventanas se movían conforme el viento las hacia bailar en la melodía de la calma. El silencio respetaba el momento y en el exterior del balcón se encucaba a los pájaros cantar como anunciando algo bueno que ha pasado o que pasara.

Hades estaba acostado boca arriba, sentía la brisa mover sus cabellos y la calidez del sol sobre su piel desnuda. Sabía dónde estaba, con quien estaba y lo que había pasado ahí. Y sonrió, como hace tanto no lo hacía, porque por primera vez en siglos de vida se sentía feliz de ser quien era y de poder estar ahí ahora con el hombre que amaba.

Lo vio ahí, a su lado aun durmiendo como un hermoso ángel. Dio un vistazo a la habitación y los recuerdos de su encuentro le golpearon la memoria como una ola vaga del mar. Recordó como lo despojo de la ropa interior, de su túnica y como él también le libero de ese traje negro y esa capa gris que portaba antes de poseer su hermoso cuerpo con devoción y desmedido deseo.

Recordaba como sonaban sus gemidos, sus suspiros, la piel nacarada suave y caliente a su tacto para luego volverse húmeda y ardiente al estar en el vaivén de la entrega concreta de cada estado del cuerpo y el alma. El azabache se había perdido en sus recuerdos tan vividos que no se dio cuenta cuando el otro abrió los ojos amatistas a una nueva perspectiva. Shion lo miro ver perdido hacia las ropas desperdigadas por la alfombra de su habitación y al imaginar en lo que su ahora amante pensaba se sonrojo y sonrió con algo de pena.

Sinceramente el ariano no conocía esa parte de sí mismo en que podía ser presa gustosa de un placer tan grande como ese que había conocido de la mano de Hades hace apenas unas horas. No se explicaba porque pero se sentía completo, se sentía feliz y agradecido, y decidió demostrarlo.

Se incorporó lentamente por una pequeña molestia en su parte trasera. Es la inexistente costumbre –se dijo mentalmente – y por el movimiento que hiciera para poder acomodarse; llamo la atención de su acompañante.

Y Hades lo miro, cubriéndose lo suficiente, un poco sonrojado, los ojos brillantes de algo que identifico como alegra y una radiante sonrisa adornando sus finos labios de terciopelo rosa.

-Veo que ya ha amanecido. –sus ojos rosas reflejaban paz que no había la noche anterior.

-Es verdad… ¿Cómo amaneciste?

Hades temía, temía que Shion se haya arrepentido de habérsele entregado y lo estuviera odiando. No podría vivir con ello en su inmortalidad.

-Bien, gracias… -ambos voltearon a diferentes direcciones, no sabían cómo seguir, hasta que el menor llamo. –Hades…

-¿Si…?

-¿Podrías acercarte?

La petición era un tanto rara y el nombrado se sentía de los nervios.

-Claro. –cumpliendo la petición, Hades se acercó más a Shion, hasta el punto que la respiración del contrario chocaba contra la nariz del que está enfrente. 

Lo que sucedió después tomo al dios por sorpresa. Shion había tomado el rostro de la deidad con sus dos manos de modo suave y había unido sus labios con los del peli negro. Los dos al sentir la calidez, cerraron los ojos para sentirse más completamente unido a ese hombre que había traído luz y esperanza al interior de cada uno.   

Al separarse, Hades fue quien habló.  

-¿No me odias, hermoso caballero? –la interrogante descoloco al tibetano.

-¿Odiarte? ¿Debería?

-No lo sé… te he quitado tu pureza. A demás de que no soy el hombre al que ama tu corazón. –aquello fue dicho con un profundo tono de tristeza.

-Hades… no te negare que… a pesar de vivir tantos siglos, nadie me haya tocado nunca, y sinceramente, esperaba que el primero en mi vida fuera Dohko pero… me alegra que hayas sido tú el primero en marcar mi cuerpo. –dio un corto beso a los labios contrarios. Hades se sorprendió por lo dicho y hecho.

-¿Por qué lo dices?

-Porque tú me amas… tú si me amas y eso es suficiente para mí. Si algo he aprendido en todos mis años de vida es que hay que amar a quien nos ame, no esperar a que nos ame a quien amamos… -sonrió conciliador y Hades volvió a besarlo.

-Si me das una oportunidad, te juro ante todo que te valorare como mi más invaluable tesoro caballero. Hare lo que tú me pidas, te amare solamente a ti, y nunca lloraras más que de alegría a mi lado… te amo Shion, y lo que quiero es acerté feliz por la eternidad. 

Shion se sentía con muchos sentimientos revueltos en su pecho, pero a pesar de eso, se sentía seguro en las palabras del dios. Por algún motivo que desconocía, sabía que ese hombre divino a su lado le haría inmensamente feliz.

-Yo sé que sí. Y sé que llegare a amarte tanto o más de lo que tú me amas a mí.

-Nadie puede amar más de lo que yo te amo a ti. Pero sé que seremos felices, tú serás mi príncipe y todo lo mío será tuyo así como yo mismo lo soy.

Ya no había más que decir. Estaba más que decidido. Shion se hubiera ido con Hades al mismo límite del mundo sin necesidad de que hubiera un tratado de paz de por medio. Sabía que lo amaría en menos tiempo de lo que la luna volvía a cuarto menguante y sabía perfectamente que el amor del peli negro por él era genuino y totalmente sincero. Shion no sentía que Hades fuera un reemplazo de Dohko o un premio de consolación. Sentía que el regente era el hombre de su vida, ese que pensaba que era el chino pero vaya error, pero lo que era cierto, era que Hades era el producto de su espera y las eternas noches de sufrimiento por el ser erróneo. Qué bueno que Dohko nunca lo amo, o seguramente ahora no sería tan feliz como Hades lo había hecho.  

 

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Las horas pasaban  sin contratiempos. Ahora en la sala patriarcal estaban presentes todos los caballeros dorados, los espectros y Saori todos ya cansados de esperar. Dohko más molesto que impaciente, había sugerido ir en busca de su antiguo amigo y alejarlo del dios porque de seguro, ya le había hecho alguna técnica para hacerle caer en la idea de marcharse con él al Inframundo.  

Lo que ocurría realmente con el tigre, había sido que al presenciar ese beso tan cargado de entrega que Hades le había plantado a Shion. Había descubierto que realmente no amaba a Saori como creía, si no que el sentimiento que tenía era con Shion más se había confundido dado las circunstancias que surgieron con la joven diosa. Por lo que, el sentimiento de amor hacia el ariano se vio cubierto con el deseo del de libra por liberar lo que sentía y justo entonces, la virginiana tomo el amor erróneo del séptimo caballero como suyo y cuando Dohko se dio cuenta, ya era demasiado tarde.

“Y cuando  al fin el caballero de brillante armadura se decidió, ya era demasiado tarde. El príncipe se había enamorado del dragón…”

Cerca del medio día fue que el dios y el Sumo Pontífice llegaban al salón patriarcal. Hades llevaba del brazo a Shion, y ambos venían hablando tranquilamente. Dohko miro a Shion quien lucía radiante y a Hades con otro traje oscuro más elegante aun, que con el que llego el día anterior.  

Saori se paró de su asiento como impulsada por un resorte y se dirigió a ambos.

-Shion… me tenías muy preocupada… bueno, a todos.

-Mi señora. –inclino la cabeza a modo de respeto pero Hades se lo impidió.

-No tienes por qué volver a hacer ese acto amor mío.

-Aun es mi diosa. Debo tratarla con respeto.

-Pero cuando nos casemos serás un igual, por eso no necesitaras hacerlo más.

Las palabras del oji azul calaron profundo en la mente de todos los ahí presentes. En especial en el caballero de la séptima casa. Saori sorprendida por lo que escucho, indago en el asunto.

-¿Casarse? ¡¿Cómo que casarse?! –la menor estaba al borde del colapso y al mayor le pareció adecuado que se tranquilizara un poco, aunque con su respuesta fue todo lo contrario.

-Athena, Shion acepta irse conmigo al Inframundo para ser mi príncipe.

-¡Que! ¡No puedes! –negaba llorando.

-Mi señora, Hades me ama y estoy seguro que yo le amare también y ambos seremos muy felices. –sonrió mirando al dios quien le devolvió el gesto para asombro de los presentes.

-Maestro. –se acercó Mu tranquilamente. –Usted se merece ser feliz, los dioses son testigos de su sufrimiento, y si Hades es ese ser que le dará la felicidad que tanto se merece, entonces les deseo lo mejor a ambos y espero venga a visitarnos de vez en cuando.

-Mu… -susurro con una sonrisa el carnero mayor abrazando a su alumno mientras derramaba lágrimas de alegría.

Cuando ambos se separaron, Hades agrego.

-Te estamos muy agradecidos caballero de Aries. Sin duda, Shion te ha enseñado bien.  El dios estrecho la mano del peli lila y tras este acto. Los demás caballeros abrazaron al Patriarca para darle sus mejores deseos y decirle cuanto lo extrañarían.

Cuando todos se alejaron, Shion pudo ver a Dohko frente a él. Con una expresión por demás triste. El chino fue hasta quedar frente a frente y entonces hablo.

-Shion… no tengo cara para verte, siempre supe cuánto me amabas. –esas palabras enojaron a Hades mas no interfirió.

-Lo se Dohko. Sé que tú estabas enterado… te escuche decírselo a Athena cuando tú y ella… -callo no queriendo recordar aquella ocasión, suspiro y continuo. –Aprendí que las personas nos equivocamos ante lo que sentimos. Yo me equivoque contigo, tú no eras para mí, pero a pesar de todo lo que llore… no te odio, al contrario, estoy muy agradecido contigo porque de otro modo nunca  hubiera conocido el amor verdadero. –Hades sonrió, sin duda Shion era alguien muy fuerte y eso lo hacía amarlo más

-No digas eso…

-no te angusties Dohko, en mí siempre tendrás a un amigo.

El chino se sentía destruido. Nunca pudo decirle a su amigo cuanto le amaba, porque ya era tarde y él ya había descubierto que el amor que le tenía solo era una ilusión y que en realidad siempre estuvo aguardando por el verdadero amor que no había sido otro sino el dios Hades. Sería muy egoísta de su parte el decirle ahora lo que su corazón había descubierto, no se sentía capaz y seguramente Shion lo odiaría. Tendría que dejarlo ir, ya que el amor es así, y si decía amarlo de verdad, entonces dejaría que fuera feliz aunque no fuera  a su lado…

 

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Había pasado un mes desde que Shion se fuera con Hades, y habían pasado otros dos desde que se habían casado. Ambos eran muy felices; Hades siempre sorprendía a Shion con una hermosa rosa azul al despertar y un dulce beso en los labios que les hacía sentir vivos.

Todos los espectros mostraron sus respetos ante el nuevo príncipe del Inframundo y se habían ofrecido a sus órdenes. Shion había conseguido hacer amistad con todos ellos, sus días eran alegras a pesar de la oscuridad del lugar. Aunque había llegado un tiempo en que se comenzó a aburrir de no hacer nada, así que Hades le había sugerido que le ayudara en sus múltiples proyectos con los espectros a lo que Shion acepto gustoso.

Así fue hasta que se había cumplido un año completo.

Hades y Athena habían dejado de disputarse el control de la tierra ya que el dios peli negro vivía feliz y en paz con su amado esposo. Y este había comenzado a amar a Hades de una manera que nunca había creído capaz. A veces los del Santuario bajaban al averno de visita, y en otras ocasiones era al revés. Hasta que en una de esas visitas. Shaka de Virgo le había pedido formalmente la mano de su discípulo Mu para contraer nupcias a lo que este acepto feliz de que su “hijo” como solía llamar al ariano menor, encontrara el amor en su mejor amigo.

Además de eso, la relación que surgió entre el caballero de Cáncer y el de Capricornio junto con la futura boda de Saga y Camus quienes habían mantenido su relación en secreto hasta que no pudieron ocultarla más, recibiendo las bendiciones de Athena.

Dohko se separó de Saori tiempo después de que él se fuera con Hades y desde entonces solo eran diosa y caballero como siempre debió ser. Sentía lastima por su amigo pero nada podía hacer, además estaba seguro de que Dohko encontraría el amor verdadero en quien menos lo pensara así como le paso a él.   

 

 

Notas finales:

bien con esto concluyo este fic. Anyely espero te haya gustado al igual que a los lectores que se tomaron la molestia de leerme.

Si creen que me merezco una sugerencia de algo, a si debo cambiar algo en mis fics, sientanse libres de opinar, yo con gusto tomare en cuenta sus criticas constructivas y respondere sus opiniones. Y para los que estan siguiendo mi fic "Un Cuento Antes De Morir" este semana que viene estare actualizando al igual que "Amandote desde tus zapatos"

De nuevo gracias por leer y nos vemos en otra historia, sigan bellos. ;)


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