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Come back with me. por Strach

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Notas del fanfic:

El único personaje que me pertenece es Hidetoshi los demás son obra de Haruichi Furudate.

Notas del capitulo:

Bien, bien... Ustedes dirán, ¿No deberías de estar continuando OTRO fic? Y yo les diré; NO.

 

Hidetoshi es un personaje que me pertenece, no quería entrar en detalles con él, ya saben, se parece un poco a Ushijima fusionado con Terushima. xD No hay más que decir...

Imagínense a Terushima menos flaquito y más rikolino, y ahí tienen a Hide <3

 

Bueno, bueno, antes de leer deben saber que esta es la historia más cliché del mundo donde haré sufrir a Tadashi porque soy masoquista y ustedes tambén, <3

Por cierto, a lo mucho serán dos o trés capítulos, no sé.

En fin. Disfruten

Tsukishima Kei caminaba directo al gimnasio de Karasuno, era una tarde calurosa, lo suficiente para que éste comenzara a quejarse de tener que entrenar después de la escuela, este día en particular no tenía ganas de nada. En lo que llegaba a su destino, escuchaba música tranquilamente, a veces esto lo ayudaba a relajarse.

 

 

 

 

Caminaba solo, pues Yamaguchi le había estado evitando desde “aquél día”, lo cual era entendible después de lo que pasó. De todas formas, no le importaba, o eso es lo que se repetía para tratar de concentrarse en las diversas actividades que tenía que hacer en el día. Como sea, no se iba a arrepentir de sus palabras o de sus acciones, lo hecho, hecho estaba y no se podía remediar.

 

La cara de Yamaguchi llorando pesadamente se le vino a la mente.

 

 

 

 

-Tsk… Idioteces… - Dijo mientras hacía una mueca de molestia.

 

 

 

 

Justo antes de llegar, al caminar debajo de uno de los edificios principales, volteó y logró ver a Yamaguchi, cosa que no le inmutó hasta que se dio cuenta que este platicaba con otra persona. Se detuvo por un momento, mientras se quitaba sus audífonos.

 

 

 

 

Se dio cuenta que había visto la cara de la otra persona, recordó que era un integrante del equipo de basquetbol, pero era de un grado superior, tal vez de tercer año. Lo había conocido de vista pues a veces el tipo platicaba con Daichi mientras el equipo de básquet limpiaba después de haber ocupado el gimnasio. Era frecuente que ambos equipos, el de vóley y el de básquet se encontraran.

 

 

 

 

Se percató que Yamaguchi lucía nervioso y apenado, de vez en vez soltado una risa nerviosa rascándose la nuca, lo cual sólo significaba una cosa, estaba intentando rechazar educadamente cualquier petición que le hubiera propuesto el tipo de básquet. Éste lucía victorioso, era notablemente más alto que Yamaguchi, y bien parecido. Le recordaba mucho a Ushijima por su musculatura.

 

 

 

 

La escena le pareció incómoda. Se colocó de nuevo sus audífonos, sentía que estaba interviniendo en algo que no le importaba. Siguió su camino.

 

 

 

 

Llegó al gimnasio, se quitó sus zapatos justo antes de entrar, abrió las puertas y vio que ya había dos personas dentro.

 

 

 

 

Preguntó si había alguna cosa en que pudiera ayudar pues los únicos que estaban en el lugar eran Sugawara y Daichi. Por un momento creyó haber interrumpido algo.

 

 

 

 

 

- ¿Te parece que comencemos a poner la red? Nosotros también acabamos de llegar- Dijo Sugawara. Lucía algo apenado. Daichi asintió

 

 

 

 

-Sí, está bien. – Tsukishima fue directo al almacén ignorando la pequeña y bochornosa situación.

 

 

 

 

Buscaba las cosas necesarias mientras sus sempais limpiaban e lugar en lo que los demás entraban, pero sintió una presencia detrás de él. Era Yamaguchi.

 

 

 

 

-Tsukki… shima…- Yamaguchi le llamó sorprendido, pues no se esperaba que él estuviese en el almacén. Luego bajó la cabeza y agarró un carrito de balones. Casi salió corriendo del lugar.

 

 

 

 

Kei lo observó molesto.

 

 

 

 

 

 

 

 

-----------

 

 

 

 

 

 

La tarde pasó lenta para ambas partes, por supuesto el equipo entero ya se había puesto al tanto de la situación, al menos, sabían que ellos dos no se hablaban, cualquier persona lo podría notar. Prefirieron no intervenir y darles su espacio.

 

 

 

 

 Fuera de eso, el entrenamiento pasó como siempre, Ukai lanzando fuertes remates al inició, el maestro Takeda observando atentamente,  Noya gritando como desquiciado “Rolling Thunder esto, Rolling thunder aquello”, Tanaka pasando medio día sin camisa, “el enano y el rey” discutiendo como una pareja de recién casados, Daichi gritando que se tranquilizaran y Suga calmando a este, Asahi paralizado en medio de todo el escándalo, Enoshita rogando a Tanaka para que se pusiera la playera, Narita y Kinoshita riendo nerviosamente, el par de mánagers inmunes a todo esto y finalmente Yamaguchi…

 

 

 

 

Él se había mantenido más tranquilo que de costumbre, si antes no se daba a notar mucho, ahora menos. Sin embargo, estaba riendo con aquella escena final que se había armado después de que el equipo blanco le ganara al rojo. Tsukishima lo observó de soslayo, no sabía cómo describirlo, pero había algo en la tierna sonrisa de Yamaguchi que podía amenizar cualquier situación.

 

 

 

Pronto todos estaban acabando de limpiar el gimnasio, ya era de noche, así que una vez más salían de la escuela tarde, para Tsukishima esto se le había hecho costumbre, ya no le pesaba.

 

 

 

Casi todos salieron al mismo tiempo, como vivían cerca, optaban por acompañarse, pero Kei seguía prefiriendo caminar solo y tranquilo hasta su hogar antes que irse en bola con todos sus compañeros. Se pusieron en marcha en diferentes direcciones.

 

 

 

Al salir Kei vio como había alguien esperando en la entrada, cruzado de brazos, con la cabeza agachada, y recargando todo su peso en la espala contra la pared, era el mismo tipo del equipo de básquetbol que estaba con Yamaguchi hacía unas horas. ¿Qué diablos estaba haciendo esta vez?

 

 

 

El hombre levantó su cabeza, sus miradas se encontraron, al parecer eran de la misma estatura. Los dos se dedicaron miradas frías sin un motivo aparente. Casi se rieron uno del otro en sus caras.

 

 

 

 

 Tsukishima se colocó sus audífonos sin dejar de verlo y caminar. Por último, los dos soltaron un bufido con una carga muy pesada en este, casi de asco, como si hubiesen sido enemigos de toda la vida.

 

 

 

 Fue entonces cuando unos pasos fuera de la escuela, Kei escucho una conversación.

 

 

 

 

- “¡¿Me estabas esperando?! A estas horas comienza a hacer frío, cielos, espero que no agarres un resfriado.”  - Notó que esa era la voz de Yamaguchi.

 

 

 

- “No te preocupes por mí, olvídalo, pequeño”

 

 

 

- “Oye, espera… es que hoy no pued…”

 

 

 

- “Nada de nada, vendrás conmigo, pecas”

 

 

 

 

 

Tsukishima Kei apresuró su paso, miró un momento detrás y notó que el tipo se llevaba a Yamaguchi agarrado de la muñeca en la otra dirección. Esto le indignó, ver aquella escena le parecía deplorable, y furioso comenzó a caminar pesadamente.

 

 

 

 

¿Por ser de tercer año tenías el derecho a secuestrar alumnos de primero y largarte con ellos como si nada? Desde cuándo podía llamar con tanta confianza a Yamaguchi como “pecas” o “pequeño” lo cual le pareció ridículo. ¿No era ese Yamaguchi el que hace unos días atrás se le había confesado? Y ahora estaba dejándose arrastrar por aquél imbécil, según Kei.

 

 

 

 

Casi de inmediato después de haber experimentado su momento de furia, se calmó y rio sarcásticamente. Ahora él era que se veía patético…

 

 

 

 

 

 

---

 

 

 

 

 

 

 

Yamaguchi estaba siendo jalado por Hidetoshi.

Tres días antes de pronto el jugador lo saludaba mientras lo veía en los pasillos, pero Tadashi no recordaba el nombre de Hide, lo ubicaba como miembro del equipo de baloncesto, pero nada más, igual extrañado, le devolvía el saludo, tal parece que fue justo así como su “sempai” agarro confianza y de pronto lo buscaba a la hora del almuerzo, a veces se quedaba platicando con este o Hide lo acorralaba en los pasillos. No era molesto, al contrario, con él, el basquetbolista era muy amable y divertido, pero no dejaba ese lado de seriedad. Yamaguchi notaba que Hidetoshi no se comportaba de la misma forma con los demás, pues con otros, llegaba a ser muy frío, sarcástico y a veces, pesado. Poquísimas personas conocían el lado apacible de este. Un lado que posiblemente fuera tan falso como la máscara que cargaba al estar con Tadashi.

 

 

 

 

 

 

Esa tarde Yamaguchi caminaba al gimnasio para entrenar y entre pasillos se encontró con Hide, este le había estado rogando para que no lo llamara por su nombre completo ni fuera tan formal, en fin, le dijo que lo invitaba a tomar una malteada después de su entrenamiento, Yamaguchi insistió en que salía tarde y no quería molestarlo con que lo esperase, de la misma forma el otro insistió con llevarlo a que se relajara un poco, era imposible que aceptara un no por respuesta. Tadashi notó que se le hacía tarde y que le enviaría un mensaje para confirmar.

 

 

 

 

 

 

A pesar de su insistencia negativa, ahora mismo estaba sentado en un agradable local, era un lugar cálido. Parecía una pequeña cafetería, pero más jovial.

 

 

 

 

 Era casi imposible que Yamaguchi le viera un doble sentido a todo esto, justo estaba en medio de una especie de cita y no se daba cuenta.

 

 

 

 

- Muchas gracias, Hidetoshi-san… - Dijo apenado.

 

 

 

-Es HIDE, vamos, no seas tan formal, pecas. – Soltó. Estaba recargado con un brazo extendido en el respaldo de la silla.

 

 

 

 

-Sí, perdón Hide-san…

 

 

 

 

-Y no es nada, pide lo que quieras.

 

 

 

Los dos finalmente ordenaron una malteada.

 

 

 

 

- ¿Por qué me invitaste Hidet… Hide-san?

 

 

 

 

-Mhmm… Nada en especial, me pareces muy agradable y me di cuenta que siempre platicamos solamente en la escuela. Se supone que los amigos salen más a menudo. “vaya, ¿en serio que no se da cuenta?”

 

 

 

 

 

-Oh, ya… - Succionó del colorido popote de su malteada.

 

 

 

 

- ¿Y si me cuentas más de ti? A veces, mientras nos retirábamos todos los del equipo de básquet, te notaba entrenando, pero no eras tan ruidoso como tus otros compañeros, en especial como el enano de cabello naranja… Vaya, él sí que me truena los tímpanos. Pobre Daichi – Mencionó, con una media sonrisa y su típico tono sarcástico.

 

Yamaguchi rio tras el comentario.

 

 

 

 

 

-Se llama Hinata, es muy divertido, me agrada. Y en cuanto a mí… yo no soy tan sorprendente como mis compañeros. Yo hago el servicio, me he estado entrenando mucho para mejorar mi salto flotante, sin embargo, a veces pienso que no estoy a la altura de otros jugadores…

 

 

 

 

- ¿Cómo qué otros? - Preguntó curioso.

 

 

 

 

 

-Bueno, hay muchos, está Kageyama que es un genio, también está la estrella, Asahi-san, el capitán Daichi, Nishinoya-sempai, el líbero, o está Tsuk… - Se detuvo.

 

 

 

 

- ¿Quién?

 

 

 

-Eehh… Tsukishima Kei.

 

 

 

 

-¿Qué hay con él? Creo que me suena...- Mintió. Había notado el tono de tristeza cuando Yamaguchi mencionó su nombre.

 

 

 

 

-Bueno, él… Éramos amigos de infancia. – Mencionó Yamaguchi. Se puso nervioso y colocó suavemente su mano derecha detrás de su nuca.

 

 

 

 

- ¿Eran? – Insistió.

 

 

 

 

-Hace unos días tuvimos una pelea y no creo que las cosas se puedan arreglar. Creo que fue un problema que yo inicié… Quisiera no haber arruinado…

 

 

 

 

 

-No creo que tú tengas la culpa. Creo que ya recuerdo a Tsukishima, ¿no es el tipo rubio? El que es el más alto de todos. Bueno, te dije que ese niño... Hinata, él me reventaba los tímpanos, pero no es que me desagrade en cambio el rubio… No lo he tratado, sin embargo, creo que es un perdedor.

 

A Yamaguchi no le agradó nada el comentario.

 

 

 

 

-Si no lo haz tratado, como es que…

 

 

 

-Basándome en lo que me contaste… ¿Cómo puede cargarte toda la culpa? Se supone que eran amigos, ¿no?

 

 

 

 

Tadashi no dijo nada, bajó la cabeza mirando a la mesa. Por unos minutos hubo un silencio en su mesa. Ninguno sabía qué decir.

 

 

 

-Pequeño, no quería…- Trató de sonar convincente.

 

 

 

 

-Hidetoshi, tengo que irme, te agradezco la invitación. – Se paró rápidamente y salió del local.

 

 

 

 

Hide pidió rápidamente la cuenta, dejó el dinero y salió detrás de Yamaguchi. Se dio cuenta que esta podía ser su oportunidad. Sinceramente, él quería “algo más” con Tadashi. No sentía ni un mínimo de culpa por lo que había dicho, ni siquiera le inmutó que ahora mismo Tadashi estuviera decaído por sus comentarios. Si eso iba a ayudarlo entonces diría todo lo que tenía que soltar para lograr su cometido.

 

 

 

Sí, eso era, hasta esa tarde pensaba divertirse unos días con Yamaguchi, pero al tener su pequeño confrontamiento con Tsukishima decidió que ir más lejos con Tadashi podría ser mucho más divertido. Llevárselo a la cama, por ejemplo.

 

 

 

 

 

-Oye, espera. – Ya no corría de tras de Yamaguchi. Este se había detenido a mitad de la calle.

 

 

 

 

-Quisiera que me dejaras solo.

 

 

 

 

-Mira, sé que en estos momentos no nos conocemos, y me entrometí demasiado. Pero quiero que me conozcas más, puede ser que llegues a confiar en mí.

 

 

 

 

Yamaguchi volteó y lo miró fijamente. No le inspiraba nada, mucho menos confianza.

 

 

 

 

-Vamos, pecas. En serio, perdón. Por ahora, al menos déjame acompañarte hasta tu casa.

 

 

 

 

-Aunque te diga que no, ¿vendrás de todas formas, no es así?

 

 

 

Hide caminó el pequeño tramo que faltaba y se colocó a su lado, los dos comenzaron a caminar.

 

 

 

 

 

 

---

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acostado, en medio de la oscuridad Tsukishima no podía conciliar el sueño, un estúpido recuerdo le venía a la mente. Uno donde Tadashi lloraba y él se alejaba dejándolo solo en medio del aquél parque.

Notas finales:

¿Qué les pareció?

¿Review?

 

PRÓXIMO CAPÍTULO

Vamos a hacer sufrir a Yams recordando lo que pasó con Kei, sí, ya sé que este capítulo es más Hide x Yamaguchi, pero el siguiente viene con Tsukishima x Yamaguchi recargado (?) lo prometo <3


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