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Doctor Son Gohan por Goto

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Notas del capitulo:

La continuación por fin, perdón por la tardanza, es que no me decidía si inspirarme o soltar la flojera xD

Bueno dale, lee.

Luego de su guardia, Gohan se dirigió a la administración para firmar sus papeles de salida y aprovechar para hablar con “18”.

 

-Hola, Doctor.- La rubia se encontraba acomodando unos papeles para meterlos en un sobre de manila.

 

-Buenas noches.- Respondió con una expresión de cansancio  en su cara mientras firmaba su salida.

 

-Un día duro ¿eh?- Se volteó a él y le extendió una taza de café.- Tenga, no debe conducir cansado. Además hace frío.- Le propinó una cálida sonrisa.

 

-Gracias, de verdad lo necesito.- Extendió su mano y aceptó la taza.

 

-¿No es horrible?- Cambió de tema y completamente su expresión, bajando los ojos con tristeza.

 

-¿A qué se refiere?- Notó el cambio de ánimo de la chica.

 

-Un hombre llegó esta tarde, estaba en estado crítico por una puñalada en el pecho. Según los policías fue un robo en la calle, luego de entregarle todo aun así el ladrón lo atacó.- Tapó con una mano su boca para evitar el llanto.

 

-Gohan dio la vuelta al amplio escritorio del lugar para poder abrazarla. Notaba lo afligida que estaba.- Pero no entiendo, eso es algo que vemos todos los días aquí ¿Por qué te afecta tanto?- Preguntó tratando de no sonar cruel. Era doctor por lo que debía dejar los sentimientos de lado al momento de atender una emergencia.

 

-Cuando llegó esta mañana y mencionó lo del periódico se me vino a la mente el dolor que debe haber dejado el asesino.- Seguía sujeta a los brazos del hombre.-Ese psicópata… Le quita la vida a la gente sólo porque quiere, le arrebata un ser querido a una familia.

 

-Ya veo...- Intensificó su abrazo. La tomó por las majillas y limpió sus lágrimas con sus pulgares.- ¿Quieres que te lleve a tu casa?

 

-Sí, gracias.- Asintió. Se ruborizó, se sentía segura entre sus brazos.

 

 

Esperó a que su turno terminara. Cuando acabó ambos se encaminaron al estacionamiento y se montaron en el auto.

 

 

-Ponte el cinturón, por favor.- Pidió Gohan.

 

-¡Oh! De acuerdo Señor Responsable.- Ya estaba más calmada y con su vivaz ánimo de siempre.

 

-¿Qué tipo de música te gusta?- Señalo el reproductor.

 

-No importa eso. Mejor dígame ¿Qué le pareció ese tal Goku? Noté que puso un 10 en la Calidad del Servicio.

 

-Jajaja ¿Escuchemos algo de Rock, no te perece?- Se tensó por la pregunta.

 

-De acuerdo.- Se resignó, sabía que no conseguiría nada por el momento.

 

 

Arrancaron con dirección a la casa de la chica.

 

 

Al otro lado de la ciudad. En la jefatura de policía, la Comandante Videl se encontraba en su oficina, con una taza de café y en frente de una pared. En ella estaban las fotografías de las víctimas, en el mapa de la ciudad señalada las áreas  donde los cuerpos han sido encontrados, y  las pocas pistas que habían logrado conseguir.

 

 

-“No hay nada…”-Pensó ante la prácticamente inexistencia de evidencia en el caso.

 

-Videl… Vámonos, ya es tarde.- Entró por la puerta de la oficina un hombre algo más alto que ella con cabellos en punta.

 

-¿Eh? Oh, eres tú Vegeta…- Se dio la vuelta. Dijo sin ánimos por el fiasco en el que su investigación se estaba convirtiendo.

 

-Sí, ya es tarde, larguémonos de una vez, no soporto estar aquí metido mucho tiempo.- Esa era siempre su actitud al irla a recoger.- ¿Qué te sucede?- Mostró interés, pues la notó decaída.

 

-Sí, es que esto es… Frustrante ¿Sabes?... El no poder dar con ningún indicio para detenerlo, para evitar que siga matando.- Se terminó su café e iba en busca de su chaqueta.

 

-Oye.- Llamó la atención de la mujer.- ¿Por qué dices eso, acaso te estás dando por vencida?- Frunció aún más su característico ceño.

 

-¿Qué? No, no es eso, es que estoy cansada y al ver esa pared casi vacía, pues me desanima un poco.

 

-Más te vale que eso sea. Sabes perfectamente lo que pienso de los pesimistas.- Trató de sonar lo más comprensivo que pudo, aunque el tacto no era exactamente su fuerte.- Tú eres la mejor policía que he conocido nunca, no sólo te lo digo por hacerte sentir mejor, es la verdad. Desde que ingresaste en la academia demostraste tener el valor, la inteligencia y la fuerza para sobresalir entre estos incestos.- Miró al rededor con una expresión de desdén en su cara al pronunciar la última palabra.- Tú tienes todo lo que se necesita para ponerlo tras la rejas ¿Me escuchaste?

 

-¡Tienes razón! Yo no me doy por vencida, esa no soy yo.- Corrió al él para darle un abrazo que con gusto fue correspondido por el hombre.- ¿Sabes? Cuando te lo propones puedes ser muy buena persona. Eres el mejor hermano que podría desear alguien.- Se aferró más al agarre.

 

-Pues yo pienso que aún eres una mocosa mal criada.- Le provocó un puchero por el sarcasmo.- ¿Ya nos vamos?

 

-Sí.- Se soltó, tomó su chaqueta y una carpeta con un informe a la mitad.

 

-¡AH! Regresa eso a donde estaba. ¿No estarás pensando en llegar a la casa a escribir esa cosa, no? Debes llegar a dormir, estás muy cansada.- Remató cortante.

 

 

Videl sólo obedeció resignada, pero Vegeta tenía razón. Salió de la oficina apagando la luz tras ella.

 

 

-Muchas gracias Gohan.- Ya habían llegado a casa de 18. Se quitó el cinturón de seguridad.

 

-No hay de qué. Cuando quieras yo encantado.- Respondió afable.

 

-Hasta el Lunes.- Con un movimiento fugaz le dio un beso en la mejilla a su compañero, y con la misma velocidad bajó del auto directo a la puerta de su residencia. El pelinegro sólo puso una mano en la mejilla besada y se apenó por el afecto de la chica.

 

 

Gohan iba en la autopista, en dirección a su casa. Ya al estar en ella se bajó del auto, tomó su bata, maletín, los dos recipientes que había llevado esa mañana a la clínica, y una bolsa de comida para mascotas que se detuvo a comprar en el camino.

Su celular sonó y leyó el mensaje.

 

*Hola Gohan, que te parece si nos vemos el Domingo*

 

*Claro, estaré impaciente hasta entonces*- Respondió al mensaje y una sonrisa se dibujó en sus labios.

 

-¡Linux!-Llamó al animal para el que había comprado la bolsa de comida.

 

 

Del cuarto en el que Gohan dormía salió corriendo un zorro de tonos rojos y blancos, con una cola esponjada a igual que el pelaje en su cara, patas de color negro y unos grandes ojos café. Se abalanzó encima a su amo y le lamió toda la cara con total alegría.

 

-¡Mira! Te traje comida, ven.- Se dirigió a la cocina, acompañado del animal. Le sirvió una porción de la bolsa y lo dejó tranquilo comer. Se fue al baño para relajarse.

 

-¿Cómo te fue hoy en el recorrido?- Videl rompió el silencio en el auto, a ambos les gustaba el ruido del silencio, pero le interesaba saber.

 

-Un poco pesado.

 

-¿Por la pierna, verdad?- Se preocupaba.

 

-Sí, pero no es nada, no te preocupes, es sólo un esguince, me recuperaré.

 

-Bueno, pues yo insisto que deberías y a ver a un doctor.- Ya llevaba un mes diciéndoselo.

 

-¡Está bien, ya! ¡Veré a un torpe medico si tanto quieres!- Exclamó ante las insistencias de su hermana.

 

-¡Oye! ¡¿Por qué me gritas?! Yo sólo me preocupo por ti.- Le regresó con el mismo tono al mayor.

 

-Perdón.- Se calmó.- Es que un idiota me estaba mirando esta mañana y eso me enfurece.- Recordó al sujeto que mantenía sus ojos en él en el semáforo.

 

-Jajajajaja ¿Era eso? Pero Vegeta, tú no tienes la culpa de ser tan apuesto. Dime ¿Era atractivo?- La picardía era obvia en sus ojos.

 

-Cállate. No molestes… Y sí, era atractivo ¿Contenta?- Ocultaba su tono rojizo volteando la cabeza  ligeramente a la izquierda.

 

-Aww ¿Me lo presentaras algún día?- Usó un tono burlón.

 

-¡Te dije que te callaras!- Una vena palpitaba en su amplia frente.

 

 

Su pecho subía y bajaba por debajo del agua de la bañera al ritmo de su agitada respiración, mientras su mano derecha se encargaba de tocar cada parte su abdomen y pectorales la izquierda se encargaba de darle placer con, a veces lentos, pero intensos movimientos de vaivén. Tomaba el glande con la palma de la mano y le daba vueltas a ésta provocando que las sensaciones de placer fueran más intensas en esa parte de su sexo.

 

 

Llevó sus dedos de la derecha a su boca y los relamió un rato, recordando lo que había hecho esa mañana con su primer paciente. Los llevó por debajo del agua e introdujo uno de ellos en su entrada, lentamente fue simulando estocadas mientras que movía su cadera hacia arriba para seguir con la masturbación.

 

 

Pasado un rato comenzó a sudar, provocando que la sensación de excitación aumentara tanto en su exterior como en su interior. En su mente se paseaban los frescos recuerdos de gemidos de uno de cabellos alborotados.

 

 

No faltaba demasiado para el clímax por lo que aumentó las estocas a dos dedos que él mismo se proporcionaba y los movimientos de arriba a abajo en su miembro ya enrojecido. Sentía un cosquilleo que, a la par con el agua caliente, lo enloquecían de sobremanera.

 

 

 

Llegó al punto donde la eyaculación se hizo presente, su esencia se esparció por todo su abdomen, llegando a su rostro, rápidamente se le vino a la mente la escena en que su semilla se esparció  que por todo su cuerpo y los dedos húmedos en su interior se asemejaban al momento en que el azabache se liberó dentro de él.

 

 

Su respiración se niveló y volvió a orientarse. Se quedó en la tina otro rato pensando en lo que haría todo el fin de semana libre que tenía, el sueño le ganaba tanto que casi se ahoga allí mismo.

 

-*Cog *Cog “Será mejor que me valla a dormir”.- No lo pensó dos veces, pero al momento de salir de la tina un frío abrazador se hizo presente en su cuerpo, olvido cerrar la ventana por lo que la brisa logró entrar y enfriar toda la habitación. Se puso rápido una toalla y salió casi corriendo.

 

 

Al cerrar la puerta tras él vio que Linux también se dirigía a la habitación a dormir en su cama como la hacía casi todas las noches, cosa que a él no le importaba y le agradaba.

 

 

-Buenas noches, papá.- Un joven se despedía de su padre al borde de  las escaleras para irse a dormir.

 

-Hasta mañana, Goten.- Le respondió de igual manera a su hijo.

 

-Buenas noches, mamá.- Se despidió también de su madre.

 

-Hasta mañana hijo, recuerda que mañana tienes Universidad por la mañana, tienes que levantarte muy temprano.- Era el clásico tono amoroso y estricto de una madre a su hijo.

 

-Sí, no me lo recuerdes. Los quiero.-

 

-Nosotros también.-Respondieron al unísono.

 

 

El divorcio de Goku y Milk ya era un hecho, ya estaba todo listo para hacerlo oficial, Goten ya lo sabía y eso lo afectó un poco al principio, pero con los días pudo asimilar todo y preguntarles el porqué de la separación. El amor entre ellos ya se había acabado, pero la principal razón era que Goku era homosexual y no se lo había contado a nadie. Milk se aterró un poco, pero supo sobrellevarlo, al igual que Goten, él también aceptó a su padre tal y como era por lo que le dio todo el apoyo, y como no hacerlo, después de todo es su padre. En cuanto a Milk, ellos quedaron como buenos amigos, pero era necesario que cada uno hiciera su vida por su lado.

 

 

-Hasta mañana Vegeta.- Se despedía Videl del nombrado.

 

-Buenas noches.

 

 

Ya cuando su hermana estaba dormida, él aprovechaba para salir a dar unas vueltas al vecindario en bici sin que ella se diera cuenta.

 

 

Cada vez que empujaba el pedal izquierdo hacia adelante sentía su pierna retorcerse y arder, pero no podía parar ahí, quería llegar a límite de sus capacidades, pero el dolor ya se hacía abrumador. Iría al médico de una vez por todas como tantas veces se lo insistía su hermana menor.

 

 

 

Continuara…….

Notas finales:

Reviews? ¬u¬


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