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Por mi mismo por elis

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Notas del fanfic:

ADVERTENCIA: Esta ambientada en la Segunda Guerra Mundial, no se si todos los datos que ponga son verídicos. Mi intento de desearle un Feliz Cumpleaños a MinSeok...así que nada...espero que les guste :3

Notas del capitulo: Hola! Pues se supone que esto lo iba a publicar ayer...pero pus no se pudo :v

1-Este fic es para decearle un feliz cumpleaños a MinSeok...así que...FELIZ CUMPLEA—OS MI BOLLO HERMOSO!!! Se que nunca leerás esto...pero retos modos quiero desesrte un feliz cumpleaños!

2-Esto que escribí salio de una idea amorfa que tuve mientras veía por segunda vez Batman vs Superman ...así que esta medio fumado :v

3-Me dio un poco de flojera buscar los hechos históricos que menciono así que no recuerdo muy bien si van en ese orden.

4-FELIZ CUMOLEA—OS ATRASADO BOLLO :'3

5-Perdón si no le entienden.

FINAL ABIERTO!!!!!

Y sha...disfruten xD
"Puedes ser todo lo que espera el mundo...o puedes ser absolutamente nada...Tu no le debes nada al mundo."

Xiumin. Cinco letras que formaban la palabra que era su nombre. Su nombre real.

Algunos lo pueden confundir con el señor de las montañas o algún hechicero de los años del oscurantismo. Xiumin había vivido por miles de siglos siendo "maldecido" o "bendecido" con el don de congelar sus células. En si él podía congelar cualquier cosa y su madre le había enseñado a congelar sus células para evitar la vejes y gracias a ello se podía considerar inmortal.

La persona más afortunada y desdichada de todo el planeta.

No solo por estar solo y ver como las delgadas y finas vidas que lo rodeaban se marchitaban poco a poco dejando de existir.

Sus padres y familiares fallecieron poco después de que el naciera, quizás un par de siglos después. Los humanos los denominaban vampiros acusándolos de chupa sangre o hechiceros. Los mataron en la hoguera o estacas en el corazón.

Podían tener la vida eterna pero no podían evitar el enfermarse o ser acecinados. En aquel entonces su "especie" por así decirlo, tenía un trato con los humanos. Ninguno de los dos se lastimaría.

Lástima que los humanos olvidan sus costumbres y promesas. Xiumin pensaba que era seres vacíos, simples recipientes.

El, al ser el único sobreviviente se ocultó de todo lo que le parecía familiar.

Nació con la primera brisa de primavera en una Roma recién construida, expandiendo su territorio segundo a segundo. Escuchando las historias sobre Rómulo y Remo. Viendo a los ciudadanos venerarlos y respetarlos. Xiumin era feliz.

Vivió el inicio de la fe cristiana, la caída de Constantinopla, y como su gran hogar se desmoronaba poco a poco. Las cruzadas, la matanza da de miles de personas que no creían en la iglesia, miles de injusticias y violaciones.

Xiumin se sentía humano, se sentía sucio.

Y ahora ahí se encontraba...gracias a sus conocimientos y su falta de fe a creer en algo, termino trabajando en un campo de concentración judía. Era uno de los doctores, si era de esas mierdas que experimentaba con el cuerpo humano de los "imperfectos"

Se sentía sucio, estaba enfrente de miles de nuevos miembros del campo. Todos eran ganado para el matadero. No quería ni imaginar como terminaría la mayoría de ellos.

Según sus cuentas llevaba ya casi once meses trabajando en ese lugar. Se encontraba en Alemania a términos de la Gran Guerra y la gran depresión del país logró hacer que el corazón sintiera un poco de pena por un país que había sido mal encaminado. Se quedo en Berlín para ver como el nuevo partido Nazi depositaba esperanza en los ciudadanos. Le daba gracia así que decidió ver como la humanidad se destruía poco a poco ella misma. Aunque le dolió un poco el ver como quemaban muchos de los libros que habían acompañado su soledad durante las tardes.

Para aquel momento de su vida sabia hablar casi a la perfección muchos de los idiomas con sus modificaciones a lo largo de la historia.

Suspiro. Su ayudante más "cercano" Xi LuHan había viajado a una conferencia tomando su lugar ya que Xiumin tenía mucho trabajo.

En ese lugar era llamado Kim MinSeok, según sus documentos era de origen Coreano pero termino viviendo un par de años en Japón y después se mudo a Alemania.

Vio a todos formados con sus vestimentas de rayas. En alguna ocasión el había tenido que llevar a esas personas a las cámaras de gases. No le causaba dolor el ver como las vidas de esas personas se desvanecidas en sus propias manos...de hecho sentía un poco de satisfacción al saber que el los había llevado a su fin.

Venganza.

Lugo vio que era más divertido el torturarlos hasta que ya no sintieran dolor.

Todos los rostros que veía le parecían iguales. Poso sus ojos por cada uno de ellos hasta que uno en particular resalto. Era definitivamente asiático, con sus rasgos bien marcados, pero lo que más noto Xiumin fue el rastro donde antes seguramente se encontraba una sonrisa muy segura y genuina ahora solo estaba serrada y sus ojos expresaban el dolor que ya había sufrido.

Y Xiumin después de tantos siglos sintió un sentimiento que sólo podía recordar por leer...La tristeza inundo todo su ser. Y sin siquiera darse cuenta se acercó poco a poco a aquel enigmático individuo.

Repaso cada parte de su rostro para así jamás olvidarlo. Era simplemente perfecto; labios gatunos, cabello negro, nariz pequeña y ojos delgados. Al bajar un poco su vista pudo notar que el símbolo que lo marcaba no era de un judío sino de un homosexual. Y deseo que aquel muchacho terminara en la cámara de gases y no en su consultorio para morir en sus manos.

Si...se sentía un monstruo pero aun le tenía mucho despreció a los seres humanos como para perdonarlos.

Xiumin pudo ver las ojeras que estaban posadas como bolsas negras debajo de los perfectos ojos de aquel muchacho. Y Xiumin quizo llorar...

-Quiero a este primero.- lo dijo con un tono seguro y prepotente.

-Pero señor...tienen que ser todos juntos.- uno de los oficiales reclamo.

-Quiero a este.- sentenció Xiumin señalando con el dedo al muchacho de labios gatunos. El oficial estaba apunto de replicar pero al notar la mirada de Xiumin sobre el dejo que el de mayor rango tomara la responsabilidad.

Xiumin aparto la mirada y se concentró en el muchacho.

Este con la mirada baja siguió a Xiumin hasta el pequeño despacho de este. Decir que estaba nervioso era poco...hace poco más de un mes que lo habían trasladado a ese Campo de concentración. A el lo habían asignado para aventar varios de los cuerpos de los demás a las fosas. No había comido bien desde hace mucho y sentía como la tierra ya era parte de su piel. Todas las noches lloraba, lloraba porque lo habían separado de todas aquellas personas que amaba y quería, porque ya no se sentía vivo, y cada día para el era como el infierno. Ni siquiera podía describir con palabras todo el dolor que se cargaba en su pequeño cuerpo.

El despacho era apenas de unos 5x2 metros y solo tenía lo indispensable para que Xiumin sintiera que era un poco suyo.

-Bien...siéntate.- Xiumin le ofreció el asiento que se encontraba enfrente de su escritorio.

El muchacho lo vio con desconfianza pero al final se sentó.

-Preséntate.- Parecía una orden pero en realidad no quería que sonara así. La verdad es que hace mucho tiempo que no trataba a la gente con gentileza.

-Mi...nombre es...Kim JongDae...- bajo su mirada como si estuviera avergonzando de su nombre.

-JongDae...- susurro Xiumin disfrutando de decir el nombre.

-Si señor....- Asintió frenético JongDae.

-No tienes que ser tan formal JongDae...- casi susurro Xiumin.- Mi nombre es...Kim MinSeok. Tranquilo...solo quiero escuchar tu historia.-

JongDae le contó su historia de como había terminado en Alemania y MinSeok lo escucho en silencio. En varias ocaciones JongDae soltaba un suspiro de frustración por querer cambiar alguna cosa de su pasado. Mientras que Xiumin sentía como corazón comenzaba a latir no solo para llevar sangre a sus órganos sino por el hecho de que ahora todo el coraje que sentía por las personas que mataron a su familia se estaba dirigiendo a todas las personas que habían lastimado aunque fuera un poco a Kim JongDae y realmente no sabia como actuar con aquellos sentimientos. Se sentía extraño pero a la vez completo como si el sentido de su vida de nuevo existiera y después de muchos siglos no se sentía ni solo ni sucio.

-Sabes...JongDae...te contare un secreto mío.- Xiumin tomo la mano de el menor de los dos y la coloco donde se encontraba su corazón. Los ojos de JongDae se abrieron sorprendidos al ver que ningún latido se podía sentir.

-Pero...como es posible?- preguntó aun en shock.

-Es tan débil que es casi imperceptible....- y Xiumin comenzó a llorar.

Todas las lagrimas que soltaba dejaban libre el pequeño cuerpo del medico. Haber pasado tantos siglos conteniéndose y JongDae tan solo lo abrazo. Aquel doctor era tan frágil y quizás solo quizás sería la única persona que tenía corazón en aquel lugar.

-Estoy roto....JongDae...y siempre lo estaré.-Xiumin se separó de JongDae. Y ambos rostros se encontraban muy cerca.

-Puedes ser todo lo que espera el mundo...o puedes ser absolutamente nada...Tu no le debes nada al mundo.- le dijo JongDae mientas lo abrazaba con fuerza.

Y Xiumin en ese instante se dio cuenta de que ya no existía alguna razón por la cual quédese en ese mundo....y sonrío...había conocido un humano...un humano con corazón.

Y se dio cuenta de que no le debía nada a ese mundo como el mundo a el. Unas personas le habían arrebatado a su familia pero este mundo no le había quitado nada en cambio el le había quitado mucho a este.

FIN

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