Central, la milicia estaba sumida en la tranquilidad, no se habían escuchado atentados en contra de algún alquimista estatal, al parecer ese tal "cicatriz" había cesado en sus ataques, ¿porque? Y eso a quien le importa, brindaba un poco de paz, eso era lo que importaba, pero esa paz no todos los militares la disfrutaban, o no, el General de Brigada Mustang Roy estaba más que desesperado, ese siencio lo mataba, se jaló el azabache cabello con ansia, dio vueltas en su gran silla cubierta de cuero color marrón, hizo aviones de papel y los lanzo hasta la puerta para que chocasen en ella, ¡¡ni siquiera estaba la primer Teniente Hawkeye para apuntarle con su pistola!! ¿Que acaso todo el mundo se había tomado el dia libre? Impulsandose en su silla, chocó con el borde de una de las ventanas de su oficina asomandose en esta admirando los grandes patios de central y observó como Black Hayate corria mientras jugaba con una mariposa tratando de alzanzarla o en su defecto darle un manotazo con su pata, el General se quedó embelasado mirando al cachorro hasta que un sonido sordo lo sacó de su ensimismamiento
-Ese sonido..-sonrio zorrunamente mientras achicaba la mirada, oh si, el dia empeaba a mejorar-
La visita fue bastante mal educada, pateó la puerta con ganas de destrozarla más solo la derribo, que ya era un logro, un mechoncito dorado resalto de entre el polvo que levanto la pueta al caer
-¡General de Brigada Bastardo MUSTANG ROY!-grito la visita-
-¡Fullmetal! ¡Es la quinta puerta este mes!-gritó el pelinegro fingiendo enojo-
Y en cámara lenta, el alquimista estatal Edward Elric tomó un sobre de color amarillo que guardaba dentro de su inseparable gabardina roja y con una exacta puntería, que hasta Hawkeye envidiaría lanzó el sobre al rostro del General-
-¡Lee esto bastardo y luego me das mi renuncia para que la firme!-se sentó en el sofa de la oficina del pelinegro-
-¿¡T-tu que?! ¿¡Renuncia?!-rápidamente deshizo el sobre amarillo dejando una hoja blanca al descubierto la leyó con presura, ¿porque Fullmetal quería su renuncia? ¿Se casaría? ¡NO! La leyó mas lentamente, esperen, era un certificado médico, ¿se habrá enfermado? Leyó con mas calma, jamás descuidaría a sus subordinados mucho menos a Acero el era su pa...pa...pa...¡Preciado Subordinado!, ¡si eso! Sus ojos rasgados se abrieron a mas no poder, releeyo la carta, 1, 2, 3... 6 veces
-¿Que significa esto Acero?-lo miro incrédulo y más pálido de lo normal-
-Un certificado médico-se volteo sonrojado-
-¡Eso ya lo se! Pe-pero aquí dice que tu...tu...tu estas-las palabras se atoraron en su garganta-
-¡Si Mustang! ¡Vas a ser padre! ¡Estoy encinta! ¡Embarazado!-soltó Edward con la cara mas roja que un semaforo y con su peculiar personalidad-
-Interrumpimos...-soltó el Teniente Havoc, Breda, Falman y Fuery que habían entrado sin tocar ya que pues..., la puerta esta derrumbada-
-Ay no...-solto frustrado el alquimista al escuchar las voces de sus compañeros-
-Seré papá, seré papá... Jajaja-rio Roy-padre yo... ¿Yo? ¿Te imaginas Ed?-sonrio-
-Ya se volvio loco-soltó Edward-
-Me acosté con tantas mujeres...-¡OE! se escucho por parte del rubio más Roy lo ignoro-y tú.. El que no creí me sale con esto-se derrumbo en su silla-padre
-Si no quieres hacerte cargo no te necesitamos-dijo el rubio dolido por la reacción del padre de su hijo-
-Ten Edward-le extendió su hoja de Renuncia Voluntaria a la milicia con el puesto de alquimista estatal-
Edward tomó la hoja de mala manera y comenzó a leerla, mientras Ed lo hacia Roy buscó en el primer cajón de su escritorio un objeto, los 4 subordinados los miraban expectantes
-Parece novela-soltó Falman-
-¿Se casaran?-le siguio Breda-
-Ay siiii-solto Fuery sonriendo-
¡Callense quiero escuchar!-susurro/grito Havoc mirando la escena-
-Ya esta firmada y aquí esta mi reloj-dejo el objeto mencionado al igua que la carta de renuncia, estaba por irse más una mano lo detuvo, lo jalo hacia si haciendo que topara en el pecho cálido y amplio de Roy, el pelinegro depósito un beso en la mejilla del rubio
-Edward Elric...-le susurro al oido y con lentitud lo separó de el-
-¿Q-que?-soltó el mencionado-
-¿Te casarías conmigo?-sonrio Roy besando la mano del ex-alquimista donde ya se encontraba un anillo dorado como los ojos de Ed con un brilante mediano-
-Idiota..-se mordio el labio inferior-¡Claro que si!-y sin hacerse del rogar beso al General-
-Ay pero que tiernoooo-soltaron los 4 subordinados al mismo tiempo y al mismo tiempo se crisparon al escuchar el tan temible chasquido y un rayo yendo en su dirección, si querían ir a la boda de Roy debían huir... ¡YA!
THE END!