Ya mas tarde, despues de un viaje igual de incipido el llamativo auto era estacionado en la parte trasera del “Shade”, Iori bajo del auto indicandole a Kyo que hiciera lo mismo, cargo aquel paquete y entro por una puerta lateral seguido del chico apiñonado, la música se retumbaba en todo el lugar, aunque comenzaba la semana se sentía un gran ambiente, en el frente se encontraba el ya conocido atascamiento de chicos al igual que en el día anterior y que todos los dias, el pasillo por el que Kyo seguia a Yagami parecía hacerse cada vez mas largo y a su paso varios ya le habían dado la bienvenida al pelirrojo, el cual ni por broma daba respuesta alguna, comenzaron a subir unas escaleras y cuando llegaron a su destino por asociación de recuerdos Kyo lo ubico como el tercer nivel del lugar.
- Así que si eras tu... - recordó la figura recargada en el cristal.
- ¿Que dices?
- Nada - sacudio sus pensamientos - ¿No se supone que este apartado era solo para el dueño?... ¿tu lo eres?
- ¿Tu que crees? - le extendió un vaso con un liquido cristalino.
- Supongo que si - sorbió un poco – Gracias - fue hasta entonces que presto atencion en el lugar donde se encontraban, casi no había muebles, una mesilla, el bar con 2 bancos y un sofá haciendo esquina, todo lo demás eran almohadones y un colchón al nivel del piso, se encontraba casi en penumbras alumbrado solo por la luz que se colaba desde la pista, Iori yacía tendido en el montón de cojines, tenia los ojos cerrados y parecía disfrutar la bebida o el momento... como averiguarlo - ¿Por que haces esto Yagami?
- ¿A que te refieres?
- A todo, no tomar en serio mi reto, llevarme a aquel lugar y luego traerme aquí... darme esto de beber - lo cual esta realmente delicioso, pensó - ¿Por que?
- Yo no te obligue - de cierta forma era verdad, pero esa respuesta no le bastaba.
Kusanagi se asomo por el cristal, el lugar estaba lleno un poco menos que el día anterior, sorbio su bebida, estaba seguro de que se trataba del vino mas delicioso que jamas había degustado, ni siquiera igualaba a alguno de los que le había probado a Benimaru, tan concentrado estaba en disfrutar de aquel elixir que no sintió a Iori moverse de un lado a otro de la habitación hasta que escucho un muy fino sonido, se trataba del crujir de unos seguros, Iori había sacado de aquel gran paquete una distinguida guitarra eléctrica.
- ¿¡Eso fue lo que trataste en aquel horrible lugar!? - no pudo evitar soltar una alegre carcajada, la cual no le hizo ninguna gracia a Yagami quien lo vio con ojos de hielo - ¡No lo puedo creer! y yo que pensé que andabas metido en drogas – decia entre sinceras risas.
- Sabes ignorante – refuto el ofendido - No solo se trafica con drogas - hubo silencio de repente, Kyo agacho la mirada.
- Entonces… ¿esa guitarra es...?
- ¿Tráfico?… ¿Ilegal?... si – estaba serio - Solo mirala… ¿acaso no es preciosa?, ¡es perfecta!, después de los automóviles las guitarras son lo mejor. – comento emocionado.
- Si tu lo dices – le vio extrañado, pareciera que el pelirrojo se abria con grata sinceridad para con él.
- … - una estruendosa carcajada, extrañamente y para sorpresa de Kyo, Iori por fin reía sin recelo - Vaya que eres tonto Kusanagi ¡por supuesto que son lo mejor!
- Quien lo hubiera imaginado... estoy aquí contigo, compartiendo un vino delicioso y hablando de lo que te gusta... me agrada - sonrío.
- No te acostumbres Kusanagi, pronto terminara y morirás.
- ¿Eh? - Iori comenzó a probar su nueva adquisicion, se privo ante la presencia de su enemigo - Oh, vaya, entiendo... el combate al que te rete... ¡soy un idiota! – pensó, dio media vuelta, camino hasta el ventanal, clavo su vista en un punto indefinido.
- Vaya, si hubiera querido matarte por la espalda ya lo hubiera hecho - escucho Kyo cerca de su oído - ¿En que pensabas? ni siquiera has sentido a tu futuro asesino acercarse - apunto estuvo Kyo de responder cuando un fuerte brazo le rodeo por la espalda, su garganta quedo aprisionada por la fuerte mano de Iori - Quedate aquí, no quiero perderte – le susurró el pelirrojo Kyo se estremeció al máximo - Regreso en un rato… espera por mi – le solto, escucho los pasos rumbo a la salida – aqui nadie entra si no lo permito, estate tranquilo – el sonido de una puerta al cerrarse.
La sangre seguía detenida, por un instante Kyo se sintió sin vida, ¿que significado debia darle a lo dicho? “No quiero perderte” resonaba una y otra vez en su mente, afuera se escuchaba al mismo presentador anunciando al grupo, durante todo el numero Kyo se quedo donde petrificado por las palabras y el agarre le habia dejado su enemigo, admirandolo no entendia el por que no encontraba explicacion a cada uno de los eventos vividos esa noche. Cuando el espectáculo termino, tambien observo como una chica se enredaba a Yagami que le besaba deshinividamente, se sintió extraño, pero aquellas palabras lo tranquilizaban... después de todo y para fines ocultos Iori no quería perderlo.
Poco después, el seguro se escuchaba al abrir y la voz de Yagami resonó en el pasillo.
- Hoy no puede ser, ya tengo un compromiso.
- Pero cariño, te estoy esperando desde hace días.
- Lo se pero ¡hoy no!. - el pelirrojo entro de golpe y cerro la puerta tras de si, se agitaba el cabello mientras depositaba la guitarra en su estuche - ¿La escuchaste?... ¡Es increíble!
- No es la guitarra... si no tu... tu eres increíblemente bueno.
- ¿...? - aunque Kyo sentía la mirada penetrante de Iori, no pudo apreciarla pues los mechones rojos ocultaban los preciosos ojos color fuego - ¿Halagos para salvar tu vida, Kusanagi?
- No... - todo lo que había logrado sentir gracias al “no quiero perderte” se colapso al escuchar la pregunta del pelirrojo.
- En fin... es hora de irnos... no quiero esperar mas para poder disfrutar de tu sangre entre mis manos.
Bajaron las escaleras, Kyo llevaba un paso cansado, casi decepcionado, ¿que era todo eso?, después de haberse emocionado, ahora se dirigía a una muerte segura, no tenia ánimos de pelear.. no después de todo eso. En el auto, no se escuchaba otro ruido mas que la estática que emitía la radio sin programación a las 3:30 a.m., Kyo comenzaba a sentir el efecto del sueño en sus párpados, casi había olvidado que tendría que levantarse temprano para ir a la escuela... claro si es que sobrevivía a lo que estaba a punto de enfrentar, se volvió para ver a Yagami, lucia fresco como si nunca en la vida necesitara descansar, su mirada se perdía en el camino y sus manos sujetaban firmemente el volante, otra vez Kyo se volvía a la ventana mientras bostezaba.
- ¿A que hora entras al colegio?
- ¿Como?
- Ya es muy tarde para un combate, mañana tienes escuela ¿no es cierto?
- Si, así es.
- O.K. dejemos esto de la pelea para otro día.
- Pero... - Iori había sacado unos cigarrillos y ya encendía uno, mientras le ofrecía otro al chico de ojos avellana.
- No hay mas de que hablar.
Los cigarros se consumieron juntos, mientras Iori llevaba el control del auto, Kyo llevaba el control de su respiración al entrar en un profundo sueño... acurrucado en el asiento de piel negra.
- No... hoy no vas a morir... al menos por hoy... no voy a perderte Kusanagi Kyo. - sonrisa.
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