Kougyoku sabía que no tendría nada fácil en la vida, que por el simple hecho de ser el hijo de una concubina, seria menospreciado en el propio palacio, aún, si fuese el hijo del actual emperador de Kou.
Ren Kougyoku, quinto príncipe del gran Imperio Kou, hijo de su real alteza, el Emperador Ren Koutoku.
Un nombre que le daba un pequeño lugar en la realeza. Podía ser peor, si que podía.. Se imaginó a si mismo como una más de las tantas princesas. Sufrió un escalofrió que le bajo la presión por unos instantes. No, no podría vivir así, su vida sería un auténtico infierno y sus hermanas le tratarían como si fuese un ser despreciable y fuera de lugar -si, peor de lo que le trataban ahora- Apenas podía con que Kouri no le mirase..
Bufó, haciendo volar por unos segundos un mechón de su cabello largo. Ka Koubun disimuló una tos y luego se le acercó, con esa expresión en el rostro que tanto conocía y con un brillo de advertencia en los ocelos dorados. Ka Koubun podía ser un poco molesto si se lo proponía, sin embargo, Kougyoku le recordaba como el primero de pocos en ese palacio que le extendió la mano para mostrarle el camino de un futuro brillante y digno de un príncipe. Gracias a él es que ya no estaba encerrado destruyendo muñecas entre las paredes de una habitación oscura.
— Príncipe, debe comportarse, ese tipo de expresiones no son bien vistas en alguien de la realeza y.. –un par de sirvientas le reverenciaron al verle pasar.
Las vio apresurar el paso y cuchichear entre ellas, parecían felices, tan animadas, tan amistosas. De seguro eran amigas. Amigas. Amistades. Deseaba volver a Sindria, junto a Ali Baba-kun y a los amigos que había dejado en ese reino. Les extrañaba ¿Ellos le extrañarían a él?
— ¿Esta escuchándome príncipe Kougyoku? –dobló por el pasillo de la izquierda que le llevaría a los jardines. Si recordaba bien, el otoño todavía no llegaba con fuerza y quedaban flores suficientes como para hacer un par de coronas con ellas- ¡¿Príncipe Kougyoku?! ¡Príncipe Kou..!
— Te estoy escuchando Ka Koubun, te estoy escuchando
— ¿Podría decirme hacia donde se dirige? Espero que no vaya a decirme que va en dirección a los jardines, en media hora tiene que presentarse a una reunión con su alteza el príncipe Kouen
— Lo siento Ka Koubun, será solo unos minutos, llegare a tiempo a la reunión con mi hermano
Y ciertamente no habría tardado mucho de no ser porque se había encontrado al par que de ahora en adelante sería el mayor de sus problemas.. besándose. En el jardín. Judar y Hakuryuu. Los dos. Comiéndose a besos.
¿Esos dos.. desde cuando..?
Kougyoku abrió la boca y la cerro unos diez veces, sin saber que hacer ni que pensar con exactitud, Sabía que Judar tenía cierto apego por su primo pero no se imaginaba que fuese a tal grado. tampoco, se imaginaba que su primo pudiese corresponderle.
Kougyoku enrojeció. Incapaz de interrumpir la escena.
En el futuro, no sabría cómo es que había terminado involucrado en la relación amorosa de esos dos.