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Noche de Luna por Kuroyami Mirai

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Notas del capitulo:

Hola!!!! Shizashiburi mina-san!!! Estoy de vuelta, he revivido de entre los muertos y créanme, es un placer, porque ya los extrañaba demasiado. A pesar de que mi amiga Roxy les dejó un mensaje para que supieran por qué estaba ausente, me sentía muy preocupada. Me preguntaba si me estaban esperando, si estaban decepcionados, si me habían olvidado. Me estaba muriendo por escribir!!!! Pero no me dejaban, mi familia me lo prohibió hasta que estuviera completamente recuperada.

Pero aquí estoy!! Ahahaha…. Lista para actualizar y joderlos con mis morbosas historias Jejeje…

Se siente bien estar de vuelta, de verdad. Aún estoy en cama, pero como me han dado de alta y con la condición de que no puedo abusar, mis padres me han dejado escribir una vez más. Así que vuelvo recargada y con las pilas puestas.

Bueno, antes de seguir con la historia, quiero darles un enorme agradecimiento a las lindas personitas que me dieron ánimos y me enviaron bellas palabras para que me recuperara de mi accidente. Sinceramente creo que es por ellos que ahora me siento tan activa y animada. En las notas del final haré los agradecimientos oficiales, por ahora sólo dejaré que lean, que ya ha pasado mucho tiempo.

PD: Haré lo mismo en mis otras novelas, así que, al igual que hizo Roxy, copiaré este mensaje ;)

 

Sasuke suspiró cansado; durante toda la semana temió por la reacción de Naruto, pero una vez más el rubio lo sorprendía con facilidad, demostrándole que era fuerte, que era la digna pareja de un alfa. Él también se sentía preocupado ante lo que podía suceder en aquel nido de víboras llamado Consejo. Su parte lobo estaba inquieta y gruñía sólo de pensar que un desconocido se atreviera a revisar a su pareja y a su cría.

Sasuke no podía dejar de preocuparse aunque no lo demostraba en sus serias facciones, aun así, tenía toda su fe puesta en que el alfa de los gatos monteses entrara en razón sin tener que llegar a dichos extremos. Era un asunto demasiado íntimo como para que fuese expuesto ante todos, como si Naruto fuese alguna atracción de circo.

Itachi se ofreció a recoger el desorden de la mesa, dejando que Naruto llevara a su apesadumbrada pareja a la habitación que compartían.

Apenas cerrar la puerta tras ellos, Sasuke aló el cuerpo más pequeño que el suyo y lo envolvió entre sus brazos, apretando con un poco más de fuerza de la que esperaba, pero era un gesto que necesitaba. Sentir el calor de Naruto, su suave piel y su respiración rápida…- Te amo- susurró contra los labios de duraznos, que entreabiertos, soltaban pequeños suspiros- no dejaré que nadie nos separe.

Un beso siguió a otro, lentos, rápidos, el ritmo cambiaba, pero no el sentimiento. Sasuke afianzó sus manos grandes en la espalda de Naruto, lo hizo caminar de espaldas sin romper el contacto; Naruto simplemente se dejó guiar. Las manos de su lobo eran suaves y cuidadosas; le gustaba la forma en que lo trataba, casi como si fuese de cristal. Aunque eso no lo diría en voz alta, por supuesto.

Sasuke había mandado a alunas hembras de la manada que le trajeran ropa para su cachorro mimado. La camisa azul que ahora llevaba, lo hacía ver muy adorable. Durante toda la cena, a pesar de los pensamientos deprimentes, lo tenía loco la poca piel que se exponía al tener dos de los botones abiertos. Metiendo las manos bajo la suave tela, comenzó a tocar delicadamente los pezones que, descarados, se erguían para tener un poco de contacto.

-Te deseo- jadeó más que hablar, respirando entrecortadamente al ver su reflejo en los ojos azules que lo miraban con detenimiento.

Naruto asintió, sus mejillas se habían vuelto rojas y sus labios eran una línea irregular. Estaba preocupado por el futuro, pero más le preocupaba su lívido, que no lo dejaba en paz. Deseaba sentir a Sasuke; no suave, ni delicado; quería sentirlo con fuerza- hazme el amor, Sasuke- pidió por lo bajo, apretando la playera del moreno en dos puños- haz que esta noche no pueda soñar con nadie más.

Sasuke soltó una risita, sin sonido, sin amplitud, pero era de satisfacción, de la más pura que hay. Complació el pedido. En poco tiempo había descubierto que le gustaba lo exigente que era su gatito en la cama. Toda esa piel suave color canela era suya, de nadie más, y sólo tenía que descubrirla prenda a prenda.

Despacio, ambos se desnudaron uno al otro. Naruto, aún con sus mejillas arreboladas, desprendió despacio la camisa de Sasuke y su cinturón. Por otra parte, el lobo sacó sus ropas con movimientos desesperados y toscos. Tenían hambre de ellos mismos, una que no se podía saciar en una sola noche. Entre toques pasados de tono y palabras sucias más que dulces, Sasuke quería ver a su minino retorcerse de placer entre las sábanas de su cama.

No había necesidad de un convencimiento previo, ni de palabras amorosas que alentaran el acto. Sasuke agarró al rubio por la cintura y lo levantó sin mucha dificultad, dejándolo acostado en la cama con las piernas abiertas. Los áureos cabellos se dispersaron sobre la almohada, dándole el aspecto de un sol. En un comienzo tenía planeado devorarlo al instante, pero después de semejante vista, Sasuke no pudo hacer otra cosa más que observarlo y sentirse inmensamente satisfecho.

-Eres tan hermoso- admitió, acerándose al rostro del menor, pero no para besarlo, sino para sentir ese aroma tan delicioso más de cerca. Se acomodó entre sus piernas y aspiró con fuerza la zona del cuello, embriagándose con la perfecta mezcla entre el olor suave de vainilla y su olor de lobo, que descaradamente se fundía en el cuerpo de Naruto.

-Eres tan pervertido- admitió Naruto, sacando a flote una risita de niño travieso. Quiso enterrar los dedos entre el cabello azabache de Sasuke, pero sus manos fueron sujetadas y enterradas con fuerza sobre el colchón, su propio cuerpo se hundió cuando el moreno se presionó contra él. No pudo evitar un sonoro gemido cuando su miembro se presionó entre su vientre y el miembro de Sasuke.

-Eso para que no olvides- susurró contra el oído, lamiendo la zona con extremada lascivia- cuan pervertido puedo ser.

Sasuke comenzó a moverse arriba y abajo, restregando su hombría contra la de Naruto y saciándose con los hermosos y provocadores sonidos que soltaba el gatito. Dejó el agarre en una de las muñecas y bajó su mano por el pecho del minino hasta el vientre, acariciándolo despacio descendió por los muslos y presionó los globos del trasero. Sonrió ante el nuevo gemido de Naruto.

-No veo la hora de enterrarme aquí- respiró con fuerza y movió de nuevo su cadera mientras tanteaba con su dedo medio en el tierno botón rosa de la entrada al delirio.

Naruto se estremeció. Sus piernas se estiraron y se volvieron a encoger, enredándose en la cintura del moreno. Sasuke aprovechó la apertura de sus labios para besarlo con pasión; lengua, dientes, milímetros para llegar a la garganta, todo confabulándose para hacer arder a la joven pareja. Sasuke quería devorar a su gatito y Naruto quería ser devorado por su lobo.

En un gesto algo desesperado, Naruto hizo más presión en el abrazo de sus piernas sobre la cintura de Sasuke y envolvió sus delgados brazos alrededor de la nuca. Tenía los ojos fuertemente cerrados, pero intuía qué era lo que se avecinaba. Sintió que el cuerpo del moreno se tensó bajo su agarre, lo sintió moverse aún sin dejar de besarlo y lo próximo que sintió fue la demencia de sus sentidos.

Sasuke se empujó hacia adentro de un solo golpe, entrando con un poco de esfuerzo, pero se sintió tan malditamente excitado que no pudo evitar una sonrisa y un jadeo. Naruto lo apretaba exquisitamente, su interior era caliente como el infierno y lo asfixiaba, pero joder, que bien se sentía.

Naruto dejó escapar algunos gemidos interrumpidos por los besos de Sasuke. Sentía su gran hombría en lo más profundo de su ser, su esfínter estaba tenso y sus caderas dolían un poco, pero eso era bueno, muy bueno; de esa forma podía sentir a Sasuke, lo tenía tan cerca como quería, el dolor le recordaba que tenía un dueño y que éste lo llevaría a tocar el cielo con la punta de los dedos.

El lobo se movió despacio, meciéndose hacia el cuerpo más pequeño, adelante y atrás, entrando y saliendo hasta que se volvió más cómodo. Naruto ya no gimoteaba de dolor, ahora jadeaba de placer. Su entrada ya no estaba tensa, su interior lo recibía con gusto una y otra vez.

El blondo sentía mucho calor, casi podía jurar que la aldea entera escucharía sus gemidos si seguía así, pero a esas alturas poco le importaba si estaban mirando por las ventanas. Aún no era suficiente, necesitaba más, necesitaba sentirlo más, a Sasuke, a su deseo desbocado.

-No es… suficiente.- Naruto abrió los ojos, creyendo que Sasuke le había leído la mente, pero no, era su propio pensamiento. Sasuke lo necesitaba tanto como él.

Sasuke lo miró a los ojos cuando dejó de apoyarse en el colchón con los antebrazos para erguirse apoyado con las manos. Amaba ver la gama de expresiones que hacía su gatito entre cada arremetida, con cada centímetro que su pene se movía en ese cálido interior. Sabía que era un pervertido morboso por sentirse así con solo ver a su minino tan entregado, pero no podía evitarlo, ni quería.

Podría hacer un video de eso y se vendría sin tocarse cuando viera el rostro tan acalorado de Naruto en su viejo televisor.

En ese momento Sasuke recordó lo que le había dicho Deidara: el sexo duro no era un problema para Naruto y su estado, al contrario, era recomendado para que el cachorro creciera fuerte, ya que los fluidos que se compartían ayudaban al balance hormonal del padre gestante…, o algo así, para esas horas poco le importaba la explicación científica que le dio Deidara, lo único que le importaba era que su descontrol no traería futuros problemas a Naruto y la cría. Con eso en mente, Sasuke comenzó a mecerse con mayor fuerza.

Naruto no sufriría debido a su poderío porque para eso había nacido. Originalmente los donceles fueron creados para soportar la fuerza de un alfa, y además de eso, podía jurar que el blondo lo disfrutaba.

Ambos estaban envueltos en el límite de la pasión, la prueba de ello eran sus extremidades animales, las cuales habían salido a la luz cuando la excitación se volvió demasiado intensa.

-Agh… Sasuke- el gatito se sentía en la gloria y peor, porque cuando comenzaba a acostumbrarse a la potencia de Sasuke, éste la aumentaba sin ninguna consideración. Intentó no gemir tan fuerte a pesar de esto, Itachi seguía en la cocina. Buscando una base de apoyo, apretó las mantas en dos puños y se mordió los labios.

Mala idea.

Cuando Sasuke descubrió sus intenciones, le dio una embestida tan fuerte que lo hizo chillar a todo pulmón- no contengas la voz- no había sido una petición, era una orden clara. A Sasuke le gustaba escucharlo, le gustaba verlo retorcerse, por eso se volvía más activo cuando Naruto trataba de contenerse, por eso había sido una mala idea.

-¡Espera!- chilló, pero Sasuke no iba a esperar. Agarrando a Naruto por los brazos con una mano y con la otra su trasero, Sasuke cambió de posición. Ahora, con Naruto sentado sobre su regazo y sus lindos bracitos alrededor de su cuello, lo enterró hasta el fondo.- ¡Aghh…! Teme…- había dolido, pero el imbécil de Sasuke sólo se había encendido más con su alarido y no se detuvo; agarró sus caderas y lo levantó para de nuevo enterrarlo… duro.

-Naruto…- jadeó contra su oído- dilo…

Naruto negó enérgicamente con la cabeza- ni hablar… ¡agh!- y de nuevo Sasuke lo había hecho ver estrellas- dije que no… ahh- y otro empujón contra la dura hombría- pulgoso…- Naruto se resistía a la idea, pero Sasuke entraba cada vez con más fuerza. Se mordió el labio inferior con la última embestida y por fin llegó a la conclusión de que tenía que hacerlo, o sino no podría caminar en una semana. Respiró unas tres veces con la nueva arremetida y antes de que la próxima lo golpeara, dijo:- mi lobo.

Sasuke sonrió cuando escuchó la voz ronca de Naruto. Le gustaba que lo llamara de esa forma, tal vez porque así se demostraba a sí mismo que le pertenecía a Naruto y que Naruto le pertenecía a él. Tal vez era algo tonto si se pensaba con calma, pero lo necesitaba.

Ampliando la sonrisa, salió del cuerpo del gatito y lo lanzó al colchón bocabajo, con el pecho pegado a la cama y las caderas levantadas; las tomó con sus grandes manos y entró en el espacio entre ellas de un solo empujón. Se sació con la nueva sensación de asfixia y con el alarido de Naruto antes de comenzar a moverse una vez más.

Naruto mordió la manta que tenía agarrada con los puños. Con esta nueva posición, podía sentir más adentro el pene de Sasuke, golpeándolo en su punto dulce con cada estocada. El sonido sucio que hacían sus cuerpos al unirse lo tenía muy avergonzado y las palabras de Sasuke lo hacían estremecer. Frases como: eres mío, no te dejaré ir, me pones a mil… Y por último: te amo hasta el dolor.

Eso último había sido demasiado. Naruto sintió que su espalda hacía un arco perfecto, que su excitación se contraía y que sus músculos se tensaban. Para cuando recobró el sentido de su cuerpo, ya había experimentado un fortísimo orgasmo y había caído lapso sobre la cama.

Sasuke también estaba a punto. Le dio la vuelta a su pareja, volviendo a la primera posición, y lo besó en los labios mientras se seguía meciendo, pero ahora un poco más despacio, hasta que sintió una corriente eléctrica recorrerle la piel y los huesos. Gruñó de manera gutural cuando inyectó todo su esperma en el interior del áureo.

Sostuvo su cuerpo con los antebrazos cuando terminó, evitando caer sobre Naruto y aplastarlo con su peso. En esa posición, observó de cerca la sonrisa del rubio mientras sus párpados se cerraban lentamente, guardando las pupilas dilatadas y el tierno azul cielo. Otro beso en los labios, mucho más lento y suave, y por fin se dejó caer al lado de su hermosa pareja. Sasuke lo envolvió con los brazos y también se durmió.

 

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Al llegar la mañana, Sasuke fue el primero en despertar, encontrando entre sus brazos a la razón de su vida, muy bien acurrucado contra su pecho. Con extremo cuidado salió de la cama. No sabía si antes del embarazo el gatito tenía el sueño tan pesado, pero ahora le divertía ver lo relajado que éste descansaba.

Sin hacer ruido, salió de la habitación. Deidara le había explicado que un té y galletas saladas era lo mejor para que Naruto no tuviera nauseas en las mañanas. En la cocina encontró a su hermano ya duchado, completamente vestido para su salida del día.

-¿Ya se despertó?- preguntó Itachi mientras endulzaba su café negro.

-No- suspiró cansado Sasuke, mientras trataba de acomodar los mechones de su cabello negro, los que estaban un tanto desordenados por las horas de sueño – además del revolcón de la noche anterior – y ahogaba un bostezo con su mano- todavía duerme, voy a prepararle un té suave. Hoy necesitará estar en la mejor de las condiciones- de repente su ceño se contrajo- tengo un mal presentimiento de todo esto.

Itachi observó desde la mesa cómo su hermano ponía agua a hervir para preparar el desayuno de su pareja. Aún no podía creer que su problemático hermano menor, ahora era todo un hombre de familia…, cuando hace un mes era la rebeldía adolescente personificada.

Ahora Sasuke hacía planes para el futuro, se levantaba temprano y hasta preparaba el té para el padre de su cachorro. El cambio en su actitud lo hizo sonreír; llegado el momento, tenía la seguridad de que la manada quedaría en buenas manos cuando dejara el cargo y se mudara con Deidara.

-El hombre es el padre de Naruto- Itachi trató de darle un punto de vista menos negativo a toda la situación- estoy seguro de que sólo quiere asegurarse de que su hijo está con nosotros por su propia voluntad. Una vez que lo escuche de boca del mismo Naruto, cambiará de idea.

El silbido de la tetera comenzaba a anunciar el hervor del agua, llenando el tenso silencio que había en la cocina. Sasuke puso dos bolsitas de té de manzanilla en una taza, luego vació el agua caliente en el recipiente- eso espero- suspiró, encogiéndose de hombros- un padre no sometería a su hijo a semejante humillación, solo por salir de la duda.

Itachi se levantó de la mesa para alcanzarle a su hermano una bandeja para que colocara allí la taza y el plato de galletas.- Todo saldrá bien- alentó con una media sonrisa- en unos días, todas esta historia no será más que un mal recuerdo.- Se acercó un paso a Sasuke y le puso una mano en el hombro- solo te pido que no muestres tus dudas frente a tu pareja. Sabes que por el embarazo, él se altera fácilmente.

Sasuke tensó la mandíbula- Deidara ya me lo advirtió- dijo antes de salir de la cocina, rumbo a las escaleras y sin voltearse, declaró- el embarazo de un doncel es más complicado que el de una hembra. Sólo espero que el viaje no le haga daño.

Subió por las escaleras. Dejando en la cocina a un Itachi muy serio. Con la práctica que le había dado una semana entera de hacer malabares con el desayuno de Naruto, Sasuke abrió la puerta de la habitación con una mano mientras con la otra sostenía la bandeja. Se acercó a la cama y observó al durmiente minino que comenzaba a abrir los ojos.

-Buenos días- saludó meloso, saturándose con la hermosa vista de Naruto, hundido bajo las mantas con sus ojos azules llenos del brillo de la mañana.

El rubio apartó su nido cálido y acogedor, dejando que el lobo observara toda su piel desnuda. Estirándose como todo un felino mimado, se volteó hasta quedar bocabajo, dándole una maravillosa vista de su trasero respingón al pobre Sasuke, que luchaba como todo un campeón por no dejar caer la bandeja.

-Buenos días, teme- le sonrió Naruto con una pisca de travesura a su desprevenida pareja. Ahí estaba la evidencia. El gatito lo estaba provocando a propósito- creí que te habías ido sin mí.

Tomando una gran respiración, Sasuke logró controlar su instinto salvaje, puso la bandeja en la mesita que estaba al lado de la cama y por fin… tenía las manos libres.

-¡Nyah!- chilló Naruto cuando Sasuke le agarró el trasero con ambas manos y se lo apretó con fuerza.- Eso duele, pulgoso.

La carcajada de Sasuke era escalofriante, precisamente porque no la soltaba muy a menudo. Naruto se sentó lo más rápido que pudo, temiendo por su seguridad, le dedicó una mirada asesina al lobo temible, que además lo observaba con una ceja levantada.

-No es gracioso- se cruzó de brazos mientras componía uno de sus adorables pucheros- me va a quedar la marca de tu mano.

Sasuke ladeó una sonrisa pícara- esa era la idea- se sentó junto al blondo y le dio un beso que más que beso había sido un golpe con su boca- te ves lindo en la mañana.

Naruto entrecerró los ojos, renuente a confiar en ese comentario- lo que quieres es entrar en mis pantalones, lobo salido- dijo, luchando con los mechones rubios que apuntaban en todas direcciones y los que se le metían en los ojos. Ya estaba considerando un corte de cabello… urgente.

El moreno sacó una sonrisa satánica- no hagas que quiera entrar en una parte más divertida que tus pantalones.- La sádica sonrisa se amplió después de ver el rojo en las mejillas gorditas de Naruto. Sasuke la disfrutó por unos segundos y después le acercó la bandeja con el desayuno- come, esto te ayudará con las náuseas. Después de que tomes una ducha, te daré algo más consistente.

Naruto infló los carrillos como si fuese una cría y asintió. Odiaba que su lado obediente saliera cuando menos lo necesitaba.

 

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Alrededor de las diez de la mañana, ya todo estaba listo para el viaje que les tomaría un día y medio en auto. Si no había ningún contratiempo, el tiempo estaba calculado para que llegaran con el suficiente espacio como para que Naruto tome una ducha y una larga siesta antes de que comenzara la reunión con el Consejo.

En menos de una hora, dos Jeep’s estuvieron fuera del territorio de la manada, llevando consigo al primer mando de Alfa – dígase Itachi –, al segundo mando – dígase Sasuke –, a la pareja de éste – dígase Naruto – y a cuatro Omegas que tenían el papel de guardia personal.

Supuestamente, eran tiempos de paz, por lo que llevar más escolta que esa se podía tomar como una muestra de rebeldía por parte de los lobos. Las luchas entre alfas era algo diabólico; instintos animales mezclados con la malicia humana, definitivamente una mala combinación. Haber alcanzado una era de paz, había convertido la misma en casi una religión.

Al llegar la noche, durmieron en un hotel de camino, más por cuidado a Naruto que por el cansancio de los lobos. Por suerte Itachi se había tomado su tiempo la noche anterior para calcular los intervalos de descanso durante el viaje, las paradas para ir al baño, los descansos para comer y dormir y las paradas para los mareos. Todo, teniendo en cuenta el estado de Naruto como una prioridad.

El mismo Naruto protestaba por los constantes cuidados de su cuñado y su pareja. Eran todas unas mamás gallinas. En una o dos ocasiones había visto de reojo las disimuladas risas que los centinelas que los acompañaban se daban bajo la manga. No los culpaba. Era demasiado para ellos, ver a los miembros más fuertes y temidos de toda la manada, hacerse mantequilla bajo los caprichos de un pequeño felino.

Las risas de los Omegas se convirtieron en carcajadas al ver el lamentable cuadro que hacían los dos lobos grandes, tratando de hacer entrar en razón a un enfurruñado gatito, cuando en su forma animal se escondió debajo de la cama. Todo por tratar de escapar de los asfixiantes cuidados que esos dos le prodigaban.

-Naruto, sal de ahí- pidió Sasuke por enésima vez- no puedes quedarte toda la noche allí abajo.

Cansado de esperar, Sasuke metió la mano para tratar de sacarlo, pero a cambio recibió una mordida de su pareja. Naruto no saldría de debajo de la cama hasta que le diera la gana. Era un felino y era caprichoso, así de simple.

-Si te prometo dejar que pidas lo que quieras en el restaurant, ¿saldrás de allí?- Sasuke usó su última carta.

Naruto se tomó su tiempo para pensarlo. La oferta no se escuchaba nada mal. Salir y estirar las piernas, además de una buena comida, era suficiente para él…, por ahora.

Con la pancita contra el piso, se arrastró hasta salir del incómodo y polvoriento espacio. No había terminado de sacar la mitad del cuerpo cuando sintió las manos de Sasuke envolviéndolo, levantándolo en brazos.

-¿Por qué demonios la diosa te hizo tan malcriado?- fue más una protesta que una pregunta. Tomando al gatito, apretó con cuidado el pequeño cuerpito peludo contra su pecho- lo peor de todo es que no me puedo enojar contigo- suspiró, dándose por vencido al ver los expresivos ojos azules.

 

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El restaurante de carretera no era gran cosa, pero las hamburguesas estaban buenas y las papas fritas se le volvieron adictivas; o eso pensó Sasuke al ver al rubio devorar la comida como si fuera la mejor del mundo. Cuando le hizo el comentario al minino, Naruto le frunció el ceño como si hubiese dicho un disparate y le dijo que la mejor comida del mundo era el ramen.

Sasuke rodó los ojos y decidió pasar su tiempo en silencio, observando al gatito comer. En su forma de hombre, Naruto no pasaba del metro setenta y su contextura era delgada; pero las apariencias engañaban. Era más grande por dentro que por fuera. Cuando no sufría las molestias del embarazo, comía como tres osos antes de invernar.

-¿Qué miras?- preguntó el rubio mientras se lamía la salsa de los dedos.

La forma sugerente y sensual en que Naruto se lamía los dedos, hizo que Sasuke sintiera su dermis estremecer. Su respiración se volvió un jadeo continuo, podía sentir su hombría endurecida debajo de los pantalones y su autocontrol a punto de morir. Tenía ganas de agarrar a Naruto, arrastrarlo al hotel y follárselo en la habitación sobre la primera superficie plana que encontrara.

-¿Lo haces a propósito?- gruñó y gimió a la vez el lobo, sintiendo un dolor en su hombría.

La sonrisa juguetona en la cara de Naruto, hablaba mucho sobre inocencia y perversión… a partes iguales- ¿de qué hablas? No tengo idea de a qué te refieres- sí, la inocencia sobreactuada era la prueba de lo que estaba planeando el gatito mientras sorbía con la pajilla el contenido de su vaso de jugo. Miró a Sasuke y dijo- si quieres me puedo esconder bajo la mesa para hacer lo mismo con el tuyo- insinuó, ampliando la sonrisa aniñada.

Sasuke casi se ahoga con el pedazo de carne que estaba comiendo- vas a matarme- dijo a penas, mientras trataba de calmar la tos con golpes en el pecho y bebía un poco de agua.

Naruto se encogió de hombros- en realidad, te estoy provocando para que me folles-. Honestidad ante todo- sería divertido, nunca lo he hecho en un hotel de carretera.

De un golpe, el moreno plantó varios billetes sobre la mesa como pago por la comida y arrastró al gatito a las afueras del restaurante. Apenas llegaron al estacionamiento que se encontraba en penumbras a causa de la bombilla fundida, Sasuke aprovechó que el Jeep los cubría de la vista de los curiosos. Empujó a Naruto contra el vehículo y lo besó con todo el ardor que lo cubría.

-Hoy sabrás lo que es hacerlo en el estacionamiento de un hotel- susurró, bajando los pantalones del menor. Si el gatito quería fuego, entonces él se lo daría gustoso y con triple ración.

 

Continuará…

 




Notas finales:

Y bien? Qué les pareció? No sé ustedes, pero a mí me ha encantado. Estos dos son unos calenturientos, por dios, mira que hacerlo en el estacionamiento. Bueno, peor soy yo, por cortarlo en la mejor parte… muahahahah… soy malvada hahahaha… Pero no se preocupen, no los dejaré sin su ración de lemon. en el próximo capítulo veremos que pasó en la camioneta y cómo pasó Jajajaja…

Ahora, por fin… los agradecimientos. Un millón de gracias para KitsuneSN, Alexandra, Zubi_chan, genesis, himitsu, Luna, Hikari valmont, Fujoshi31, KiRiZari_Hotachi, arabia, Haydee, Izumi de Uchiha, Aome azakura, Anonima (linda, hubieras dejado un nick o algo para agradecerte mejor n_n), 1827Forever1827, kuronochan, Luvita-san, sukisasunaru50, lillie, shu-shu, MARINA, sammy y todos los que me apoyaron desde las sombras ^^/

PD: en este tiempo que llevo inactiva, vi una vez más HunterxHunter y Katekyo Hitman Reborn! Entonces, a lo que iba. Hay alguien por ahí que pueda recomendarme fics de estas dos series? De repente tengo esa necesidad. Además, tengo algunas preguntas que hacer sobre las pareja de KHR! Como por ejemplo, ¿por qué tienen números? ¿cómo puedo saber cuáles son los números de cada uno? En el anime solo vi que Tsuna tenía el 27, pero y los demás? Por favor, si alguien está dispuesto a ayudarme, díganmelo en un rew  ^_-

 

Nos leemos pronto y, de nuevo lo digo, es un placer estar de vuelta  (^///^)7


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