Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Números por Jessica Uchiha

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Yongie, te amo demasiado, tanto que... Ya sabes.

 

Notas del capitulo:

07/04/2016.

08/042016.

 

¡Feliz cumpleaños Kim JongHyun!

 

Números.

 

1.

Tenía curiosidad, mucha curiosidad, ¿Por qué latía tanto? ¿Por qué se sentía caliente? ¿Por qué su pecho picaba? Era una nueva sensación, molesta y gruñona sensación que le hacía pasar vergüenzas ya que sus ojos parecían tener conciencia y siempre se fijaban en una sola figura.

Tsk, chasqueó su lengua, ocultando su boca con el dorso de su mano derecha, fingiendo que estaba demasiado ocupado leyendo algo más, algo relacionado sobre medidas, aunque en realidad no eras medidas, era una de sus novelas favoritas de Stephen King, pero bueno, era bueno fingiendo demencia.

Rodó sus ojos cuando volvieron a llamarle la atención, más bien, se le burlaron y para cuando aquel estudiante de algo que no sabía que era desapareció de su visón, suspiró ruidoso, intentando suprimir esa cosa de su pecho. Tsk.

 

2.

Tenía un nombre muy común, demasiado común pero que para él, era único e irrepetible y que solo encajaba en ese chico que hacía que cada día esa fea sensación en su pecho creciera. Sus labios se fruncieron al momento en que lo tuvo al frente, cuando se lo presentaron por primera vez y sintió sus mejillas enrojecerse al momento en que esas pupilas demasiado grandes, se fijaron en él. Parece un cachorro.

 

3.

Bueno, ya no era molesto esa sensación y ahora sabía que era, pero estaba totalmente en negación a dejar que eso fuera apoderarse de su cuerpo y mente, no quería, no podía, se rehusaba. Pero ahí estaba él, ese chico de ojos de cachorro, sonriente y demasiado meloso para su propio gusto, metiéndose de alguna forma en su vida que terminó un día aceptando su propuesta, demasiado abrumado, la felicidad brotando de la boca de su estómago y contaminando su cabeza.
Oh dios, y cuando sus bocas se unieron, en ese simple y casto contacto, sintió su mundo moverse y su cuerpo cosquillear y sabía que estaba mal, muy mal, porque el amor dolía, porque lo había visto, porque los espejos de su vida —como decía su madre— le enseñaron que si te entregabas demasiado a otra persona, ibas a ser dependiente, y ser dependiente significaba entregar parte de tu vida (y si no toda) a otro ser humano que posiblemente no sería cuidadoso.

Bueno, en realidad estaba muy muy molesto, y tenía miedo. Tenía mucho miedo, y este miedo no dudó en acompañarle por el resto de su vida.

 

4.

Era muy apegado a los objetos, le gustaba tocar, tener, apreciar, poder sentir. Así que cuando aquella caja musical estuvo en sus manos, sintió que aquel miedo se propagaba y le mareaba un poco, junto con ese dolorcito en su pecho que sería su constante y sus ojos se alzaron y aquellos ojos de cachorro se volvieron su polo a tierra, como esa caja musical que atesoraba más que los tesoros de su infancia.

Y fue allí donde comenzó a entender de que funcionaba todo aquello a lo que se había negado y como otro ser humano aparte de sus padres era muchísimo más importante que otra persona en el universo.

Tenía miedo pero la sonrisa en su rostro era sincera. Y estaba bien con eso.

 

6.

Tum, tum, tum.

Latía demasiado, sus manos temblaban, sudaba, su respiración era un resoplido brusco y la excitación nunca fue tan grande como en ese momento donde las manos del más joven volaron por su cuerpo y aquella boca que era uno de sus recientes y más tóxicos de sus vicios, se juntó a la suya en esa creciente y brusca necesidad.

Aquí ya no era tan malo, es decir… Se sentía demasiado bien.

 

7.

Tum, tum, tum.

El amor era una completísima mierda y si fuera por él, desterraría ese sentimiento de la faz de la tierra.  De su corazón, de su memoria a largo, mediado y corto plazo. De todo, de sus manos, de sus labios, de sus ojos, de sus oídos, de su piel. No lo quería, nada de eso, nunca lo quiso desde el principio, él ya sabía que iba a pasar eso y aun así había sido tan débil en caer en tan dulce tentación.

Joder, ¿alguna vez dejaría de doler?

 

8.

‎                                                                       24‎ de ‎julio‎ de ‎2014.

Kim JongHyun es un misterio para Lee JinKi.

Un misterio que lastimosamente nunca podrá entender por completo.

Un día está bien, el otro día está mal.

Un día es cariñoso, al siguiente es frío.

JinKi hace mucho dejo de afectarle estos cambios de actitud. Al principio le dolía tanto porque pensaba que había hecho algo mal pero tiempo después descubrió que obviamente él no era la única persona en el mundo de JongHyun.

Ahora estas actitudes le preocupan en demasía porque no sabe que palabras utilizar con él. Más cuando llega y es frío, cortante, “normal”.

Teme que llegue el día donde JongHyun le diga: “Vete a la mierda, JinKi. No te necesito”.

Pero, si JinKi es completamente sincero, cosa que siempre lo es, él está preparado para ese día. Solo espera que ese día nunca llegue, pero con JongHyun, nunca se sabe.

Dejo de desear tener el don de leer mentes. Ahora quiere que JongHyun hable con él, ser una de esas personas especiales y que el chico venga él, queriendo ser escuchado. JinKi puede escuchar, es bueno prestando atención…

 

A veces fingía que eran terceras personas, que él no era Lee JinKi y su primer amor no era Kim JongHyun.

A veces eso le funcionaba para sentir menos y ser más objetivo con sus acciones, decisiones. De su vida.  

Pero, las veces en que no funcionaba, solo sabía que estaba terrible e irrevocablemente enamorado de Kim JongHyun y que eso nunca, nunca, nunca cambiaría.

Y su miedo se mantenía.

 

9.

La vida giraba, no, el planeta Tierra giraba 365 días alrededor del sol, de la forma lenta y más rápida posible, creando una sensación de constante continuidad y no descanso, y la expresión “el tiempo se pasa volando” era su motto life. Ah claro, junto con shit happens.

Lo que pasaba es que su sol era Kim JongHyun y la forma de rotar a su alrededor no era sana para ninguno, porque JongHyun era abrasador, caliente, vibrante, rojo, apasionado, emotivo, vivo, a comparación de él mismo, que era más calmado, reservado, una tonalidad azul pálido. Odiaba el azul, junto con la lluvia.

Pero JongHyun estaba sacando de él unas tonalidades nuevas, como el enojo de naranja, o la tristeza de azul oscuro, o la felicidad amarilla y la tranquilidad verde. La vergüenza de rosa, el amor dorado y la pasión vino.

Y todo aquello producía múltiples cosas en su cuerpo, en su alma, en su mente.

Lo trastocaba.

Y su única salvación era él, solamente él, sin importar que cada vez que le abrazara, que le besara, que lo hiciera suyo, sintiera derretirse, tanto literal como metafórica.

 

10.

No, el miedo nunca desaparecería, el miedo y ese dolorcito de mierda que se anidaba en su pecho, donde se supone que está su corazón, pero no tenía más ganas de resistirse. Que duela, que le hiera, que lo que sea, pero, hey, el amor era más grande, fuerte y constante, no tenía ya necesidad de negar la realidad porque…

Porque su realidad era todo lo que se había negado a querer.

Y lo amaba.

Amaba quien era la persona que es ahora y amaba incluso más a ese ser humano a su lado. A Kim JongHyun que le sacó de su zona de confort y le hizo vivir todo lo que no había vivido y le había regalado tantas “primera vez”.

Kim JongHyun quien tenía ojos de cachorros color chocolate, tenía piel suave y resistente, boca carnosa y roja y aquel jodido culito que disfrutaba tanto.

Kim JongHyun le había enseñado y seguía enseñándole que amar era tan fuerte como no querer y no necesitar.

Porque él en realidad necesitaba a alguien como él, quien le sacara lágrimas, que le hiciera reír, que le hiciera excitar, quien le hiciera sentir un montón de cosas extrañas.

Que le hiciera vivo, pues estaba vivo gracias a él y se lo agradecía de corazón.

Además, porque su corazón es Kim JongHyun y siempre debía mantener en su pecho.

Y ja, ja, ja, eso pasaría, estaba tan seguro como cuando la idea de matrimonio se le antojó estúpida y en cambio hizo de sus sentimientos un manojo de cosas y excitación.

Y no había de verdad, ningún ser tan fascinante y valioso como él.

Ya todo se reducía a ese nombre común y especial.

A Kim JongHyun.

 

                                              

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).