El tercer príncipe comenzaba a temblar, claramente de forma involuntaria, estaba cada vez más rojo ¿sería posible que sus acciones le hubieran delatado ante su hermano, suspiro como si eso le fuera a traer una solución, pero esta jamás llegó a su mente.
-¿Qué esta pasando Kouha?
Terminó por confiar en él.
-Estoy deprimido.
-Eso no es normal.
Ni el mismo peli rosa contaba con decir la verdad, él, un príncipe que muchos desprecian por decir que esta loco, y todo porque reúne gente poco común a su alrededor, y el gusto que tiene hacia la sangre, de acuerdo, esto último no es muy normal, pero el jamás ha lastimado a un aliado, solo gente que atenta contra el imperio, incluso acompaño al pelirrojo en la conquista de Leraje, pero tanta valía no le sirvió de nada, no podía mentirle al hombre frente a él, era el único con quien no podía hacerlo.
-¿Por qué estas triste?
-Porque me gusta alguien.
-No creo que sea algo malo.
-No soy correspondido.
-Ya veo.
El mayor puso una expresión sombría ¿quién sería tan idiota como para rechazar el amor de tan extraordinaria persona? Y más aún cuando el ha tenido por años un sentimiento que por respeto no ha querido expresar al chico, sabe de la poco común personalidad del menor, pero lo que ha sentido todo este tiempo en su pecho le rebasa, esta completamente seguro de que es un enfermo, justo cuando sus sentimientos estuvieron a punto de ahogarlo, un joven llorón le consoló sin tener la intención ¿y que hizo? Nada realmente, solo llorar, el había dejado salir sus sentimientos de una forma tan natural, algo que era imposible para el pelirrojo que todo guarda en su pecho, pero ver llorar a su querido hermano, ha despertado sentimientos que creyó olvidados, o al menos intento convencerse de ello, no podía ocultarlo más, incluso si el tercer príncipe le odiaba, solo a él le revelaría su corazón, tomo al menor por la cintura, se quedo mirando los ojos ajenos con una expresión de completa seriedad, como si con ella quisiera descubrir todos los secretos en el alma del joven el cual estaba sonrojado.
-En-nii- decía con una voz apenas audible.
-Lo siento Kouha, he tratado por años de ocultar lo que siento, se que vas a odiarme, pero aún así.
Se acercó al joven y le dió un dulce beso en la frente, que no hizo otra cosa más que intensificar el color de las mejillas del menor, brindandole un aspecto encantador.
-Te amo.- Decía el mayor.
El joven por su parte, no pudo contener más las lágrimas, y lloro de felicidad, abrazando con todas sus fuerzas al primer príncipe.
-Yo también te amo ¡Te amo En-nii! ¿Cómo no hacerlo si eres tan...?
El menor no terminó la frase cuando sintió un ligero roce en sus labios, su hermano le había besado. Por un momento fue muy feliz, pero pronto apartó al mayor.
-Esto no esta bien.
-Lo suponía ¿es porque somos hermanos?
-¡Eso no tiene nada que ver!!!! Es solo...que amas a Hakuryuu...
-Pero no mentí cuando te confesé mi amor.
-Peor aún, nos amas a los dos.
-¿Y eso te molesta?
-A mi no ¿pero a él?
-No pienso decirle.
-Ese no es el hermano que admiro, debes decirle la verdad, tú y yo sabemos cuanto duele ocultar que amas a alguien, además tal vez te diga que le gustas.
-Pero lo nuestro.
El peli rosa le sonrió con su clásica sonrisa pícara.
-Sin importar que, no me haré a un lado, aún si tengo que compartir tú amor, no puedo reprimir más tiempo mis sentimientos.
Salió del lugar ante la sorprendida mirada del mayor, cuando se encontró lejos del alcance de este, se recargo de una pared.
<<Que idiota soy. ¿Por qué le dije eso?- recordó los ojos de su hermano- Es verdad, me recordó a mi, no quiero que sufra lo mismo, pero no quiero compartirlo con nadie ¿esta mal querer que solo piense en mi?>>
El peli rosa continuó con su caminata, hasta que escuchó un sonido que le pareció familiar, tomó una espada que estaba cerca, y atacó al joven que le detuvo con su lanza.
-Buenos días Kouha-dono.
-Hola Hakuryuu.
Ambos chicos sonrieron, tomaron un poco de distancia entre ellos, preparados para un nuevo ataque, tenía mucho tiempo que no lo hacían, el cuarto príncipe siempre practicaba solo, y un día el peli rosa le miraba, no pudo evitar notar el aura de melancolía a su alrededor, lo que le obligó sin entender del todo la razón, a convertirse en su compañero de práctica cuando tenía tiempo libre, ni el entendía cuando sus sentimientos por el azabache habían cambiado tanto, tal vez es cierto eso que dice, del odio al amor, solo hay un paso...¿espera del odio al qué? Se quedó parado un momento, tenía la mirada fija en un solo punto, como si el descubrimiento de recién fuera el peor chiste de la historia, colocó su mano en la frente dando un ligero golpe, como si se recriminara lo que estaba sintiendo, el menor solo ladeó la cabeza, sin entender lo que pensaba su primo, mientras le miraba con esos profundos y hermosos ojos azules.
<<¿Por qué rayos tienes que ser tan lindo? ¡Me siento un violador!!!!! Aunque creo entender porque En-nii se ha enamorado de él...Tal vez sería mejor si me apartó y les dejo ser felices.>>
El peli rosa sintió una punzada en su pecho, había descubierto que podía estar enamorado de dos personas al mismo tiempo, pero eso le causaba un gran dolor, porque deseaba verlos felices, aún si eso significaba perder a las dos únicas personas que más ha amado, sin darse cuenta, el oji celeste se le había acercado, le miraba con una expresión muy severa, pues estaba preocupado, esto no hizo más que causar una pequeña risita en el mayor, pues en momentos así, le parece ver en el cuarto príncipe un poco de su hermano mayor, esta tan cerca, que no puede evitar mirar a detalle sus ojos, son aún más hermosos de lo que pensó.
<<Estúpido Hakuryuu, estas demasiado cerca, no me culpes de lo que pueda pasar>>
Sin que el menor lo advirtiera, el tercer príncipe tenía una sonrisa bastante perversa, como si hubiera pensado en hacerlo completamente suyo, aunque algo en el pecho del mayor le decía que no quería ese tipo de amor de su primo, suspiró profundamente, vaya el amor le había pegado duro, y no una, sino dos veces...