Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Good Enough to my madness - Suficientemente bueno para mi locura. por Bokutosama

[Reviews - 90]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey! Hey! Hey! Capitulo 15!

> Un Yamaguchi que no conocia, Lagrimas en la azotea, pedazos de historia cruel, alucinaciones, y una conexion esquizofrenica <

Takeda fue a recogernos en cuanto terminó el desayuno, íbamos a tener una sesión, solo los dos, agradecí el gesto internamente pero por otro lado me puse nervioso, una sesión con Yamaguchi podría ser peligrosa.

Estaba hecho un manojo de nervios, caminé por el pasillo sintiendo mis extremidades rígidas, una vez llegamos a la oficina, el castaño nos hizo tomar asiento mientras buscaba algo entre un archivador de metal cerca a la ventana, saco un par de carpetas de cartón y se sentó frente a nosotros.

Yamaguchi estaba sentado a mi lado, mantenía su inquieta mirada en el piso mientras movía las piernas balanceando los pies, Takeda-san nos sonrió.

- Bien chicos supongo que se preguntan de que se trata nuestra sesión el día de hoy –

- No puede arreglar nada en mi con una sesión Takeda – de pronto la voz de Yamaguchi fue segura y en cierta manera altanera.

- Lo sé, lo sé pero Yamaguchi-kun, ya que su cercanía ha sido bastante notoria, me gustaría que se conocieran un poco mejor – podría haber sonado muy lindo para el pero para mí fue un baldado de agua fría en plena mañana de invierno.

Pude ver como Yamaguchi levanto una ceja y lo miro con desconfianza, ¿Ese era el mismo pecoso que yo conocía?

- Bueno que les parece si primero me cuentan que tal han sido estos días? – Takeda-san apoyó el mentón sobre sus manos sonriendo, esperando una respuesta.

- Han sido buenos – dijo Yamaguchi recostándose en la silla con los brazos cruzados.

- Supongo que muy tranquilos – mentí, y Takeda-san lo noto, lo pude ver en su mirada.

- Bueno, ¿han hablado entre ustedes sobre su situación? – pregunto esta vez un poco más serio.

- No mucho – respondí esta vez, Yamaguchi no parecía querer decir nada, su mirada estaba perdida en la ventana y era muy obvio que no quería estar ahí.

- Quisieras compartir algo tu primero Yamaguchi-kun? – Takeda parecía querer forzarlo a hablar, pero el pecoso o quien fuese que estaba sentado en esa silla se negaba con una expresión que yo no reconocía.

- Muy bien, que tal tu Tsukish – el golpe en el escritorio de las manos del pecoso interrumpió al castaño.

- Ya basta! Porque no nos dejamos de estupideces y nos dice que es lo que quiere saber directamente?, qué sentido tiene tanto rodeo, esto es estúpido – Si, ese definitivamente no era el Yamaguchi que yo había conocido, o quizá sí lo era?, quien era yo de todos formas para juzgar su cambio de actitud?, exacto yo no era nadie.

- Cálmate – bueno, si de cambios de actitud hablábamos ahí había otro aún más aterrador, Takeda-san dejó de sonreír, sus facciones delicadas y amigables se tornaron duras y estrictas, su mirada se nublo de un genuino enojo que me hizo retroceder un poco en la silla.

Entonces el pecoso se recogió las piernas y se hizo bolita escondiendo su rostro en sus rodillas.

Había olvidado que me encontraba en un lugar lleno de locos.

- Quizá sería mejor si nos explicara que quiere saber exactamente – extrañamente me di maña de poner toda la serenidad que me quedaba en mis palabras tratando de calmar un poco el ambiente.

Y había funcionado, al menos por la sonrisa que se dibujó de nuevo en la cara del Psiquiatra que me miro con suavidad.

- Muy bien, lo que quiero que hagan hoy, es simple, debido a sus situaciones es imperativo su contacto con la comunidad con el resto, un buen inicio seria con sus compañeros, ya que Yamaguchi ha tenido un buen avance apenas con Hinata, quiero aprovechar ahora la oportunidad contigo Tsukishima-kun, quiero que él sepa todo sobre ti y tu sobre el -

- No debería entrometerse – lo interrumpió el pecoso

- Tienes toda la razón Yamaguchi-kun, no debería, con Hinata-kun te fue más sencillo hacerlo sin mi intervención, ya sabes contarle todo sobre tu situación, no es así? –

Eh? El enano sabia cosas sobre el pecoso que yo no?, bueno no era tan extraño, pero algo dentro de mi pecho se removió un poco incómodo, y supuse que en el también, porque parecía no hallar una posición cómoda en esa silla.

- Supongo que está bien lo que quiere hacer Takeda-san pero me parece muy incómodo – Takeda me sonrió asintiendo con la cabeza.

- Francamente me parece que puede serlo, y esa incomodidad que sientes realmente es muy acorde al comportamiento de una persona normal, la naturaleza humana nos hace un tanto reservados en cuanto a los episodios más dolorosos y fuertes de nuestro pasado, esos que dejaron una marca, o que pudieron tener influencia en nuestra manera de ver las cosas –

- Así que empecemos haciendo unas cuantas preguntas – dejo un ligero silencio en el aire buscando la aprobación de Yamaguchi pero este no levanto la cabeza ni un momento.

- Muy bien, chicos que día es hoy? – suspiro el castaño acomodándose los lentes.

- Julio – realmente no recordaba el día, así que mi única respuesta casi automática fue esa.

- Viernes – dijo el pecoso entre sus rodillas.

Takeda –san ladeo un poco la cabeza sonriendo con todo los dientes.

- Hace cuánto tiempo están aquí? –

- Unas semanas –

- Diez años, tres meses, 4 días – La exacta respuesta del pecoso me dejo algo sorprendido, no era el tipo que pareciera tan al tanto de ese dato, ni yo podía recordar exactamente cuántos días llevaba ahí metido, ese tipo de percepciones podían desvanecerse fácilmente.

- Bien, que tal si me cuentan un poco de sus familias – Fue instantáneo, Yamaguchi no lo dejo terminar la frase cuando azoto la silla contra la pared y salió de la oficina dejando un silencio sepulcral entre los dos, quizá unos 3 o 4 minutos pasaron cuando escuche el suspiro largo de Takeda-san.

- Bueno creo que fui muy lejos – se lamentó el castaño pasándose una mano por la cara.

- Discúlpame Tsukishima-kun, creo que me apresure a los hechos y termine acorralándolo – Yo aún no procesaba todo lo que había pasado, desde el cambio repentino de actitud del pecoso hasta la manera en que huyó de ahí, como su cuerpo se giró sobre su talón en un segundo y sus brazos lanzaron esa silla con tanta rabia mientras de un par de zancadas llegaba a la puerta y desaparecía tras ella.

- Que fue eso? – fue lo único que articule, Takeda-san sonrió de nuevo.

- Lo siento Tsukishima-kun pero, podrías ir a ver como esta? – me pregunto parándose a mi lado.

- Porque reacciono así? – yo difícilmente había logrado escucharlo.

- Bueno, Yamaguchi-kun tiene muchas cosas adentro de su pequeño cuerpo, que en verdad necesita sacar, espero contar con tu ayuda en esto, yo realmente creo que nunca le agrade mucho, no tiene muy buenas experiencias con el personal médico – sentí su mano sobre mi hombro haciendo una ligera presión, asentí con la cabeza, aun sin procesar del todo la situación, me levanté y subí por las escaleras hasta nuestro piso a buscarlo.

No estaba, regrese por el mismo pasillo camine y camine por todo el hospital pero no había rastro del pecoso, solo me faltaba subir a la azotea… me sentí estúpido porque esa debió ser mi primera opción, no me tomó tanto llegar a la puerta desgastada que conectaba las escaleras de emergencia con el ultimo piso del edificio, pero la mano me tembló, sobre el pomo de la puerta, me tembló, luego el brazo luego todo el cuerpo se me lleno de un extraño sentimiento de urgencia y miedo.

Casi destruyo el gastado pedazo de metal con la mano, abrí de golpe y de un brinco empecé a buscarlo por todos lados, mi corazón dio un ligero salto al ver sus piernas asomando por el lado del tanque de agua, donde yo estaba la primera vez que nos habíamos encontrado allí, ahí mismo estaba con una pierna recogida, un brazo sobre su rodilla, el otro cayendo a su costado con flojera y el otro pie colgando del borde hacia el vacío.

- ¿Estas bien? – su mirada estaba perdida en algún punto fuera del plano real,  no me miró y tampoco me habló, tome asiento junto a él, no dije nada, o más bien no fui capaz, nuestros cuerpos no se rozaban pero yo ya estaba agitado y nervioso.

Luego de un buen rato sentí su cabeza apoyarse suavemente en mi hombro, luego su costado y todo su cuerpo se vino encima mío, escurriéndose hasta quedar acostado sobre mi regazo.

No hice nada, ni pude decir nada, me quede helado mientras sentía cada uno de sus sutiles movimientos tratando de acomodarse sobre mí.

Pasaron horas y horas, estaba dormido podía saberlo por el movimiento calmado de su respiración que hacia mover su pecho inflándose y desinflándose cada vez, ya tenía las piernas dormidas y las líneas del cemento marcadas en las palmas de mis manos.

Pero no quería moverme si él quería estar así, si así se sentía tranquilo estaba bien para mí.

- Yo tenía una hermana… - su voz me saco de mis pensamientos de un golpe.

- También dos padres… mi hermana era mayor que yo, por 3 años, no nos llevábamos muy bien… - dejó pasar un ligero silencio y con un suspiro reanudo sus suaves palabras.

- Básicamente, con ninguno de ellos, pero mi madre solía consentirme, cuando era pequeño, recuerdo cuando me cantaba… era una buena persona – su cuerpo se recogió un poco.

- No… ¿Cómo era?... no lo recuerdo – se llevó una mano a la cabeza aplastando el dorso de su mano contra la frente.

- No… no lo recuerdo – susurro y las cálidas lágrimas se derramaron por sus mejillas cayendo en mi pantalón, lo tome de los costados lo voltee hacia mí y con un poco de esfuerzo lo senté en mi pelvis recostando su cara contra mi pecho.

- Tenía muchos amigos… imaginarios, me mantenían alejado de otros niños de mi edad, nunca fui a la guardería el único niño que conocía era a mi hermana mayor, y ella huía de mi como si me tuviera miedo, una vez me mostraron grabaciones de cuando tenía quizá unos 3 o 4 años, dibujaba en la pared símbolos, palabras sin sentido y le hablaba a cosas que no estaban ahí – su tono empezó a recuperar fuerza.

- Cuando tenía 6 años escuché a un Doctor decirle a mi padre que yo era esquizofrénico… empezaron a venir personas extrañas a mi casa, me hacían preguntas, me… me miraban así – su cuerpo se contrajo en un espasmo apuñándose todo sobre mi, parecía estar lleno de ira y al segundo de tristeza.

- Mamá lloraba, todas las noches, papá llegaba muy tarde y a mi hermana se la llevaba el hermano de mi madre por largas temporadas de tiempo… Un día papá golpeo a mamá porque yo pinte su auto con mis pinturas, un médico me las dio como regalo, me dijo que podía sacar de mi cabeza las cosas que pensaba y veía, pero él se enojó mucho, su palma se estampo contra el rostro de mamá, unos días después ella ya no estaba… no yo no sé… no se a donde fue... se fue – Estaba tan alterado temblaba espasmódicamente entre mis brazos, yo no quería seguir escuchándolo, no realmente no quería forzarlo a recordar ese tipo de cosas, era cruel, era demasiado cruel, pero aunque abrí la boca, ni una sola palabra salió de mí.

- Los médicos dejaron de venir, papá… tenía hambre, él se iba por días, cuando regresaba olía extraño y parecía enojado, mi hermana volvió, un día, ella volvió, no te le acerques no… no… no te le acerques, lo sé! no debí… no debí acercarme, porque lo hice? – Ya no podía escucharlo más, levante su rostro me miraba, pero Yamaguchi no estaba ahí, las lágrimas corrían sobre sus pecas pero su rostro no tenía ninguna expresión.

- Esta bien, no tienes que contarme nada mas – lo apreté de nuevo contra mi cuerpo, deje su rostro sobre mi hombro y pareció tranquilizarse un poco.

- Me llevaron a la escuela, no recuerdo porque, pero asistí unos días, otros niños, habían muchos como yo, pero ellas… - lo interrumpió una arcada, su cuerpo se curvo y se soltó de un tirón de mi agarre.

- Ellas no querían eso, no querían que las descubrieran, me obligaron! yo no quería – las palabras que escupía en ese tono distorsionado y alterado me partían por dentro, sentía las ganas de llorar y apretarlo tan fuerte que ya no pudiese decir nada más nunca, no era justo era muy doloroso, sentía como sus penas salían de su cuerpo y se traspasaban al mío, me herían.

- Mamá volvió, un día, pero papá no lo hizo, mi hermana tampoco, mamá dijo que me ayudaría a ser un niño normal como los demás, pero yo no era eso… yo no era como los demás, me golpeaban, se reían de mí y me tiraban mis cosas, porque?, porque lo ha! Lo sé! lo sé! lo sé! – sus palabras se quebraron en sollozos, se aferró de nuevo a mi playera, apuñando sus manos con rabia.

- Perdón Tsukki, yo no quería, lo siento yo – de repente la voz de Yamaguchi se apagó y todo sonido que me atara al plano real dejo de sonar en mis oídos.

- Tsukki! Tsukki! – la voz de Yamaguchi había vuelto a sonar infantil haciendo eco en mi cabeza, no había sido el?, no lograba escuchar nada más, de donde venía esa voz, de dónde?, estaba empezando a alucinar?, toda la piel que me cubría se estremeció, las manos me sudaban, la garganta se me cerró violentamente, sentía que me ahogaba.

- Tsukki – la voz infantil de Yamaguchi era lo único que podía escuchar los ecos volvían en un susurro y arremetían en un grito desapareciendo de nuevo, quería llevarme las manos a la cabeza y taparme los oídos pero no encontraba mis extremidades, no lograba sentir mi cuerpo como mío, ay no… no! no de nuevo.

Los susurros empezaron a ser más siniestros y distorsionados, me dolía la cabeza, pero no la sentía era como si me hubieran esparcido molecularmente en el vacío. Trate de gritar, pero no escuche nada más, seguía ahí atrapado, la desesperación se apodero de mi como el más poderoso impulso que había sentido nunca.

- Tsukiiiiii – esta vez la voz de Yamaguchi se alargaba y tiraba de mi cordura, leves risas, fueron reemplazadas por risotadas empapadas de veneno, me herían, se burlaba de mí, y a la vez pedía por mí a gritos.

Pedía por mí.

Una ligera luz amarilla se dibujó en una línea recta hacia abajo frente a mí, o al menos podía verla de frente, lo que parecían unas manos negras empezaron a surgir de una forma asquerosa de la ligera línea abriéndola, haciéndola más grande desde el centro, como si hurgaran en algo que podía ser de todo menos bueno.

Las risas se hicieron cada vez más fuertes, sentía el líquido cálido de mi sangre fluir por alguna parte de mí, la luz se colaba con más fuerza por la apertura que se hacía más grande, del otro lado luego del resplandor que casi me deja ciego, con la vista borrosa logre distinguir un pequeño bultito negro con forma humana que se movía tirado en el suelo alejándose de mí, interponiendo sus rodillas y arrastrando su cuerpo hacia atrás.

La imagen se hizo más grande, no era de mi de quien huía, aparecieron mas sombras enfrente, no distinguía nada más que sus abominables sonrisas mostrando todos los dientes, chuecos y amarillos, se acercaban cada vez más al pequeño bulto que gritaba en silencio, uno le sujeto de un brazo, el pequeño intentó defenderse, otro le tomo de la pierna, las sombras perdieron su forma humana ya no tenían piernas se hundían en el suelo halando el cuerpo del pequeño, sus huesos tronaron, su brazo derecho salió primero, un horrible frio y el más abrazador calor que corrieron por mis sentidos, los gritos, sus gritos se hicieron palpables, luego su pierna, su otro brazo, todo salió de su cuerpo mientras el suelo se lo tragaba lentamente, gritaba, gritaba muy fuerte, y yo… yo reconocía perfectamente esa voz.

- Tsukki! – todo volvió a ser oscuro, ya no sentía ni una sola fuerza,  desee estar muerto, no era la primera vez pero definitivamente jamás había sido tan fuerte el deseo de desaparecer.

- Lo siento Tsukki – la voz se hizo más normal, amigable, de pronto mi cuerpo cayó en medio de un enorme campo, no había nada más, solo me rodeaba un color blanco infinito, excepto bajo mi pies, ahí el césped era verde.

- Lo siento Tsukki! – la voz infantil del pecoso volvió de nuevo, me voltee rápido, ahí estaba un Yamaguchi infantil con una mochila azul oscura en su espalda, un jersey verde de mangas blancas y un jean azul, me miraba sonriente con sus manitos tras su espalda.

- Hola Tsukki! – escuche su voz pero su boca no se había abierto, lentamente abrío los ojos deformando su expresión en una llena de pánico, ya no me veía a mí, parecía ver muchas otras cosas detras, movía sus pupilas erráticamente.

No quería voltear, y no lo hice, estaba aterrado.

- Eres muy pequeño! - - Que son esas pecas! Pareces un niña! - - Porque hablas solo?, acaso estás loco? - - Tienes que cargar mis cosas - -  Cállate Yamaguchi-kun - - Tadashi me estas asustando - - Ya basta mocoso del diablo! - - Cállate! Cállate! Cállate! - - no me hagas daño - - Todo va a estar bien Tadashi - - Escóndenos! - - No! No! No! No te me acerques fenómeno! - - Voy matarte! -

- Eres patético – sentí que los ojos se me saldrían del rostro, esa había sido mi voz, un poco más delgada, pero esa fue mi voz.

- Que haces ahí levántate, deja de llorar como un bebe -   

- Lo siento Tsukki! -

- Silencio Yamaguchi -

Voltee lentamente, como un robot oxidado, podía sentir como mis articulaciones crujían, mis músculos parecían atrofiados, tras de mi un yo infantil le tendía la mano a un pequeño Yamaguchi que se limpiaba sus pantalones manchados de tierra, parpadee varias veces, era yo?.

Esto era una ilusión?, o era… que era?.

Era un recuerdo.

- Tsu… Tsukki – el quejido me trajo a la realidad de un tirón, mi puño se cerraba sobre algo cálido y frágil, que podía quebrarse si cerraba un poco más la mano, me pesaba, sentí un peso enorme tirándome del brazo, que tenía entre la mano?

Cuando mis ojos se ajustaron a la realidad mi garganta seca se estiro dejando salir un crujiente chillido, tenía a Yamaguchi por el cuello, sosteniéndolo sobre el vacío al borde de la azotea, el pobre miraba hacia abajo entre sus pies colgando apretando los dientes,  mis rodillas cedieron, estampándose contra el concreto, si no me había fracturado algo seguro sería un milagro,  su cuello se escurrió de mi mano, mi cuerpo reacciono por impulso, desesperado lo tome del brazo aferrándome a él con ambas manos, la fuerza de la caída me halo hasta el borde, sentía mi pecho cortándose contra el concreto, apenas podía sostenerlo, mis lentes se había salido de mi cara estampándose contra el césped del patio, el corazón me latía en los oídos, sus manos se aferraron a mis brazo y con fuerzas que desconocía que tenía empecé a tirar de él hasta tener de nuevo todo su cuerpo en tierra firme, estaba aterrado, desesperado, irritado y abatido, me aferre a su cuerpo, como si mis brazos fueran demasiado cortos para alcanzar a cubrirlo por completo, mi corazón se salía de mi piel tratando de atraparlo dentro, de mantenerlo a salvo, llorando, gritando con un mundo de emociones revolviéndose, aplastándose y convulsionando en mi interior.

- Estoy bien… estoy bien – el también lloraba, pero mis gritos y mis sollozos desesperados cubrían su voz tratando de calmarme, estaba destrozado, en ese momento no sabía quién o qué era yo.

Nunca había deseado más estar muerto.

 

 

- ¿Esquizofrenia? bien si creo que podía ser el caso, dime Kei-kun has escuchado alguna vez otra voz dentro de ti que te haga decir cosas?, quizás, qué no sea la tuya, si no en otro tonos, con otros sonidos, como si fueran otras personas? –

- No realmente –

- Pero has tenido alucinaciones no es así? –

- Si, generalmente son recuerdos distorsionados, no es la realidad no es lo que es el recuerdo, son cosas que se transforman dentro de mi cabeza –

- Nunca has tenido alguna de esas alucinaciones con algo que no esté relacionado con tus recuerdos? –

- Sí, logro recordar solo una vez, eran las voces de un niño pequeño pidiendo ayuda eso no logro recordarlo –

- Recuerdas cuando pasó? –

- El día que lastime al joven detrás de la escuela –

- Fue en ese momento Kei-kun? –

- Eso creo -

- Kei-kun este es uno de los casos más extraordinarios que he podido examinar, eres muy especial, debes saber que no solo parece que padecieras de TIC también podrías tener algo de esquizofrénico, como una extraña conexión -

- Porque?–

- Cuando tu mente se hace a un lado para darle el mando a tu alter no deberías abandonar tu cuerpo, deberías seguir ahí, la mayoría de los casos de TIC que he tratado en mi carrera demuestran tener esos recuerdos, de ser atemorizados por sus alter, o simplemente de tener un lazo a ellos, en pocas palabras de saber que están ahí dentro, pero tú no tiene ningún lazo con él, ni logras recordar nada, es como si tu mente se transportara a otro lugar, quizá a otro plano, quizá a uno que tu inventaste o a algo que no puedes recordar –

Ukai se tallo la nariz, el día empezaba a desvanecerse con el naranja del atardecer, sentía el cuerpo cansado, solo quería regresar a casa e ir a dormir.

Notas finales:

Hey Hey Hey!!! Espero que este capitulo les halla gustado! me esforce mucho escribiendolo! y tambien se me aguaban los ojos a cada rato QoQ asi que dejen un review si quieren actualizacion!

En el proximo cap esperen KutoTsukki, mas desesperacion (Pobre megane-kun) y mas drama sobre los recuerdos perdidos del rubio ~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).