Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Good Enough to my madness - Suficientemente bueno para mi locura. por Bokutosama

[Reviews - 90]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey Hey Hey! Capitulo 20!
"Un escondite secreto, una carta, el pelinegro no logra activar sus alarmas, Tsukki no encuentra a su pecoso y el apego de Daichi-san "

Hinata no había parado de llorar desde la madrugada, sus débiles sollozos debido al cansancio se tornaron molestos haciéndome imposible volver a dormir, entre mis brazos mi bolita de pecas dormía escondiendo su rostro, su respiración era un poco más alterada de lo normal, pero seguía profundamente dormido, eché un vistazo, aun en la penumbra pude ver la silueta de Kageyama abrazando a su pelinaranja llorón acariciándole la espalda, Daichi-san estaba recostado contra la pared sentado en la cama con las piernas abiertas rodeando el cuerpo del peligris que yacía vacío contra su pecho, logre enfocar un poco su rostro, seguía despierto, mirando a la nada, con sus enormes ojos avellana abiertos de par en par.

Me levanté sigilosamente dejando una almohada en mi lugar entre los brazos de Yamaguchi, una sombra de repente me sorprendió haciéndome dar un paso hacia atrás, uno de los catatónicos, el de cabello corto estaba parado frente a la puerta con su mano sobre la madera acariciándola con nostalgia, aunque en su rostro no había emoción que se pudiera leer.

Hacia algo de frio, aun no se asomaba el sol, y todo en la penumbra era más doloroso y solitario de lo que parecía, quizá.

Abrí la puerta moviendo un poco el cuerpo del catatónico que se detuvo, me dio una mirada y me siguió fuera de la habitación, me sorprendió no encontrar molesta su compañía, daba pasos torpes igualando mi lento caminar por el pasillo con la mirada fija en el suelo y los brazos colgando a cada lado de su torso sin ningún esfuerzo.

No es como que quisiera ir a algún lado, solo quería estirar un poco el cuerpo, y con suerte llenar mi cerebro del silencio de la noche, me detuve frente a los ventanales, afuera todo seguía oscuro, y con dificultad a lo lejos se divisaban algunas luces naranja de la ciudad.

Estaba cansado pero extrañamente mi cuerpo se sentía insensible y adormilado, un jaloneo suave en el borde de mi playera me hizo voltear hacia el catatónico que miraba al suelo.

- ¿Que sucede? – le pregunte inútilmente, él no me iba a contestar,

Se dio la vuelta y empezó a caminar, pasó de largo y posó una de sus manos en la puerta oxidada de las escaleras de emergencia.

- Quieres salir? – le pregunté empujando la puerta con algo de fuerza hasta que cedió, no perdió el tiempo camino fuera y empezó a bajar los escalones, quizá fue curiosidad o las ganas de mi cerebro por no fijar mis pensamientos en nada de lo que estaba pasando pero termine siguiéndolo.

Llegamos rápidamente al primer piso, el catatónico camino por el pasillo hacia la caseta de enfermeras por detrás del edificio, no había caminado antes por ahí y parecía que nadie lo hacía por las paredes cubiertas de telarañas y arrumes de cajas viejas y dañadas que nos dificultaban el paso, llegamos a una pequeña habitación con un sofá viejo y mohoso, una mesa con una caja de madera al parecer de un ajedrez y un par de cobijas amarradas a una esquina que armaban una especie de fuerte.

- ¿Que es todo esto? – el catatónico parecía haberme olvidado por que se sorprendió al escuchar mi voz a lo que corrió al refugio en las cobijas y en 4 empezó a buscar algo entre lo que había ahí adentro.

De pronto estiro un brazo sin salir de ahí con un pedazo de papel entre sus dedos cuidadosamente.

La hoja estaba lisa completamente ni una sola arruga, la tomé con la misma delicadeza esperando no hacerlo enojar o algo así.

Entonces acomodándome los lentes empecé a leer.

 

Tonto y despistado Tanaka

Más te vale que logres entender lo que estoy escribiendo hasta el final pelón idiota!

No puedo recordar un momento de mi vida donde no te conociera, el hijo sin pelo del vecino que no lograba quedarse callado, recuerdo bien la primera vez que viniste a mi corriendo con todas tus fuerzas para pedirme que te ayudara a bajar al gato de tu hermana del árbol, la rama se rompió, tu rostro termino lleno de los aruñetazos del pobre animal, pero fue tu culpa! Tú hiciste que subiera ahí cuando intentaste bañarlo.

Contigo es difícil no morirme de risa por todas las tonterías que haces.

Terminé creciendo a tu lado, aprendiendo cada cosa sobre el mundo y sobre mí mismo compartiendo tiempo contigo, mi preciado mejor amigo.

Pero lo más divertido ha sido descubrir todo sobre ti y crecer a tu lado, hasta el momento cada aspecto de tu forma de ser se ha grabado en mi mente, tus gestos al comer y la forma en que usas los palillos, como divides la comida dejando al último lo que menos te gusta, me he acostumbrado a dejarte siempre una pieza de carne extra en mi plato para que la comas al final,  las palabras que más usas al hablar (en tu limitado vocabulario), tu gusto por las películas de terror aunque siempre terminabas pidiéndome que durmiera contigo por miedo a que algo en la oscuridad te asustara, el respeto que le tienes a tu hermana mayor aunque no seas muy hábil demostrándoselo, tu forma de caminar, y como se contraen tus músculos al correr, tu costumbre de no adelantarte a pesar de mi lento caminar cuando regresamos a casa, lo consentido que te pones cuando te enfermas, la frecuencia con la que te rapas la cabeza, siempre he querido ver cómo te ves con el cabello un poco más largo, tu devoción por tus amigos y lo que eres capaz de hacer para proteger un lazo con alguien que aprecias.

La forma en que tus ojos brillan cuando algo o alguien capta tu atención, sé que te gusta una de las chicas de tercero, la pelinegra. Me encanta ver cómo te sonrojas y desvías la mirada cuando la notas cerca, como te tiembla la voz y evitas el tema…

Sé que te pareció extraño que te invitara a esto ahora que hemos estado un tanto alejados, no te he estado ignorando, al menos no intencionalmente, lo prometo, jamás podría llegar a odiarte y mucho menos a cansarme de tus tonterías, por favor no pienses eso.

Cuando me gritaste que no podías hacer nada con el hecho de que yo ahora te odiara algo dentro de mi pecho se agito mucho, en primera porque saliste corriendo como un cobarde por miedo a que te respondiera, y en segunda porque… como podría odiarte pelón idiota!

Es solo que mis sentimientos por ti ahora no son los de un simple amigo, lo lamento, no te detuve, ni hice nada ese día porque estaba aterrado de lo que empezaba a crecer en mi pecho por los celos que le tengo a esa chica, envidia por no ser yo quien te hace sonrojar, no ser yo el objeto de tu sonrisa tímida y tus palabras a media lengua.

No quiero traicionar tu confianza, ni la de tu familia, soy de lo peor, verte de esa forma debe parecerte desagradable, en verdad lo siento, Ryu lo siento, no me odies…

Conozco bien las consecuencias, sé que mis padres se opondrían al instante, con su mentalidad retrograda podrían llegar a culparte, en la escuela podrían molestarnos, Tu futuro se podría ver afectado por esto y es lo que menos quiero.

Aunque toda esta revelación por así decirlo fue repentina, mis sentimientos han venido siendo los mismos desde hace mucho tiempo y no quería aceptarlo, no quería hacer nada que terminara perjudicándote o pero aun alejándonos.

Porque si hay algo que no podría soportar seria estar separado de ti, así que me intenté convencer de verte como mi hermano y permanecer a tu lado escondiendo todo esto que fluye ardiendo por mi cuerpo, que estaría a tu lado cuando tuvieras tu primera novia, cuando te rompieran el corazón, cuando sonrieras de felicidad o lloraras de tristeza, cuando encontraras a tu compañera para toda la vida, y  sería un espléndido tío para tus hijos, si eso me permitía ver tu felicidad en primera fila.

Pero como puedes deducir, aunque dudo que lo hagas, si logro entregarte esta carta, o en un arrebato explotó y por culpa de tu cercanía termino diciéndote todo, como tu sueles hacerlo. Entonces, solo entonces quiero que recuerdes que estés donde estés, me odies o no, me recuerdes o no.

Yo siempre voy a estar enamorado de ti.

Ennoshita

Las lágrimas habían empezado a fluir por mis mejillas a mitad de lectura, leer la última parte fue difícil con los lentes empañados y mis manos temblorosas.

Esa era la carta de la que había hablado Sugawara-san, la carta que probablemente hizo que Tanaka-san terminara quitándose la vida.

Las piernas me temblaron, la escena de aquella noche donde el pelón nos había contado su historia mientras lloraba se reprodujo en mi mente erizándome la piel, pero no había nada que pudiera hacer, y tampoco quería quedarme ahí, parecía que Tanaka-san y ellos habían compartido ese lugar.

- Te vas a quedar aquí?, yo… no… no puedo – el aún seguía dentro del fuerte de sabanas, no me prestó atención estaba concentrado en un viejo cubo rubik que tenía entre las manos moviéndolo de lado a lado.

Salí de ahí regresando por el estrecho pasillo conteniendo los espasmos que tiraban de mi pecho y me hacían tambalear, sentía que me iba a desmayar en cualquier segundo cuando sentí una mano ya llegando al final que me sostuvo del brazo antes de que me fuera de cara contra el piso frio.

- Que haces aquí? Lentes-kun? – El pelinegro de Nekoma me miraba con sus ojos amarillos brillando en la penumbra de la madrugada que ya dejaba ver algunas luces moradas del sol apenas preparándose para salir.

La voz no logró salir de mi boca, agarre su brazo con la mano dándome algo de estabilidad, me pregunte por que precisamente tenia que ser el de todo el mundo pero que más daba.

- Oye… ¿Qué pasa? ¿Estás bien? – me preguntó imprimiéndole preocupación a su tono de voz.

- … - seguía sin poder articular nada, el sentimiento de tristeza que invadía mi pecho me aprisionaba.

- Tranquilo ven – me tomó del otro brazo ayudándome a caminar hasta las escaleras, subimos hasta el tercer piso donde la pared terminaba siendo balcones de metal, con barrotes, era lo más cercano a salir del edificio, lograba verse más los alrededores del hospital y las luces ya rosáceas del amanecer.

- Este frio se siente bien para el calor que va a hacer en unas horas – dijo sentándose en el primer escalón mirándome.

Tomé asiento a su lado soltando un suspiro, entonces me di cuenta que todavía llevaba la carta en mi mano.

Escondí mi rostro entre las rodillas sosteniendo el papel sobre mi cabeza.

- Que es eso? – preguntó el pelinegro sacando la carta de mi mano.

No dije nada me quede ahí mientras el leía lo que estaba escrito en el papel.

- Demonios – lo escuché mascullar mientras se le quebraba la voz.

Luego de un rato sentí sus dedos hundirse en mi cabello dándome suaves caricias, el sol había terminado de salir y yo no veía nada por las lágrimas secas en los cristales de mis lentes.

Me los quite limpiándolos con la playera.

- ¿Es difícil no? – preguntó más a sí mismo, yo solo asentí con la cabeza.

- Como saber si lo que hicieron estuvo bien o mal?... – soltó un suspiro.

- Nadie lograría entender su dolor – se quedó viendo hacia el horizonte.

- Es decir, estuvo bien o estuvo mal? – repitió soltando un suspiro.

- Aunque nos duela a nosotros – susurró mirando ahora el suelo.

- Mencionaste que... ya había pasado en tu edificio? – pregunté al fin encontrando mi voz en un susurro entrecortado.

- Si, Tora… era un buen chico – me contestó recostándose de costado en la pared haciendo un círculo con el índice en el suelo.

- Cualquier persona que vea a otra muerta de seguro se impactaría mucho, hombre más aún si es un amigo, entonces sentirías aún más dolor y tristeza, eso es lo que supone la gente -

- Tu lo encontraste? – pregunté acomodándome de nuevo los lentes.

- Si… y no es como uno supone que seria, cuando es alguien a quien viste reír, llorar, sufrir y ser feliz, entonces es algo con lo que te quedas toda la vida, es como si su último deseo, el más mínimo instinto de querer seguir viviendo se quedara en tu cuerpo - ese tono ronco se quedó en el aire que empezaba a tornarse cálido, haciendo danzar las palabras a mi alrededor.

En cierto modo lo que decía tomaba forma en mi mente, yo fui la última persona con mis padres, yo estuve ahí, y en mis pesadillas podía ver perfectamente en cámara lenta como ellos perdieron su vida, entre la sangre y los fragmentos de vidrio pude ver sus cuerpos inertes.

Todas sus ganas de vivir, el profundo lamento por tener que dejarnos a mi hermano y a mí, vivía latente dentro de mi pecho, cuestionándome constantemente si me era permitido seguir viviendo en lugar de ellos.

- Sugawara-san… encontró a Tanaka-san? – le pregunté, no podía evitar sentirme inquieto por su comportamiento, el pobre estaba en completo shock.

- Si... bueno estábamos los tres, con Ukai –

- Tu también? – le pregunté encontrando sus ojos amarillos con los míos, asintió con la cabeza acercándose un poco, inclinándose hacia adelante.

Era extraño que mis alarmas instintivas no se dispararan como locas cuando estaba cerca de él, no paso la primera vez y tampoco pasaba ahora en que sus ojos amarillos ya no enfocaban los míos si no más abajo delineaban mis labios.

Tomé una buena bocarada de aire y me levanté antes de que algo más pasara buscando la entrada al tercer piso sin decir nada, la puerta parecía trancada, su brazo paso por mi mejilla sentí todo su pecho muy cerca de mi espalda emanando calor mientras su palma se acomodaba toda abierta sobre el metal haciendo fuerza hacia dentro.

Caminé por el pasillo una vez la puerta cedió, hasta la habitación donde estaban todos, aún seguían en sus camas, al menos la mayoría, el colchón donde había dejado al pecoso estaba vacío.

El reloj de la pared del comedor marcaba las 6:10 am, había caminado por todos lados buscándolo, pero no estaba, ni en la terraza, ni en nuestro cuarto, ni en ningún lado, el edificio estaba casi completamente desierto, ya no habían policías, la ambulancia que había escuchado en la noche ya no estaba tampoco y todos los pacientes estaban en el tercer piso.

- Tsukishima-kun? – la voz de Takeda-san me llegó por la espalda asustándome, me dedicó una suave sonrisa al ver mi reacción.

- No puedes dormir? – preguntó de nuevo esta vez poniendo una mano en mi brazo, pude examinar bien su rostro, sonreía ligeramente pero su semblante era de alguien que definitivamente no quería hacerlo.

- Estoy buscando a Yamaguchi, nos quedamos a dormir en el tercer piso pero… - me detuve sin encontrar la forma de explicarle lo de mi hallazgo con el catatónico.

- Buscaste en la terraza? – me pregunto llevándose una mano al mentón, ignore el hecho de que Takeda se conocía todos los hábitos de los pacientes.

- Sí, pero no estaba –

Cansado dejó salir un suspiro muy largo dejándose caer en una silla mirando hacia el techo.

- Bueno no te preocupes, Yamaguchi-kun suele ir y venir entre edificios, además de conocer las instalaciones mejor que nadie, si él quiere estar solo es probablemente mejor que lo dejemos estar –

- Pero…-

- Desafortunadamente Yamaguchi-kun ha pasado por esto muchas veces, lleva aquí mucho tiempo, y ha tenido que soportar muchas cosas que no debería, que no merece soportar, pero su concepto sobre la vida y la muerte está muy lejos de sus manos como para decidir el mismo al respecto -

- Aun así… no quiero que este solo – me sorprendí a mí mismo y mucho más a Takeda-san que me miro con los ojos de par en par, luego de mirarme un buen rato pensando probablemente que había escuchado mal esbozo una sonrisa, una real.

- Muchas gracias Tsukishima-kun – luego se levantó y se fue hacia el pasillo, se detuvo un momento dirigiendo su mirada de nuevo hacia mí.

- Ven conmigo – lo seguí de regreso al tercer piso, en la habitación Takeda-san se asomó un poco haciéndole una seña con la mano a Daichi-san.

El pelinegro tomó al bulto humano que tenía entre las piernas cubierto por las cobijas y lo alzó llevándolo hacia nosotros, Takeda-san empezó a caminar hacia el ascensor de nuevo, ninguno dijo nada así que supuse que debía seguirlos, fuimos al pabellón médico, era mi primera vez ahí, Yamaguchi tenía razón el olor era demasiado fuerte, los ojos se me aguaron y la nariz me ardió al momento en que cruzamos la enorme puerta que tenía pintada una enorme cruz roja.

Había varias puertas a cada lado del enorme pasillo todas entreabiertas, las de la derecha con camas y al otro lado con instrumentos médicos y escritorios.

Takeda-san entro a una de las habitaciones y abrió la ventana dejando entrar el sol veranero de la mañana, Daichi-san intento dejar a Sugawara-san en la cama pero el peligris se aferró con fuerza a sus hombros negándose a soltarlo.

- Vamos Sugawara-kun suéltalo, necesito hacerte un chequeo –

- Sugawara-san… no voy a irme, tranquilo… estarás bien – La voz de Daichi-san sonó suave y dulce, como quien cuida de un niño pequeño muerto de miedo, el peligris seguía sin expresión en su rostro, al final con algo de esfuerzo lograron que se recostara en la cama mientras Takeda-san comprobaba sus signos vitales y otras cosas más.

Poco a poco su expresión volvió a su cara, Takeda-san le colocó un catéter con suero en el brazo y lo sedó,

El pelinegro de pie a mi lado dejo salir un largo suspiro.

- Sugawara-san y tú… - intenté preguntar pero me detuvo levantando la mano.

- No, no es nada como eso, el solo necesita a alguien a su lado, no hay diferencia si fuese yo o alguien más, y o bueno... estoy bien con poder hacer algo – termino rascándose la nuca algo sonrojado.

- Seguro? - susurre sin darme cuenta que Takeda-san nos estaba escuchando.

- Tsukishima-kun, Sugawara-san es uno de mis estudiantes, cuando termine sus prácticas el ya no volverá aquí – la voz de Takeda fue seca y cortante, apenas termino de retiro de la habitación dejándonos solos en un silencio incómodo.

Quise decir algo pero no tenía idea de que, y tampoco quería empeorar nada, logre captar la expresión de impotencia y la frustración que ensombrecía su mirada lo suficiente para darme cuenta que no había nada que pudiese decir.

Puede que por el shock Sugawara-san hubiese desarrollado un apego por la persona más cercana, pero el que padecía Daichi-san por el peligris era más grave, más intencional, y probablemente más real.

Notas finales:

Hey Hey Hey!

Otro capitulo triste!!! (llore escribiendo es carta) un poquito de KuroTsukki, donde creen que ande Yamaguchi???
En el próximo cap esperen mas DaiSuga, y ahora si la declaración oficial de Takeda-san la reacción de todos y un pequeño drama KuroTsukkiYama
Ya saben pueden dejar sus reviews aqui abajito! los aprecio mucho! 

Muchas gracias a los que comentaron el cap anterior disculpen si los hago sufrir >:3

Para momo que comentó como anonimo en el anterior capitulo, Dios se me aguo el ojo con todo lo que escribiste (y podria tener poquito de cancer tambien :v) agradezco tu apreciacion de la historia, no hay nada mas satisfactorio que lograr llegar a las personas usto como uno se lo imagina, de verdad tus palabras me llegaron como la de todos los que me dejan comentarios largos son super motivantes y muy tiernos, en verdad me hacen sentir muy bien.

Hontoni arigatou!!, espero que puedas seguir la historia hasta el final!

Matta nee!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).