Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Good Enough to my madness - Suficientemente bueno para mi locura. por Bokutosama

[Reviews - 90]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey Hey Hey! Capitulo 5! 

> Travesuras a escondidas, un compañero pequeño y misterioso, hermosas pecas al desayuno <

Aun podía sentir el sonido de mis latidos estallando en mis oídos, esa sensación de hormigueo en todo mi cuerpo se negaba a desaparecer, estaba sentado en el suelo, se sentía frio, muy frio lograba tranquilizarme un poco.

Era apenas medio día, un día primaveral algo cálido, anunciando la llegada de un sofocante verano pero mi piel no estaba empapada de sudor por esa razón, si me era sincero no tenía como explicar todo eso.

En cuanto mi cerebro realizo la conexión entre la voz del chico, con la de mi alucinación, azote la puerta del baño y corrí fuera de la habitación como si hubiese visto al mismísimo Rey demonio, realmente creía que estaba exagerando, oh sí, claro que estaba siendo un exagerado de primera.

Me costaba demasiado reconocer que estaba perdiendo el control de mis reacciones corporales, en un momento podía estar tranquilo y al siguiente empapado de sudor, nervioso y temblando, sin provocación alguna… me detuve un momento, ¿sin provocación?, en mi mente se reprodujeron las escenas de mis anteriores días desde que entre al hospital, desde aquel viaje en la ambulancia, y la cinta se detuvo en aquel momento en que esa bola de pelos leyó mi línea en la primera terapia grupal.

Era ridículo.

Por un segundo, me permitir pensar que la cercanía con ese chico era la razón de todo.

Apreté los dientes, y me repetí que era ridículo, era muy ridículo.

Pase el resto del día recostado en esa pared, en ese desolado pasillo, hasta que el sol empezó a teñir de naranja el cielo dando paso a la noche, no recordaba en que piso estaba o por donde había llegado, solo me quede ahí mirando las nubes moverse lentamente por la ventana que tenía enfrente.

Me palpe el bolsillo en un viejo habito de buscar mi celular, y quizá poner algo de música en mis audífonos, pero ya no poseía nada de aquello, en su lugar palpé el aparato que me había entregado Takeda-san.

Le eche una ojeada, preguntándome porque había que tener tanta precaución? Recordé lo que habían dicho los demás sobre él, esquizofrenia, voces?, trate de traer a mi mente todo lo que sabía sobre ello, lo recordaba muy bien porque antes de que me diagnosticaran con TID varios decían que yo era esquizofrénico, pero la verdad es que hay cierto nivel de diferencia entre los dos trastornos.

Sin embargo, se supone que la esquizofrenia no es un solo trastorno es decir hay varios tipos, si lo de las voces era cierto el chico tenia alucinaciones auditivas y podría ser del tipo hebefrénica, no recordaba muy bien todos los síntomas, y todo lo que había podido ver de esa pobre bola de pelos era lo descuidado, y al parecer inestable que aparentaba ser. Aun así no me cabía que fuese violento, es decir era obvio que había hecho lo de la ventana, hasta lastimarse a sí mismo, pero en mi cabeza no cabía la imagen de esa bola de pelos queriendo golpear a alguien más. Más bien parecía que se rompería con el más mínimo movimiento. Pero mi tonto intento de entender su enfermedad no me devolvería el control de mí ya gastado cuerpo.

No sabía qué hora era, pero no quería tener problemas por no llegar a la hora de mi medicación, o peor aún hacer que alguien me buscara, me levante, no sentía mucho más que un cosquilleo en mi cadera y las piernas, dios cuanto tiempo había durado ahí sentado sin siquiera cambiar de posición.

Esta vez opte por el ascensor sin pensarlo mucho, estaba en el 11 según la marca borrosa junto al botón que alumbrada débilmente un color verdoso. Me subí al aparato en cuanto abrió la puerta, baje hasta el primer piso y me encamine por el pasillo a la sala de estar, seguro ahí habría algunos reunidos aun, o con suerte encontraría un reloj que me dijera que hora era.

De una de las puertas del pasillo que se encontraba entreabierta, iluminaba una tenue luz, el resto parecían vacías, me detuve en seco a un par de pasos de distancia.

- Ba… basta.. Ka Kageyama no! – ese era el pelinaranja, pero su voz sonaba… bueno como decirlo sin que sonara jodidamente mal.

- Para! – esta vez sonó como una orden, pero en forma de susurro como si no quisiera que alguien los escuchará, demasiado tarde, pensé.

Mi primer pensamiento fue darme la vuelta y volver por donde había llegado, pero una extraña curiosidad me obligo a quedarme contra la pared en completo silencio.

- Porque? – esa voz era más gruesa, y sonó ronca, seguro era la del pelinegro, yo apenas había escuchado cuando dijo “Hinata” una sola vez.

- Vamos, ya te lo he dicho, esta no es tu habitación, debemos regresar con los otros, empezaran a preguntarse dónde estamos? – le respondió el pelinaranja que no paraba de intentar susurrar.

Lo siguiente fue un sonido que me hizo arrepentirme de haberme quedado, el pelinaranja había soltado un gemido para nada disimulado y que había logrado erizarme la piel del brazo que sostenía contra la pared.

Lo siguiente fueron al parecer inútiles intentos de detener al pelinegro de hacer lo que sea que le estaba haciendo al enano.

La voz de Hinata sonaba suave y delgada, soltada en pequeño gemidos que apenas se escuchaban fuera de ahí, supuse que nadie aparte de mi iba a encontrarlos, así que sin ánimos de meter mis narices en lo que no me importaba, di media vuelta y empecé a caminar.

Llegue hasta el ascensor y me dispuse a buscar otro pasillo, cuando la puerta del aparato haciendo un horrible ruido se abrió, Takeda-san salió de ahí con una mano en la frente parecía apurado.

- Oh Tsukishima-kun te estaba buscando – dijo deteniéndose al verme

- Discúlpeme creo que me quede dormido en un pasillo en el piso 11 – le explique.

- No estuviste en el almuerzo – agrego esta vez no sonrió, me miro algo serio.

- No, lo siento – me disculpe haciéndole una leve reverencia solo para que me dejara ir.

- Bien vamos a comer entonces – dijo dándome una palmadita en la espalda, sentí un escalofrió recorrerme la espalda hasta donde esta pierde su honorable nombre, Takeda-san caminaba hacia el pasillo por el que estaban Hinata y Kageyama.

- Mierda – masculle muy bajo llamando su atención, realmente no era mi obligación, ni mi intención, si quiera detenerme a pensar en el bien de los otros pero una urgencia absurda me imploro que no dejara que Takeda-san fuera por ese pasillo.

- Pasa algo Tsukishima-kun? – me pregunto volteando a verme.

- Sería posible, qu… que habláramos un poco antes de ir a comer? – la voz me tembló, nunca había sido bueno para decir mentiras.

- Claro, dime que sucede – se acercó mirándome hacia arriba, el pobre hombre era por lo menos 20 cm más bajito que yo.

- Puede ser en su oficina? – me talle la nuca tratando de ser natural, definitivamente esos dos iban a quedar en deuda conmigo.

- Claro – sonrió para entrar de nuevo al ascensor conmigo detrás.

Bueno no es como que fuera a mencionarles que los salve de ser atrapados mientras hacían cosas sucias a escondidas. No podía negarlo, estaba que estallaba de risa, que creían que era esto, ¿Una preparatoria?, era un hospital mental por dios.

Estaba sentado frente a su escritorio y el decidió sentarse en la silla de al lado.

- Cuéntame Tsukishima-kun – aquí venia la peor parte, de que le iba a hablar?

- Bueno – sin darme cuenta ya me estaba tallando las manos – Quisiera saber si ya ha dado algún reporte sobre mí – fue lo único que se me ocurrió y fue ridículo, apenas llevaba ahí unos días, ni siquiera se había cumplido una semana, seguramente él iba a dar su primer reporte después de la visita de Akiteru.

- Bueno Tsukishima-kun, creo que aún es pronto para ello – me miro con un gran signo de sospecha dibujado en su expresión, me había descubierto?.

- Pero supongo que tú ya deberías saber eso – añadió, y se me erizo la piel de la nuca.

No atine a decir nada más, estaba en blanco revolviéndome en la silla.

- Es sobre Yamaguchi-kun? – preguntó, esa era una buena salida, me rasque de nuevo la nuca en señal de aprobación.

- Bien, pues que quieres saber? – me pregunto dejando escapar un suspiro.

- Bueno, Sugawara-san dijo que era esquizofrénico – bien!, volvía a tener control sobre mi voz. – también menciono que esta internado desde los 8 años – añadí.

- Supongo que quieres saber porque, no es asi? – me respondí relajándose en la silla.

- Lamentablemente Tsukishima-kun los detalles de su infancia es información privada que no me es permitido revelarte sin el debido permiso, pero aparte de eso puedo explicarte un poco su situación, es justo ya que tú vas a ser su compañero de habitación, te parece? – ya suponía que no me iba a contar todo pero en cierta manera quería tratar de entenderlo, lo poco que me pudiera decir ayudaría. Asentí con la cabeza mientras el buscaba en el cajón de su escritorio.

- Yamaguchi Tadashi, el menor de 2 hijos, huérfanos a los 8 años de edad, se le diagnostico con esquizofrenia hebefrénica, o desorganizada – levanto su mirada de la historia clínica que me estaba leyendo.

- Yamaguchi tiene alucinaciones auditivas, su percepción de la realidad es muy inestable, suele tener delirios, no habla mucho, su carácter se define más por parecer muy débil, y asustadizo. – soltó un suave soplido – En este momento se le trata con antipsicóticos y tranquilizantes, pero el cuerpo de Yamaguchi siempre termina acostumbrándose a la medicación por lo que nos cuesta aún más que le haga efecto, por ello el otro día pudo perder fácilmente el control a pesar de llevar ya un mes sin presentar ningún cuadro –

- Es peligroso? – me atreví a interrumpirlo.

- No más que tu – sonrió el director con una mueca de diversión en el rostro.

Yo también sonreí de lado, eso había sido astuto, y francamente me había traído de un halón a la realidad, supe en ese momento que esa bola de pelos no me intimidaba, era otra cosa, y mi curiosidad se estaba quemando por hallar una respuesta.

- Porque me puso con él en la misma habitación? – pregunte

- Ahora entiendo porque los otros hospitales no lograron dar un diagnostico desfavorable en tu contra – me sonrió juntando las manos.

- Eres un joven muy inteligente y bastante perspicaz, te puse con Yamaguchi porque hay algo que ustedes dos tienen en común, y una convivencia juntos podría llegar a ayudarles – sonrió maliciosamente lo que me sorprendió un poco.

- Quiero ver que tal resulta todo esto – se paró de la silla y yo lo imite.

Esta vez mi mente empezaba a darle la razón a Takeda-san había algo que me atraía peligrosamente a ese chico, y la alucinación en la que su voz intervino aun cuando apenas lo había visto un par de veces era una prueba más. 

- Tsukishima-kun! A donde fuiste?– cuando entramos a la cafetería el peligris se acercó a mí.

- Sugawara-san – dije en modo de saludo, el chico me miro algo extrañado.

- Suga-kun por favor podrías asegurarte que Tsukishima-kun se alimente correctamente? – Takeda-san le pidió al peligris con una sonrisa a lo que le otro acepto enérgicamente, luego el director se despidió y desapareció hacia la cocina.

Estábamos en los bancos comiendo, no era la mejor comida del mundo pero mi estómago estaba resentido por pasar todo el día sin probar bocado.

- Oh suga-san! – el pelinaranja apareció en la cafetería enérgico como siempre y con una sonrisa de oreja a oreja dirigiéndose hacia nosotros.

- Oh Hinata, donde estaban? Donde esta Kageyama? – preguntó algo enojado con el enano.

- Oh etto, bueno es que no se sentía muy bien asi que lo deje en su habitación, baje a buscarle algo de comida – sonrío, no pude dirigirle la mirada, no más de escucharlo hablar empezaba a recordar esa misma voz gimiéndole al pelinegro, provocándome escalofríos.

- La próxima vez lleva tu celular – le dijo el peligris alcanzándole el móvil que tenia en el bolsillo de la chamarra.

- Si señor! – respondió el enano corriendo a la barra de la cafetería a pedir algo de comida, nosotros seguimos comiendo en silencio, el pelinaranja regreso con una bandeja de comida.

- Le subiré esto a Kageyama, nos vemos en la medicación – mire el reloj en la pared, 8:09 aun hacía falta algo de tiempo para eso, cuando se giró para irse pude voltear a verlo y sin querer me fije en una pequeña marca rosada en su cuello que apenas sobresalía por el cuello de su playera, supongo que tarde un poco en darme cuenta, pero cuando ate los hechos no pude evitar el leve sonrojo que tiño mis mejillas.

- Debe parecerte extraño no? – el peligris me leía por completo, eso me hacía sentir aún más nervioso.

- Bueno ambos son hombres, supongo que eso te molesta no? – esta vez se había equivocado.

- No para nada – respondí, la verdad es que ese hecho no había ocupado mi cabeza ni un momento, de hecho, Akiteru también tenía ese tipo de inclinaciones así que para mí ya era bastante normal.

- Oh, inesperado – sonrío apuntándome con su cubierto plástico – te vez más del tipo conservador - añadió

- El pelinegro, porque está aquí? – me atreví a preguntar.

- Mmmm Kageyama?, bueno es algo complicado, ambos eran estudiantes en la misma preparatoria a la que yo iba, solo que ellos estaban en primero y yo en tercero – hizo una ligera pausa mirándome - cuando lo ves, cuál es tu primera impresión? – me preguntó levanto una ceja.

- Obsesivo - compulsivo – respondí

- Realmente eres bueno leyendo a las personas no es así? – me sonrió – Así es Kageyama Padece de TOC o Trastorno Obsesivo – Compulsivo, el pobre se obsesiono tanto con algo que en verdad amaba, hasta que perdió la cabeza, Hinata y el eran compañeros en ese entonces, al parecer su relación no empezó hasta que lo internaron, después de un grave incidente, de ahí en adelante, Hinata dejo la escuela, está trabajando en un bar cerca de aquí por las noches, y así poder venir cada día a verlo – la voz de Sugawara-san se había cargado de melancolía.

Repase un poco todo lo que el peligris me acaba de contar, entendí porque no me quiso dar detalles específicos, supongo que no es algo agradable de contar.

- Oh Yamaguchi-kun! – el peligris me saco de mis pensamientos de golpe, me gire rápidamente para encontrarme con la bola de pelos parada a unos pasos de mi con una bandeja de comida en las manos.

- Te quieres sentar? – preguntó el peligris haciéndose a un lado para darle espacio, el chico solo asintió con la cabeza agachada y se sentó frente a mi donde estaba hace un momento Sugawara.

El silencio que invadió la cafetería parecía de muerte, el chico comía un pan tajado con ambas manos y obvio no se veía casi nada con todo el cabello cayéndole por el frente.

- Cómo te sientes? – le pregunto el peligris, la bola de pelos apenas se movió hacia el susurrándole algo que yo no alcance a escuchar, sin saber porque se gesto me había irritado.

Me levante de la mesa, y lleve la bandeja a su lugar, no regrese con esos dos, solo me dispuse a ir directo al puesto de enfermería donde nos entregarían la medicación.

Cuando llegue, el pelinegro estaba sentado en el suelo contra la pared, tenía la cabeza inclinada hacia atrás, y la mirada perdida, en cuanto escucho mis pasos volteo suavemente hasta encajar su mirada en la mía.

Le hice un gesto con la mano, y el parpadeo lentamente, supuse que a forma de saludo, no se veía enojado, es más tenía una expresión de paz en su rostro que logro intrigarme tanto como para preguntar.

- Donde dejaste al enano? – me recosté contra la pared a unos metros de él mientras esperaba que apareciera la enfermera.

- Su nombre es Hinata, y está en el baño – respondió tranquilamente, no pude decir nada más, me sentí abrumado, era la primera vez que se dirigía a mí, su voz era gruesa y algo ronca, pero había algo en su tono de voz demasiado inquietante, o tranquilizante no podía distinguir cuál de las dos.

En ese momento llegó el pelinaranja dando salto muy animado.

- Oh que haces con el poste de luz!! – sonrió sentándose junto al pelinegro que se dejó ir un poco de lado juntando su hombro con el del mas pequeño.

- Chibi-chan – me burle con sarcasmo, mientras escuchaba la risilla del pelinaranja que recostaba su cabeza en el hombro del pelinegro.

Podía escucharlos susurrándose cosas, la voz dulce de Hinata no se diferenciaba mucho a la de una chica enamorada, yo no los veía, seguía recostado contra la pared a unos metros de Kageyama con la mirada perdida en el techo.

Recordé en ese momento todos aquellos episodios que presencie de mis padres, pero antes, eso solo me provocaba vergüenza, ahora era diferente, me hacía sentir tranquilo, nunca había llegado a sentir amor por alguien, en una forma romántica, tuve un par de novias pero eso no había durado más de un par de semanas a lo mucho. Aun así, aunque era consciente de no tener idea de que era eso de amar a alguien, gracias a mi hermano mayor era débil ante esas demostraciones tan abiertas de cariño, escuchar la melosidad de ese par de locos era tan reconfortante como sentir los largos dedos de mi hermano acariciándome el cabello.

Recibimos nuestra medicación, esta vez el pelinegro no renegó ni por un momento, esos cambios de humor tan drásticos marcaban más su enfermedad, ese día recibí doble ración, no entendí pero no había a quien cuestionar, una píldora amarilla y una capsula verde.

La bola de pelos estaba cerca de las escaleras con Sugawara-san, al parecer el recibía la medicación aparte de nosotros, ya que la enfermera lo estaba llamando para que entrara a la caseta, quizá iban a inyectarlo. Cuando salió, Tanaka, Asahi, y Sugawara-san lo esperaban, el pelado le lanzo el brazo por encima sonriendo ampliamente.

Decidí subir de una vez a dormir, subí las escaleras sin afán, llegue a mi piso, justo en el momento en que el pelinegro y la bola de pelos salían del ascensor.

- Buenas noches – Kageyama se despidió de ambos entrando a su cuarto que era la primera puerta del pasillo.

Ninguno contesto solo seguimos caminando hasta la nuestra, me deje caer en la cama de lado hacia la pared, escuche que el chico entro al baño se tardó un poco, luego salió y se envolvió entre las cobijas completamente, no se le veían ni la cabeza ni los pies.

Me quede viéndolo un rato en la penumbra del cuarto, esa noche hacia una esplendorosa luna llena, que alumbraba lo suficiente mi cara como para no dejarme dormir aun.

Me quite mis anteojos y los puse en el suelo con mis zapatos, tome una de las cobijas y me arrope, aunque no hacia frio, pero era suave y se sentía bien, repase rápidamente todo lo que había pasado ese día, y concluí que estar en ese hospital definitivamente no sería como los anteriores.

Me quede dormido de nuevo sin darme cuenta.

Escuche un suave murmullo a lo lejos de una respiración tranquila y pausada, entreabrí los ojos sin poder ver nada aun, los rayos del sol me pegaban directamente en la cara.

Tantee el suelo en busca de mis lentes, me los puse intentando sentarme pero un peso extra sobre mi pecho del que no había sido consiente hasta ese momento me lo impidió, alarmado enfoque mi vista somnolienta sobre el bulto bajo mi cobija, era él.

La bola de pelos estaba recostado sobre mi pecho bajo las cobijas.

- Que! Que crees que estás haciendo?¡ - me agite bajo su liviano cuerpo sin saber qué hacer, pero el chico ni se inmuto, se enrollo de nuevo en las cobijas como si estuviera en su propia cama.

- Oye! Oye, despierta – le hale la cobija un poco tratando de hacerlo despertar, saco una de sus manos vendadas por encima de la cobija moviendo su cabello hacia un lado, y ahí estaban, esos ojos castaños entrecerrados que brillaban con la luz del sol, unas suaves ojeras adornándolos, las pecas de sus mejillas parecían estar acomodadas con perfecta coordinación, su nariz era pequeña, y sus labios rosados y carnosos, entreabiertos un poco, me miraba desde mi pecho con esa mirada que ya había logrado ponerme a sudar tembloroso.

Al parecer tardo en procesarlo, un par de minutos después de mantener su mirada sobre mí, un sonrojo exploto en su cara hasta sus orejas haciéndolo levantarse de golpe de la cama y correr al baño.

Notas finales:

Dejen su review! quieren lemon el proximo capitulo??? 

Oh se me ocurre algo! elijan de pareja o personaje quieren saber mas en el proximo capitulo!! :D

Matte ne!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).