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Good Enough to my madness - Suficientemente bueno para mi locura. por Bokutosama

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Notas del capitulo:

Hey Hey Hey! Capitulo 7!

> miradas indiscretas, nuevas sensaciones, un instinto animal sin control <

Tomamos la medicación, todo se mantuvo en un sepulcral silencio, yo regrese a mi habitación por las escaleras como usualmente lo hacía, llegue a mi piso y unos sollozos me detuvieron.

El sonido salía de la habitación del pelinegro, al parecer era el único aparte de mí y de la bola de pelos que dormíamos en ese piso, las otras dos permanecían abiertas pero vacías.

Me asome un poco dejándome llevar por mi curiosidad, el enano estaba sentado en la cama abrazado a una almohada, decidí no entrometerme, en primera la situación de ese par no era muy clara para mí, sin duda el enano estaba demasiado apegado al otro, es decir solo había que mirar al resto de pacientes, en lo que llevaba ahí, no había presenciado la primera visita de un familiar o de un amigo, probablemente allá afuera ya no les quedaba nada.

Solté un suspiro, y seguí mi camino a mi habitación, la puerta estaba entreabierta, escuche el sonido de la ducha apenas entré, la bola de pelos había regresado antes que yo?, de hecho no recordaba haberlo visto en la entrega de la medicación.

Mi mente quedo en blanco unos momentos, no era posible que el enano se estuviera haciendo algo de nuevo o si?, ese pensamiento logro recorrerme como un impulso eléctrico dejándome la piel erizada al instante, sin pensármela mucho corrí al baño y abrí la puerta.

Para mi sorpresa no había puesto el seguro, pude ver su silueta a través de la puerta corrediza de la ducha que dio un respingo en el momento en que yo abrí.

Un par de segundos después de cerciorarme que no estuviera pasando nada extraño y sin decirle nada, volví a cerrar la puerta esta vez poniéndole el seguro tras de mí.

Me acerque al armario y me deshice de mi playera y los pantalones, saque una pijama que mi hermano me había empacada en la maleta, aun no desempacaba, solo había metido todo como cayo en el armario que había junto a la cama, tome el pantalón, gris de franela suave y lo deslice por mis piernas.

Por un momento repase el hecho de que la pareja de dos de mis locos compañeros de hospital, eran hombres también, sentí un leve calor en mis mejillas, aunque Akiteru también tenía esa inclinación, realmente el solo había tenido una pareja en su vida, y aún seguían juntos, así que para mí no era como que mi hermano fuera gay, simplemente se había enamorado de esa persona, el hecho que fuera hombre, mujer o un extraterrestre supongo que no le importó, eso era el amor, en un sentido romántico, no?, bueno yo tenía una nula experiencia en cuanto al tema.

En la preparatoria había tenido dos novias, a mí me gustaban las chicas no?, me pregunte a mí mismo tratando de traer los recuerdos con esas dos personas pero nada llego a mi cabeza, todo eso había sido antes de que mi vida se fuese a pique, pero si recordaba que ellas habían terminado la relación, no logre recordar si eso fue triste para mí o no.

Alguna vez había estado enamorado?

Un violento flash se apodero de mi mente, esa voz cálida chocando contra mi cuello que había logrado hacerme venir en mis propias manos esa misma mañana, trague saliva ante la reacción de mi piel al recordarlo, a mí no me gustaban las chicas?

Entonces me gustaban los hombres?, me pregunte tomando la playera de encima de la cama, estaba parado junto a la cama mirando a la nada, hundido en mis pensamientos.

Trate de imaginarme teniendo una relación con un hombre, es decir yo ni siquiera tenía idea de que consiste tener una relación con alguien?, si ponía a mis padres de ejemplo, significaría una vida melosa llena de ridiculeces y cosas vergonzosas. De la relación de Akiteru no tenía idea de mucho, había visto al chico un par de veces, era pelinegro, unos 10 centímetros más bajo que mi hermano y no hablaba mucho, mantenía un semblante serio, incluso ante las provocaciones de Akiteru que en ese aspecto era igual a mis padres, suavecito y amoroso.

El sonido de la puerta abriéndose me hizo dar un brinco sacándome de mis pensamientos, seguía de pie sosteniendo mi playera, con el torso desnudo.

La bola de pelos salió del baño con la toalla en los hombros, y unos shorts azules que le llegaban a mitad del muslo, también tenía su torso desnudo pero por la toalla no había mucho que ver, el pelo mojado le caía por los hombros pero se lo había acomodado hacia atrás, esta vez pude ver el explosivo sonrojo que le cubría casi toda la cara. Apenas se fijó en mí un segundo y luego desvió la mirada apretando con ambas manos las puntas de la toalla que le cubría su pálida piel.

Note las heridas en sus brazos que apenas cicatrizaban no se veían tan profundas, pero si escandalosas, como si hubiera puesto demasiado esfuerzo en hacérselas, aún estaban rojizas y algo moradas, quizá por el frio, era ridícula la forma en que mi cuerpo se alteraba cuando el aparecía cerca de mí, ya tenía la respiración agitada, y las manos temblorosas.

Lo vi regresar su mirada temblorosamente hacia mí, me examino completamente, esos ojos castaños me escanearon por completo en medio de parpadeos nerviosos, recordé las cicatrices en mis costados y me sentí incómodo. Volvió a quitar la mirada de mí en un rápido movimiento yendo hacia su cama, para mi sorpresa no era tan bajito como yo creía, quizá porque siempre estaba encorvado o echo bolita, apenas seria unos 8 o 10 centímetros más bajo que yo, pude darme una buena vista de su espalda y sus piernas, sus músculos eran marcados, no mucho pero si lo suficiente para notarlos sobre su piel.

No era excesivamente delgado como había imaginado las anteriores veces, ya que siempre tenía puesta ropa exageradamente grande, sin darme cuenta no le había quitado la mirada de encima desde que había salido del baño.

- Po… podrías de... dejar de verme con esa expresión?, - le escuche decir en cuanto se sentó en la cama dándome la espalda.

Trague saliva, que clase de expresión estaba haciendo?, sentí mis labios húmedos, y la respiración aún más agitada. Dios santo que me estaba pasando?, me lleve una mano a la cara, logrando sentarme dándole la espalda también.

El silencio reino en la habitación, él tampoco se había movido de su posición, y yo ya estaba cubierto de sudor, y estaba irritado así que valiéndome de ello tome una toalla y decidí darme un baño.

Seguía solo con el pantalón puesto así que me deshice de él, lo deje sobre la cama y camine en ropa interior hacia el baño, pude notar su mirada clavada en mi espalda, y el hormigueo que ya se había instalado entre mis vertebras aumento, ya no tenía control alguno, antes de llegar a la puerta voltee a verlo y el quito rápidamente su mirada de mí, sus orejas estaba rojas así como sus mejillas, para mi sorpresa vi como su pecho se movía al ritmo de su respiración agitada. Él estaba tan alterado como yo?

La curiosidad me pico en cierto lugar de mi cabeza que nunca había dejado actuar, desistí de seguir hacia el baño y me acerque a su cama, pude ver cómo empezó a temblar,  subí una rodilla al colchón para acercarme ya que él estaba sentado del otro lado, pude tener una buena bocarada de su cálido aroma, que me inundó los sentidos, estaba a unos centímetros de su nuca, podía verlo estremecerse.

- Podrías tu dejar de verme con esa expresión? – las palabras salieron de mi boca sin mi permiso, en un tono ronco y grave, acaso yo podía hablar de esa forma?

El estremecimiento en su cuerpo se intensifico más, y mi mente estaba en blanco de otro pensamiento que no fuese tocarlo, mis manos temblaban y parecía que había dejado de respirar por un buen rato, mis mejillas quemaban, quería acabar con esos odiosos centímetros que separaban mi nariz de su nuca, quería tocarlo y tenía que ser ya.

Posee uno de mis dedos en su espalda subiendo por su columna lentamente, Dios mi yema ardía, acaso era su cuerpo el que estaba así de caliente o era yo?, me seguí acercando hasta tocar mi nariz con su nuca, hice a un lado el cabello que caía y lo olfatee por la extensión de su cuello, él soltando un gemido suave y armonioso se inclinó un poco hacia al lado dejándome vía libre.

La poca cordura que me quedaba se fue al caño con ese sonido, para cuando volví en mi tenia mis manos en sus piernas apretando sus muslos tan fuerte como podía, mis dientes encajados en su cuello dándole varios mordiscos una y otra vez, su aroma me nublaba la visión, me sentía adormecido, mi espalda completamente pegada a la suya, sudorosos, el contacto se sentía celestial.

Por primera vez en mi vida sentía tanto placer, no podría ser otra cosa, no?, eso que me estaba quemando era un delirante placer, el chico no dejaba de soltar apasionantes sonidos con cada uno de mis movimientos, su voz me enloquecía, era suave y delgada, sus intentos por retener el sonido mordiéndose los labios me excitaban más.

- Ah Aaaaah! – eso fue un gemido fuerte y claro, la piel se me erizo completamente, en ese momento note que estaba rozando mi escandalosa erección contra sus glúteos, era firmes y suaves aún bajo la tela de su shorts, fuera de mis cabales aun tome su cintura fuertemente con ambas manos e intensifique el movimiento contra sus glúteos, mis bóxer ya estaban húmedos no solo del sudor si no del pre semen que se escapaba de mi sin mi consideración.

- De... detente – me rogo entre un suave gemido, en cierto modo eso me permitió volver a tener algo de lucidez, me incorpore en la cama a unos centímetros de él, soltando sus caderas, me fije en las marcas moradas de mis dedos en su piel, debido a la fuerza que había usado, su cuerpo se movía al ritmo de su agitada respiración, y se sostenía el pecho con una mano como si le doliera, me vi cubierto de sudor, con la boca extremadamente seca, los ojos vidriosos, mis lentes estaban empañados, mi ridícula erección se salía por encima del elástico del bóxer, definitivamente ese tamaño no era familiar para mí, me lleve una  mano a la frente, el calor era sofocante, sentía que toda la habitación era un horno.

Mis deseos estaban lejos de dejarme levantar y huir de ahí, la necesidad era demasiado imperiosa, y aun no media la magnitud de ninguno de mis actos, solo quería más.

Rendido ante mi instinto animal, lo tome por los hombros, comencé a dejar un camino de besos y mordidas por su espalda haciendo que se estremeciera bruscamente y estirara su espalda hacia atrás, continúe bajando hasta donde mi flexibilidad me lo permitió, subí de nuevo, y en su hombro justo ahí, encaje mis labios succionando esa pálida piel con todo lo que tenía, podía escuchar lo que ya eran fuertes gemidos que no podía ahogar entre sus labios.

Pude ver la marca rojiza, que se distinguía perfectamente en su pálida piel, mis manos ya estaban  de nuevo en sus caderas acariciándolo suavemente, el intentaba recuperar el aliento entre suaves gemidos, lo tome del hombro con una mano lanzándolo bruscamente contra la cama.

Oh si eso era lo que más deseaba, la vista no hubiese podido ser más perfecta, sus ojos castaños estaban vidriosos, sus cejas algo encorvadas por mi repentina acción, sus labios entreabiertos tratando de atrapar tanto aire como les fuera posible, ese sonrojo explosivo que le cubría sus pecosas mejillas hasta las orejas, su cabello aun húmedo desparramado por la almohada, su cuerpo tembloroso debajo del mío, me lance sobre el atrapando de nuevo la piel de su cuello entre mis labios, frotando mi erección contra su muslo, se sentía jodidamente bien, cada roce con su cuerpo me volvía loco.

Sus gemidos fueron más salvajes, agradecí mentalmente que esa noche no hubiese nadie más en ese piso, tratando de acomodarme más sobre él, mi erección que ya se escapaba del bóxer se rozó con algo cálido, dirigí mi mirada rápidamente divisando la montaña que ya crecía entre sus shorts, la provocación final para perder completamente mi débil cordura.

Con un movimiento me deshice de su shorts, y sus bóxer dejándolo completamente desnudo, su piel era suave, excepto en las partes donde tenía cicatrices, aun así se sentía demasiado excitante esa piel rugosa, sus gemidos delirantes me trajeron de nuevo a la situación, tenía nuestras erecciones entre mi mano rozándolas tan rápido como podía, sentía que estaba en el mismísimo cielo, no podía parar, clave mi mirada en sus ojos, mientras el me esquivaba la mirada avergonzado, tratando de cubrirse la boca con sus manos, lo siguiente que sentí fue ese líquido ardiente y viscoso corriendo por mi abdomen, acompañado de un dulce sonido raposo que salió del fondo de su garganta, no me importo en lo absoluto, más bien tuvo un efecto aun más tentador para mí.

No sabía cómo , pero mi cuerpo reaccionaba sin necesidad de mis órdenes, en primera yo no tenía experiencia teniendo sexo, si había tenido relaciones pero nunca había llegado más allá de un beso, y tener ese lado salvaje de mi explotando contra un chico con el que ni siquiera había hablado en la vida me aterraba un poco, pero no era como si pudiera controlarme, mi erección ya estaba golpeando su entrada con fuerza, tratando de abrirme paso, sus expresiones de dolor, solo lograban tentarme más, de algún modo estaba un poco más consciente que al principio pero aun así mi cuerpo no respondía se movía por sí solo.

- ya basta! detente!- Me grite internamente

- Tsu… Tsukki – susurro entre gemidos mirándome directamente a los ojos.

Fue como un golpe directo, todo se volvió blanco, para cuando volví en mí, estaba golpeando las partes más profundas de su cálido ser con mi entrepierna, sus gemidos fuertes y raposos hacían temblar mi erección dentro de él, donde me apretaba con fuerza, me estaba mordiendo los labios pero mi propia voz estaba saliéndose de mi cuerpo sin mi permiso, gemía descontroladamente, mientras esas paredes carnosas me tragaban placenteramente.

- Dem… demonios – me mordí los labios con más fuerza sintiendo esa cálida y placentera corriente eléctrica formándose en mi estómago bajo, en mi inútil intento de controlarme él se vino de nuevo explosivamente manchando su pecho y salpicando mi mentón.

Su exquisita expresión, su aroma, sus labios abiertos dejando salir ese delicioso sonido pudo más que mis fuerzas, haciéndome soltar todo en su interior, en un ahogado gruñido, pude sentir perfectamente como esas paredes se llenaban de mi esencia en lo que yo salía suavemente entre sus suaves gemidos entre respiraciones ahogadas tratando de recuperar el aliento.

El aliento que yo le había robado.

Abrí los ojos lentamente, la luz me molestaba, tenía los lentes puestos, y me dolía la cabeza, mire hacia un lado, ahí estaba mi cama, con mi pantalón extendido sobre ella, en el suelo estaban unas cuantas prendas de ropa, reconocí mis bóxer negros entre ellas.

Sentí algo cálido aferrado a mi costado, me voltee lentamente a causa del dolor de cabeza, solo podía distinguir una mata de pelos por encima de mi pecho, el resto estaba bajo la cobija, moví un poco las piernas aun sin entender muy bien la situación, estaba desnudo.

En ese momento entre en sí y de un brinco me caí de la cama.

Todos los recuerdos de la noche anterior, el sonido de sus gemidos, el montón de sensaciones nuevas que me había atrevido a disfrutar con un desconocido en un hospital mental, cayeron como un balde de agua fría sobre mi cabeza, él se removió en  la cama al no sentirme más en ella, y entre abrió los ojos suavemente, en cuanto me vio un sonrojo exploto en sus mejillas.

Qué demonios había hecho!!?

Notas finales:

Hey Hey Hey Como estan!? que tal el capitulo?? dejenme sus opiniones, a a quienes han dejado sus reviews les agradezco desde lo profundo de mi kokoro! disfruten de un yamagucho bien uke ;) son muy lindas sus opiniones eso me inspira a escribir mas :D esta no va a ser una historia corta, y si me lo pienso apenas estamos empezando asi que ojala puedan seguirla hasta el final!

Matta nee!


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