4. Consecuencias de apostar
Los tacones de aguja, los pump, block, tapered, blade, wedge y botas de tacón son calzado que se caracteriza por ser usados por las mujeres para hacerlas ver mas altas, femeninas y con una figura mas estilizada o al menos eso era lo que su hermana menor siempre le decía cuando exigía su compañía y la de su tío para cargar sus cajas de zapatos, entonces ¡¿por qué, por todo lo que se consideraba santo, tenia unos tacones de quince centímetros en sus manos?!
Mikaela gruño, la culpa de todo aquello era de la amiga peli morada de Yuu-chan.
Enserio, ¿por qué su novio se empeñaba en apostar contra Shinoa si sabia que iba a perder? Shinoa era como un arma nuclear contra el gobierno mundial si es que se trataba de hacer que algo saliera como ella quería, mas aun, si se trataba de hacer avergonzar a Yuu-chan; maldijo el momento en el que acepto dar ¨apoyo moral¨ a su novio, si bien acepto al ver la cara de total desesperación de Yuu-chan, se sintió timado ya que solo a milisegundos luego de que aceptase este había desecho su cara de sufrimiento para empezar a quejarse de lo pesado que seria tener que aprender a caminar en tacones.
Shinoa es un demonio vil y tramposo que estaba corrompiendo a Yuu-chan.
No era que la peli morada le cayese mal pero habían ocasiones en las que le llegaba a poner de los nervios con todo lo que le hacia pasar a su novio.
Mikaela soltó un suspiro pesado aunque era mas que todo resignado antes de sentarse en la alfombra, esta no era su idea de pasar un viernes en la noche cuando no había nadie en la casa de Yuu-chan, hasta el sobreprotector hermano mayor de Yuu-chan se había ido a una cita con Shinya ¡por todo el fin de semana! Prácticamente les habían dado luz verde.
Mika volvió a mirar los tacones negros de quince centímetros en sus manos, gracias a Krul había aprendido a apreciar la belleza que esas cosas negras y puntiagudas así como también había aprendido lo dolorosos que podían llegar a ser, solo recordar a su tío Ferid usándolos durante dos semanas porque Krul querías sus botas ¨suaves¨ le hacia replantearse el hecho de no haber ido con Yuu-chan a sus practicas en el club de teatro.
Mierda.
Mikaela maldijo a Shinoa en todas las lenguas que conocía así como también maldijo a todos sus antepasados; si no se hubiese tenido que ir por un encargo del molesto profesor Crowley hubiese podido evitar que Shinoa apostase con Yuu-cha aunque de nada le serbia lamentarse, Yuu-chan tendría que vestirse del gato de Cheshire en tacones ya que a Shinoa nada la paraba cuando ganaba una apuesta y menos si quien perdía se trataba de Yuu-chan.
El rubio no levanto la mirada al escuchar la puerta abrirse, estaba demasiado ocupado fulminando con la mirada los tacones que tenia en las manos.
-¿Aun no te los haz puesto, Mika?
El nombrado no despego la mirada de las armas mortales en sus manos, con ellas fácilmente podría matar a alguien ¡si parecían dagas!
Mikaela frunció el ceño.
-¿Es necesario que los use, Yuu-chan?
Yuu agradecía desde el fondo de su corazón el hecho de que Mika aun no levantase la mirada, se sentía algo cohibido con todo aquello aun mas cuando Shinoa le entrego el disfraz y los zapatos para luego decirle que tenia que obligar a Mika a que le enseñase como usar tacones o de ser posible hacerle usar un par.
¿Por qué tenia que hacer aquello si la apuesta solo consistía en vestirse así y caminar solo dentro del club de teatro?
Te beneficiara, Yuu, solo deja que ese novio tuyo te los vea puestos y apuesto que Mikaela hará lo imposible para que los uses de manera ¨correcta¨.
Aun no entendía el porque Shinoa se había mostrado de lo mas feliz al decirle aquello aunque Shinoa siempre estaba feliz cuando ganaba ya que después de todo él era quien había perdido pero estaba absoluta e irrevocablemente seguro de que Shinoa había hecho trampa.
Yuichiro soltó un bufido.
-Si yo tengo que usarlo, tu también.
Mika suspiro para luego levantar la mirada y quedarse hecho de piedra, sentía que de un momento a otro despertaría de este sueño irreal lo cual no deseaba.
El rubio se peñisco discretamente el brazo sin apartar la mirada del pelinegro, al menos de algo estaba seguro y eso era de que aquello no era un sueño.
Mikaela retiraba todos sus anteriores pensamientos, Shinoa era un ángel con todo y el halo digno de veneración, es mas, el mismo le haría el bendito templo si es que le daba un video o al menos fotos de Yuu-chan en esos candentes tacones negros, maldecía el no haber cargado su celular.
El rubio miro sin ningún tipo de pudor desde las esponjosas orejas de gato que se fundía como si fuese parte de la cabellera pelinegra, la boa de plumas rosa y dijes encajada en los hombros y manos dando la imagen bohemia a diferencia de la usual imagen de delincuente juvenil que solía llevar Yuu-chan, la camiseta negra ajustada llena de accesorios que dejaba el plano vientre al descubierto, el short negro ajustado con la alusión a media falda cubierta con los mismos accesorios de la camiseta, las medias rayadas de negro y verde que cubrían gran parte de las largas piernas de Yuu-chan para luego seguir bajando la mirada lentamente llegando a la magnificencia de los zapatos negros de tacón alto que hacían que la cruda sensualidad agresiva que Yuu-chan usualmente no mostraba fuera de una pelea o en los momentos íntimos que compartían saliese en todo su esplendor.
Tal vez el hecho de que Yuu-chan aprenda a usar tacones no fuese tan malo.
El rubio trago saliva con disimulo, su novio nunca se había visto tan provocativo como en ese momento.
Yuichiro evito mirar a Mika por dos razones; la primera era que aunque no lo pareciese se sentía avergonzado por tener que usar aquel traje, y la segunda era que Mika parecía desnudarlo con la mirada; el pelinegro maldijo el momento en el que aposto con Shinoa e ignoro las advertencias de Yoichi.
No lo olvides, Yuu, tienes que vestir el traje completo y enseñárselo a Mikaela.
Yuu maldijo el momento en el que Shinoa le dio ese traje y aun mas cuando le dio los tacones.
-Te queda muy, muy, pero muy bien ese atuendo, Yuu-chan.
El pelinegro se sonrojo tan profundamente que sentía que de un momento a otro le saldría humo de las orejas ¿y como no hacerlo cuando Mika hablaba en ese tono ronco que parecía acariciarle cada centímetro de piel?.
Mikaela rio suavemente ante la reacción a su comentario, avergonzar a Yuu-chan era uno de sus deportes favoritos aunque era bastante difícil de lograr en una situación normal, agradecería a Shinoa luego.
Yuuichiro se cruzo de brazos visiblemente molesto por reaccionar como una mocosa hormonal, si no fuese porque escucho a Mika reír de seguro en esos momentos estaría jugando con sus manos; el pelinegro dio un suspiro suave calmándose, solo era un estúpido disfraz… un disfraz jodidamente revelador pero un disfraz al fin y al cabo.
Mika supo que el juego había vuelto a ser complicado cuando vio como Yuu-chan volvía a tener ese aparente temple semi calmado de siempre al igual que le miraba de lo mas fastidiado.
Yuu suspiro con fastidio a la vez que caminaba tambaleándose hasta llegar a sentarse en el borde de su cama.
-Cállate y ponte los tacones.
Mikaela se hubiese tomado mas enserio el tono enojado de su novio si es que no se hubiese tambaleado como cordero recién nacido, si Yuu-chan se vía así de bien sin saber caminar debidamente con tacones ¿cómo se veria caminando como un femme fatale?
A Yuu no le gusto nada la sonrisa calculadora que Mika comenzaba a esbozar.
-Yo no fui quien perdió la apuesta contra Shinoa~
Yuu chasqueo la lengua. Algo tramaba Mika, de eso estaba ciento por ciento seguro.
-Eres mi novio, debes apoyarme.
Yuichiro se estremeció cuando los ojos de Mika empezaron a tener ese tinte rojizo que conocía mas que bien, sus caderas suelen doler cada que veía ese tinte rojizo.
-Por supuesto que te apoyare~ pero quiero una recompensa~
El pelinegro entrecerró los ojos en dirección del rubio con la picara sonrisa, no tenia que ser un genio para averiguar sus pensamientos.
-Pervertido.
Para casi todo el mundo Mikaela Tepes era una persona fría y sin corazón que le venia importando un reverendo pimiento si desidias saltar de un puente o no aunque aquello siempre cambiaba si ponían a Yuichiro Hyakuya, para todo aquel que conocía a ambos chicos era gracioso ver como ambos se complementaban tan bien cuando eran tan opuestos ya que mientras que Mikaela Tepes parecía ser un vampiro sin corazón, Yuichiro Hyakuya era alguien explosivo e impulsivo.
Ambos chicos se miraron a los ojos.
Mikaela amplio su sonrisa, una que solo era para Yuu.
-Solo contigo, cariño~
Ambos chicos compartieron una de esas miradas cómplices, una mirada que podía decir mas que miles de palabras entre ellos; Yuu relajo el rostro mientras soltaba una risilla, para el pelinegro era agradable poder ver ese abanico de expresiones que Mika podía llegar a tener cada que estaban juntos, cada mirada, cada palabra, cada rose, cada beso, cada caricia era único y cargado con una emoción que solo se mostraban entre ambos, nadie mas estaba incluido en ese intercambio que tenían así como tampoco nadie podía meterse entre los dos sin tener un ataque de diabetes.
El pelinegro dejo de reír cuando sintió una aguda punzada en sus pies.
Si se quebraba una pierna Shinoa le pagaría el hospital.
Yuu extendió la pierna en el aire fulminando su calzado con la mirada a la vez que Mikaela volvía a maldecir el hecho de no haber cargado su celular.
-¿Cómo hacen las chicas para usar estas mounstrocidades?
-¿Practica y una buena dosis de anestesia local?
Mika se encogió de hombros de manera desinteresada pero aun así mantenía la mirada en su novio, la expresión adolorida en el rostro de Yuu-chan no era algo que se viese todos los días como tampoco era algo que disfrutase por mas que estuviese en ese provocador disfraz.
Yuu bajo la pierna.
-Puede ser.
Mikaela pensó unos segundos e hizo una mueca desviando la mirada hacia los tacones que aun sostenía en sus manos.
-Krul los usa diario.
La hermana menor del rubio tenia dos cuartos enteros de zapatos de tacón aunque en su mayoría eran botas de tacón con los que andaba todos los días de la semana, Mikaela no recordaba haberla visto usar ni siquiera unas simples zapatillas.
-Empieza a orar por sus pies.
Mika asintió a la vez que miraba con el mas profundo desprecio los zapatos que aun sostenía en sus manos. Yuichiro juraba que si no estuviese casi retorciéndose de dolor por las punzadas en sus pies se reiría de Mika.
-Lo hare, estas ¨cosas¨ deberían incinerarse.
Yuu volvió a sentir otra punzada en sus pies ¿qué había hecho para merecer aquello?... pensándolo mejor ¿por qué el castigo no podía ser otro?
-Mika no aguanto estos estúpidos zapatos …
El rubio volvió a ver a su novio solo para verle levantar la pierna de manera provocadora haciendo que su sangre bombease mas rápido; Mika sabia que Yuu-chan no se daba cuenta que sus movimientos le invitaban a hacer cosas que harían a un cura mandarle a rezar unas doscientas Ave Marias por lo pecaminoso de sus pensamientos.
-…quítamelo, por favor.
Mika soltó en el acto las ¨cosas¨ que hasta ahora había estado cargando en sus manos solo para levantarse del suelo de manera gatuna, casi como un depredador.
-Con gusto, Yuu-chan~
Ambos chicos hicieron contacto visual, la mirada rojiza choco con la mirada verde esmeralda.
Yuu sintió un estremecimiento placentero recorrerle desde la punta del cabello a los pies a la vez que sentía un creciente temor por sus caderas al ver como Mikaela se acercaba hasta él para luego tomar de manera delicada su pierna derecha que aun estaba alzada. Mikaela cogió el tobillo del pelinegro mientras que con su mano libre deslizo lentamente los dedos desde el inicio de la pantorrilla contorneándola hasta que llego a la parte posterior de la rodilla donde se detuvo unos segundos dejando que el calor de su mano se quedase grabado.
Yuu sabia que todos los estremecimientos que sentía también los podía sentir Mika al igual que aseguraba que el deseo era el mismo que Mikaela reflejaba en su mirada.
Mika volvió a deslizar su mano lentamente pero a su posición inicial logrando un chasquido de lengua por parte de su novio, nunca se cansaría de molestarle ya que sus expresiones le eran de lo mas divertidas, la mueca que tenia era mas un puchero caprichoso que una mueca y era algo que solo Mikaela podía provocar y de lo que estaba orgulloso.
-Quítamelos.
Mikaela no pudo evitar esbozar una sonrisa ante el tono frustrado.
-¿Seguro?
Mika sabia que no era bueno tentar su suerte cuando se estaba divirtiendo de lo lindo pero aun así tenia algo con el hecho de molestar un poco a Yuu-chan.
El pelinegro estaba a punto de retirar su pierna de las manos del rubio cuando sintió un punzo por lo que se trago su orgullo y asintió a la vez que se mordía el labio inferior y aunque no lo supiese eso fue lo que provoco que los ojos de Mika se pusieran de un color rojo mas intenso.
Mika se moría por lanzarse a mordisquear los suaves labio de Yuu-chan como en muchas ocasiones lo había hecho pero se contuvo. El rubio volvió a deslizar sus manos pero en esta ocasión coloco una mano a media pantorrilla a modo de apoyo mientras de la otra se deslizo por la parte posterior del calzado demoniaco dándole una ligera presión retirándolo con extremo cuidado, en ningún momento ninguno de los dos chicos dejo de mirarse a los ojos.
Yuu dejo salir un gemido por volver a sentir la sangre circular debidamente por su pie.
¿Quién diría que el simple hecho de quitar un calzado seria tan sensual?
Mika tenia una duda existencial ¿sacaba el otro zapato o se lanzaba sobre Yuu? La respuesta era mas que clara.
Mikaela bajo lentamente la pierna de Yuu para luego coger la que aun tenia el calzado aunque en esta ocasión no deslizo sus manos hasta llegar a la rodilla del pelinegro sino que simplemente coloco una mano a media pantorrilla a modo de apoyo para luego quitar el calzado ejerciendo la presión adecuada, el resultado fue el mismo.
Yuu soltó un gemido quedo al sentir que ya no tenia esos endemoniados zapatos pero en esta ocasión cerro los ojos disfrutando de la sensación.
Mikaela comprobó que tenia algo que siempre le habían dicho poseer, paciencia.
Yuu abrió los ojos solo para mirar curioso a Mika quien aun no soltaba su pierna.
-¿Mika?
El nombrado no respondió sino que deslizo una manos por el contorno de las medias rayadas desde la pantorrilla del pelinegro hasta la rodilla mientras que una de sus manos serbia de apoyo, la temperatura en la habitación empezó a subir cuando Mika y Yuu volvieron a tener contacto visual.
Yuu sintió su garganta seca.
Mika, sin despegar la mirada de la del pelinegro, deslizo su mano libre de la rodilla hasta llegar a medio muslo y el inicio de la media, el rubio estiro ligeramente el elástico bajando la media de a poco provocando estremecimientos en el pelinegro; cuando Mika saco la media alzo aun mas la pierna de Yuu-chan para dar un ligero mordisco en el inicio del muslo.
-Ughh.
Si bien el gemido de Yuu casi hace que el autocontrol de Mika se fuese por el caño, tenia aun muchas cosas que hacer como para que todo se le fuese de las manos en ese momento, pasarían el mejor fin de semana.
Mika avanzo hasta ponerse encima de su novio y poner la pierna que hasta ahora sostenía alrededor de su cintura.
Yuu se relamió los labios e manera inconsciente a la vez que colocaba los brazos alrededor del cuello del rubio jalándole para acortar la distancia.
-También te ayudare a quitarte el disfraz, Yuu-chan~
Tal vez no era tan malo que Yuu-chan y Shinoa apostasen.