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Inefable por yola1996acuario

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Notas del capitulo:


Holaaaa!!!! Chicas(os) que leen esto, se que me tarde y mucho pero aqui esta!!! espero que les guste aunque algunos me querran colgar luego lol

Psdt. Mikaela es sexy!!

OnS no me pertenece... Mika hubiese tenido aunque sea un acto de celos posesivos lol

 

5. ¿Dejarte?Jamás

Yuu estaba no solo cansado de correr como loco por todo el jodido hospital sino que también estaba hambriento, y todo por entregar unas estúpidas rosas.

Maldito Kimizuki, solo a ese idiota le podía dar anemia en temporada de exámenes.

¨Todos queremos que tu le lleves las flores a Kimizuki, hazlo que se pondrá feliz¨. Si claro, a duras penas y se soportaban. Yuu conocía a Shinoa de toda la vida y estaba bastante seguro de que quería emparejarle con Kimizuki. Casi tuvo arcadas.

Yuu gruño al ver el numero de habitación de Kimizuki, le tiraría las flores en su estúpida cara.

-Aquí tienes tus estúpidas flores de recuperación, grandísimo imbécil.–El pelinegro abrió la puerta tan rápido que no pudo ni enfocar bien hacia donde lanzo el ramo de flores pero por el gruñido molesto sabia que había despertado a Kimizuki, bien.

Silencio.

Yuu empezó a sentir cierta incomodidad. Usualmente Kimizuki saltaba a la mínima provocación que le hacia, es mas, para ese momento ya le hubiese devuelto el ramo e iniciado una pelea. ¿Por qué no decía o hacia nada?. Pasaron algunos segundos de silencio incomodo en lo que unas pálidas manos sujetaron el ramo de rosas revelando unos despeinados cabellos rubios.

Kimizuki no era pálido ni rubio.

-No creo haber pedido ningún arreglo floral.

El rubio se quito el ramo de su cara mostrando unos hipnotizantes ojos azules y unas facciones finas que aunque se veían delicadas no daban la sensación de ser femeninas sino que le hacían ver de lo mas... interesantes. Yuu voltio a verificar el numero de la habitación y era el correcto. ¿Qué hacia ese extraño en la habitación de Kimizuki?

-¿Esta no es la habitación de Kimizuki?

-Lo es­–Mikaela señalo el lado opuesto de la habitación, lado que estaba cubierto por una cortina.–de aquel lado.

Yuu se sonrojo profundamente. A la próxima se cercioraría a quien lanzaba flores, mejor aun, no volvería a lanzar un ramo de flores a menos de que estuviese ciento porciento seguro de que los blancos fuesen Kimizuki o el estúpido de su hermano Guren.

-Lo siento por la confusión.

-Bien.

Apenas Yuu vio al rubio coger nuevamente el ramo de rosas pensó que se lo tiraría del mismo modo en el que él lo había tirado pero este simplemente lo extendió para que fuese a tomarlo lo cual no dudo en hacer.

-¿A dónde fue?–Yuu juraba que el chico en la camilla quería que le dejase de hablar y se largara de una buena vez pero había algo en él que simplemente le atraía.

Mikaela chasqueo la lengua. ¿Es que no podía descansar ni un minuto?

-Solo le vi irse con el doctor hace un rato.

Yuu observo los fríos ojos azules del chico en la camilla, cada segundo le venían gustando mas y mas. Tal vez venir no hubiese sido tan mala idea.

Mikaela ya se empezaba a molestar. Hace solo un par de horas había tenido su tratamiento. ¿No podía descansar sin que nadie le viniese a molestar?.

-¿Sabes cuándo vuelve?

El rubio reprimió su necesidad de gruñir.

-No.–Aquel monosílabo no solo había sido seco sino que también había sido acompañado de una fría mirada que decía claramente ¨no me hables¨, lo que Mikaela no sabia era que Yuichiro tenia un amor por hacer lo que se le viniera en gana.

Yuu tenia pocas experiencias haciendo amigos, generalmente las personas se le pegaban y con el tiempo se formaba su amistad pero en esta ocasión quería hacer las cosas de manera ¨correcta¨. Extendió una mano y sin darse cuenta dio una sonrisa radiante.

-Soy Yuuichiro Hyakuya.

Mikaela ya estaba mas que molesto. No solo le despertaba lanzándole un ramo de rosas ¡con espinas! Sino que también tenia el descaro de verse de lo mas feliz y extenderle la mano.

-¿Podrías dejar de hablarme?–Ignoro la mano que le extendían.

Yuu sonrió de lado.

-Nop.

Problemático. Mikaela juraba que con esa palabra podría describir al chico de ojos verdes.

-Eres molesto.

Yuu soltó una risa a la vez que bajaba su mano, no le importaba que el otro no la tomase.

Mikaela por un segundo, uno que nunca admitiría, se perdió en el sonido de la risa del molesto muchacho. Lindo. Ugh, tal vez estaba mas cansado de lo que creía para pensar aquello.

-Me lo dicen seguido–Le agradaba el chico que tenia frente a él. ¡Oh, casi lo olvidaba!–No me has dicho tu nombre.

Mikaela bufo.

-No tengo por que decírtelo.–El chico estaba loco si creía que le diría su nombre tan fácilmente.

Yuu se encogió de hombros, a la vez, dejaba las flores cerca a los pies de la cama del rubio quien no dejaba de fruncir el ceño. Yuichiro sonrió ante lo que sabia molestaría al chico rubio, esto se podría convertir en su nuevo hobby.

Mikaela frunció el ceño cuando vio como el pelinegro miraba detenidamente algo a los pies de su cama. Que idiota era. ¿Cómo podía haberlo olvidado?

-Paciente: Mikaela Tepes. Edad: 17años. Dr. Ferid Tepes a cargo .–Yuu leyó con una sonrisa la información en el cartoncillo.

Mikaela entrecerró los ojos.

-Dices una palabra mas y llamo a la enfermera para que te eche.–Cada palabra dicha fue mas un siseo en advertencia, advertencia que Yuichiro ignoro de manera olímpica al sentarse en una de las sillas libres cerca de la cama.

-No lo harás.

Mikaela se cruzo de brazos mientras fulminaba con la mirada al ojiverde.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Ya lo habrías hecho. –Yuu sonrió radiante.

Mikaela volteo el rostro sin querer que el molesto muchacho viese su rostro ligeramente ruborizado, aquella sonrisa era demasiado. ¿Hace cuanto nadie le sonreía de ese modo? Mucho, tal vez demasiado. Mikaela gruño antes de volver a su posición anterior e ignorar, o tratar, al pelinegro que le empezó a contar sobre el porque había llegado tan apurado.

Pasados unos minutos llego Kimizuki de lo mas alegre por la noticia de su próxima alta del hospital pero apenas entro a su habitación compartida, se le esfumo cualquier alegría al encontrar algo aterrador, mas aterrador que cualquier otra cosa que hubiese visto con anterioridad. Mas aterrador que cualquier película de terror elegida por Shinoa. Yuichiro Hyakuya de lo mas risueño. Aquel hecho no solo lo aterro sino que también le molesto de alguna forma ya que su idiota amigo le ignoro olímpicamente. ¡A él!. ¡Ni siquiera le busco pelea!. ¿Algo estaba mal con el mundo o Yuu se golpeo la cabeza?. Kimizuki podía tolerar que Yuu le ignorase en una situación normal pero que ni siquiera le hubiese prestado la mínima atención después de darle un escueto ¨hola¨ era el jodido colmo. El peli rosa por primera vez presto verdadera atención a lo que su molesto amigo hacia y descubrió algo que tal vez dejase a Shinoa de tratar de juntarles. ¿Quién diría que su frio compañero de habitación fuese tan útil?

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Cuando Yuu entro en la habitación aquel día hubo algo diferente en la persona a la que venia a visitar, al principio no supo que era lo que era pero tras mirar detenidamente el rostro del rubio se percato del cambio.

-¿Por qué tus ojos estan rojos?

Mikaela dejo de leer el libro que tenia para ver al ojiverde. Con el paso de las semanas se había acostumbrado totalmente, para su molestia personal, a la ruidosa presencia de Yuichiro Hyakuya aunque eso no quería decir que disfrutase de su compañía. No, señor. El hecho de que en ocasiones se riese sin querer de las ocurrencias del molesto chico o que tuviesen interés comunes de los que hablar no significaba que le gustase su compañía. No, por supuesto que no. En absoluto. ¿Cierto?

-Soy albino.–Mikaela volvió la atención a su libro.

Yuu fruncio el ceño antes de sentarse en la silla que prácticamente tenia su nombre escrito.

-Hace unas semanas eran azules.

El rubio soltó un suspiro para luego dejar su libro en el olvido, con el pelinegro cerca leer se volvía imposible.

-Me inyectaban Melania hasta hace poco, mi cuerpo ya no la recibe.–¿Por qué le daba explicaciones?

Yuu se quedo pensando en la nueva información por unos segundos hasta que en sus ojos apareció una nueva curiosidad.

-¿Es por eso que estas aquí?–Por un segundo se arrepintió de haber hecho aquella pregunta ya que la forma en la que Mikaela le miro era casi homicida.

-No.–Mikaela gruño.–Y no tengo porque decírtelo.

Mikaela espero que el pelinegro se largase luego de cómo le hablo pero contrario a ello este solo estallo en carcajadas, es mas, casi se cae al suelo de tanto reír.

Mikaela se desconcertó. ¿Qué le pasaba a este chico?

-Tes ves gracioso cuando haces esas muecas, Mika.–Yuu se limpio las ligeras lagrimillas de risa que se acumularon en sus ojos. Puede que por un momento hubiese sentido algo de incomodidad por la expresión que había puesto Mika pero al instante le pareció hilarante la mueca fastidiada que mostraba, y como no reírse cuando Mika casi nunca hacia ninguna clase de expresión a menos que se esforzara mucho en sacarle tan siquiera una risa.

Por su parte, Mikaela estaba con el ceño fruncido. ¡Y es que era el reverendo colmo!.

-¿Mika?–El rubio se cruzo de brazos.– No te he dado permiso de usar mi nombre ni mucho menos acortarlo.

Yuu se encogió de hombros.

-Yo me lo di.

Mika iba a tratar de echar a Yuichiro cuando se le ocurrió algo mucho mejor. Yuu se estremeció al ver la nueva expresión que esbozaba el rubio. Esa sonrisa prometía dolor y sufrimiento, y tal vez algo mas pero no lo quería averiguar.

-Entiendo, Yuu-chan~

Yuu se ruborizo hasta las orejas. ¡¿Yuu-chan?! Ni su prima Akane le llamaba así.

Lindo. Inconsciente, Mika sonrió de manera cálida.

-¡He..ey!­­–Yuu sintió su cara demasiado caliente, casi podía asegurar que vapor salía de sus orejas.– No me llames así, es vergonzoso.

Esta vez fue el turno de Mika para reír.

-Pero que lindo te ves con ese sonrojo, Yuu-chan~

Yuu hizo un puchero que a Mika no hizo mas que parecerle adorable.

-Mikaela ya es hora de tus pruebas.–Ambos chicos en la habitación voltearon a ver a la chica pelirosa de ojos rojos con un traje de loli gothic que había entrado y no dejaba de ver entre Mika y Yuu con curiosidad.–No sabia que estabas con alguien ¿es tu amigo?

-No.

-Si.­– Yuu le saco la lengua a Mika quien simplemente soltó un bufido.

La pelirrosa avanzo con la misma gracia que una diva hasta llegar a la altura de Yuichiro y extender delicadamente su mano.

-Krul Tepes, hermana mayor de Mikaela.–Yuu no dudo ni un segundo en levantarse y estrechar la mano de la pequeña chica pelirosa, de algún modo se sentía aliviado de escuchar que la chica era solo la hermana de Mika.–Simplemente ¨Krul¨, esta bien.

-Mucho gusto.–Yuu sonrió al escuchar como Mika empezaba a refunfuñar– Yuichiro Hyakuya, resiente amigo de Mika. Puedes llamarme ¨Yuu¨–ambos se soltaron las manos.

-¿Por casualidad conoces o eres familiar de Guren Hyakuya?

Yuu fruncio el ceño pero asintió de todos modos.

-Es mi hermano mayor ¿por?

Aquella información era nueva para Mikaela. ¿Yuu-chan tenia un hermano? Al parecer así era. ¿Tendría mas? No lo sabia.

Krul rio internamente al darse cuenta del interés que su hermano menor trataba titánicamente de ocultar.

-Se acaba de pelear con él doctor de Mikaela que por cierto es nuestro tío.

Yuu se palmeo la frente. El idiota de su hermano se había peleado con el ¡Tío de Mika!

-Ese idiota.

-No te preocupes, un sujeto llamado Shinja les detuvo.

Yuu asintió pero aun así prefirió estar seguro. Su hermano era un sangre caliente que no pensaba bien.

-¡Vuelvo mañana!–Antes de que Mika pudiese reaccionar Yuu-chan ya se había despedido con la mano tanto de Krul como de él.

-¡No lo hagas!–Mikaela sabia que Yuu-chan había escuchado su grito. Las risas que resonaban atreves del pasillo le decían que así era.

-Veo que conseguiste un amigo.

Mikaela miro a su hermana antes de bufar.

-No es mi amigo.

-Esta bien que los tengas.

El rubio apretó la mandíbula.

-No es mi amigo.

Krul apretó los puños. No es justo. ¿Por qué tenias que ser tu, Mikaela?

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Yuu abrió de golpe la puerta de la habitación de hospital antes de entrar como si fuese su casa.

-¡Yo, Mika!

Mikaela se palmeo la frente. ¿Acaso Yuu-chan era sordo?

-Ayer te dije que no vinieras.

-Y yo te dije que vendría.–Yuu se cruzo de brazos.

La mirada rojiza choco contra la verdosa en una batalla de voluntades hasta que Mika desvió su mirada.

Yuu se declaro vencedor.

-Deberías irte, Yuu-chan.

El nombrado rebusco en su maletín escolar solo para sacar de manera triunfal dos consolas portátiles.

-Traigo videojuegos ¿y así es como me agradecer?–Yuu se coloco una mano en el pecho como si le hubiesen herido a lo que Mika rodo los ojos.

-Te puedes quedar media hora.

-Lo que tu digas.–Yuu se encogió de hombros pero aun así en su rostro se podía ver una sonrisilla feliz. Al parecer a Mika si le interesaban los videojuegos.

La media hora que Mika había dicho en un comienzo se transformo en cuatro horas seguidas de videojuegos, ninguno de los dos chicos había dado tregua a la hora de competir, es mas, hubiesen seguido de no ser por una enfermera que saco a Yuu prácticamente a rastras no sin que este exclamara un ¨mañana traeré helado¨. Mika no se quedo atrás a la hora de decir ¨Come tu helado en casa.¨ aunque ya sabia que el otro chico no le escucharía.

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Yuu estiro las mejillas de Mika, para gran fastidio de este ultimo quien le dio un manotazo.

-No hagas eso.–Mikaela observo de lo mas satisfecho como Yuu-chan se sobaba las manos, era lo mínimo que se merecía por el dolor que sentía en sus mejillas.

Yuu dio una mirada critica a Mika quien a su parecer se veía por lo menos unos 5 kilos mas delgado y si es que era posible aun mas pálido.

-¿No estas comiendo bien?¿o es que la comida de hospital es tan fea como dicen?–En la pregunta y en la forma que Yuu actuaba se notaba que había una verdadera preocupación.

Mika se cruzo de brazos a la defensiva.

-Vete, te dije que ya no vinieras.

Y como ya era costumbre Yuichiro ignoro el hecho de que Mika le estuviese botando al coger su maletín escolar y empezar a rebuscar en el.

-Come mas o te quedaras en los huesos–Yuu saco unas bolas sin forma definida de su maletín y se la extendió a Mika–ten.

Mika recibió los extraños objetos blancos. ¿Era arroz lo que veía?¿Porque tenia forma de bola aplastada?

-¿Qué es esta cosa, Yuu-chan?–Mika observo con una extraña fascinación los tres objetos hechos de lo que parecía ser arroz.

-Son onigiris.–Yuu estaba algo nervioso por la examinación de que daba el rubio.

Mika los siguió revisando y seguía sin encontrarles una forma totalmente definida.

-No lucen como tales.–Aquellas cosas hechas de arroz en las manos del rubio lucían mas como un intento de circulo, trapecio y estrella, y eso si es ponías esfuerzo en adivinar las figuras.

Yuu se ruborizo.

-Lo se.–Incluso había vendido su alma a Shinoa por un día para que le explicase como hacer un onigiri.– No soy lo que se dice bueno en la cocina.–Los onigiris y su cuatro en economía domestica era la prueba irrefutable de ello.

Mika se debatió consigo mismo por un segundo entre reír o no hasta que vio las vergonzosas expresiones que hacia Yuu-chan, al parecer si se había esforzado en hacer ese intento de comida.

-Si saben mal te iras.– Mika empezó a desenvolver los onigiris.

-¡¿Que?! ¡No!

Pasaron algunos segundos en los que ni Mika ni Yuu dijeron ninguna palabra, uno porque estaba comiendo y el otro por verle comer. Decir que Yuu estaba nervioso era un eufemismo.

Mika termino el primero verdaderamente sorprendido, el segundo lo termino con mas animo y el tercero prácticamente se lo devoro de un bocado; pese a la apariencia el sabor era delicioso y el relleno de salmón y mayonesa era su favorito. Mika miro con sus profundos ojos rojos a Yuu-chan.

-No esta mal.

Yuu soltó un suspiro de alivio antes de sonreír de lo mas alegre.

-¡Sabia que te gustarían!

Mika desvió la mirada y trato de que su sonrojo no se le notara, al menos Yuu-chan estaba demasiado ocupado hablando de cómo fue el proceso de la creación de los onigiris como para darse cuenta.

El hecho de que Yuu llevase onigiris a Mika se volvió una costumbre, y aunque Mika no lo dijese, le encantaban.

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Si las miradas matasen, la enfermera que había detenido a Yuu ya hubiese sido velada y cremada.

Yuu se cruzo de brazos.

-¿A que se refiere con que no tengo permiso para entrar?

¿Guren habría dado la orden?. Si ese era el caso, maldecía la hora en la que se volvió doctor. ¿O tal vez...?. Yuu se mordió la mejilla interna con cierta duda. ¿Acaso Mika había cumplido su amenaza y había hablado con las enfermeras para que no le fuese a visitar?.

-El paciente se encuentra delicado por su ultima..-Una mano tapo la boca de la enfermera.

-No esperaba verte hoy por aqui, Yuu.

El nombrado parpadeo un par de veces al ver a la hermana mayor de Mika en un traje azul esterilizado.

-Krul–La nombrada soltó a la enfermera quien se fue dando una ligera reverencia aunque ni Yuu ni Krul le prestaron la mas mínima atención.–¿Qué le sucede a Mika?

Fue efímero pero el rostro de Krul se ensombreció. La joven se modio el labio inferior antes de suspirar.

-No soy la mas indicada para decírtelo pero estoy segura que Mika te lo dirá cuando este listo así que solo confía en él.

Yuu simplemente asintió y le dejo los onigiris a Krul quien se los llevo con la promesa de dárselos a Mika.

Al día siguiente Yuichiro volvió a ir a visitar a Mika al igual que todos los días pero no pregunto en ningún momento que fue lo que sucedió el día anterior, Mika tampoco dijo una palabra de ello. Aquella situación se repitió cada cierta cantidad de semanas.

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Mika había estado leyendo uno de los comics que Yuu-chan le había dejado cuando la puerta fue abierta al mismo tiempo que un trueno se escucho. Eso si era ser coordinado. Mikaela iba a decirle a Yuu-chan que se largara, aunque seria mas por costumbre que por otra cosa, cuando vio las ropas que este traía.

-¡¿Yuu-chan?!–Mika salio de su cama de un salto y llego hasta donde se encontraba el pelinegro.–¿Por qué tienes ropa de hospital?–Mika empezó a inspeccionar a Yuichiro en busca de alguna lesión.

Yuu hizo un puchero aunque no rehuyó el contacto del rubio.

-Me moje al venir.–Prueba de ello era que su cabello aun goteaba.–Guren me dio estas hasta que pudiesen secar las mías.

Mika detuvo su inspección de lo mas aliviado, solo el hecho de ver a Yuu-chan con ropa de hospital ya le había hecho imaginar lo peor. Se estaba volviendo dependiente de la compañía de Yuu-chan y aquello era algo que no deseaba.

Mika se alejo del pelinegro.

-No debiste venir.

Yuu gruño. ¿Por qué Mika seguía con lo mismo después de tantos meses?

-Vendré las veces que quiera.–Yuu era un persona terca y no daría su brazo a torcer con ninguna decisión que tomase.

Mika no entendía, verdaderamente no lo hacia.

-¿Por qué?¿por qué no me puedes dejar como el resto?¿por qué, Yuu-chan?–Mika miro los ojos verdes del pelinegro, quería encontrar la respuesta a sus preguntas en aquellos ojos.

-Porque me gusta pasar el rato contigo.–Yuu abrazo con todas sus fuerza a Mika, si las palabras no eran suficientes para el rubio pues sus acciones deberían de dejarle mas que claro el mensaje.

Por un momento Mika se quedo tieso hasta que de manera lenta, casi pausada, fue devolviendo el abrazo; dejo que la cabeza de Yuu-chan descansase en su cuello por mas cosquillas que le hiciesen. Mika estrecho aun mas el cuerpo del pelinegro.

-Idiota.

Yuu se removió ligeramente al escuchar el insulto pero aun así no se deshizo del abrazo. Mika tampoco quería soltarle.

-Mika.–Yuu se separo ligeramente para ver esos profundos ojos rojos a los que ya estaba mas que acostumbrado. Adoraba esos ojos.

-¿Qué pasa?

Por un momento cada uno se perdió en la mirada del contrario.

-¿Te gusta pasar el rato conmigo?

Mika por un segundo tuvo miedo, algo le decía que si decía lo que siempre le decía a Yuu-chan ya no le volvería a ver otra vez, no volvería a saber ni una sola palabra de él y eso le aterraba.

-Si, Yuu-chan.–Se había vuelto dependiente de su presencia.

Para Yuu aquello era suficiente. El pelinegro volvió a descansar su cabeza en el hombro de Mika mientras respiraba su aroma.

-No te dejare así que deja de decirme que me vaya.

Mika simplemente asintió mientras estrechaba aun mas su abrazo en el contrario.

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Yuu había tratado de esconderlo, de veras que había tratado y casi lo había conseguido de no ser porque Guren le había encontrado limpiando su habitación, un hecho casi apocalíptico.

¿Por qué Shinya no se llevo a Guren a su departamento, al cine, a cenar o algo?

El ceño fruncido de Guren al ver el examen arrugado en sus manos se acrecentó.

-Tienes prohibido salir y ni pienses que puedes ir al hospital a visitar a tu amiguito hasta que me traigas un 100.

Yuu casi se atraganta con su propia saliva.

-¡¿Que?!–No podía, no debía.. o claro SI podía. Guren era su tutor legal y hermano idiota.

-Ya me oíste, Yuu.– Guren salio de la habitación sin decir mas y llevándose el examen consigo.

Yuu gruño.

-Estúpido Guren.

El pelinegro sabia que su hermano mayor tenia razón. No había estudiado para ese examen, es mas no había estudiado para ninguno de sus exámenes anteriores pero aquello era por una buena razón. Visitar a Mika era mas importante.

Yuu sabia lo que tenia que hacer. Oh, claro que lo sabia y aun así le dolia en el alma tener que hacerlo. Saco su celular y marco el numero del demonio hecho persona.

-Sabia que tarde o temprano me llamarías, Yuu.–La femenina voz de su mejor amiga sonaba demasiado presuntuosa para su gusto.

Yuu chasqueo a lengua.

-Shinoa corta el rollo que suenas como un mafioso.–La risa en respuesta no se hizo espera.

¿Enserio, solo Shinoa le podía ayudar con su problema? Sabia que así era.

-Esa es la intensión.­­–Un maullido se escucho atreves del celular. Genial, simplemente genial. Shinoa estaba cargando a su molesto gato diabólico.–Ahora ¿por qué no le dices a esta madrina para que es buena?.

Yuu ya se arrepentía de lo que iba a pedir.

-Ayúdame a sacar un 100 en el examen de este viernes.

Hubo un momento de silencio en la línea, hasta el gato se había callado.

-Con dos días te puedo asegurar pasar pero no tener una nota perfecta.

Yuu chasqueo la lengua.

-Te comprare lo que quieras por dos semanas.

Yuu juraba que podía ver la sonrisilla feliz de Shinoa. ¿En que diablos se estaba metiendo?

-Que sean tres y también quiero que escribas mis notas por la siguiente semana.

¡Era el colmo!

-Convenida.–La risa en la línea no se hizo esperar.

-Tengo que velar por mis intereses ¿tenemos un trato?.

Era mejor que nada.

-¿Qué tan rápido puedes llegar a mi casa?–Yuu sentía haber vendido su alma al diablo, y ¡Sorpresa! El diablo era mujer.

-Estoy ahí en un minuto.

El viernes en la tarde Yuichiro salió corriendo de su escuela con dirección al hospital solo para tirar el examen con la nota perfecta en la cara de Guren, el sonido del papel en la cara del pelinegro mayor era un sonido casi celestial.

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Mika tenia miedo, tal vez nunca lo demostrase pero lo tenia y mucho. Yuu no se había aparecido desde el miércoles.

El rubio soltó un suspiro de lo mas decaído, su aura negra no podía ser mas oscura de lo que ya era.

-Mikaela, tu depresión me esta afectando.–Krul había esperado que su hermano menor tan siquiera fingiese estar bien o aceptase de una vez por todas que le gustaba Yuu pero al parecer aun demoraría un tiempo para que llegase a la tan esperada aceptación.

Mikaela por su parte estaba que trataba de guardar la compostura por verse al descubierto. ¡Dios, parecía una colegiala enamorada a la que acaban de dejar plantada!

-No se de que estas hablando.– ¡Finge demencia!

Krul rodo los ojos ante la obvia mentira.

Ambos hermanos se quedaron en silencio por unos segundos hasta que la pelirosa saco un celular de su cartera.

-Ya que perdiste el ultimo te he traído uno nuevo.–Krul extendió el celular en dirección al rubio pero este solo miro el objeto con fastidio. ¨Perdiste¨ era una bonita forma para hacer referencia a como Mika había tirado al rio su celular, al menos cuando aun podía salir libremente.

-No lo usare.

Krul sonrió de manera felina. Usaría su carta del triunfo.

-Tengo el numero de Yuu.–La pelirosa agrando su sonrisa cuando sintió como le arrebataban el celular de las manos.

Mika reviso el celular encontrando no solo el numero de Yuu-chan sino también correo electrónico, dirección, foto y otra clase de información personal. El rubio entrecerró los ojos en dirección a su hermana.

-Yuu-chan no te dio esta información.–Mikaela amaba a su hermana mayor pero ella no tenia permitido meterse en la vida privada de Yuu-chan, es mas, nadie que no fuese él debía meterse en la vida de Yuu-chan. ¿Estaba siendo celoso?. Rayos, en esos momentos le venia importando un pimiento.

Krul soltó una risa cantarina, no todos los días se veía a su hermano menor tan obviamente celoso.

-No, hace como un mes encontré sus cosas en la lavandería y use algunos contactos para buscar el resto de la información.–De verdad que agradecía haber visto a Yuu dejar sus cosas en la lavandería del hospital.

Mika soltó un suspiro volviendo a su expresión neutra.

-No se porque no me sorprende.–De nada le valía molestarse con su hermana por algo con lo que no podría hacer nada.

Krul iba a molestar un poco a Mika pero un vistazo al reloj de pared de la habitación le dio a saber que su tiempo estaba agotado.

-Me voy, tengo cosas que hacer. Llámale.–Krul se levanto y salió casi a la misma velocidad de la luz. Mika no tuvo ni tiempo de parpadear cuando termino de procesar las palabras de su hermana y encontrarse nuevamente solo.

El rubio observo el celular en su mano. ¿Llamarle o no llamarle?.

-Esto es ridículo–Mikaela tenia los nervios a flor de piel, marco el numero pero al instarte lo mandaron al buzón de voz. Colgó.­–Que idiota.–El rubio dejo el celular a un lado. Lo mas seguro era que Yuu-chan ya se hubiese aburrido de tener que visitarle y tener todas aquellas restricciones para pasar un rato con él.

Yuu-chan ya no vendría. ¿Acaso no había querido aquello desde un comienzo?

Mikaela sintió una fuerte opresión en su pecho. ¿Por qué no estaba feliz? Yuu-chan al fin se había ido.

Dolía. Su pecho dolía.

-¡MIKA!–La puerta fue abierta bruscamente.

Yuu entro como un huracán a la habitación de hospital, si es que Mikaela hubiese estado de pie hubiese sido tacleado al suelo por el pelinegro quien le aprisiono en sus brazos.

-¡¿Yuu-chan?!

El nombrado hundió el rostro en el cuello de Mika.

-Lo siento, lo siento, lo siento.–Mikaela se estremeció al sentir el aliento cálido del pelinegro.–ElestúpidodeGurennomedejabapermisoparasalirhastaquesacaseuncienenmiexamen. Sequeesunaescusapatéticaperoescierta.­­

Cuando Yuu hablaba rápido sus palabras solían entremezclarse haciendo casi imposible entenderle pero Mika le entendió.

Mikaela por fin se relajo y devolvió el abrazo.

-Te extrañe, Yuu-chan.

El nombrado estrecho aun mas al rubio, tenia que recuperar el tiempo perdido.

-Y yo a ti, Mika.

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Tanto Yuichiro como Mikaela habían peleado con el doctor, la enfermera y medio equipo del hospital solo para que dejasen al rubio salir a dar una vuelta por el jardín del hospital, mas fácil hubiese sido conversar a un párroco de que les casase a que las enfermeras dejasen salir a Mikaela. Ambos adolecentes estaban mas que orgullosos de su hazaña.

Yuu dejo caer sobre la cálida hierba del jardín al igual que Mika.

-Hey, Mika.

El nombrado abrió los ojos de manera perezosa.

-¿Qué sucede, Yuu-chan?

-¿Cuándo saldrás del hospital?

Mika se tenso. De todas las preguntas que el pelinegro le pudo haber hecho esa pregunta era la ultima en su mente.

Mikaela decidió decir la verdad, o al menos, parte de ella.

-No lo se.

Yuu no era ningún idiota, sabia que Mika le mentía pero aun así lo dejaría pasar. Confiaba en Mika.

-No importa cuanto te demores en salir nunca dejare de venir.

Pasaron algunos segundos en silencio en los que cada uno se sumergió en los ojos del contrario buscando respuestas a preguntas no dichas hasta que Mika se acerco a Yuichiro.

-¿Y que pasa..?–Mika dudo por un segundo si hacer la pregunta o no. Yuu simplemente le dio su tiempo.– ¿Qué pasa­ si no salgo.. si no salgo nunca?

Yuu se encogió de hombros.

-Seguiré viniendo hasta que ese nunca se acabe.–Habían veces en las que Yuu decía las cosas apenas pasaban por su mente pero en esa ocasión ya había pensado en aquello, así Mika no saliese nunca del hospital no dejaría de ir a visitarle por la simple razón de que le fascinaba pasar el rato con él.

Mika se sentó de golpe solo para ver de manera incrédula a Yuu-chan. ¿Decía aquello enserio?¿lo hacia?.

Yuichiro también se sentó viendo directamente los profundos ojos rojos de Mikaela.

Mika llego a una revelación.

-Te quiero, Yuu-chan.

El mencionado se ruborizo hasta las orejas.

-Meloso.–El pelinegro nunca había sentido su cara quemar tanto como en aquel momento. Yuu no dejo de mirar en ningún momento los ojos de Mikaela.–Yo también, te quiero.

Mika sonrió alegremente a lo que Yuu le dieron ganas de golpearlo. ¿Cómo se le ocurría tan siquiera sonreír cuando él se moría de la pena?. Oh le golpearía tan duro que se arrepentiría de tan siquiera saber como sonreír. Antes de que Yuu golpease o insultase a Mika, este ultimo se adelanto unos buenos centímetros llegado a presionar los labios de Yuu.

El beso fue simple y casto, o al menos lo fue en un principio ya que cuando Yuu no dio signos de empujar, golpear, patear o morder a Mika este ultimo profundizo el beso. Mikaela sostuvo el rostro de Yuu-chan a la vez que deslizo una de sus manos lentamente por la espalda del pelinegro mientras que la otra ascendía hasta la nuca del mismo mientras que mordisqueaba ligeramente el labio inferior. Yuu rodeo el cuello del rubio con ambos brazos cuando entre abrió los labios para segundos después atrajese a Mika a profundizar aun mas el beso; los movimientos de labios de ambos fueron algo torpes al inicio hasta que entendieron el ritmo del contrario. Mikaela se embriago con los suaves y dulces labios de Yuu-chan. El rubio recorría con su lengua cada parte de la boca del pelinegro, memorizando, buscando e incitando a la lengua del pelinegro para que al final jugase con ella, hasta para besar Yuu-chan era insistente.

Yuu se sentía mareado por los besos que Mika le daba. Sin lugar a dudas besar a Mika era lo mismo que tener un orgasmo bucal.

La enfermera que estaba por llamar a los adolecentes dio media vuelta apenas les vio, les llamaría en un rato o mandaría a una de las enfermeras nuevas. Esos dos tenían un beso demasiado promiscuo para cualquiera que los viese.

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Shinoa siempre sabia cuando algo cambiaba en su casa, en su vecindario, en su escuela, en la ciudad, así como también sabia cuando algo cambiaba en sus amigos y mas aun cuando algo cambiaba en su mejor amigo de infancia. ¿Y como no notarlo si Yuu no dejaba de sonreír como idiota y Kimizuki no dejaba de mirarle como bicho raro?

La peli morada camino con paso firme hasta llegar a su carpeta que convenientemente se encontraba al costado de la de Yuu y Kimizuki. Tenia que ser sutil.

-Te ves feliz, Yuu.

-¿Enserio?–El pelinegro borro en su sonrisa o al menos trato ya que se seguía viendo igual de feliz aun con la cara de pocker.

Interesante.

-¿Te paso algo ¨bueno¨?¿tal vez algo con cierto rubio que llevas visitando casi un año?–Yuu se ruborizo hasta las orejas.

-Cállate, Shinoa.

Victoria. La peli morada había parado de tratar de emparejar a Kimizuki con Yuu desde que el primero le comento sobre su descubrimiento.

Kimizuki había escuchado toda la conversación pero aun así ignoro el ambiente rosa de Yuu.

-¿Acaso la cara, mas idiota de lo usual, de Yuu tiene que ver con Tepes-san?.

Yuu se ruborizo aun mas. La cara de Shinoa era el vivo retrato del gato de Cheshire.

-Al parecer si.–Oh~ esto seria divertido.

-Creí que ya habías dejado de visitarle. –Kimizuki se toco el mentón con el índice de manera pensativa.

-No te pongas celoso, Kimizuki.–El nombrado puso cara de asco–Yuu también te quiere.

Kimizuki se paro de golpe.

-Ire a comprar algo para que se me quite el mal sabor de boca.

Yuu, aun completamente rojo, miro en dirección del pelirosa.

-Tráeme algo a mi también, de preferencia frio.–Yuu quería quitarse como de lugar el acaloramiento que sentía. La culpa de todo la tenia Mika. ¿Era su imaginación o sentía las mejillas mas calientes?

-Tienes piernas, úsalas.–Kimizuki salió sin decir mas.

-Estúpido Kimizuki.­–Yuu empezó a refunfuñar.

-¿Y bien?–Shinoa no se rendiría, quería respuestas y las quería ya. ¿Qué tenia de bueno ese ¨Tepes-san¨ para poner tan alegre a Yuichiro?

Yuu bufo.

-No es nada que te importe.–No diría nada, ni aunque tuviese que soportar la mismísima tortura china.

Lo que Yuu no espero fue que Shinoa tuviese una mente maestra para meterse en sus asuntos de 1001 maneras.

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Mika alzo la mirada del libro que estaba leyendo esperando encontrar a un chico de cabellera negra y unos ojos esmeralda no a una peli morada.

-Tu debes ser Mikaela Tepes, si es que no me equivoco.–Shinoa soltó un silbido por lo bajo. Yuu si que había encontrado uno bueno.

-¿Quién eres tu?

Mikaela entrecerró los ojos en dirección a la desconocida cuando esta camino hasta su cama solo para extender su mano la cual estrecho por educación.

-Shinoa Hiragi, mejor amiga de infancia de Yuu.

El semblante frio del rubio cambio drásticamente a la mención del pelinegro. Shinoa trato con todas sus fuerzas no sonreír de manera triunfal, tenia que resistir o todos sus planes se vendrían abajo.

-¿Dónde esta Yuu-chan?

Shinoa saco su celular.

-Es no importa por el momento sino lo que te he venido a mostrar de él.– La peli morada extendió el teléfono en dirección a Mikaela.

Cuando Yuu al fin se logro zafar del agarre de Kimisuki, Mitsuba y Yoichi corrió lo mas rápido que sus piernas le dieron a la habitación de Mika solo para encontrar el horror. Shinoa contando historias embarazosas y mostrando fotos igual de embarazosas a un sonriente Mika, para colmo de males Shinoa había intercambiado números con Mika. ¡¿Qué había hecho para merecer tal castigo divino?!

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Yuu estaba mas que contento con lo que había conseguido. Había batallado por aquello con mas de media tienda. Hacia una buena semana que le habían dicho que no podría ver a Mika pero el tiempo ya se había cumplido, con la gracia del cielo porque ya iba a entrar a escondidas si es que no le dejaban. El pelinegro entro en la habitación de Mikaela.

-¡Yuu-chan!–El nombrado sonrió feliz pero noto un gran cambio en Mika.

-Te ves mas pálido.

Mikaela se tenso por unos segundos hasta que se encogió de hombros.

-Debe ser por el invierno, Yuu-chan.

Yuu negó llegando hasta la cama de Mika.

-No, es algo mas.– Yuichiro se inclino mirando detenidamente la casi traslucida piel del rubio así como los ojos rojo sangre y las profundas ojeras. Si Yuu no conociera a Mika diría que era algún vampiro sacado de cualquiera de los libros de su prima Akane.

Mika negó.

-No lo creo.–Tenia que distraer a Yuu-chan a como de lugar.–¿Qué es eso que trajiste?

Yuu miro por unos segundos mas a Mika antes de centrar su atención en el videojuego por el que casi mata

-Owari no Seraph, es nuevo juego en el que te hare morder el polvo.

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Cuando Yuu llego a la habitación de hospital de Mika y no le encontró, se extraño; cuando no le encontró en los lugares usuales en los que pasaban el rato, se preocupo; pero cuando no tenia señales de Mika al buscarle en los lugares en los que tomaba sus pruebas de rayos-X o de sangre se puso histérico.

Yuu iba a ir con las enfermeras por información, como debió hacer desde un principio, pero vio hondear una conocida cabellera rosada ir por un pasillo de manera apresurada. Yuu alcanzo y jalo a Krul de manera brusca.

-¡¿Dónde esta Mika?!

Krul cogió a Yuu de los hombros, estaba desesperada. Si Yuu hubiese prestado atención se hubiese dado cuenta que Krul tenia el maquillaje corrido, la ropa desreglada y el peinado flojo.

-¡¿Eres B negativo?!

Yuu asintió.

Krul arrastro al pelinegro hasta un cuarto en el que una enfermera por lo menos le saco 3 bolsas de sangre. Krul por fin pudo respirar tranquila.

-Dime que sucede.– Yuu miro serio aunque mareado a la pelirosa.

-Nos quedamos sin sangre para Mikaela.–Krul sabia que no podía mentir a Yuu, se lo debía, pero tampoco podía decirle la verdad ya que se lo había prometido a su hermano menor.

Yuichiro le importo un pimiento que se estuviese a punto de desmayar por la resiente extracción de sangre. Cogió a Krul de los hombros.

-¡¿Sangre?!¡¿que le paso?!

Krul se soltó de agarre de Yuichiro haciéndole sentar nuevamente, no era bueno que se moviese cuando le habían quitado tanta sangre.

-Solo te pido que confíes en él.

Yuu vio como la pelirosa salía de la habitación.

¿Confiar en Mika? Claro que confiaba en él.

-¿Pero, y si él no confía en mi?

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¨<De: Yuu-chan/ Asunto: Sin asunto

Estoy llegando.>¨

Mikaela sonrió dejando su celular de lado. Hace días que no veía a Yuu-chan por la recaída que tuvo, si bien se llamaban y mensajeaban no era lo mismo además que había notado a Yuu-chan algo tenso.

La puerta de la habitación fue abierta pero sin esa energía desbordante que Yuu solía mostrar, no había estampado la puerta ni gritado el nombre del rubio.

-¿Yuu-chan?

Mikaela se preocupo por como se veía el pelinegro.

Yuu-chan lucia algo pálido y tenia ojeras bajo sus ojos. Su uniforme también lucia mas desarreglado que de costumbre; había visto a Yuu-chan llegar de una pelea, las cuales tenia cada dos por tres, pero nunca le había visto con la ropa tan descuidada.

Yuichiro avanzo lentamente hasta llegar cerca de la cama de Mika.

-¿No confías en mi?

Mika se extraño ante la pregunta.

-Por supuesto que confió en ti.

Yuu apretó los puño.

-¿Entonces, por qué no me dices que es lo que tienes? ¿por qué?

Mika negó con la cabeza antes de mirar los dolidos ojos verdes del pelinegro.

-No puedo, Yuu-chan.

-¡¿No puedes o no quieres?!

Mika se mordió el labio inferior.

-Si te lo digo te iras, sé que es egoísta pero también sé que si te lo digo te alejaras. No quiero que te alejes.–Aquello era su pesadilla. Era una pesadilla que se convertiría en realidad si Yuu-chan seguía buscando respuestas.

Yuu sujeto a Mika de las solapas del pijama blanco.

-Mi importaría un reverendo carajo así tuvieses la peste.–Yuu apretó aun mas los puños con los que sostenía el pijama.– Dime, Mika. ¿Tan poco confías en mi que crees que me iré solo por lo que sea que tengas?¿tan poco significo para ti?–Yuu soltó a Mika.

Silencio.

Yuu espero, realmente lo hizo pero al ver que Mika no le miraba o tan siquiera parecía querer decir una palabra, lo confirmo. No significaba lo mismo para Mikaela, tal vez nunca lo hizo y tal vez nunca significara lo mismo que para él significaba Mika. Yuu dio media vuelta, lo mejor seria irse antes de que su pecho doliese y sus ojos le ardiesen mas de lo que ya lo hacían.

Mika levanto la mirada cuando escucho los pasos de Yuu-chan al alejarse. ¿Se iba? ¿realmente se iba?. Mikaela no fue consiente en que momento salió de su cama, tampoco fue consiente de que la intravenosa que tenia le lastimo al levantarse, solo era consiente de que tenia que evitar que Yuu-chan se alejase de él.

Yuu se detuvo al sentir como unos brazos le rodeaban.

-¿Por qué no te fuiste cuando te dije que te fueras?–Mika apretó el cuerpo de Yuu, no sabia si esta seria la ultima vez que le vería pero si lo era, al menos, quería tener grabado en su mente el calor y el suave olor a hierba fresca que Yuu-chan desprendía–¿Porque no te fuiste esa primera vez que nos vimos?–Mika apretó aun mas. Tenia miedo.–¿PORQUE NO DEJASTE DE INSISTIR EN VENIR?¿PORQUE TENIAS QUE ESPERAR A QUE ME ACOSTUMBRASE A TI?¿PORQUE TENIAS QUE HACER QUE ME ENAMORARA DE TI?¿PORQUE TENIAS QUE QUEDARTE Y HACERME DEPENDIENTE DE TI?.–El rubio respiraba de manera agitada. Había dejado salir su mas grande temor y todas sus preocupaciones pero aun así faltaba una cosa para hacer que Yuu-chan entendiera el porque de su miedo a decirle.– Tengo leucemia en cuarta etapa ¿estas feliz ahora que lo sabes?

Mikaela sintió como Yuu-chan forcejeaba para que le soltara. Lo sabia, siempre lo supo. Yuu-chan se iría.

-Si, porque ahora se que no te he sido indiferente.–Mika tenia miedo a mirarle pero aun así lo hizo. Yuu-chan tenia una expresión realmente feliz, tenia la sonrisa mas grande que le hubiese visto hasta el momento.

Yuu beso a un sorprendido Mikaela quien solo pudo corresponder al beso cuando se dio cuenta de que el pelinegro realmente seguía ahí.

Yuu-chan no se fue.

Seguía con él.

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Yuu balanceo las piernas de manera aburrida mientras observaba la bolsa de sangre.

-Hey, Mika.

El nombrado dejo la consola del videojuego que el pelinegro le había prestado para mirarle.

-¿Qué sucede, Yuu-chan?

-Esas transfusiones son de mi sangre

-Aja.–Mika de verdad odiaba cuando Yuu-chan tocaba aquel tema, si no fuese porque su tipo de sangre fuese tan difícil de conseguir no aceptaría que Yuu-chan le donase algo cada cierto tiempo.

Yuu sonrió alegremente.

-¡Eso significa que estoy dentro del cuerpo de Mika!

En ese momento, un tomate se vería pálido al costado de Mikaela.

-Idiota.

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Krul suspiro.

¿Por qué el estirado de su tío había insistido en que ella fuese por Mikaela? De no ser porque adoraba a su hermano menor hubiese mandado a Ferid a freir espárragos.

La pelirosa abrió con cuidado la puerta. Generalmente Mikaela se levantaba temprano pero en esos momentos ni había amanecido, al menos trataría de despertarle con delicadeza. Maldeciría a su tío por programar una revisión tan temprana.

Krul entro en la habitación con la misma gracia de una diva solo para quedarse hecha una piedra. ¡¿Era benditamente real lo que veía?!

Pasaron algunos segundos antes de que Krul aceptase que lo que veía era real pero aun así saco su celular y tomo una foto. Mika se lo agradecería luego, es mas le levantaría un bendito altar por ello.

Krul, con su paso de pasarela, fue hasta la cama de Mikaela.

-¡Vístanse antes de que la enfermera llegue!

Ambos chicos desnudos y adormilados se sentaron de golpe, al menos la sabana de hospital cubría lo que tenia que cubrir.

Krul suprimió una sonrisa, solo debía mostrar una mirada severa y un rostro serio aunque por dentro se muriese por hacer preguntas de lo mas vergonzosas.

Mikaela soltó un bostezo y se estiro sin ningún tipo de pudor después de todo su hermana ya le había visto desnudo cuando le hacían pruebas, en cambio, Yuichiro tenia un sonrojo monumental. A Mika le gusto el sonrojo de Yuu-cha pero no le gusto que su hermana también lo mirase, Yuu-chan era solo suyo.

Yuu, aun con el rostro totalmente sonrojado, señalo a Mika.

-¡Uso condón!

Así que su hermano era el activo. Perfecto.

Mirada severa, mirada severa, mirada severa, mirada severa... ya luego interrogaría a Mikaela.

-Me interesa un pimiento así solo usaran saliva.–Por el tubo de lubricante casi vacío en la mesilla de noche podía decir que no era el caso– Vístanse ya.

Krul salió sin mas.

Mikaela abrazo a Yuu-chan apenas su hermana salió. Se sentía de maravilla.

-Krul luce molesta.–Yuu se sonrojo pero no aparto a Mikaela.

-Es porque se supone que no debo hacer esfuerzos.

Yuu miro a Mika con incredulidad.

-Para estar enfermo eres demasiado enérgico. Mis caderas me duelen ¿sabes?.

Mikaela robo un beso al pelinegro, era demasiado fácil cuando lo tenia tan cerca.

-Tus expresiones fueron revitalizantes, Yuu-chan~

Yuu volvía a tener un sonrojo monumental.

-Estúpido Mika.

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¿Dónde estaba?¿Donde?

Había buscado en la habitación de hospital, ido a recepción y tratado de preguntar a las enfermeras pero todas estaban ocupadas o no sabían de Mika.

Yuu reviso su lista de contactos con desespero, sus temblorosas manos no ayudaban.

Ring. Ring. Ring. Ring

-El numero que intenta con..- Yuu colgó y volvió a llamar pero a un numero diferente.

-¡Contesta, maldición!

Ring. Ring. Ring.

Yuu se mordió el labio hasta hacerlo sangrar, tenia un miedo creciente en su cuerpo, un miedo que sabia que se podría hacer realidad en cualquier momento. No, no era posible ¿cierto?. Aun era demasiado pronto. Lo era ¿cierto?

-Yuu. ¿Dónde estas?–El sonido de la voz de Krul le saco de sus temblorosos pensamientos.

Yuu podía escuchar la voz quebrada de Krul lo cual solo le hacia tener aun mas miedo. Dios, por favor.

-¡¿A dónde se llevaron a Mika?!–Hasta él era capaz de oír el miedo en su voz.

-Esta en área de cuidados intensivos.

La sangre de Yuu se congelo.

¡No! ¡No! ¡No! Aun era demasiado pronto

-Aun.. Aun es demasiado pronto.–El pelinegro apretó con fuerza su celular.– Aun es demasiado pronto.

Yuu se apoyo en una pared. Aun era demasiado pronto. Mika no podía irse, no aun.

-Ferid dijo que es un milagro que haya sobrevivido hasta este punto.

Las lagrimas empezaron a caer por el rostro de Yuu aunque este no era consiente de ello.

-¿Ennn..nn que..e?–Yuu se aclaro la garganta–¿En que habitación esta?

-22A.

Yuu colgó.

Mika se iría. Lagrimas cayeron por su rostro y esta vez si fue consiente de ello.

Lo supo. Desde que Mika se lo dijo, lo supo. ¿Entonces, porque dolía tanto?. Una voz dentro suyo le dijo que era porque le amaba y solo le pudo dar la razón. Amaba a Mikaela con cada gramo de su ser, tanto que si Mika se iba seria capaz de irse con él. No quería que Mika le dejase, no quería. Le amaba.

¿Por qué tenia que ser Mika? ¿Por qué?

Las lagrimas cayeron con mayor rapidez que antes.

Mika...

-¿Te encuentras bien, chico?

Yuu levanto la mirada aunque las lagrimas obstruían su visión, las limpio con el dorso de la mano y volvió a ver a la mujer que le pregunto. Una enfermera, bien.

-Si–Su voz sonaba rasposa–¿Dónde queda el área de cuidados intensivos?

La expresión preocupada de la enfermera cambio a una comprensiva.

-Sígame.

Yuu tomo una decisión. Seria fuerte, seria fuerte por el bien de Mika ya que a él no le gustaría verle llorar.

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Miro las cartas en sus manos. Tenia una escalera real, Mika de seguro perdería contra él; aun le parecía increíble lo bueno que podía llegar a ser en los juegos de azar aunque en cierto modo extrañaba jugar videojuegos con Mika. Yuu soltó un suspiro. De no ser porque estaba prohibido por esa área del hospital estaría jugando la nueva versión de Owari no Seraph con Mika.

-Yuu-chan.

El nombrado alzo la mirada.

-¿Qué sucede, Mika?–Ya no le molestaba ver las intravenosas que Mika tenia en los brazos o lo pálido que se había vuelto últimamente, ni tampoco, lo cansado que parecía pero si le molestaba que tuviese esa expresión resignada aunque ahora su expresión parecía decidida.

-Quiero que me prometas algo.

-¿De que se trata?–Yuu miro a Mika con suspicacia.

Mika dejo las cartas a un lado por lo que Yuu siguió su ejemplo. La cosa iba en serio.

-No quiero que llores cuando me vaya ni que me sigas cuando lo haga.

Yuichiro se quedo en shock por unos segundos para luego negar fervientemente.

-¡NO! ¡NO! ¡NO!–Yuu se lanzo a abrazar a Mikaela quien ya le recibía con los brazos abiertos.–¡NO TE IRAS!–Yuu estrecho a Mika aunque tuvo bastante cuidado en no tocar ninguna intravenosa.– Aun.. es.. muy pronto.–Yuu sabia que aquello era una mentira ya que Ferid, Krul e inclusive el mismo Mika se lo habían dicho. Yuu empezó a dejar sus lagrimas salir– No.. no puedes irte aun.

Mika paso la mano por los revoltosos pero suaves cabellos azabaches. Pronto no podría tocarlos así que tenia que grabar la sensación a fuego en su alma.

-Me quedan semanas con suerte, Yuu-chan.

-Te amo–Yuu enterró su rostro en el hueco entre el cuello y la clavícula de Mika–Te amo, Mika.

Mika sintió sus ojos escocer.

-Y yo a ti, Yuu-chan–A Mika le importo un comino sus intravenosas, abrazo a Yuu-chan con todas sus fuerzas.– No quiero irme.

-Yo tampoco quiero que te vayas.

Yuu abrazo a Mika con la misma intensidad con la que Mika le abrazaba, permanecieron de ese modo hasta que Yuichiro se calmo. Yuu se había prometido a si mismo ser fuerte por el bien de Mika, y lo seria aunque ese significase prometer cosas que tal vez no podría cumplir.

Yuu se separo lo suficiente como para poder ver el rostro triste de Mika. Le dio un beso suave.

-Prométemelo–Mika miro al pelinegro con sus profundos ojos rojos.

-Prometo no llorar–El pelinegro se aclaro la garganta.– cuando ya no este.–Yuu tomo algo de aire para no soltar las lagrimas que al parecer eran demasiado insistentes en sus ojos. Su pecho le oprimia.–Y no seguirte de inmediato.

Mika dibujo una pequeña sonrisa.

-Gracias.–Yuu trato de imitarle pero fallo garrafalmente aunque el sabia como sacarle una sonrisa y de paso un lindo sonrojo.–Hey, Yuu-chan. Te amo.

No se equivoco.

-Idiota.

-Amas a este idiota.

Ambos chicos se sumergieron en un beso que hubiese puede coloreado las mejillas a la prostituta mas promiscua de este siglo.

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3 meses. Eso fue todo lo que duro la vida de Mikaela Tepes y aun así fue mucho mas de lo que los médicos habían dado crédito, incluso Ferid se había sorprendido del tiempo de vida del menor de sus sobrinos aunque para nadie fue demasiado sino todo lo contrario.

El día del entierro era un día lluvioso de invierno.

Yuu apretó el paraguas mientras respiraba agitadamente. Se había ido. Recién en ese momento podía asimilarlo y aun así le parecía una vil mentira. Se había ido. Yuu apretó la mandíbula. Si no hubiese visto como hace pocas horas enterraban el féretro no se lo hubiese creído aunque aun así no podía evitar el inmenso dolor que sentía.

¨Hey, Yuu-chan. Te amo.¨

-Yo también te amo.

Una mano enguantada se poso en el hombro de Yuichiro, este no se molesto en girarse.

-Yuu.–La voz de la pelirosa sonaba fatal.

Puede que Yuu no voltease a ver a Krul pero por como la había visto cuando les dijeron que Mika había muerto podía deducir que estaba en el mismo estado que él.

-¿Por qué duele tanto, Krul?

-Porque lo amas.–Krul sintió como su propio corazón se estrujaba.–Porque le amamos.– Había soportado el velorio y el entierro pero ya casi no le quedaban fuerzas. Apostaba su alma a que lo mismo pasaba con Yuu.

Yuu no había visto en ningún momento a la pelirrosa ya que no podía apartar su rostro de la nueva lapida adornada de flores que se mojaban por la lluvia. El clima sin dudas iba con sus emociones.

Yuu se aclaro la garganta.

-Le prometí a Mika no llorar.

-Yo le prometí lo mismo.

Ninguno de los dos volvió a decir ni una palabra mas, ambos demasiado ocupados tratando de aguantar su propio dolor. Krul se fue del lugar diciendo un corto adiós.

Yuu no calculo el tiempo que permaneció en el mismo lugar, aguantando. Aguantando las lagrimas que parecían juntarse ahora que se encontraba solo.

¿En que momento había dejado de sostener el paraguas? Por sus mojadas ropas podía asumir que hacia bastante tiempo. No le importaba.

Una mano se poso en el hombro del adolecente.

-Yuu.–Guren era el tipo de persona que no se metía en la vida personal de nadie, ni siquiera de su propia familia o allegados, pero por su hermano menor era capaz de todo aunque no se hubiese metido cuando se entero que Yuichiro salía con Mikaela Tepes. Le dejo ser, ahora al verle se arrepentía de esa decisión.– Es hora de irnos.

Yuu simplemente se dio vuelta y abrazo a Guren, en ese momento su hermano mayor era su único pilar. Yuu no pudo evitar que las lagrimas empezasen a caer por sus mejillas y por mas que las limpiaba seguían cayendo. ¿Por qué?

-¿Mika, por qué me hiciste prometer algo que no podía cumplir?

Guren sostuvo a Yuu hasta que este se quedo inconsciente por el llanto.

Notas finales:

Gracias por leer!!!

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