No dudé en girarme al escuchar mi nombre, y menos si la persona que lo hacía era él. Cuando lo miré estaba tal y como lo recordaba. Radiante. Con esa sonrisa que siempre me dedica, su mirada, su dulzura... Y es que él es la persona perfecta para mí.
En cuanto entro en razón corro hacia él y, cuando ya estoy a su lado, rodea mi brazo con el suyo como siempre hace y comienza a caminar. Entre tirones y tropezones, me dejo llevar por el entusiasmado caminar de mi mejor amigo. -Vamos a ver que hay, todas las personas que van para allá no suelen volver...¡¡Debe ser que hay algo genial!! -Me limitaba a sonreír y asentir a la vez que me dejaba guiar por su paso. Nada me podía hacer más feliz en aquel momento, su sola presencia era todo un regalo para mí. Y es que, en las manos correctas, hasta el más frío y desconfiado corazón se derretía.
Llegamos el tan ansiado lugar, estaba oscuro. La noche había caído por completo y solo se podía apreciar la luz de dos antorchas sujeta a una pared. Nos detuvimos en seco. Ante nuestros ojos se alzaba un gran muro gris oscuro con una enorme puerta de barrotes al estilo edad media. Dos guardias, uno a cada lado de la puerta. Sus caras no se podían reconocer, eran grandes, oscuros... Daba miedo.
Una de las sombras se percató de nuestra presencia, no dudo en caminar hacia nosotros. Venía decidido, a paso rápido, como si tuviera prisa. En un abrir y cerrar de ojos estaba en frente nuestra. Sin decir nada agarra bruscamente la persona que estaba a mi lado y, quitándolo de mi agarre, se lo lleva tirando de él. Comienza a gritar, a decir mi nombre. Gritaba auxilio, desesperado, pedía mi ayuda. No me podía mover, estaba congelado, no reaccionaba. ''¿Por qué a él? ¿Por qué no a mí?'' Es lo único que alcanzaba a pensar. La otra sombra se limita a abrir la oscura puerta para dar paso al guardia que se llevó a esa persona. La cierra de golpe. Una vez dentro lo suelta, pero no de la mejor manera posible. Lo empuja haciendo que caiga de rodillas, casi de boca, al suelo. Otra sombra aparece. Esta es más grande, más oscura, más lenta... Pero más temible. Sujetaba algo con ambas manos, una especie de palo alargado afilado en uno de sus extremos. ''No, no puede ser, imposible. '' Una lanza. Todavía de rodillas alza la mirada, dejando al descubierto unos ojos apoderados por el temor. Se me hace un nudo en la garganta. Sigo sin poder moverme. La sombra aprieta el agarre de su arma, sujetándola con más firmeza y llevándola hacia atrás. ''No por favor, detente.'' El hombre coge aire. ''¿Por qué él?'' Toma impulso. ''¿Por qué no a mí?'' Y atraviesa su cuerpo de una sola vez. Una lágrima resbala por mi mejilla. El hombre alza el arma con el cuerpo atravesado. Consigo reaccionar, pero solo logro gritar.
Demasiado tarde.
Mi pecho subía y bajaba a gran velocidad, abro los ojos. Miro hacia el techo intentando ubicarme sin éxito. Mi respiración va en aumento, siento que se me va a salir el corazón. Mis ojos comienzan a aguarse y una oleada de temblores se apodera de mi cuerpo. -¡¡AAAAHHHHHHH, Q-Q-QUÉ, N-NO, N-AAAAAAAH!! -Grito desesperadamente, y lo que empezó siendo un amago de lágrimas pasa a ser un mar de ellas. Balbuceo cosas sin sentido. Cojo mi móvil, lo desbloqueo, y abro la última conversación que tuve con él.
-Mi pequeño<3-
AYER
<Me voy a dormir ya, que sino al final me echarán la bronca por la hora./11:56 PM/
Buenas noches precioso... /11:56 PM/
Te amo. /11:56 PM/
No te preocupes, ya hablamos mañana. /11:57 PM/>
Descansa muuuuuuucho, te amo más /11:57 PM/
HOY
Hola? /6:07 AM/>
Estas ahí? /6:07 AM/
Por favor, contesta. /6:09 AM/
Jungkook, por favor, responde. /6:12 AM/
Necesito saber que estás bien. /6:12 AM/
Te necesito... /6:13 AM/
Bloqueo el aparato y me levanto, no entro en razón todavía. Salgo de mi habitación y, en pijama y descalza, abro la puerta de la calle. Me siento en un bordillo y vuelvo a coger el móvil, esta vez para llamar a la persona que creo que puede traerme de vuelta a la tierra. Un pitido... Dos pitidos... Tres pitidos... -¿Tae? -Los temblores aumentan, y mis ojos se aguan nuevamente. -Tae cariño, ¿qué pasa?- Exploto.
Gracias mamá, otra vez.