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Asuntos Pendientes por Nekoboy mty

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Notas del capitulo:

Volvemos con el nuevo capítulo, esta vez sobre el anime Days de Futbol. El ultimo antes de enfrentarnos al responsable de todo esto. Pareja, KazamaxTsukushixMizuki, si es un trio XD 

Capítulo 11: Dos Amores, Parte 1  

-POV AOMINE-

-No entendía nada de lo que decía Kuroko, por un segundo todo parecía ir bien y al siguiente se veía completamente asustado, algo sabia el, algo que aún no quería decirnos, continuaba guardándose ese secreto y ahora nuevamente quería que ayudáramos a una última persona ¿Quién sería ese tal Tsukushi Tsukamoto?

Después de salir del edificio el grupo se reunió en el Maji, para deliberar sobre lo que harían a continuación.

-¿Tsukushi Tsukamoto? Me pregunto quién será ese chico.

-No lo sé Akashi, Tetsu solo me dio su nombre y me dijo que teníamos que ayudarlo, que era la última persona que teníamos que salvar.

-Y también te dijo que sintió emociones negativas. Que alguien estaba furioso.

-Exactamente.

-¿Estás pensando lo que yo Akashi?

-Si Shintaro, estamos pensando lo mismo.

-(Kise) ¿De qué hablan? Yo no entiendo su lenguaje mudo.

-Akashi y yo pensamos, que Kuroko sabe quién está detrás de todo esto.

-(Kagami) ¿Cómo dices?

-Él nos ha hecho ayudar a otros cuando bien pudo solo preocuparse por sí mismo, en cambio siempre actúa de forma sospechosa, y ahora que lo pienso cuando fuimos al restaurante estos chicos eran los únicos ahí, Kuroko seguro descubrió lo mismo que nosotros y ha implementado su propio plan para resolverlo.

-(Aomine) Eso quiere decir que…

-(Akashi) Si, él debe saber que todos fueron asesinados y debe saber quién es el asesino.

-(Mura) Pero Kuro-chin dijo que no recordaba su muerte, que no sabía que le sucedió.

-Tal vez si lo sabe o tal vez no, eso es algo que aún no podemos saber. De cualquier forma tendremos que seguir jugando su juego por una última vez.

-(Kise) Hay que ayudar al chico que menciono.

-(Midorima) Mañana hay que ir al restaurante de Aoba, si todo es como lo pienso entonces estará vacío a excepción del chico y el dueño.

-(Aomine) (Tetsu… ¿En que nos estas metiendo?).

Esa noche cada uno se retiró a su hogar con muchas preguntas en su mente, entre tanto en las oscuras calles de la ciudad, un chico de cabello celeste corría llevando de la mano a otro más bajito que él y de cabello negro.

-Ah, ah, ah ¿Qué pasa? ¿Qué sucede?

-Tranquilo, todo va a estar bien. ¡Por aquí deprisa!

-Espera ¿Qué está sucediendo?

-Hay que movernos, no podemos quedarnos al descubierto.

-¿Pero a donde me llevas?

-Te llevare hasta un punto y tu seguirás corriendo en otra dirección, yo le distraeré.

-¿De qué hablas Kuroko? No entiendo nada.

-Es por tu bien, ya verás que pronto tus problemas se solucionaran, mis amigos van a ayudarte.

-¿Esos chicos? Me dan miedo.

-Descuida, no debes temerles, son buenas personas, ya ayudaron al resto solo faltas tú, ah, ah, ah, listo, hasta aquí. Escúchame bien, continua corriendo y no te detengas por nada, busca un sitio donde esconderte, ellos te encontraran.

-Pero, pero…

-Puedo sentirlo, nos sigue, ¡Vamos Corre!

El menor asustado salió corriendo como le dijo su amigo el cual después corrió huyendo en otra dirección. La noche que transcurrió en tranquilidad para los chicos, transcurrió con temor para los otros dos. La luz de un nuevo día apareció y con ella el grupo de amigos se preparaba para ir nuevamente al restaurante de Aoba, ese misterioso lugar en el que siempre terminaban volviendo de una u otra forma. Tras recorrer los pasillos, llegaron al lugar y entraron a este dándose cuenta de que se veía completamente vacío.

-(Kagami) ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?

-(Aomine) Parece que no hay nadie. ¿Estará cerrado?

-(Kise) No lo creo, el letrero no está puesto como la vez anterior.

-(Akashi) Entonces el lugar no está cerrado, ¿Dónde se habrá metido ese Aoba?

-(Midorima) No creo que debas ir de su lado de la barra.

-Solo quiero ver si no tiene nada por aquí.

-(Murasakibara) Revisare la cocina.

-(Aomine) ¿Por qué no me sorprende?

-(Midorima) ¿Has encontrado algo?

-(Akashi) Aun no, pero…tiene un cajón en este sitio, ag, parece cerrado con llave.

-(Kagami) Déjenme ver si puedo abrirlo.

-(Aomine) ¿Sabes abrir cerrojos? ¿Eso hacías en América?

-No esto lo vi en YouTube. Tsk, demonios, es más complicado de lo que parecía.

Mientras ellos veían a Kagami con un trozo de alambre que había tomado intentando abrir el cajón, Kise estaba subiendo las escaleras y cuando dio la vuelta en ella para seguir subiendo se topó con alguien que lo hizo gritar de terror.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

-(Mura) ¿Qué rayos?

Todos dejaron lo que hacía y vieron como Kise era traído de la oreja por nadie más y nada menos que Aoba.

-¿Se puede saber porque encontré esto intentado subir?

-Tengo un nombre.

-No me importa.

-(Aomine) Ah, disculpa la interrupción, solo veníamos a ver si encontrábamos a Tetsu.

-Pues no ha venido y como dudo que venga hoy eso significa que ustedes no tienen nada que hacer en este lugar. Ahora tomen a su rubio y lárguense.

-(Kagami) Espera aún estamos buscando a otra persona un tal Tsukushi Tsukamoto.

-Pues tampoco está aquí, ahora ¡Váyanse!

-(Midorima) Tranquilo, ¿Estas molesto o que sucede?

-¡No! ¡Solo Lárguense! ¡Los vivos no tienen nada que hacer aquí!

-(Akashi) Mira, porque no te calmas un poco y nos dejas quedarnos un tiempo…

-¡HE DICHO QUE FUERA!

El grupo salió y Aoba tomo la puerta para después cerrarla con violencia frente a todos.

-(Kise) Yo creo que no está de humor.

-(Kagami) No me digas, no me había dado cuenta.

-(Midorima) ¿Qué hacemos entonces?

-(Akashi) Tenemos que investigar por nuestra cuenta.

-(Mura) Yo creo que mejor me voy, tengo algunas cosas que hacer.

-(Aomine) ¿Piensas irte nomas así como así?

-Ah….si….como les dije aún tengo cosas que hacer, llámenme si descubren algo.

El más alto del grupo se fue dejando perplejo al resto.

-¡A veces su actitud me hace querer darle una patada en el…

-(Kagami) Tranquilo, ya sabes cómo es.

-Sí, pero de cualquier forma eso no me quita mi enojo.

-(Akashi) Ah, Atsushi, no cambias, vengan nosotros nos encargaremos por lo pronto.

El grupo se retiró del lugar mientras alguien los observaba por las persianas del restaurante. Murasakibara por su parte solo estaba regresando a su hogar en la ciudad tranquilamente recorriendo una zona de viviendas con una bolsa llena de dulces que acababa de comprar en una tienda cercana.

-Munch, munch, debería ayudar al resto munch, munch, pero también me siento cansado de todo esto. Munch, munch, ah…iré a verlos más tarde, así me evitare problemas con Aka-chin y Mine-chin.

-Aau, aau…

-¿Oh?

Murasakibara se detuvo justo en la entrada de un pasillo oscuro entre casas, ese aspecto era porque los arboles lo dejaban en total sombra, además de todas las cajas y cosas tiradas ahí, el chico se sintió tentado a pasar de largo pero una parte de él lo hizo adentrarse en el lugar, cuando ya estaba llegando al fondo de ese lugar vio ahí en el reflejo de un espejo recargado y detrás de un montón de cajas a un chico muy pequeño de cabello negro el cual parecía haber estado llorando, sentado y abrazando sus piernas.

-Oye ¿Te encuentras bien?

Cuando se acercó para verlo se dio cuenta de que nadie se encontraba ahí, sorprendido volvió a ver el espejo y se dio cuenta de que el otro seguía en su lugar con la cabeza levantada mirándolo. El chico no tardo en entender lo que pasaba, ese chico no estaba en verdad en ese lugar, pues en realidad estaba muerto, igual que Kuroko y los otros.

-Oye niño…tu… ¿Conoces a Kuro-chin?

El chico solo asintió o eso se vio en el espejo, pues parecía estar muy asustado por la presencia del otro.

-Me lo imaginaba…oye…¿Qué tal si me sigues para…ah…hablar?

Nuevamente el menor asintió y entonces Murasakibara se puso en camino de regreso a su hogar, cuando llego fue directo a su habitación y tomo un espejo, lo coloco en el escritorio y vio ahí de pie a su lado al chico, solo entonces se percató de la gran diferencia de altura que había entre ellos. Pues él no alcanzaba a verse por completo, mientras que el otro estaba justo en la medida.

-Vaya, tu eres aún más pequeño que Kuro-chin. ¿Cuánto mides?

El peli morado vio como el otro parecía dirigirse a su escritorio y entonces una pluma pareció levitar y escribió en una hoja unos números.

-1.56 Ah, lo sabía, eres mucho más pequeño que Kuro-chin.

El pequeño le hizo señas de que tomara el celular, pues solo de esa forma podían comunicarse. El chico lo puso en alta voz para ver si de esa forma era más fácil, pues según él, era aburrido tener el celular pegado a la cabeza todo el tiempo.

-Hola.

-¿Hola?

-Tú eres ese tal Tsukushi Tsukamoto.

-S-S-sí, soy yo, Tsukushi Tsukamoto.

-Entonces debes ser el último del restaurante.

-E-e-e-eso creo.

-¿Por qué tartamudeas tanto?

-Soy muy nervioso, sobre todo con gente muy alta.

-Ah, ya entiendo, pero igual desde tu punto de vista todo mundo es alto.

-Eso es verdad.

-Quizá deba llamar a los otros y decirles que vengan ellos sabrán que hacer.

-Tú eres de los amigos de Kuroko ¿Verdad?

-Sí, soy Murasakibara Atsushi.

-Kuroko me dijo que ustedes me ayudarían.

-¿Hablaste con él?

-Sí, sí, anoche el me llevo corriendo por la ciudad.

-¿Te llevo corriendo? ¿Por qué?

-No lo sé, él dijo que algo nos perseguía. Que siguiera corriendo y buscara algún lugar donde esconderme, fue así como llegue aquí.

-Ya entiendo. Entonces Kuro-chin está detrás de esto de nuevo.

-Lamento mucho si te molesto, no era mi intención causarte ninguna molestia.

-Oye, ¿Por qué no fuiste al restaurante a esconderte?

-Quería ir, pero él no me dejo, dijo que no fuera nunca más, que tenía que esconderme hasta que alguno de ustedes me encontrara.

-Todo esto suena muy sospechoso. Debo llamar a los otros y decirles que vengan.

-Es-está bien. Me, me, me parece buena idea.

-Deja de tartamudear.

-¡Ah! ¡Lo siente! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No es mi intención! Es solo que me pongo muy nervioso, es todo.

-Agg, pareces un niño pequeño.

-Lo siento.

Tras un par de llamadas el grupo dijo que llegaría dentro de una hora a la casa de su compañero, lo que significaba para el que se quedaría solo durante ese tiempo con el chico fantasma.

-Bien ya están en camino.

-Oh de acuerdo.

-Entonces… ¿Tienes alguna idea para pasar el rato?

-Ah, en realidad no, ninguna.

-Iré por algo de comer entonces.

Tras vaciar los estantes de la cocina el chico regreso y dejo caer en su cama un montón de golosinas, a través del espejo se podía ver como Tsukushi se había asombrado y asustado por la cantidad de cosas que traía.

-Tu… ¿Comes mucho verdad?

-Sí, ¿Tienes algún problema?

-¡No, Ninguno!

-Bien, pues si no piensas hacer nada déjame comer en paz hasta que los otros lleguen.

-…Sabes… eres como Kuroko dijo que eras.

-… ¿Ah?...

-Un chico con gran apetito.

-Sí, eso todo mundo lo sabe.

-Pero te digo algo, creo que eres más amable de lo que él piensa.

-¿Amable?

-Sí, me agradas mucho. Se nota que eres una buena persona.

-Qué curioso, no mucha gente piensa eso.

-Pero lo eres, solo que no lo demuestra mucho. Deberías intentar ser más expresivo, quizá poner una sonrisa en tu cara.

-No me gusta sonreír.

-Solo inténtalo, no perderás nada al hacerlo.

El mayor se puso de frente donde estaba el otro y comenzó a hacer una mueca en su cara en un terrible intento de poner una sonrisa, Tsukushi solo lo miraba poniéndose más nervioso al ver el intento del otro. Cuando finalmente lo logro, Murasakibara mostraba una sonrisa que parecía más de un asesino serial que de un simple gesto de amistad, el brillo de un rayo fue lo que falto para hacer al menor gritar y esconderse debajo de la cama del otro que vio todo por el espejo.

-¿Ah? ¿Qué está pasando haya afuera?

Al acercarse a la ventana noto que se estaba empezando a desatar una gran tormenta, lluvia torrencial acompañada de rayos y por si fuera poco un viento muy fuerte que agitaba todo en el exterior. Su teléfono comenzó a sonar y tras contestar recibió la noticia que ya se esperaba.

-Ah, Aka-chin y el resto no vendrán, la tormenta es peligrosa y parece que durara todo el día.

-Oh.

-Parece que tendremos que esperar hasta mañana para ayudarte.

-¿No hay forma de adelantarnos un poco?

-No sé cómo.

-Estoy seguro de que algo podremos hacer.

-…no se me ocurre nada…aunque…bueno…tal vez…si me dices cuál es tu asunto pendiente, sea más fácil arreglarlo.

-Am, es que…

-¿Algún problema?

-Mi pendiente, es…bueno…son…dos personas…

-¿Dos personas?

-Digamos que, me metí en un problema, termine…gustándole a dos amigos de mi equipo de futbol y…cause una guerra horrible.

-FLASHBACK-

Hace poco más de un año en la región de Seiseki, más precisamente en la escuela preparatoria del mismo nombre las clases transcurrían con normalidad para la mayoría de los estudiantes. La temporada de exámenes estaba terminando lo cual permitía a los estudiantes dar finalmente un respiro hasta que llegara el día de entrega de calificaciones.

-Ah, por fin se acabó.

-Tranquilo Tsukushi, tú tienes buenas calificaciones igual que yo, no sé porque te preocupas tanto.

-No son perfectas Kazama, aunque si lo suficientemente buenas para ayudarme a pasar, aun así y de cualquier forma, estos exámenes siguen siendo importantes en la calificación final.

-Bueno eso es algo que no puedo negar, aun así deja de preocuparte, ven vayamos a comprar algo en la cafetería.

-De hecho Kazama, esta vez traje mi propio almuerzo, si quieres ve tú, yo estaré esperando aquí en el salón.

-Oh claro, bien… no tardare.

-Por supuesto.

Mientras el otro se retiraba Tsukamoto empezó a sacar su almuerzo de la mochila, cuando se disponía a comer fue que recordó que dejo un cuaderno importante para la siguiente clase en su casillero, por lo que salió aprisa para recuperarlo.  No fue hasta que llego a el que se dio cuenta que no traía la llave para abrir su casillero pues la dejo en su mochila.

-AAAAA, mi suerte no puede ser peor.

El sonido de un golpe lo hizo estremecerse y vio cómo su casillero comenzaba a abrirse, cuando se dio cuenta quien era el responsable, a su lado se encontraba su capitán del equipo de futbol Mizuki.

-Mizuki senpai.

-Hola Tsukamoto.

-Ah… ¿Por qué?

-Te escuche y decidí ayudarte, además tu salón está muy lejos como para que llegues y regreses en pocos minutos.

-Oh gracias. Pero, ¿Creo que te lastimaste un poco tu mano? Se ve roja.

-No es nada.

-Sería mejor si va a la enfermería, debería revisarse solo por si acaso.

-Lo tendré en cuenta.

-Bien, ya debo irme, nos veremos luego en la práctica. Bye.

-Tsukamoto.

-¿Si?

-…yo…yo…ah…no, olvidado, no es nada, nos veremos después.

-…claro.

Ya de regreso en el salón en pequeño se encontró con su amigo rubio el cual había estado confundido al no verlo cuando regreso.

-Tsukushi ¿Dónde estabas?

-Lo siento Kazama, es solo que dejo un cuaderno y tuve que ir por el al casillero.

-¿Cómo lo sacaste? Tu llave estaba aquí junto a tu almuerzo.

-Si jajá, la olvide, por suerte Mizuki senpai se encontraba cerca y me ayudo a recuperar mi cuaderno.

-¿El capitán Mizuki?

-Sí, de no ser por el estaría en problemas, aunque creo que se lastimo un poco su mano al golpear mi casillero.

-Pues espero que no sea nada grave, ahora comamos.

-Hey Kazama, no crees que el capitán está un poco extraño últimamente.

-¿Qué quieres decir?

-Pues cuando estaba por irme me quiso decir algo, pero creo que se arrepintió porque no lo hizo.

-Seguro no era nada importante.

-Pero no es la primera vez que pasa. ¿Recuerdas aquella vez durante una práctica que se dio contra el poste de la portería?

-Sí, todos lo recuerdan, fue muy gracioso jejeje.

-Bueno creo que lo que nadie se dio cuenta fue que se me estuvo quedando viendo durante todo el tiempo, de hecho se distrajo tanto que fue cuando se estampo.

-¿Qué dices? ¿Se te quedo viendo?

-Yo pensaba que tal vez me estaba vigilando o algo mal había hecho, pero después de un rato me di cuenta que solo me miraba sin ninguna razón.

-¿Ah?

-Y no solo esa vez, la otra ocasión que se cayó por las escaleras del templo fue porque volteaba muchas veces a verse, no se fijó en los escalones y termino cayendo.

-¿Estás seguro de eso?

-Sí, y además la otra vez en el baño me lo tope de frente cuando estaba por salir, casi como si estuviera esperando, pero solo se disculpó y me dejo pasar.

-¿Te lo topaste en el baño?

-Bueno tal vez solo son coincidencias y yo estoy exagerando las cosas, es solo que siento como que últimamente, se la pasa observándome. ¿Tú que piensas Kazama?

-…

-¿Kazama-kun?

-¡Hay Tsukushi! ¡¿De dónde sacas esas ideas tontas?! Solo son coincidencias.

-¿Estás seguro?

-Pero claro, no es nada fuera de lo normal jajá. Mejor deja de pensar en tonterías y pongámonos a comer antes de que empiecen las clases de nuevo.

-Bueno, si tú lo dices.

-(Mizuki, ya entiendo lo que estas tramando, pero no lo lograras, yo ya me fije en Tsukamoto mucho antes de que tú lo conocieras, es mío y no me lo podrás robar).

Las clases pasaron y los estudiantes se dirigieron después a los clubes a los que pertenecían, Tsukushi caminaba alegremente mientras Kazama tenía una expresión un tanto seria en su rostro, pues saber que alguien más estaba tras el chico que el declaraba como suyo lo enfurecía bastante. Ya en el club la mayor parte del equipo se puso a entrenar en la cancha, Kazama volteaba a ver ocasionalmente al capitán Mizuki que estaba mirando el avance del entrenamiento, pero también confirmo que muchas veces su vista de desviaba a un objetivo en específico el cual era Tsukamoto.

-(Es mío, es mío, es mío, es mío, es mío, aléjate de él, Mizuki).

-Kazama-kun ¿Estás bien?

-Sí, descuida no es nada jaja.

-Parecías distraído.

-Te digo no es nada jaja.

El entrenamiento termino por lo que todos comenzaron a retirarse, los dos amigos estaban guardando las cosas en la sala del club cuando el menor de ellos se dio cuenta de algo importante.

-Hay no puede ser.

-¿Qué pasa Tsukushi?

-Deje mi cuaderno en el salón esta vez.

-¿Volviste a dejar el cuaderno?

-Sí, oh soy tan torpe.

-Hay mi amigo, que bueno que tu cabeza está pegada a tu cuerpo, sino también la perderías.

-Tengo que regresar por ella, adelántate yo saldré luego.

-Te puedo esperar.

-No hay necesidad, yo me encargo de esto, gracias de todos modos.

-Ah… no sé porque tengo un mal presentimiento.

El pequeño fue corriendo de vuelta a su salón y cuando llego encontró su cuaderno en el escritorio.

-Oh, qué suerte tengo. Kazama-kun tiene razón, si no tuviera la cabeza pegada, ya la habría perdido también.

-Tsukamoto.

-…¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

Cuando se recuperó del susto vio tras de sí a nadie más ni menos que el capitán Mizuki.

-¿Capitán Mizuki?  

-Hola…

-¿Qu-que está haciendo usted aquí?

-Te vi regresar y te seguí

-No eso si lo entiendo, lo que no entiendo es porque estás aquí.

-Tsukushi…yo…quiero decir tu…tu…tú me gustas.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste me gustas, desde hace tiempo que siento esto por ti.

-Yo, yo, yo no sé qué decir.

El mayor comenzó a acercarse mientras el más pequeño y asustado retrocedió hasta estar pegado a su escritorio, en un movimiento rápido por parte del otro término acostado de espalda en el escritorio con el capitán sobre él, teniendo su rostro a solo unos centímetros mientras lo miraba fijamente.

-Capitán…

-Tsukushi…se mi novio…

-Yo…

-Sé que esto te parece extraño, pero no estoy bromeando y te lo demostrare.

Antes de que Tsukamoto pudiera decir algo sus labios fueron callados por un beso por parte de Mizuki, el chico quedo completamente impresionada, jamás pensó que el pudiera despertar esa clase de sentimientos en alguien, menos aún en su capitán. Pese a el momento, el solo quería quitarse a su capitán de encima pero era evidente la diferencia de fuerza entre ambos, su nervios aumentaron en temor cuando sintió como una de las manos de Mizuki se colaba debajo de su camisa y comenzaba a tocarlo.

-¡Capitán por favor!

-¡Hey tú! ¡¿Qué crees que le haces?!

Ambos voltearon y miraron en la entrada a Kazama el cual se veía bastante molesto, el chico se dirigió a ellos y rápidamente los separo dejando al menor a su lado.

-Ya decía yo que era mucha coincidencia que entraras al edificio después de Tsukamoto. Me alegro de haber decidido ver que los entretenía tanto.

-Kazama-kun…

-Descuida Tsukushi, él no te hará nada.

-No planeaba propasarme con él, solo le mostré mis sentimientos.

-Si claro, y por eso lo tenías atrapado debajo de ti.

-Quiero que él sea mi novio, eso es todo.

-Bonita historia, decidiste decirle tus sentimientos, eso lo reconozco, pero me temo que hay un solo problema y es que… no te dejare a Tsukushi tan fácilmente.

-¿Qué?

-¿Kazama-kun?

Nuevamente los labios del menor fueron callados, solo que esta vez por su amigo Kazama, el cual lo beso descaradamente frente al capitán. Cuando termino el beso, el menor de los tres no podía evitar sentirse completamente confundido.

-¿Qué?

-Tsukushi, tú me gustas, ¿Serias mi novio?

-¡¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?!

-¡Alto ahí! ¡Yo ya me le declare!

-Eso no importa.

-Oigan yo…

-¡Aléjate de Tsukushi, Mizuki!

-¡Tu aléjate de él, Kazama!

-Chicos…

-¡No me retes Kazama!

-¡Ni tu a mi Mizuki!

-¡EL VA A SER MIO!

Ambos gritaron la misma frase dejando a un asustado Tsukushi en medio de ellos, fue a partir de ese momento que comenzó una guerra entre las estrellas del equipo de Seiseki por un pequeño que nadie consideraría especial. Desde el incidente en el salón Tsukushi siempre se encontraba acompañado ya sea por Kazama o Mizuki, pero cuando estos dos se topaban se podía cortar la tensión que generaban. Además siempre le estaban haciendo pasar situaciones por demás vergonzosas, como cuando Kazama trajo un almuerzo extra para el e insistía en dárselo en la boca. O como cuando una vez en su casa al abrir la puerta se topó con Mizuki el cual venia vestido con un traje blanco y un ramo de rosas. Ya ni siquiera podían entrenar a gusto, pues ambos insistían en estar a su lado en todo momento, pero solo conseguían causar más momentos embarazosos.

Mizuki se preocupaba porque Kazama estaba en el mismo salón que Tsukushi, según el al pasar más tiempo juntos, Kazama le llevaba ventaja y este se preocupaba por Mizuki porque consiguió darle un beso al menor primero y temía que esa primera impresión terminara alejándolo de él y acercándole al mayor. En cambio el pequeño por el que peleaban no podía evitar sentirse más y más abrumado, era mucho estrés por el que estaba pasando, ni si quiera podía pensar tres segundos en algo antes de que alguno de los dos apareciera.

Tras otro tedioso día soportando a Kazama y a Mizuki finalmente logro quitárselos de encima un momento, con mucho cuidado logro llegar a escondidas hasta la entrada de la escuela, solo tenía que tener un poco de suerte más y conseguiría salir sin tener que topárselos y si conseguía más suerte, lograría llegar hasta su hogar sin topárselos. Con velocidad logro llegar a la salida y detenerse a la vuelta del muro para respirar un poco, parecía que lo había conseguido, ahora solo tenía que apurarse en regresar a casa antes de encontrarlos, pero solo avanzo una calle hasta que se topó con uno.

-Tsukushi.

-Ah, Mizuki senpai.

-Qué bueno verte.

-Jaja quisiera poder decir lo mismo.

-Tienes algo de tiempo, quisiera que charláramos.

-Oh bueno, pues veras, ahora no es buen momento, tengo que llegar a mi casa y preparar la cena, hacer la limpieza, en resumen tengo muchos pendientes por hacer, así que no me es posible acompañarte. Lo siento, lo siento, pero será para la próxima vez.

-Es que yo… en verdad quiero pasar tiempo contigo…

-…lo se…pero es solo que… todo esto, es demasiado para mí, tú y Kazama siempre peleando, ya estoy cansado, no quiero que esto continúe.

-Esto podría detenerse Tsukushi.

-¿Cómo?

Mizuki tomo el rostro del otro entre sus manos y después se agacho para darle un suave beso al otro, este no se resistió y solo dejo que continuara hasta que el mayor lo corto.

-Tsukamoto, por favor, correspóndeme… se mi novio, en verdad te amo, serias muy feliz a mi lado.

-Yo… no puedo decidir, no aun… no me malentiendas, es solo que, no sé cómo debo actuar ahora, sé que tus sentimientos son reales, y por eso te pido que esperes un poco, hasta que yo ponga en orden mis sentimientos.

-…de acuerdo, si es por ti, puedo esperar hasta que te sientas a gusto.

El menor se retiró dejando al otro, a mitad de camino se encontraba muy pensativo cuando sintió como alguien le caía encima y abrazaba.

-¡Tsukushi!

-Ah, Kazama-kun.

-¿Cómo está mi pequeño amor?

-Bien, pero no me gusta recibir apodos, además aun no somos nada.

-¡AAAAA! ¡Me haces daño!

-Lo siento, lo siento, no era mi intención hacerte sentir mal, solo me equivoque al expresarme.

-Jeje está bien, igual yo reaccione muy mal. Tengo una idea, hay una forma para que lo remedies.

-¿En verdad?

-¡Sí!

Nuevamente Tsukushi recibió un beso, solo que esta vez por parte de Kazama, pero mientras lo recibía tuvo una extraña sensación que recorría su cuerpo, la cual termino cuando el otro cortó el beso.

-Kazama-kun.

-Tsukushi, yo te amo desde que te conocí aquella ocasión, me pareciste un chico muy lindo y tierno, en verdad lograste colarte en mi corazón, yo quiero estar contigo y quiero que tú estés conmigo, si me dejaras mostrarte, sé que verías lo feliz que puedo hacerte.

-Yo, yo… lo siento Kazama-kun… es solo que… por ahora estoy muy confundido y me costaría mucho escoger, por eso te pido, que me des tiempo para pensar, solo eso necesito, pensar en toda esta situación.

-…mmm…de acuerdo…te esperare, tomate todo el tiempo que necesites hasta que te sientas listo para decidir…

-Gracias.

Tras estar en casa Tsukushi solo pensaba en su encuentro con los chicos, cuando intentaba dormir solo lograba dar vueltas en la cama totalmente incapaz de conciliar el sueño. En su mente comparaba los besos que había recibido, como eran tan diferentes, pero tan parecidos a la vez. Cada uno tenía un sello distintivo por decirlo de alguna forma, pero también proyectaban el mismo sentimiento, y ese era el amor que sentían por él. Mientras miraba al techo solo podía pensar en cómo podría escoger a uno y rechazar al otro, ninguno se merecía ese trato, además al pensar en todo el tiempo que transcurrió desde que se le declararon la primera vez hasta este día, termino por llegar a una conclusión que era imposible. Al siguiente día, cuando desayunaba en su hogar solo continuaba pensando en lo que descubrió anoche, no era posible que fuese verdad, mucho menos que fuera la solución, sin lugar a dudas, estaba en un aprieto mayor que al principio.

Cuando estaba llegando a la escuela pudo observar a Kazama y a Mizuki desafiándose con la mirada, la relación de ambos era terrible, pues estaban tras el mismo objetivo y de ninguna forma planeaban cederlo ante el otro.

-Esto no puede empeorar. Quizá sea mejor si me salto la escuela por hoy.

El pequeño se alejó lentamente, pero de lo que no se dio cuenta fue que ambos jóvenes se percataron de él y comenzaron a seguirlo a escondidas, tal parece que Tsukushi no sería el único en faltar ese día. El pequeño recorría la zona cercana al rio el cual estaba crecido y con fuerza debido a una lluvia torrencial en los días pasados, sin darse cuenta que era seguido por los otros dos que lo espiaban viendo lo que hacía.

-Ah, ¿Qué voy a hacer? Esto no es ninguna solución, solo empeora las cosas. Si no encuentro una forma correcta de parar con esto me será imposible tomar una decisión. ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? ¡AAAAA! No es justo, no me gusta pasar por este tipo de situaciones.

El chico estaba cruzando un puente sobre el rio cuando de pronto una gran camioneta blanca con carga a gran velocidad hizo sonar el claxon asustándolo haciendo que topara con el barandal. El chico no entendía que hacia ese vehículo ahí, era muy pesado para el puente y cuando este pasó empezó a tambalearse. La camioneta hacía temblar fuertemente el puente y cuando  termino de cruzar, para terror del chico se formaron grandes grietas en ella, la parte opuesta del puente se colapsó y cayó al rio embravecido. Aterrado Tsukushi comenzó a correr del lado que provino pero entonces esta parte también colapso quedando inclinada, al sostenerse de una parte del barandal evito por centímetros caer en el agua.

-¡Que alguien me ayude! ¡Por favor! ¡Sálvenme! ¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Sálvenme!

Kazama y Mizuki que observaron todo salieron corriendo de su escondite y se dirigieron justo donde estaba Tsukushi, cuando llegaron al borde vieron que su amigo estaba apenas sostenido por un débil barandal que podia desprenderse en cualquier momento.

-¡Tsukushi!

-¡Tsukamoto!

-¡Amigos! ¡Por favor ayúdenme!

-Resiste, te salvaremos.

-¡Kazama bájame lo más que puedas, intentare alcanzarlo!

Kazama se sostuvo de arriba y con un brazo bajo lo más que pudo al capitán el cual estiraba su otro brazo hacia el menor en un desesperado intento por alcanzarlo. La corriente aun movía la loza de concreto donde estaban haciendo que la situación fuese aún más peligrosa, y por si fuera poco Mizuki se dio cuenta de que aún estaba lejos del alcanzar al otro.

-¡Ayúdenme por favor!

-Tsukamoto, tienes que intentar tomar mi mano. Tienes que intentar saltar.

-¡No puedo hacerlo!

-¡Tienes que intentarlo!

-¡No voy a llegar! ¡Si me suelto caeré al agua!

-¡Por favor intentarlo! ¡No podemos bajar más! ¡Tienes que saltar!

-¡No seré capaz de lograrlo!

-¡Tsukamoto! ¡Mírame! Te prometo que estarás bien, te atrapare, puedes estar seguro de eso, no dejare que caigas en el rio, pero por favor inténtalo.

-…tsk…ah…bien…lo intentare…

-Sostente bien para sacarnos Kazama.

-No tienes que repetírmelo.

-Bien, aquí voy…uno…dos…tsk… ¡TRES!

 

Justo cuando se soltó del poste del barandal una fuerte ola golpeo la loza de concreto haciendo que Kazama perdiera parte de su agarre y al regresar para sostenerse bien alejo por inercia a Mizuki, las manos de ambos chicos estaban por tomarse cuando esto sucedió y ese pequeño movimiento hizo que no lograran tomarse. De pronto fue como si todo pasara en cámara lenta, ambos vieron como el pequeño no alcanzo a sostenerse y cayo contra la loza, este solo se sostuvo un momento de una grieta para después mirar a los otros mientras la mitad de su cuerpo ya estaba en el rio.

-¡TSUKUSHI!

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

La corriente hizo que se soltara y en cuestión de instantes fue cubierto por el agua ante la mirada incrédula de los otros. Ellos por su parte solo se levantaron y corrieron un poco tratando de localizarlo antes de que se dieran cuenta de que era una causa perdida, pues no era posible que alguien tan pequeño y frágil como Tsukushi sobreviviera en esas aguas. Tras saberse el incidente y que el rio se calmara un equipo de búsqueda trato de localizar el cuerpo del joven, pero sus esfuerzos fueron inútiles. En una ceremonia en la escuela, amigos y familiares se despidieron para siempre del pequeño pero alegre Tsukushi Tsukamoto.

-FIN FLASHBACK- 

Notas finales:

Continúa en la siguiente parte. 


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