Capítulo 14: Un Nuevo Lugar
El grupo se separó nuevamente, confiando en que igual que al principio Kuroko guiase a Aomine a un nuevo descubrimiento. El moreno por su parte se sentía nervioso, era mucha información para procesar tan rápidamente, no es que fuera lento, pero prefería que las cosas fueran a un ritmo más despacio cuando tenía que usar tanto la cabeza. Mientras recorría la ciudad se encontraba metido profundamente en sus pensamientos, de forma que no prestaba particular atención al sitio que iba. El día transcurría cotidianamente para todo mundo, excepto para Aomine, el solo seguía preguntándose el por qué Tetsu, porque él y los otros chicos fueron asesinados, cuál era el motivo para hacer algo así. Eran dudas que su mente no era capaz de comprender, necesitaba respuestas, pero estas seguían siendo elusivas. Mientras atardecía llego a un balcón desde el que se podía ver la ciudad, el lugar tenia bancas, arboles, una fuente, además del mirador, un sitio realmente bello y que cualquiera calificaría alegre, lo único fuera de lugar era el con su semblante triste. Los últimos rayos de sol desaparecieron en el horizonte, a la vez que la ciudad encendía sus luces.
-(Te salvare Tetsu, no importa cómo, pero te salvare, te conseguiré… tu final feliz y juro que hare pagar a la persona responsable de todo esto).
Cuando se retiraba sintió una fresca y repentina ráfaga de viento, mirando la dirección que tomaba noto un par de grandes árboles cuyas hojas en movimiento por el aire apuntaban a un pasillo entre un par de edificios. Todo esto era demasiado familiar, sin embargo no sentía temor ni incertidumbre como cuando entro al callejón en el centro.
-¿Qué me tienes planeado Tetsu?...
Al llegar a la entrada observo la gran diferencia entre ambos casos, aquel callejón era oscuro y lúgubre, pero este estaba iluminado por pequeñas luces en candelabros, que le daban un aspecto agradable. Sin saber que sucedería, comenzó a recorrer los pasillos iluminados. No paso mucho tiempo para que se diera cuenta de que eran más extensos de lo que deberían ser, ciertamente era una situación similar a la anterior, pero de cualquier forma el ambiente era distinto. Al avanzar comenzó a notar como los candelabros estaban más juntos en las paredes marcando el camino, fue entonces cuando se topó con un arco con enredadera, bastante elegante, eso fue lo que pensó. Cuando lo cruzo vio frente a él un bello restaurante, oculto entre los edificios como el anterior, solo que aquí había luz afuera por los candelabros, pequeños arboles adornando el lugar, y el restaurant era muy diferente, pues era alargado y tenía una entrada justo en el centro, desde la que pudo ver un cartel que decía -BIENVENIDOS-.
-Bien, hay que averiguar lo que me espera dentro.
El chico se dirigió a la puerta y tras abrirla noto aún más las diferencias entre ambos lugares, este tenía una gran barra a lo largo de la parte central, del otro lado se notaba la cocina, las mesas y sillas estaban entre la barra y los asientos acojinados estilo del Maji que estaban en el perímetro junto a las ventanas. Además el ambiente era completamente diferente, pues las personas que veía se notaban alegres, felices, conversando animadamente incluso o solo pasando el tiempo con tranquilidad. Fue entonces que un chico que atendía una mesa se percató de él y amigablemente lo recibió y lo llevo a sentarse en la zona de la barra.
-Hola, se Bienvenido HAPPY REST, o Feliz Descanso. Yo soy Kazuma, puedes decirme Kazu, un placer atenderte. ¿Qué te gustaría ordenar? Tenemos una gran variedad de platillos, ¿Quieres una hamburguesa? ¿Tal vez pescado? Contamos con buenos cortes de carne, un pollo delicioso, hay ensaladas, así como una amplia selección de postres.
-…ah gracias…es solo que…
Aomine analizaba al chico, él tenía el cabello azul algo despeinado, una alegre sonrisa, camisa negra que tenía escrito en el pecho BREAKERS y pantalón blanco, le calculaba que su edad seria cercana a los 20.
-Disculpa…no estoy muy seguro de donde estoy…pero de algo si estoy seguro y es que sigo con vida, pero… acaso todos aquí… ¿Están?...
-Vaya eres una persona viva, no es común que lleguen hasta aquí, y por cierto no te equivocabas, sí, todos aquí somos personas que ya hemos fallecido y tenemos algún asunto pendiente, pero no nos dejamos agobiar por eso, hay formas de resolverlos y seguir adelante, pero en lo que lo hacemos muchos venimos aquí para relajarnos, Feliz Descanso, es un lugar donde todos pueden venir y relajarse, tomar con calma el hecho de la muerte y permanecer aquí el tiempo que quieran.
-¿Cómo fue que moriste?
-Vaya eres directo, pero si quieres saberlo fue hace un par de años, contraje una enfermedad, pero aun cuando eso me mato no deje que me cambiara, yo seguí siendo un chico alegre, tanto que el dueño anterior me dejo este lugar a mi cuidado cuando el decidió seguir adelante. Por cierto, ¿Seguro que no quieres ordenar nada?
-Es que no traigo mucho dinero.
-Descuida, el consumo es gratis.
-¡Wow! En ese caso, quiero 10 hamburguesas.
-Como gustes.
Cuando Kazu se retiró a la cocina, Aomine aprovecho para ver un poco a la gente, eran de toda clase de edad, desde jóvenes hasta ancianos, aunque por el momento veía más jóvenes.
-Aquí tienes tu orden de hamburguesas amigo.
-Ah, muchas gracias.
-¡Hey Kazu! ¡Hola!
-Hola, Konata, Yuri, Saya, Takashi, que alegría verlos.
-(Yuri) Tráenos lo de siempre por favor.
-Jeje En seguida.
-(Saya) Oh ¿Y tú quién eres guapo?
-(Takashi) ¿Un recién llegado?
-(Konata) ¡Un nuevo amigo será!
-¡BIENVENIDO!
El animado grupo se veía tan diferente como curioso. Tras una breve presentación Aomine supo que Yuri era patinador de hielo, Konata porrista, Takashi era beisbolista, Saya era practicante de Kendo, por eso siempre llevaba su espada con ella. Pero por todo lo demás, no eran más que un grupo de amigos común y corriente.
-(Takashi) Y dinos ¿Qué trae a un vivo por estos lugares?
-(Saya) A un vivo, tan apuesto.
-(Konata) Ah, Saya por favor, compórtate.
-Bueno, di con este lugar de pura casualidad, entre por unos pasillos y cuando me di cuenta llegue a este lugar.
-(Yuri) Eso sí que es muy extraño, por lo general solo los muertos encuentran este lugar, debes ser una persona muy especial.
-No estoy seguro de eso.
-(Konata) Bueno no importa, igual es un gusto conocerte, vivos o muertos, todos aquí somos excelentes amigos.
-Disculpen si los molesto con la pregunta pero… ¿Cómo murieron?
-(Saya) Cosas de la vida simplemente, nada fuera de lo común, enfermedades más que nada, ese maldito mosquito me contagio de malaria y pues la vida se terminó antes de darme cuenta.
-(Takashi) Acompañe a un amigo a un campo de Golf y la pelota me dio.
-(Konata) Deje la estufa encendida y el gas me ahogo.
-(Yuri) Cáncer, así de simple.
-Ya veo, vaya que fue de… muchos modos diversos.
-Sí, pero como te digo, somos capaces de arreglar los asuntos pendientes que nos retienen, podemos hacerlo en cualquier momento que queramos en realidad.
-Y si es así ¿Por qué siguen en este lugar?
-(Konata) ¡Porque nos encanta este sitio! ¡Hay comida gratis, conoces a mucha gente, además podemos salir cuando queramos y e ir a donde nos dé la gana!
-(Yuri) Sencillamente es un sitio muy alegre, se supone que si seguimos adelante será aún mejor, pero por lo pronto nos gusta aquí.
-(Takashi) Además de habernos ido de inmediato nunca nos hubiéramos conocido, Quién diría que chicos y chicas tan diferentes en vida, serian grandes amigos en la muerte.
-Pues eso sí.
-(Kazu) Es agradable hablar con un vivo de cualquier forma, no suelen llegar muchos aquí, el ultimo debió ser hace casi dos años creo yo.
-¿Y quién era?
-No recuerdo su nombre, algo con Ba pero no recuerdo el resto, era un chico bastante extraño, dio aquí por casualidad, igual que contigo pensamos que estaba muerto pero no fue así.
-¿Acaso dijo algo?
-Pues el tiempo que estuvo viniendo hizo preguntas muy raras, sobre la vida, sobre si es posible revivir a un muerto y cosas así, ya sabes las típicas preguntas de los vivos con respecto a la muerte.
-(Saya) Hay odio esas preguntas, son tan aburridas.
-En fin, yo jamás le respondí ninguna, principalmente porque jugar con magia no es correcto, las cosas no siempre salen como uno quiere y obtiene resultados diferentes. Pero el desgraciado se metió en mi habitación y se llevó un pergamino antiguo, bueno solo parte del pergamino, ya que no se llevó la segunda mitad, esa la dejo aquí el idiota.
-¿De qué era?
-Revivir a los muertos, escucha con atención lo que diré, él se llevó la parte de las instrucciones y la del hechizo, pero no se llevó la parte final que ocupaba para lograr el conjuro, por ende si lo realizo lo que obtuvo no fue darle vida a alguien fallecido, solo extender la suya más allá de su fin natural.
-¿Es enserio lo que me dices?
-Sí, ya me imagino su expresión cuando se dio cuenta que las cosas no salieron como esperaba. Debe haber ardido de rabia.
-¿En qué consistía el hechizo? Digo si se puede saber.
-El necesitaba primero conseguir seis almas las cuales hubieran pasado por momentos de tristeza y depresión muy profundos, tan malos que los hubieran hecho sentir querer morir. Después de seleccionarlos, debería encargarse de causar la muerte de esas personas, tras decir unas palabras del conjuro los cuerpos de ellos se transportarían de donde estuviesen al sitio donde los juntaba, al mismo tiempo dejaría sus alamas atrapadas, cuando realizara el hechizo final durante el crepúsculo, luego con los cuerpos y las almas y alguna pertenencia de la persona que quería revivir, los juntaría. Los cuerpos se fusionaran para crear de nuevo la parte física del fallecido y las almas entraran para traer al espíritu de nuevo, la pertenencia seria lo último para finalizar ya que mientras la lleve consigo esa persona continuara con vida. Pero en la parte que el dejo aquí estaban las palabras que debía decir para completar el hechizo. De no decirlas, el hechizo cambiaria, los cuerpos desaparecerían, y las almas quedarían aferradas a la primer cosa con vida que encuentren, en este caso quien realizo el hechizo. Por eso aunque estén libres “vagando” mejor dicho, no pueden alejarse demasiado.
-No puedo creer lo que dices.
-Pues así es, y dado que el hechizo cambio, lo que en verdad paso fue que su vida se alargara por mucho más tiempo. Tendría que soportar una especie de castigo con ellos por un tiempo de al menos dos años. Hasta que esas almas se asimilaran por completo y desaparecieran, cuando eso sucediera serio libre de continuar con su vida. Pero si esas almas reciben ayuda para escapar y seguir adelante, quien pagara las consecuencias será esa persona, pues así como hay un sitio mejor al cual ir luego de la muerte, también hay uno mucho peor al cual ir. Si las seis almas se escapan de su poder, se llevaran también parte de su vida, cuando el ultimo se libere, se llevara lo que quedaba de su vida normal, y entonces será abrazado por las llamas llevándoselo a un sitio terrible, lleno de sufrimiento y dolor.
-(Takashi) Un castigo más que apropiado por causar la muerte a inocentes.
-(Yuri) Me pregunto que habrá sido de ese sujeto.
-(Aomine) ¿En serio no recuerda ninguno su nombre?
-(Konata) Haber era algo con BA, ¿Ballena? ¿Ballet? ¿Albania? ¡Ah ya recuerdo! ¡Se llamaba Amolba!
-... ¿Almoba?
-(Saya) No, Konata si serás tonta, pero ya me acorde, era AOBA.
-… ¿Aoba?...
-(Kazu) Si, ese chico era muy extraño, cabello celeste largo, ojos dorados, no era precisamente la persona más agradable del mundo.
-¡AOBA!
Aomine tomo por los hombros a Kazu y lo miro seriamente.
-¡AOBA! ¡¿Estás seguro?! ¿Ese era su nombre?
-Ah, sí, sí, sí, ese era su nombre.
-¿Hace cuánto fue que lo viste?
-Te digo almenos dos años.
-Ese malnacido hijo de perra.
-(Yuri) Un momento ¿Lo conoces?
-¡Sí! ¡Lo conozco muy bien al desgraciado! ¡Por qué ese maldito, asesino a la persona de la que estaba enamorado!
Aomine salió corriendo del lugar, dejando muy asustados a los chicos del restaurant. El chico corrió a toda velocidad en dirección a su hogar, no le importaba el empujar a la gente o cruzar durante la luz rojas, ni siquiera los reclamos de personas diciendo que casi los aplasta. Estaba bastante furioso por lo que acababa de averiguar, pues ahora sabía quién era el asesino de Tetsu y no dejaría que ese maldito se saliera con la suya. Cuando llego a su hogar fue directo a su habitación y reviso de nuevo la poca información que tenían anteriormente. Reviso la matrícula de la camioneta y fue cuando noto que AB0, era parte del nombre de Aoba, solo que escrito al revés, los números de serie 4567 eran precisamente la dirección que noto una vez que fue al restaurante del tipo ese. Ya no tenía duda alguna, Aoba era el responsable de todo lo que estaba pasando, ese extraño chico era el asesino de todos, el asesino de su Tetsuya. Tomo su celular y de inmediato llamo a todos.
Al siguiente di estaban reunidos nuevamente en el parque de siempre.
-(Akashi) Con que Aoba es el responsable de todo.
-(Kagami) Ese hijo de perra. Siempre se me hizo bastante extraño.
-(Midorima) Ahora tiene sentido porque no quiso ayuda, porque él no está muerto.
-(Murasakibara) Hay que hacer pagar a ese maldito.
-(Kise) Se me ocurre una muy buena prisión donde mandarlo.
-(Aomine) No, eso sería amable tomando en cuenta lo que le tengo pensado. Liberaremos a Tetsu y entonces el otro se ira directo al infierno.
-(Kagami) Perfecto, solo quisiera poder ver el sufrimiento que tendrá.
-(Akashi) Entonces el maldito planeo esto desde al menos hace dos años, un año antes de matar a Tetsuya y los demás.
-(Kagami) Lo que no entiendo es donde los conoció, como supo que él le serviría.
-Supuestamente ocupaba a personas que hayan pasado por una gran depresión. Que sintieran aunque sea por un momento ganas de morir y…oh por dios, creo que ya sé cuándo lo conoció. Shintarou enciende esa laptop de inmediato.
Tras hacerlo el pelirrojo ingreso una fecha de hacía dos años, el resto miraba a la expectativa intentando averiguar lo que buscaba el otro. Fue entonces que encontró en una grabación a Kuroko el cual portaba en ese entonces el uniforme de Teiko.
-Es Kurokocchi y se ve muy triste.
-¿Qué intentas mostrarnos Aka-chin?
-Una fecha importante, Aomine, ¿Recuerdas ese día?
-Sí y en verdad lo odio.
-(Kagami) No entiendo, ¿Qué está pasando?
-Ese es el día, en que hicimos sentir a Tetsu peor que nunca.
Mientras seguían al chico a través de las grabaciones, vieron que el llego durante la noche hasta la misma plaza en la que Aomine estuvo ayer y su asombro fue aún mayor al notar a los que estaban ahí.
-(Kise) ¡No puede ser verdad!
Ahí en ese lugar se encontraban todos los chicos, Haru, Nana, Hinata, May, Tsukushi y por si fuera poco Aoba también. Los primeros igual que Kuroko se veían igual de tristes, cada uno absorto en sus propios pensamientos, en cambio pudieron notar que Aoba hasta estaba sonriendo al momento en que empezó a retirarse.
-(Akashi) Ahora tiene sentido el como los conoció.
-(Kagami) Encontró lo que buscaba, justo en el momento.
-(Midorima) Seis almas que estuviesen pasando un mal momento, deseando aunque sea por un segundo el morirse.
-(Aomine) Tetsu…
El moreno no podía evitar sentirse terrible, pues ahora entendía por qué su pequeño fue elegido, internamente solo pudo sentirse culpable, pues fueron en parte sus acciones de ese día, las que lo involucraron en ese problema.
-(Kise) Hay que rescatar a Kurokocchi y hacer pagar a Aoba de una buena vez por todas.
-(Murasakibara) Pero aún no sabemos cómo murió Kuro-chin, hasta no saberlo nos será imposible ayudarlo.
-Hola chicos.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Un poderoso grito se escuchó por parte de todos y entonces vieron detrás de ellos a la sombra de unos árboles a quien estaban buscando.
-(Kagami) ¡Kuroko! ¡Nunca vuelvas a hacernos eso!
-Lo siento. Es costumbre.
Como estaba usando su poca fuerza y estando a pleno día, Kuroko necesitaba estar entre las sombras para poder mostrarse, y aun así se veía en parte transparente, además se notaba que estaba exhausto, pues estuvo escapando de Aoba recientemente.
-Tetsu…
-Hola Aomine…
-Tetsu, ¿Qué estás haciendo aquí?
-Vine a verlos. Ahora que ya saben la verdad, ya puedo estar con ustedes.
-(Akashi) ¿Has planeado todo esto verdad Tetsuya?
-Quería que me ayudaran a mí y al resto, por eso los hice pasar por tantas cosas.
-Y me guiaste a ese otro restaurante de fantasmas ¿Cierto?
-Así es. Necesito su ayuda, yo aún no puedo descansar en paz.
-(Kise) No hay problema Kurokocchi, solo hay que arreglar tu asunto pendiente y serás libres.
-(Kagami) Y entonces ese odioso de Aoba se ira al infierno.
-Me temo que no es tan fácil, aún tengo un problema más, no servirá decirles mi asunto pendiente para que obtenga mi descanso, se necesita saber también el cómo murió una persona.
-(Midorima) Entonces dínoslo, si lo demás lo planeaste entonces si sabes cómo fue que moriste.
-…Esa parte no la invente… yo en verdad no recuerdo cómo fue que morí…
-(Murasakibara) No puede ser cierto. ¿Es una broma?
-Solo hay una persona que sabe en verdad como fue que morí.
-(Aomine)…Aoba…
-(Akashi) Parece que tendremos que ver a ese odioso una última vez.
-(Kagami) No hay problema, sirve que le daré una lección antes de mandarlo al infierno.
-(Murasakibara) Aplastare al maldito.
-(Kuroko) Chicos, deben tener cuidado, se cómo se sienten, pero no olviden que Aoba fue capaz de asesinarnos a nosotros, ¿Qué le impedirá matarlos a ustedes?
-(Akashi) No te preocupes, no somos nada indefensos, ya vera pronto lo que sucede cuando se mete con nosotros. Bien chicos, hay que prepararnos, esta noche le haremos una visita a nuestro amigo Aoba. El grupo se separó nuevamente ante la orden del pelirrojo. Aomine en su casa intentaba mentalizar todo lo que sucedería, una parte de él no podía esperar por vengarse, pero otra parte temía lo que sucedería después, pues ahora sabía que luego de arreglar las cosas su querido Tetsuya se iría para siempre.
-Aomine-kun…
-Ah, Tetsu.
El chico vio al otro en el reflejo de su espejo junto a él.
-No te preocupes, todo estará bien, sé que lo lograran, siempre lo hacen.
-Tetsu… yo… me siento preocupado por ti…
-Lo entiendo, pero descuida, pasara lo que tenga que pasar.
-Tetsu… yo… siento mucho lo que sucedió…
-No tienes por qué disculparte…
-Si tengo, de no haberme portado contigo de esa forma hace tanto tiempo, nada de esto estaría pasando, tú nunca hubieses ido a ese lugar, nunca te hubieras vuelto objetivo de Aoba…y no tendrías que haber muerto.
-…Tal vez todo pasa por alguna razón… quizá estaba destinado que esto sucediera, si no hubiese ido a ese lugar no me habrían escogido como al resto y ellos quedarían atrapados para siempre sin que nadie supiera jamás que fue de ellos y lo que sucedió en realidad.
-¿Cómo haces eso?
-¿Hacer qué?
-Siempre te preocupas más por los demás, cuando deberías preocuparte por ti mismo una vez para variar, ¿Por qué antepones la felicidad de los otros? ¿Por qué te dejas a ti mismo para el final? ¿Cómo es que eres tan buena persona?
-…solo es una costumbre que tengo, me gusta ayudar a otros.
-Ah… como cuando me ayudaste, aun después de la forma horrible en que te trate.
-Yo nunca podría dejar a las personas que quiero. Siempre que alguien me necesite, estaré ahí para ellos.
-… ¿Y qué hay de tu propia felicidad?
-Aomine-kun…a mí me gusta hacer felices a los demás, esa es mi felicidad, ver que todos a mí alrededor, están bien. Pensar que todos podemos tener un final feliz, eso es la felicidad para mí.
-…nunca lo había pensado así…
-Me sorprendería si llegaras a pensar.
-Oye.
-Jajaja.
Por un momento fue como si todo fuese igual que antes, como si aquellos alegres momentos que compartían en secundaria hubieran vuelto una vez más, esos alegres momentos en los que Aomine comenzó a enamorarse del menor. Eran recuerdos que el moreno atesoraría por siempre, pues bien sabía que sin importar lo que fuera a ocurrir esa noche, el resultado sería el mismo, Kuroko se iría una vez más de su vida y esta vez seria para siempre. Solo que de cualquier forma, le costaría aceptar perderlo otra vez.
Las horas transcurrieron en la ciudad de Tokio, la luz brillante del sol comenzaba a menguar con cada segundo que pasaba, y la oscuridad de la noche cubría la región. Para los millones de habitantes de la ciudad, no era más que el final de otro laborioso día de su vida diaria, para un grupo de jóvenes, con un gran valor en su corazón era la oportunidad de terminar con un asunto pendiente.