Capítulo 8: Un Amor Perdido Parte 2
-Eso ultimo lo averiguaste después de haber muerto ¿No es así?
-Exacto, lo escuche cuando le tomaran declaración en la estación de policía.
-¿Recuerdas cómo fue que moriste?
-Me temo que no, solo recuerdo que me fui corriendo por la ciudad y pase junto al callejón ese, luego de eso no recuerdo nada, hasta que desperté en ese mismo callejón al día siguiente y poco después descubrí que estaba muerto. Según se, la policía clasifico mi caso como un asalto con violencia, me asesinaron y escondieron mi cuerpo, ni si quiera yo sé dónde me dejaron al final.
-Lamento mucho eso.
-Descuida, no importa, lo que importa es que necesito de tu ayuda para averiguar qué era lo que tenía Kageyama, trate de seguirlo cuando tuvieron que irse, pero por alguna razón no puedo hacerlo, es como si algo me retuviera aquí en esta ciudad y me impide alejarme de ella, de no haber sido porque di con el restaurante y conocí a todos me hubiese vuelto loco de soledad.
-Espera un segundo, acabas de decir que no eres de aquí de la ciudad, si no puedes salir ¿Cómo esperas que contacte al tal Kageyama y le explique todo esto si no hay manera de que pueda verte o escucharte personalmente?
-Ya he pensado en eso, he estado muy pendiente de los encuentros de voleibol en las escuelas y precisamente la mía tendrá nuevamente otro encuentro de práctica con la misma escuela del año pasado aquí en Tokio y por ahí escuche que Kageyama vendrá también, ellos llegaran en dos días. Por eso es que necesito tanto tu ayuda, es tal vez mi única oportunidad para contactar con él o si no se irán de nuevo y tal vez jamás puedo verlo otra vez. Sé que recién me conoces y que no tienes en verdad porque ayudarme, pero si pudieras hacerlo, en verdad que te estaría eternamente agradecido.
-Ah…no te preocupes…te ayudare en todo lo que puedas y si como dices es mejor que solo uno se acerque a él, entonces no les diré a los otros a menos que sea necesario. Tranquilo, te ayudare a terminar tu asunto con Kageyama.
-Midorima…muchas gracias.
-Oye solo hay una cosa que quiero saber, conoces a Kuroko seguramente, ¿Sabes algo sobre él? Cualquier cosa que puedas decirme desde que están ahí.
-Oh si Tetsuya, bueno él y yo somos amigos, llevamos el mismo tiempo frecuentando el lugar, nos llevamos bien, pero no solemos tocar el tema de nuestras muertes. Además de eso, por lo general se pone un poco molesto cuando se acuerda de ustedes, creo que no le traen buenos recuerdos.
-Ah, lo que imaginaba.
-Pero ha cambiado un poco últimamente, ya no suele ponerse así, hace poco hable con él y dijo que tenía algo en mente, pero no me conto que.
-(¿Algo en mente? ¿Qué será?) Bueno no importa, ya me preocupare por el después, por ahora hay que pensar lo que hare con ese otro sujeto.
-Te explicare un poco después, por ahora creo que voy a descansar un poco.
Hinata comenzó a desvanecerse hasta que finalmente desapareció de la vista del otro, Midorima fue por un espejo y cuando lo puso en el lugar pudo ver al pequeño el cual se quedó dormido en el sillón, evidentemente mostrarse le había hecho consumir mucha energía. Al siguiente día Midorima no se reunió con los chicos pero le llegó la noticia de que el local seguía cerrado, finalmente al empezar el segundo día ya tenía encima suyo a Hinata el cual estaba demasiado entusiasmado por empezar el día. El chico salió de su hogar y de inmediato se colocó el celular para escuchar lo que el otro tuviese que decir.
-¿Bien cuál es el plan pequeño genio?
-Ellos ya deben haber llegado de nuevo a la estancia, y estoy casi seguro de que Kageyama y los demás irán a practicar a algún parque.
-¿Tienes idea de cuál?
-Por supuesto, tú solo ve hacia donde te diga.
Midorima acato las indicaciones de Hinata y tras atravesar una larga parte de la ciudad llegaron a un extenso parque donde ya se encontraban muchas personas, cuando llegaron a la zona de canchas el mayor pudo divisar a un equipo con uniforme negro y la palabra Karasuno en el. Sin duda alguna eran los viejos compañeros del chico.
-¡Son ellos!
-Ag, no grites por favor, te escucho perfectamente. Pero bien ahora que ya hemos dado con ellos, ¿Cuál de todos esos chicos es el tal Kageyama?
-Am, déjame ver, ¿Dónde estás, donde estás? ¡Ah! Lo veo, esta… ¿Sentado en la banca?
-¿Eso tiene algo de extraño?
-A él nunca le ha gustado quedarse fuera de ningún partido.
-Tal vez no está de humor y es todo.
-No lo creo, pero podemos aprovechar el hecho de que no está jugando para hablarle, acércate por atrás de los árboles y hazle señas para que te siga.
-¿Y que se supone que haga si lo hace?
-Por el momento preséntate y has mención sobre mí y toda la situación está, si empieza a ponerse arisco, yo me encargare de todo.
Sin saber bien lo que planeaba el otro Midorima fue lo más sigiloso que pudo hasta ese lugar, lo cual le era un poco difícil ya que su altura lo hacía destacar entre la gente. Cuando finalmente llego se aseguró de que nadie más se diera cuenta de su presencia y comenzó a hacer sonidos para llamar la atención del otro hasta que lo logro y Kageyama se dio cuenta de él.
-¡Ts! ¡Tss!
-¿Ah?... ¿Yo?
-¡Si tú!... ¡Sígueme!
-(¿Quién será este sujeto?).
Kageyama salió de la cancha y fue siguiendo a Midorima hasta que llegaron a un claro entre los arboles donde había una pequeña fuente.
-¿Quién eres y que quieres?
-Un gusto conocerte también, soy Midorima Shintarou y… bueno… es un poco difícil de explicar… pero necesito que creas todo lo que te voy a decir…
-Pareces un tipo extraño… Ya dime que es lo que quieres contarme.
-Bueno, veras, es una historia un tanto larga, pero iré directo al punto… ah… estoy aquí por tu amigo Hinata.
-… ¿Hi…Hinata dices?
-Si por él.
-¡¿Conoces a Hinata?! ¡¿De dónde?! ¡¿Cómo?!
-Tranquilo, tranquilo, déjame explicarte bien lo que sucede.
Midorima comenzó a relatarle a Kageyama todo el asunto, desde la desaparición de Kuroko hasta el reencuentro y de cómo ahora tenía a Hinata siguiéndolo para que pudiese volver a hablar con Kageyama. Cuando finalizo el otro se quedó con una cara de incredulidad hasta que finalmente resoplo.
-¿Entonces qué opinas de todo esto?
-Lo comprendo.
-¿En verdad?
-Sí, comprendo que eres solo un desquiciado que está burlándose de mí.
-¡Ah! ¡No! ¡Ese no es el caso! ¡Lo que te digo es verdad!
-¡No puedo creer que te siguiera y me hicieras perder el tiempo! ¡Eres un maldito desgraciado burlando de mi de esta manera!
-¡No me estoy burlando! ¡Te estoy diciendo la verdad!
-¡La única verdad aquí son tus burlas! ¡No sé quién seas ni lo que trames! ¡Pero eres un ser vil y despreciable! ¡Te daría un golpe en la cara pero ya tengo bastantes problemas y uno más solo haría que no participe en los torneos!
-¡Tienes que creerme! ¡Hinata fue el que me hizo venir aquí a buscarte!
-¡Si no me digas! ¡Y yo soy una iguana mágica! ¡Escucha, dejare pasar por ahora tu burla! ¡Pero si vuelves a molestarme no tendré compasión contigo!
-¡Pero Hinata…
-¡Pero es que nada! ¡Cómo puedes hablar así sobre un muerto!... Tsk… nunca supimos que fue de él, ¡Jamás encontraron su cuerpo! ¡Solo sabemos que fue asesinado de una forma horrible! ¡Tú no tienes el menor derecho para decir mentiras como estas en su nombre! ¡Hazme el maldito favor de desaparecer de mi vista, si no quieres terminar en el hospital!
-¡¿Pero y si pudiera probarte que lo que digo es cierto?!
-¡Ja! ¡No me hagas reír! ¡Eso es imposible! ¡Sabes que mejor me voy antes de que ¡Auch!
Una pequeña piedra dio en la cabeza de Kageyama, haciéndolo voltear para ver de dónde vino, mas no logro ver a nadie que fuese el responsable.
-¡¿Quién diablos fue?! ¡Sal de donde sea que estés!
-(¿Ah? ¿Qué fue eso?... un segundo… ¡El celular claro!).
-Hasta que lo vuelves a usar, dile a Kageyama que se fije en el agua de la fuente.
-(¿Qué tramas? Bien no pierdo nada). Hey Kageyama, entiendo que no quieras creerme, pero puedo mostrar que lo que digo es real, solo mira tú reflejo en el agua de la fuente.
-¿Por qué haría eso?
-Veras que mis palabras son ciertas.
-Aun no creo nada de lo que dices.
-Perfecto, en ese caso, no tienes nada que perder. Solo hazlo por favor.
-Mmmm…
Aun incrédulo Kageyama se acercó lentamente a la fuente y aprecio de inmediato su reflejo, nada parecía estar fuera de lo ordinario, pero justo cuando se disponía a retirarse comenzó a ver otra silueta menor a su lado. Fijo mejor su vista para averiguar quién era, hasta que la figura comenzó a tomar una forma distinguible. Justo ahí a su lado se encontraba la figura de Hinata, luciendo tal y como lo había visto la última vez. Su expresión se volvió de incredulidad al darse cuenta de ese hecho, cuando acerco su mano al agua, la figura de Hinata desapareció y en ese instante parte de la fuente se fracturo haciendo que se escapara el agua y dándole un pequeño susto.
-¿Qué?... ¿Qué fue eso?
-Te lo dije… es lo que está pasando.
-¿Ese era… Hinata?
-Así es.
-¿Pero cómo?
-No estoy seguro, muchas de estas cosas siguen siendo un misterio para nosotros.
-¿En dónde está ahora?
-No lo sé, no es como que pueda verlo, solo lo escucho a través del teléfono celular y puede aparecer a través de reflejo de los espejos.
-Mencionaste un restaurante… ¿Fue hacia haya? ¿Puedes llevarme?
-De poder si puedo, el problema es que está cerrado, el “dueño” parece que salió y no ha regresado.
-¿Y entonces como se supone que vea o que hable con Hinata?
-Según tenemos entendido, ellos pueden mostrarse más fácilmente durante el atardecer, justo en el crepúsculo, cuando la luz se reemplaza por la oscuridad de la noche. Quizás en ese momento puedas verle.
-¡¿Pero en dónde?! ¡No tengo la menor idea de lo que está sucediendo!
-Déjame intentar algo. Hinata ¿Puedes escucharme? ¿Estás ahí chico?
-…
-¡Hinata! ¡Hinata!... ah… buen momento para que no responda.
-¿Puede hablar por los celulares?
-Sí, pero si tomamos en cuenta que uso su energía para manifestarse en la fuente y que le vieras, es probable que terminara algo cansado, lo cual explica porque no me contesta.
-Tengo que hablar con él, es urgente que lo haga.
-Lo entiendo, lo entiendo, el también parece estar muy desesperado por comunicarse contigo. Si ambos tienen suerte quizá puedan comunicarse esta noche en el momento que te dije.
-Aún faltan horas para eso.
-Entonces te sugiero que ordenes tus ideas y pienses muy bien lo que vayas a decirle, él dijo que parecías tener problemas la última vez que te vio, quizá sea el momento para que expliques lo que tenías.
-¿El recuerda… lo que le sucedió?
-Parece que no. Y no tenemos explicación para ello. Ah… mira quisiera quedarme platicando pero tengo algunas cuentas cosas más que hacer, te dejare para que pienses lo que harás.
-¿Pero cómo sabré donde encontrarlo?
-…Tal vez…bueno quizá…
-¿Qué cosa? ¿Qué estás pensando?
-Los casos anteriores, ellos se reunían en el lugar donde habían muerto, tal vez sea ahí donde lo encuentres. No entendemos bien el porqué, pero parece que ese sitio es muy importante para ellos, y es también donde pueden mostrarse con mayor facilidad.
-Llegar hasta haya me tomara tiempo.
-Entonces no pierdas el tiempo y comienza a ir hacia haya.
-Eso hare, ¡Muchas gracias!
Kageyama comenzó a retirarse a gran velocidad dejando a Midorima ahí en medio pensando en todo lo sucedido en los últimos días. El chico estaba empezando a hacer especulaciones, pues por primera vez se dio cuenta de que todos los chicos parecían haber muerto por las mismas fechas. ¿Acaso fue en el mismo día? Sea cual fuera el caso, el investigaría antes de ir a revisar el punto de encuentro de Kageyama y Hinata, pues si tenía suerte, encontraría a Kuroko haya. Entre tanto el pelinegro regreso primero a la cancha y tomo sus cosas, ni si quiera dio tiempo a sus amigos de explicar lo que pasaba, solo se puso en marcha rápidamente mientras los gritos de sus compañeros desaparecían en la distancia. Era necesario que llegase ahí, pues si quería respuestas, solo Hinata podía dárselas. El día pareció avanzar rápidamente para todo mundo, las horas pasaban a gran velocidad y el sol surcaba el cielo con rapidez, el atardecer ya se apreciaba sobre la ciudad y este estaba aproximándose a su final, Kageyama había recorrido una gran distancia para llegar a ese lugar y ahora se encontraba de nuevo a la entrada de ese callejón que le traía malos recuerdos. Con algo de duda, decidió empezar a entrar en él, estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Midorima estaba espiándolo todo el tiempo.
Por su parte el pelinegro siguió avanzando hasta dar una vuelta en el callejón y ahí se encontraba aun aquel contenedor de basura tras el que descubrió toda la sangre. Las ultimas luces del día empezaron a desaparecer a la vez que el con temor comenzó a avanzar para llegar del otro lado del contenedor, y justo cuando la luz se convirtió en noche aprecio ahí de ese lado sentado y abrazando sus rodillas a una persona a la que creyó nunca volver a ver.
-Hinata…
-Hola…Kageyama…
-No puede ser… no puedo creerlo…
El mayor se abalanzo sobre el otro dándole un fuerte abrazo el cual correspondió el menor, después de tanto tiempo se habían reencontrado. Tras volver de su alegría Kageyama decidió empezar con sus preguntas al otro.
-Hinata… ¿Cómo es que?
-No lo sé… no recuerdo mi muerte… solo sé que hay algo que aún me tiene atado a este mundo. Y… ese eres tú.
-¿Qué?
-Kageyama… yo cuando hui… me sentí muy lastimado por el hecho de que me golpearas… pero lo que yo quería más que nada era ayudarte… te habías puesto tan mal en ese entonces que no sabía qué hacer para ayudarte… mi asunto pendiente… era ayudarte con tu problema… nunca supe lo que te pasaba… nunca pude ayudarte a resolverlo… eso es lo que me tiene atrapado en este mundo.
-Hinata… yo…
-Sé que probablemente no tiene importancia ahora, pero… ¿Podrías decirme… que te tenía tan molesto? Sea cual sea tu problema… si es posible… hare todo lo posible por ayudarte a arreglarlo hasta que ya no me necesites más.
-Hinata…
El menor solo miraba al mayor con incertidumbre, cuando de pronto el otro lo tomo por los hombros y lo acerco hasta el haciendo que ambos se dieran un apasionado beso y dejando confundido al más pequeño. Solo cuando se separaron fue que Hinata aprecio el rostro sereno del mayor.
-Kageyama… ¿Por qué?
-Hinata… el problema que tenía… era yo mismo… porque desde hacía tiempo… estaba enamorado de ti.
-¿Qué dices?
-Estaba confundido, no estaba seguro de lo que sentía, jamás me había enamorado así de nadie y menos de un hombre, no sabía si algo estaba bien o mal conmigo por haberme enamorado de ti. Es por eso… que siempre estaba tan molesto… porque no tenía respuesta alguna a esa pregunta.
-Kayegama…
-Me daba celos cuando hablabas con cualquier otra persona, al ver lo cercano que eras con otros y no conmigo… por eso te maltrataba… porque sin darte cuenta… tu… ¡Tú siempre estabas dándome celos!
-¡¿Qué?! ¡¿Yo?! ¡¿Darte celos?!
-¡Sí! ¡Siempre ibas con todo mundo pero no conmigo! ¡No sabes cuánto me hacía enfadar! ¡Porque yo te quería a mi lado pero no te tenia!
-Pero, pero…
-Cuando te me confesaste, no podía creer lo que pasaba, pues me estabas correspondiendo, pero como no entendía mis propios sentimientos en ese entonces, solo te grite y te lastime. Cuando te golpe no sabes cuánto me arrepentí, y quise seguirte cuando te fuiste corriendo pero mi orgullo no me dejo. Y luego cuando supe que algo te había sucedido y que habías muerto, no sabes cuánto me lamente por eso. Porque… porque te había perdido para siempre y ya jamás podría tenerte a mi lado.
-Kageyama… ¿Todo lo que me dices es verdad?
-…Tsk… ¡Claro que lo es!... No mentiría con algo como esto… ahora finalmente puedo decirte algo que no fui capaz de hacer hace un año… y es que yo… ¡Yo te amo Hinata!
-Kageyama… yo también te amo.
Ambos chicos se acercaron lentamente al otro hasta que sus labios se unieron en un tierno beso que demostraba los sentimientos del uno por el otro, sentimientos que habían estado guardados durante tanto tiempo y que ahora finalmente salían a la luz. Y justo cuando se separaron, una brillante luz blanca se dejó ver desde el final del callejón.
-¿Qué? ¿Qué es eso?
-Eso… indica… que ya es tiempo… tiempo de que me vaya.
-¡¿Qué?!
-Mi asunto pendiente quedo resulto, significa que ya no tengo que estar atrapado aquí nunca más.
-Pero, Hinata, no puedes irte, no quiero. ¡No quiero que te vayas! ¡No puedo perderte otra vez! ¡Ahora estamos juntos, no puedes irte y dejarme como si no pasara nada!
El mayor abrazo posesivamente al menor mientras las lágrimas recorrían sus mejillas, el menor solo lo abrazaba mientras lloraba y ponía una pequeña sonrisa en su rostro. Lo había conseguido, había logrado ayudar a su amigo y a su gran amor. El pequeño se soltó del mayor y fue entonces que vio en él una cara de tristeza y frustración como nunca antes. Pues sabía que no podía evitar que el pequeño se fuera. Entonces Hinata tomo las manos contrarias y estas se entrelazaron mientras se miraban fijamente.
-Tranquilo, ya no me necesitas Kageyama, ahora estarás bien.
-Pero, si yo hubiera…
-No pienses en ello, por alguna razón no pudimos terminar juntos… pero eso no significa que debas vivir triste, sé que volverás a amar algún día y que cuando lo hagas serás muy feliz.
-Pero no conozco el amor, solo lo sentí con ti.
-Si lo conoces y volverás a conocerlo, solo tienes que intentarlo.
-No es justo… esto no es justo.
-Lo sé, yo también habría sido feliz a tu lado Kageyama.
-Nunca voy a olvidarte, te juro que nunca lo hare.
-Y yo tampoco te olvidare, mi primer y único gran amor.
Ambos se dieron un último beso de despedida y cuando se separaron Hinata comenzó a dirigirse de espaldas hacia la luz viendo a Kageyama. Las lágrimas salían de ambos, pues ahora era un adiós definitivo, sin embargo no podían dejar que la tristeza los abrumara, por lo que ambos se despidieron con una sonrisa en su rostro. Hinata siguió adentrándose en la luz hasta que fue completamente envuelto por ella, entonces esta dio un gran destello y desapareció como si nunca hubiese estado ahí.
-Hinata…te amo.
Kageyama salió del lugar y regreso a las calles de la ciudad sintiéndose mucho más feliz que antes, pues los problemas que se agobiaban se habían aliviado tras reencontrarse con Hinata. Midorima que había observado todo escondido se sintió alegre de que ese pequeño llamado Hinata pudiese seguir adelante, solo cuando se aseguró de que no hubiese nadie más ahí, fue que pudo alzar la voz.
-¿Kuroko? ¿Estás ahí? Soy Midorima, quiero hablar contigo, si estás ahí por favor aparece, tenemos que hablar.
-Hola Midorima.
El chico alzo la vista y vio al menor el cual estaba sentado en una plataforma de escaleras de emergencia con sus piernas colgando en el aire y dandodolé una sonrisa al mayor.
-Que bien, lograste ayudar a Hinata, ahora el estará mucho mejor.
-Kuroko, tenemos que hablar, ¿Qué es exactamente lo que pretendes? ¿Por qué nos haces ayudar a otros en vez de a ti?
-Quisiera explicarte mis motivos, pero aun no puedo hacerlo. Solo puedo decirte, que van por buen camino. Si siguen así, quizá todo se arregle. Por ahora, hasta pronto, saluda a Aomine de mi parte.
-¡No espera Kuroko no te vayas!
El chico desapareció en el aire dejando a un confundido Midorima, nuevamente el menor hablaba con misterios, pero al menos ahora pudo comunicarse más con él, y no solo eso, sino que había empezado a hacer especulaciones sobre toda la situación, y estas eran noticias que tenía que hablar con el resto de los chicos. En otra parte lejana, una figura se sostenía la cabeza como si estuviera sufriendo un gran dolor.
-¡AAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGG! ¡¿OTRO?! ¡Esos malditos me hicieron perder a otro! ¡Si siguen así pronto me quedare sin ninguno! ¡Tendré que poner manos en el asunto! ¡De ningún modo me harán perder a los tres que aún tengo!