Cuando era niño mi madre nos dejaba, a mi hermano y a mí, seguido en casa de la abuela debido a que mi padre y ella trabajaban, incluso en las vacaciones de verano pasábamos días enteros en su casa, teníamos ropa para dormir ahí si era necesario debido a que algunas veces nuestros padres trabajaban horas extra, qué puedo decirles, mis padres nunca han sido muy buenos padres que digamos.
Tengo muchos recuerdos en esa casa, algunos muy felices, otros no tanto; pero hay una cosa que ignoro el por qué recuerdo tan bien, un día estaba armando un rompecabezas junto a la abuela, tenía muchas piezas, no recuerdo con exactitud cuántas eran pero supongo pasaban de 500, no es relevante realmente, había una parte en el rompecabezas que era totalmente verde, debo decir que era debido a que era un rompecabezas de un paisaje lleno de vegetación, estaba como loco buscando la pieza que embonara junto a otra en ese espacio verde, había muchas que parecía que quedaban pero no daba con la que se encajara con facilidad, bastante irritado por esto tomé una pieza verde y le di golpes para obligarla a embonar con la otra, mi abuela me miró soltando una risilla, acarició mi cabeza y quitó la pieza que obligué a juntarse con la otra.
- Masamune- su voz estaba llena de dulzura- no puedes obligar a una pieza a encajar con otra así, cada pieza tiene su propio espacio en el rompecabezas- tomaba una pieza del montón para probar si encajaba en el lugar donde había retirado la anterior, no embonaba así que tomó otra volviendo a intentarlo
- Pero abuela- desesperado me apoyé en la mesa- no logro encontrar la pieza que encaje fácilmente en ese lugar, todas esas parecen embonar a simple vista- señalé un montón de piezas completamente verdes- son tan parecidas que no creo que importe que coloque cualquiera, incluso si no se entra con facilidad puedo obligarla con un par de golpes, no creo que alguien note la diferencia- la risa de la abuela no se hizo esperar
- Masamune, querido- acariciaba mi mejilla, su mano era cálida- no puedes obligar a una pieza a que tome un lugar que no le corresponde, si haces eso llegará el momento en que todo el rompecabezas se estropeará- seguía intentando encontrar la pieza adecuada- debes ser paciente y encontrar la pieza indicada- colocó una pieza que quedaba perfectamente en el lugar- colocando todas las piezas en el lugar que les corresponde podrás formar un hermoso paisaje- sonreía- ¿Qué te parece? Esa pieza se ve muy bien ahí ¿no?
- Sí lo hago de esa manera será muy difícil, abuela- suspiré cansado, cruzado de brazos
- Nadie dijo que iba a ser sencillo, Masamune- debía darle la razón puesto que era verdad, incluso ella me había advertido que un rompecabezas así de grande sería complicado- pero puedo asegurarte que cuando lo terminemos de armar sentiremos una gran satisfacción si lo hacemos bien, por el contrario si obligamos a las piezas a embonar terminaremos con esa frustración de no haber podido encontrar la piezas adecuadas- suspiró con una sonrisa en el rostro- algo similar es el amor, Masamune
- ¿El amor?- estaba confundido por esa última parte- ¿qué tiene que ver el amor con un rompecabezas?- apoyé mi cabeza entre mis dos manos, la abuela reía
- Bueno, en el amor también debes encontrar la pieza indicada- la mujer me sonreía con ternura- no puedes obligar a una pieza a encajar si no es la adecuada- tocó mi nariz con su dedo índice- nunca olvides eso, Masamune
- Abuela, no me importan esas cosas del amor- hice una mueca de disgusto, ella volvió a reír
- Eso dices ahora- seguía con su labor de encontrar las piezas para acomodarlas en sus respectivos lugares, mi hermano la llamó para que le diera un poco de jugo y ella fue a atenderlo
Sostuve una pieza en mi mano, la miraba fijamente mientras tenía una ceja alzada, pensaba que no se podía comparar algo divertido como armar un rompecabezas con la abuela con algo tan desagradable como el amor, al menos eso pensaba en esos momentos, desde entonces esas palabras se han quedado grabadas en mi mente.
Hoy en día pienso que la comparación que hizo mi abuela aquel día ha sido una gran lección, he encontrado a las piezas que parecen encajar conmigo en una relación pero que al final no eran las indicadas. Lo sé, suena muy estúpido pero de alguna manera puedes encontrar el parecido, es como cuando relacionas algo con una cosa tonta o que te guste para recordar algo en tu material de estudio a la hora de tener un examen.
Era la hora de salida del trabajo, comienzo a guardar mis cosas en mi maletín para retirarme, realmente he tenido un día agotador, Shizuku Ishi se acerca a mí con su característica expresión seria, realmente no sonríe mucho, quizás unas dos o tres veces al día o ninguna, normalmente es mi hermano quien lo ha hecho sonreír más.
- ¿Esperaras a Kyo hoy?- ni siquiera una pequeña sonrisa
- Si, le prometí que a partir de hoy lo esperaría e iríamos al departamento juntos- me estiré en mi lugar para después dar un gran bostezo
- ¿Puedo acompañarte?- desviaba la mirada, ligeramente sonrojado
- Claro, pienso que así no me aburriré tanto de esperar- sonreí levantándome de mi lugar- vi un café en frente del lugar donde Kyo trabaja, parece un lugar acogedor
- Suena bien- ambos comenzamos a caminar para salir del lugar- gracias por dejar que te acompañe- ni una sonrisa
- No tienes que agradecer- sonreí sacando mi teléfono celular del bolsillo para mandarle un mensaje a mi hermano- no sería capaz de intervenir en tan dulce amor, dos enamorados no pueden estar separados mucho tiempo- solté una risilla al observar el sonrojo de Shizuku
- ¿Sabías que eres un idiota?- parecía avergonzado, tenía el ceño fruncido
- Si, ya estaba enterado- tecleaba el mensaje para Kyo y al finalizar lo envié- pero a pesar de ser un idiota es inevitable darse cuenta de lo enamorados que están
- Me sorprende realmente lo parecidos que son Kyo y tú algunas veces- me miraba de arriba abajo- claro, no solo físicamente
- No me digas esas cosas- traté de no sentirme ofendido con la comparación, creo que Kyo y yo somos muy diferentes, psicológicamente hablando, debo admitir que físicamente nos parecemos bastante
Ambos llegamos a un acogedor café, era un establecimiento no muy grande pero daba una sensación de familiaridad, el lugar tenía un delicioso olor a café y dulce; nos dirigimos a una mesa que se encontraba cerca de las ventanas, los asientos eran acolchonados, muy cómodos realmente. Una mesera se acercó a nosotros, tenía una gran sonrisa, en sus brazos sostenía dos menús.
- Bienvenidos al café Suzuki- nos entregaba los menús- nos alegra tenerlos por aquí, me imagino que es la primera vez que visitan el lugar, recordaría haber visto anteriormente a dos caballeros tan bien parecidos- creo que estaba coqueteando con nosotros, mejor dicho, coqueteaba con Shizuku y era amable conmigo, no le quitaba la mirada de encima- mi compañero pronto vendrá a tomar su orden, con su permiso- sonreía coquetamente a mi acompañante y se retiraba
- ¿Te diste cuenta cómo te comía con la mirada?- solté una risilla, divertido por el acontecimiento
- No me interesa- ni siquiera me había volteado a ver, leía detenidamente el menú
- No me explico cómo se ha fijado en ti si ni siquiera sonríes- realmente no había pensado en lo que decía, cuando repasé las palabras en mi mente no pude evitar sentirme culpable- digo, si me imagino el por qué, eres atractivo, pienso que de alguna manera tu seriedad es atrayente- jugaba con mis manos un poco culpable
- No tienes que arreglar lo que dijiste, solamente estabas siendo sincero- me miraba fijamente, estaba serio, era difícil saber si realmente no le había importado o estaba molesto
Si las cosas siempre hubieran sido como lo son ahora entre nosotros no me sentiría tan culpable, de alguna manera saber que Shizuku estuvo enamorado de mí es lo que me hace sentir mal. Cuando el chico del eterno semblante serio y mi hermano empezaron a salir me sentí realmente feliz por ambos, también me sentí aliviado ya que Shizuku no sufriría más porque no correspondía sus sentimientos; cuando él se me confesó temía que la convivencia en el trabajo fuera insoportable, debo admitir que Shizuku es un chico lindo, alguien confiable, responsable y leal, una persona con mucha ética y cuando llega a sonreír se ve hermoso, pero en definitiva no era a lo que le llamo “la pieza indicada” para mí, pienso que Kyo y él encajan perfectamente.
- Realmente lo he dicho sin pensar- apoyé mi cabeza en una mano mientras miraba por la ventana- no es lo que pienso realmente
- Ahora estás pensando cosas innecesarias ¿no es así?- un ligero sonrojo en su rostro me dio a entender que realmente sabía lo que estaba pensando- estoy enamorado de Kyo, mejor dicho, lo amo- volvía a tomar el menú entre sus manos- no me has lastimado de ninguna manera
- Lo hice en el pasado- me seguía sintiendo un poco culpable
- Deberías enfocarte en el presente y dejar de decir cosas vergonzosas- fruncía el ceño fijando su mirada en el menú- me enojaré si me tratas con lastima, Takano Masamune
- Oh, Shizuku ha desatado su furia- reí sintiéndome más tranquilo- nombrando mi nombre y apellido
- Así es, si vuelves a pensar en tonterías tendrás que pagar lo que yo pida- una ligera sonrisa se asomó en sus labios, debería hacerle un favor a mi hermano y tomarle una fotografía
- ¿Disculpa? Aunque no piense en tonterías obviamente invito yo- alcé una ceja, sonriendo- tendrás que buscar otra forma de castigarme
- Entonces supongo que si sigues pensando en tonterías no te cubriré cuando quieras tomar un descanso en el trabajo- ese había sido un golpe bajo
- No pensaré tonterías, si es necesario apagaré mi cerebro- dejé el menú a un lado, sonriendo
- ¿Por qué hay tantas bebidas con café?- Shizuku mostraba frustración al observar el menú
- Quizás porque estamos en un café, aunque suene ilógico para ti- sonreía con sarcasmo, el chico me golpeó con el menú en la cabeza, empecé a reírme
- Bienvenidos al café Suzuki ¿están listos para ordenar?- mis ojos se iluminaron al posar mi vista en aquel chico, un hermoso castaño de ojos verdes, tan intensos, tan cautivadores que me perdía en ellos, tenía una radiante sonrisa que removía algo en mi interior, sin contar que tenía un cuerpo que lucía bien formado bajo ese uniforme de mesero
- Bueno, yo estoy listo para ordenar ¿qué tal tú, Takano? ¿Takano?- ni siquiera podía prestarle mucha atención a mi acompañante, me sentía bajo el encantamiento de este chico, de pronto sentí dolor en mi pierna, parece que Shizuku había elegido traerme a la realidad con una patada
- ¡Sí, quiero un café!- exclamé un poco alterado y apenado
- De acuerdo ¿puedo saber qué tipo de café desea?- ni siquiera había pensado en qué tipo de café deseaba
- Él desea un macchiato- Shizuku había acudido a mi rescate- yo pediré una bebida de chocolate frío- ese lindo mesero anotaba lo que Shizuku le había pedido
- ¿Desean algo más?- sonreía de una manera encantadora
- Yo sí que deseo algo más- lo miraba de manera seductora, sentí otro dolor en mi pierna, mi acompañante me miraba con desaprobación
- Me gustaría un pedazo de pastel de queso y a mi acompañante uno de pastel diplomático- le entregaba los menús al lindo mesero
- ¡Bien!- de nuevo esa hermosa sonrisa- si desean algo más háganmelo saber, soy Onodera Ritsu- ahora sabía algo de él, su nombre- yo me encargaré de atenderlos- se retiró, realmente quiero algo con él
- ¿Qué fue eso?- el novio de mi hermano me miraba con una ceja alzada
- ¿De qué hablas?- me hice el desentendido, empezando a jugar con una azucarera
- Takano, si el tal Onodera estuviera en el menú lo habrías pedido- sentía mi cara un poco acalorada- te tenía babeando
- ¿Ahora quien dice tonterías?- desvié la mirada, tiré la azucarera de tanto moverla tirando un poco de su contenido
- Te estás delatando, eres muy obvio- colocó la azucarera en su lugar y tomó una servilleta para limpiar el azúcar que se había derramado- no sabía que muy pronto tendría mi oportunidad de regresarte los comentarios que tu usas para molestarme con Kyo- apoyó su cabeza en sus dos manos- y dime ¿acaso fue su sonrisa lo que te enamoró?- estaba sorprendido, una segunda pequeña sonrisa en el día, debía pedir un deseo
- Bien, me gusta el chico, pero decir que lo pediría si estuviera en el menú es demasiado, me haces ver como un pervertido que quiere comérselo- le di un pequeño golpecito en la frente- además ¿quién no se enamoraría de un chico con una sonrisa tan hermosa?- cerré los ojos y la boca, debo dejar de hablar sin pensar
- ¿Otra vez estás pensando en cosas innecesarias?- frunció el ceño
- Por supuesto que no- le sonreí tomándolo de la barbilla, él se sorprendió- porque cuando tu sonríes tienes una sonrisa hermosa- en serio creo que más que pensar cosas innecesarias no pienso en nada, soy un idiota- ¡por eso mi hermano está enamorado de ti!- lo solté, me siento como un estúpido, cubro mi cara
- Takano ¿acaso te pongo nervioso?- su tono de voz sonaba un poco… ¿dolido?- creo que fue un poco tonto de mi parte pensar que podíamos ser amigos después de que te confesé mis sentimientos- estaba evitando mi mirada, no puede ser, no está sucediendo, tengo que hacer algo- discúlpame, pero quiero que te quede claro que amo a Kyo ahora y jamás lo cambiaría por nadie, ni aunque se tratara de ti- sacaba dinero de su billetera, sostuve su mano cuando dejaba el dinero en la mesa
- Sé que amas a mi hermano, es solo que nunca sé lo que estás pensando, no muestras mucho tus emociones, no quiero ofenderte o hacerte pensar que me gustas, no quiero tener problemas contigo porque eres un amigo y el novio de mi hermano- suspiré, apreté su mano ligeramente- cuando digo que un chico es lindo por algo que tú no tienes o no haces a menudo, bueno, pienso que podrías sentirte triste u ofendido, pero no por mí, más bien por mi hermano, no quiero que sientas que mi hermano podría dejar de quererte- despeiné mis cabellos con mi otra mano- ¡tú dijiste que éramos muy parecidos y pensé que tu podías pensar que si algo me gustaba a mi podría gustarle a Kyo!- me levanté y lo tome de los hombros- ¡estarías equivocado! ¡Kyo y yo somos totalmente diferentes!- lo agité ligeramente- espero que entiendas lo que trato de decir porque ni yo sé ya lo que estoy diciendo, en fin, si te vas porque crees que estoy incomodo contigo voy a taclearte
Shizuku me miraba con sorpresa, de un momento a otro empezó a reírse, ahora era yo el que estaba sorprendido, me quedé mirándolo esperando a que terminara de reírse.
- ¿En serio taclearías al novio de tu hermano?- su tono de voz y su mirada me decían que había regresado a la normalidad- no tienes que preocuparte tanto, Takano- me indicó que volviera a tomar asiento- no me sentiré mal por eso, estoy consciente de que Kyo y tú son personas diferentes- me miraba con una cálida sonrisa- gracias por querer cuidar de mí- suspiró- ya que nunca sabes lo que estoy pensando, y eso nos lleva a malentendidos, podría empezar a tener más confianza contigo, claro, en ciertos aspectos como cuando algo me molesta o me des vergüenza ajena, también si me siento feliz o me afecta un comentario tuyo
- Así que… ¿no me dejaras conocer los enigmas de tu mente por completo?- al menos va a empezar a ser más abierto respecto a cómo se siente
- No, eso es algo que nadie debe saber- tomaba un pequeño cuchillo para mantequilla que se encontraba al centro de la mesa- si lo supieras tendría que matarte
- Recuérdame nunca intentar adentrarme en tu mente- retrocedí un poco quitándole el cuchillo y colocándolo en su lugar
- Buen chico- me despeinaba el cabello, no soy un perro
- Aquí está su orden- escuché la melodiosa voz de ese hermoso castaño y lo miré con un sonrisa
- Vaya, que rápido- alagué el servicio, el lindo mesero me devolvió la sonrisa
- Bueno, no nos gusta tener esperando por mucho tiempo a nuestros clientes- terminaba de servirnos nuestra orden- si necesitan algo más háganmelo saber- jugueteaba un poco con la charola, donde traía la comida y bebidas, entre sus manos
- Te tomaré la palabra- tomé la taza de café entre mis manos-no será la única vez que me verás por aquí, Onodera- le di un sorbo a mi café, quería hacerme el galán frente a él, el castaño soltó una risilla
- Lindo bigote de espuma el que tienes, Takano- el novio de mi hermano me extendió una servilleta, la tomé algo avergonzado
- Descuide, lucía lindo el bigote de espuma- tenía un precioso sonrojo en el rostro al decir eso y una linda sonrisa- disculpen, me retiro- el mesero se retiraba a paso rápido, creo que se puso un poco nervioso al decirme eso
- No le creas, parecías un idiota- Shizuku se disponía a degustar de su pastel
- ¡Por qué me pediste un macchiato?- exclamé avergonzado al chico frente a mí- pudiste haberme pedido un café cortado o algo por el estilo- cubrí mi rostro ligeramente avergonzado- ¡en verdad quede como idiota frente a ese lindo chico!
- ¿Me reclamas después de que me tomé la molestia de pedirte algo ya que estabas todo embobado con el mesero?- fruncía ligeramente el ceño- malagradecido- se llevaba otro bocado a la boca- además no tienes que preocuparte, a ese chico le pareció encantadora tu estupidez, eso dice que le gustas de alguna manera
- ¿Lo crees?- creo que mi corazón late un poco más acelerado
- Definitivamente, si no fuera el caso no te habría dicho que el bigote de espuma lucía lindo- apoyaba su cabeza en una mano- en vez de eso simplemente se hubiera reído y marchado
- ¿Acaso tú piensas que las tonterías de Kyo son encantadoras?- yo tengo en un concepto alto a Shizuku pero si me responde que sí pensaré que el amor le hizo un poco de daño a su cabeza
- Hay límites- debo admitir que el chico era sincero- algunas cosas son encantadoras por el hecho de ser él, aunque algunas veces solamente quiero golpearlo para ver si así se le compone la cabeza, algo similar me pasa contigo solamente que tú no eres tan encantador- tomaba su bebida
- ¿Qué hay contigo y ese nivel de honestidad cruda?- hice mala cara para empezar a comer mi pedazo de pastel
- Creo que ser honesto es algo importante- terminaba de comer- ¿Por qué debería fingir que no pienso que actúas como un idiota frente a ese chico?
- Lo aprecio en cierto modo, aunque a veces solamente quiero ponerte cinta industrial en la boca- lo miraba mal
- Es curioso, quiero hacer lo mismo cuando me molestas con Kyo- Shizuku alzaba una ceja para después tomar un pedazo de mi pastel con su cuchara
- ¡Oye! Ladrón de pasteles- alejé mi plato de él
- Lo siento, se veía muy apetitoso- se limpiaba con una servilleta
- ¿Sabes?- apoyé mi cabeza entre mis manos soltando un suspiro- realmente me gusta ese mesero, Onodera, creo que he encontrado una interesante pieza
- ¿Una pieza interesante?- me preguntaba mi acompañante confundido
- Olvídalo, solamente yo me entiendo- tomé un sorbo de mi café, Shizuku me miraba con confusión
Después de limpiarme con una servilleta sentí mi celular vibrar, me había llegado un mensaje de mi hermano preguntando si efectivamente me encontraba en el café de en frente de su trabajo, respondí el mensaje y miré a mi acompañante mientras movía mis cejas.
- Ya salió tu amado del trabajo- sí, me causa placer molestar al novio de mi hermano
- Lo supuse cuando pusiste esa cara de idiota- me miraba mal
- Vamos Shizuku, dijiste que empezarías a tener más confianza en mí y decirme cómo te sientes- tenía una sonrisa socarrona en el rostro- no tienes que ocultar que estás feliz porque tu amado llegará en cualquier momento
- Es verdad, dije eso- alzaba una ceja, serio- así que te diré que eres molesto y me haces sentir enojado
- ¿Y ahora que le estás haciendo a mi pareja?- sentía un peso extra sobre mi cabeza, se trataba de mi hermano apoyado en mí, como si no pesara 75 kilogramos
- Ya sabes, lo de siempre, sus comentarios molestos- respondía Shizuku tomando un poco de su bebida
- Oh, Ishi, no tienes que darle explicaciones a Masamune de cuánto me amas, ambos sabemos que me amas mucho- sonreía pícaramente y aún seguía sobre mi cabeza como si no pesara
- Tú también eres molesto cuando te lo propones, Kyo- se quejaba mi amigo frunciendo ligeramente el ceño
- ¡Quítate de mi cabeza!- me desespere moviendo mis brazos para quitármelo
- Que delicado- bufaba mi hermano sentándose al lado de su novio
- Me lo dice el hombre que tiene un carácter de los mil demonios- fruncí el ceño arreglándome el cabello que me había despeinado Kyo
- Como si tú no tuvieras tu carácter- tomaba un sorbo de la bebida de Shizuku
- Takano, deja de actuar así ¿en serio quieres quedar mal frente a tu chico?- alzaba una ceja, sonriéndome ligeramente
Oh, sí, gracias Shizuku, díselo a mi hermano para que ambos puedan burlarse de mí; puse los ojos en blanco, volteando la mirada, me sentía un poco avergonzado, Kyo insistía a su novio que le dijera de qué chico estaba hablando, ese par de pelinegros juntos son insufribles.
- No soy tan mal camarada- miraba a su pareja- no podría decirte quien es el chico que le gusta a Takano, no quiero que lo avergüences
- Bien, aún te tengo un poco de aprecio Shizuku- me sentía un poco aliviado
- Descuida, Masamune- me sonreía mi hermano- tarde o temprano le sacaré la información a Ishi- besaba la mejilla de un sonrojado Shizuku
- Oh, Shizuku- lo jalé para poder susurrar- ¿no podemos dejar inconsciente a Kyo y abandonarlo en una carretera?
- Lo siento, lo amo- me respondía susurrando también
- ¿Qué tanto se traen ustedes dos?- alzaba una ceja
- Le decía a Shizuku que deberíamos correr y dejarte la cuenta a ti- sonreí
- No es gracioso, ni a Ishi le causó gracia- mi hermano negaba
- A Shizuku nada le causa gracia- no podían negármelo
- Kyo ¿quieres ordenar algo? Después de todo Takano paga hoy- me quejé al escuchar eso
- No, gracias- suspiraba- prefiero ir a casa y comer algo ahí
- Entonces debería pedir la cuenta- empecé a buscar al castaño con la mirada
- Nosotros te esperaremos afuera- Shizuku le daba pequeños empujones a su pareja para que ambos se levantaran de sus lugares
- ¿Acaso el mesero es el chico que le gusta?- preguntaba Kyo negándose a marcharse
- Kyo, no seas curioso- su novio casi lo jalaba- deja a los tortolos solos un momento
- De acuerdo, de todas formas ya lo averiguare- mi hermano se resignaba y seguía a Shizuku hacia la salida
- ¿Tortolos? Mira quién habla- me quejé para después llamar la atención del lindo mesero
- ¿Se le ofrece algo más?- esa hermosa sonrisa realmente remueve algo en mi interior
- La cuenta, por favor- le sonreí
- Enseguida la traigo- se fue a paso veloz, realmente me parecía adorable
Mientras espero la cuenta no puedo evitar recordar lo que me dijo mi abuela en el pasado, realmente me gusta ese chico pero no lo conozco para decir que estoy en verdad enamorado de él, no estoy seguro si él sea la pieza indicada para mí pero realmente quiero averiguarlo, algo en mi interior me dice que él puede ser, aunque he tenido ese presentimiento antes, y he descubierto que no es así, quiero intentarlo, no puedo negar que realmente deseo que él se convierta en algo más para mí; sacó de mi maletín un pequeño block de notas adhesivas y escribo algo, de un momento a otro, Onodera llegó con la cuenta, pagué en efectivo, tomando también en cuenta la propina, dejé la nota adhesiva ahí y le entregué de vuelta la cuenta.
- Gracias por visitarnos- hacía una reverencia- me alegra que haya visitado nuestro café
- Sí, a mí también me alegra- le sonreí y me levante de mi lugar dispuesto a irme
Antes de salir del establecimiento, volteé a ver al castaño quien al descubrir mi nota se sonrojó y sonrió. Salí del lugar con una gran sonrisa, encontrándome con mi hermano y Shizuku, listos para ir a casa. ¿Qué decía mi nota? Bueno…
Onodera, sé que soy un extraño para ti pero quiero dejar de serlo, por favor envíame un mensaje si estás de acuerdo con esto.
877 XXX XX XX
“El sujeto del bigote de espuma”