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Parte de mí [KaiHun] por Shiza-chan

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Notas del fanfic:

Se me sale lo cabrona a veces :'v

I

Puede que no lo hubiera sabido desde un principio, puede que tampoco se hubiera enterado por medio del mismo Kai hasta después de haberlo descubierto él mismo, pero ahora SeHun lo sabía: Kai no era suyo, no como él creía. O por lo menos, no completamente.

Resulta que el chico con el que Kai tenía una relación "oficial" se llamaba KyungSoo, lo había descubierto una tarde de mayo luego de que el moreno tocara a su puerta exactamente siete veces para instantes después de que él le abriera, levantarlo en brazos y llevarlo a la habitación mientras le devoraba la boca ansioso. Y SeHun se había dejado hacer gustoso, entregándose por completo una vez más, dejando el corazón y el alma en el acto cuando según esto, el chico le hacía el amor.

Horas después, luego de haber acabado, el menor se encontraba envuelto entre los brazos bien marcados de Kai. Estaba cómodo ahí, a gusto, se sentía seguro en ese espacio; con el calor del moreno recorriendo cada centímetro de su piel y él dibujando figuras abstractas en el pecho ajeno. El resto del mundo parecía demasiado sub-real como para reparar en él y SeHun estaba seguro de que no podía existir momento más perfecto que ese.

Estaba más que dispuesto a seguir durmiendo un rato más, envuelto por el perfume que destilaba el cuerpo del moreno, justo cuando el teléfono de éste comenzó a sonar ahogado en algún lugar de la habitación. Pretendía ignorarlo, pero la insistencia con la que volvía a sonar apenas haber terminado la llamada anterior terminó por rasgar sus nervios como si fueran las cuerdas de una guitarra. Como pudo se soltó del abrazo del mayor y comenzó a buscar el aparato luego de haberse puesto la ropa interior y una camisa.

Lo encontró debajo de los pantalones de Kai justo al tiempo que otra llamada entraba. En verdad que él no pretendía invadir la privacidad de su pareja, pero si "KyungSoo", como citaba el nombre de contacto que aparecía en la pantalla, lo había llamado casi trece veces, era por algo realmente importante. Por eso contesto.

— ¿JongIn, Amor?, ¿por qué tardabas tanto en contestar? Tu madre está aquí en la casa. Necesita que vayamos con ella para arreglar lo del bufet y ver lo de tu traje, ¿te tardas mucho en llegar?

No respondió.

En cuanto vio al moreno removerse entre las sábanas colgó y se mantuvo estático en su lugar. No quiso mirarlo cuando se puso de lado para quedar frente a él y tampoco fue consciente del relámpago de pánico que le cruzó el rostro en cuanto notó que el teléfono estaba en sus manos. Sólo reaccionó cuando preguntó quién había llamado.

— Era KyungSoo, tu madre está en casa. Necesitas ir a arreglar algo del banquete y tu traje, JongIn. — Y la voz le salió tan muerta, tan apagada, que hasta SeHun mismo dudo que fuera él. — Deberías cambiarte e ir con ellos, ya los has hecho esperar suficiente.

Dejó el teléfono a un lado de la cama y salió de la habitación sin decir nada más. Ignoró todas las promesas de JongIn de volver y darle una explicación, le importaron poco sus toques tímidos y sonrisas arrepentidas; en cuanto la puerta se cerró, sus piernas cedieron hasta dejarlo en el piso.

Esa fue la primera vez que SeHun lloró de amor por Kai.

II

Luego del incidente de ese día, SeHun no volvió a ver a JongIn (mira que hasta con su nombre le había mentido) hasta una semana y media después. El nudo en su garganta no había desaparecido ni con el pasar de los días y el intentar cubrir sus ojeras con maquillaje ya se le estaba haciendo algo demasiado tedioso.

No quiso responder nada cuando ZiTao, su mejor amigo, le abordó un día a la salida de la universidad, arrastrándolo lejos de los oídos chismosos del resto de los alumnos y amenazándolo con darle un buen golpe con su gunshu nuevo si no comenzaba a hablar de una vez.

— No es nada, en serio. No tienes por qué preocuparte. — Decía con un tono de voz lo suficientemente alto y firme como para que fuera creíble, pero lo recalcó una vez más para eliminar cualquier rastro de falsedad. — En serio.

El más alto lo miraba con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos.

— Dime por qué no termino de creerte.

— Porque tú — le pinchó el pecho con el índice —, eres un idiota desconfiado que no cree en nada a menos de que lo tenga golpeándole en la cara.

— No es por eso y lo sabes. — De repente, su mirada reflejó una preocupación que le caló a SeHun hasta los huesos; pero una vez más, se mordió la lengua y calló. — ¿Pasó algo con Kai?

Supo que estaba jodidísimo cuando la mención de ese nombre le provocó un tirón en el pecho.

— Nada. — SeHun ya veía venir otra tanda de preguntas apenas el pelirrojo arrugó la nariz, por lo que rápidamente agregó: — Tengo un ensayo de diez páginas y una presentación multimedia que terminar para mañana, hablamos luego.

Y pasó por un lado suyo sin darle oportunidad de decir nada más.

Esa misma tarde, "Ever fallen in love" sonó por enésima vez justo cuando salía del baño. No había tenido intención alguna de devolverle a Kai las muchas llamadas y mensajes de los últimos días, pero la perseverancia con la que sonaba su teléfono terminó por hacer que se rindiera y contestara.

— ¿Qué acaso no tienes cosas más interesantes que hacer que molestarme?

— SeHun, por favor. Déjame hablar contigo, las cosas no son lo que parecen.

— ¿En serio?, porque para mí está muy claro. Soy "el amante", la puta con la que vas a revolcarte cuando KyungSoo no tiene ganas, ¿o qué?, ¿acaso me equivoco?

— Te equivocas. — Respondió con seguridad del otro lado de la línea. Él bufó en respuesta, sin creerse una sola palabra. — Por favor, SeHun, dame la oportunidad de explicarte.

Tenía los labios magullados de tanto morderlos y los ojos ya le brillaban en señal de que pronto rompería en llanto. Sabía que no debía de hacer caso a sus palabras, pero una parte de él se estaba muriendo por una explicación en la que las cosas fueran así como Kai las hacía querer ver; que todo no era más que un enorme malentendido y el amor que le profesaba no eran sólo palabras vacías. Necesitaba que fuera así.

— En la cafetería de siempre en una hora y media.

Cortó la llamada ahí. El corazón le latía con tanta fuerza que casi dolía y la otra parte de él, la que sufría del desengaño y el dolor, le gritó con fuerza y rabia.

Sólo la ignoró.

III

Ese día volvió a su departamento con la boca sabiéndole a café de olla y los besos de JongIn.

No fue lo que pensó, pero tampoco resultó algo muy diferente a lo que se imaginaba (más o menos).
Supuestamente, los padres de Kai lo habían comprometido con el único hijo de los Do desde niño, así que prácticamente todo el asunto de la boda y demás no era más que un negocio bien planeado del que no sabía nada hasta hacía un par de meses, cuando ellos ya mantenían una relación.

Parte de la historia resultó creíble porque bueno, siendo hijo quien era y teniendo éstos el poder que tenían, no era de extrañarse que empresas igual de ricas buscaran aliarse con los Kim en busca de más dinero. Esa parte lo enfermaba, pero no era como si él pudiera hacer algo para cambiarlo.

Kai no había querido decirle nada del compromiso por miedo a su reacción y al hecho de no querer angustiarlo por nada siendo que él no quería a KyungSoo (pese a que éste si lo deseara a él), aunque al final las cosas había salido a la luz de todas maneras.

Eso no explicaba por qué le había mentido con respecto a su verdadero nombre, pero prefirió no atizar más el fuego y botó el tema de lado, al menos por el momento.

Cuando preguntó por qué no declinaba siendo que no se encontraba de acuerdo, el moreno apretó los labios y agacho la mirada hacia la taza con café entre sus manos. Eso lo hizo dudar. Insistió otro poco, queriendo en verdad conocer la respuesta, pero nunca esperó ver esa resignación sofocando los ojos castaños del mayor.

— Porque prácticamente yo ya estoy casado con KyungSoo.

— ¿Qué? — Kai quiso tomar una de las manos que SeHun mantenía sobre la mesa apenas los ojos se le cristalizaron, pero esté la alejo en cuanto vio lo que pretendía hacer. — Explícame eso. Ahora.

No quedó más que hacerlo.

— Te lo dije, el compromiso se estableció desde que éramos niños. Nuestros padres firmaron un acuerdo premarital o algo así, por si a alguno de los dos le llegaba a suceder algo. De esa manera la junta de bienes y el repartimiento de acciones seguirían igual pese a que no hubiera una boda como tal. A nosotros sólo nos están utilizando como pantalla para que quede como oficial ante su bola de perros en la sociedad.

Esta vez fue SeHun quien buscó la mano de Kai por encima de la mesa.

Se le oprimió otro tanto el corazón y mierda si le dolió caer en cuenta de la realidad de los hechos. Aunque ambos lo quisieran, aunque ambos lucharan por hacerse un lugar en el tiempo y continuar amándose con libertad, lo cierto era no nunca lo podrían hacer así como querían. Porque habían llegado con su egoísmo y entonces se habían dejado de pertenecer. Al menos por completo.

Por eso fue que SeHun se levantó de su lugar y rodeo la mesa hasta quedar al lado de JongIn. No lo dejó hablar, simplemente lo besó.

Y el menor se juró a sí mismo que lo amaría con su ser todo lo que le fuera posible. Le entregaría todo de sí y atesoraría con su alma la parte que tenía de JongIn. Porque aunque no fuera completamente suyo, aunque tuviera que compartirlo con alguien más, SeHun seguía conservando una parte de él, la parte que lo amaba, y eso era todo lo que importaba.


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