12. Babbitty Rabbitty y su cepa carcajeante, un partido de Quidditch y algo anda cerca .
Tras el incidente de navidad, al que en Hogwarts llamaban la revolución de los lobos, la mayoría del alumnado evitaba al trio compuesto por Albus, Scorpius y… en ultima instancia y para sorpresa de todos aquellos que se habían marchado a casa durante las vacaciones navideñas, James. Tras el ataque sufrido, la lucha por los pasillos para alcanzar la biblioteca y a Albus sin que ninguno de los dos se diera cuenta se había formado un fuerte lazo que uniria a James Potter el Rey de los Leones, y a Scorpius Hyperion Malfoy descendiente de los príncipes de Slitheryn.
Durante el curso poco a poco se fue viendo juntos a los dos hermanos y a Malfoy, poco antes de que llegasen las vacaciones de Verano esos tres eran inseparables, como uña, carne y mugre, personificando a la mugre estaba James como dijo Rose riéndose, sobra decir que huyo a toda prisa por los pasillos del colegio para huir de las represalias de su primo mayor.
Cuando las vacaciones de verano se hicieron presentes, paso algo que mandaría a la inconsciencia a un par de Weasley, la misma Molly Weasley, matriarca del numeroso clan, mando una invitación de pasar el verano o al menos parte de este en la afamada Madriguera.
Además y para gran entusiasmo de los jóvenes a mediados de agosto tendría lugar un concurso musical, en el que al menos los dos niños Potter tenían pensado participar.
Para consternación de todos los presentes en la sala el primero en levantarse de su silla y saludar al recién llegado Scorpius Malfoy fue ni mas ni menos que Ron Weasley que siempre había demostrado una animadversión por el clan Malfoy. Ante las miradas de sorpresa y confusión de su familia Ron se rio y se agacho junto a Scorpius para decirle:
— Ellos creían que te iba a hechizar en cuanto salieses de la chimenea, lo que no se esperaban es que no tuviera nada contra el novio de mi Rosie.
— ¿El novio de quien?.
— Rose me lo conto, y me dijo lo bueno que eres con ella y me suplico que no te hiciera nada.
Scorp miro hacia el fondo de la sala donde una sonrojada Rose le hizo gestos de disculpa y para que guardara silencio.
Después de la bienvenida tan insolita del padre de Rose, llegaron en tropel los saludos y los buenos deseos de una familia, que si en los tiempos de sus padres era numerosa ahora era enorme y extensa. El momento mas vergonzoso para Scorpius fue cuando se le acerco una joven de veintimuchos, la hermana de Fleur, Gabrielle que estaba Inglaterra por trabajo. Momento en el cual Scorpius literalmente babeo mientras la miraba pues si en su hermana mayor la ascendencia Veela era pronunciada en Gabrielle se había multiplicado de manera alarmante.
Tras muchos saludos, risas y un par de bruscos intentos de coqueteo por una de las primas de James, Albus pudo salvar Scorpius y alejarlo del huracán en el que se había convertido ahora la sala de la madriguera.
Subieron a la habitación de Al, y Scorp observo no sin cierto gusto que, las paredes de la habitación estaban decoradas con el emblema de su casa y con las fotos que se habían hecho durante el año escolar.
— Te eche muchísimo de menos Scorp, estas dos semanas fueron bastante… curiosas. ¿sabes lo que es la masturbación?.
El repentino cambio en la expresión y tono de voz de Al, le pillo por sorpresa. Muy a su pesar Scorp se ruborizo pues a sus doce años recientemente cumplidos ya había comenzado a experimentar con su cuerpo, y a fijarse en otros cuerpos… algo impropio.
— Si, ¿Por qué lo preguntas?.
— Pille a James, haciéndose una paja… fue extraño pero mi pene se puso duro al verle y creo que estoy mal y que eso no debería ser.
— No te preocupes a mi también me pasa con…
Entro Rose corriendo a la habitación con un libro entre las manos. Les abrazo sin soltar el libro y se sento en la cama mirándoles expectante.
— Mi madre me lego algo muy importante, su edición de los cuentos de Beedle el Bardo, me gustaría leeros una versión original.
— Aja…
Rose empezó a explicarles que Beedle el bardo vivio en el siglo XV que nacio en Yorkshire, y que fue un simpatizante Muggle en los años oscuros. Y asi fue como comenzó a contarles El corazón peludo del brujo.
Erase una vez un joven brujo atractivo, rico y con talento que observo como sus amigos se comportaban como idiotas cuando se enamoraban: retozaban como críos, se acicalaban y perdían el apetito y la dignidad. Asi pues, decidio no caer nunca en esa debilidad y empleo las artes oscuras para evitarlo.
La familia del brujo, que ignoraba su secreto, se sonreía al verlo tan frio y distante.
— Todo cambiara el día que quede prendado de una doncella — profetizaban.
Pero el joven brujo no quedaba prendado de nadie. Pese a que mas de una doncella sentía intriga por su altivo semblante y utilizaba sus encantos mas sutiles para complacerlo, ninguna consiguió cautivar su corazón. El brujo se vanagloriaba de su propia indiferencia y de la sagacidad que la había producido.
Transcurridos los primeros años de la juventud, los amigos del brujo comenzaron a casarse y mas adelante, a tener hijos.
>, se burlaba el brujo para sus adentros mientras observaba las payasadas de aquellos jóvenes padres.
Y, una vez mas, se felicitaba por la sabia decisión que tomara en su día.
A su debido tiempo, los ancianos padres del brujo fallecieron. Pero este no lloro su muerte; al contrario, se alegro de ella, por que ahora reinaría solo en el castillo. Había guardado su mayor tesoro en la mazmorra mas recóndita, y asi pudo entregarse a una vida de lujo y desahogo, en la que su comodidad era el único objetivo de los numerosos sirvientes que lo rodeaban.
Un par de golpes en la puerta interrumpieron la esmerada narración de Rose, que dejo el libro con cierta reverencia en la cama y miro a sus dos amigos embobados que por sus ojos cerrados y sus placidas sonrisas podrían estar dormidos.
Se acerco ella misma a la puerta y abrió para encontrarse a su tio George con su mejor sonrisa de maniaco y ella ya supo a lo que venia… Quidditch. Todos los años al incio del verano la familia organizaba su pequeña competición del juego de los magos, los jóvenes contra los viejos o como el año pasado les grito tia Ginny, Adultos.
— ¡El partido!.
Scorpius y Albus dieron un brinco del colchón y dejaron a Rose sola en la habitación, algo que a ella no le sorprendia ni le molesto ya que salio corriendo detrás de ellos para coger sus escoba voladora de la afamada firma Walpurgis. Una Walpurgis 7 preciosa y preparada para defender los aros con su jinete.
A diferencia de Hermione su madre y su ineptitud en escoba o el pánico escénico de su padre, Rose nacio para montar una escoba y ser la mejor en ello, desde que cumplio los diez años y le dejaron participar en los partidos de la familia llego a rivalizar con la técnica de tia Ginny y el instinto de tio Harry, algo que a su padre le encanto pero a su madre le parecio un motivo de mas para desaprobar el Quidditch ya que podría alejar a su hija de los estudios.
El partido empezó con las típicas bromas que se hacen en una familia, los animos (y los abucheos) de los que observan y las apuestas de observadores y jugadores, sobre todo varones a escondidas de las Señoras Weasley (Molly y Hermione).
En el momento en que Scorpius perseguia a la Snitch dorada con Harry tomándole la delantera algo paso en el campo que afecto a todos los que se encontraban en el.
Un sentimiento de desperanza, los colores, los sabes y olores, todo lo que pudiera traer alegría y risas desapareció del mundo para jugadores y espectadores, al mismo tiempo que en los oídos de todos se repetía una carcajada horripilante y escalofriante.
La risa de Lord Voldemort, aun los niños que habían crecido en un mundo sin la sombra del Enemigo le temían a el y a la posibilidad de otros como el, como lo que paso en Australia antes de que se cortara el contacto.
Una luz verde titilo en la lejanía, y sin decir nada Harry, Ron, George, y varios miembros mas de la familia partieron escoba en la dirección de aquella luz tan parecida a su peor pesadilla, La Maldición asesina.
Molly, que se quedo en el claro del bosque hizo volar a los niños hasta la madriguera y cuando estos se fueron hizo aparecer su Patronus, aquel Patronus que se parecía a su Hijo Fred, idéntico a George, pero ella sabia que era Fred, y lo mando en busca de Kingsley y los demás miembros de la Orden que seguían activos y en Inglaterra.
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