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White Out por Janus Jung

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Notas del fanfic:

Pareja: YunTae (YunHo x TaeMin)

Oneshot inspirado en la canción "White Out" de BOYFRIEND.

 

Dedicado para aquella persona en la que me basé el fic.

Yo sé que cuando lo lea, entenderá el porqué.

 

 

"Para exorcizar nuestros demonios, aquellos recuerdos plasmados, y dejarlos ir, es mejor escribirlos".

Isabel Allende

 

 

Dejó la taza de café a un lado porque sencillamente ya había perdido el sabor que esperaba que tuviera. O quizás era por aquel raudo recuerdo que había pasado por su mente aquel instante en cuanto escuchó el inicio de aquella melodía sonar por los altavoces de aquella cafetería dónde se encontraba. Suave, pero audible.

Yunho suspiró levemente pues el nombre que había acudido a su mente ese momento, resumía aquello que su memoria suprimía lentamente (más que todo debido al tiempo) pero que aún recordaba por fugaces momentos.

Apoyó su rostro en su diestra al haber puesto su brazo sobre la mesa, mirando por la ventana aquel día nevado de enero y suspiró hondo. Cuando las canciones traen recuerdos que había preferido enterrar (y muy hondo), pensó que aquel momento no era el apropiado para recordarlos pero no podía evitarlo. No cuando ya había pasado más de diez años de verlo.

Espero que estés bien. . .

 

 

11 años atrás - Febrero

Un día cálido de inicios de febrero y Yunho al fin disfrutaba de aquel instante de paz que había podido conseguir de su trabajo. Además, así se permitía olvidar aquel suceso anterior a la boda de uno de sus amigos que, de un borrón, había terminado con sus días de felicidad.

“Ya no puedo venir y verte, Yunho. Pero si tienes un amante... por mi está bien, lo entenderé.” r13; La frustración y rabia de aquel momento no podía compararse con nada. No podía creer que la persona que creía amar le estuviera diciéndole aquello. Y por eso mismo, no se contuvo al decirle que terminaban. A pesar de lo mucho que le dolía por dentro y de que su corazón se partiera en pedazos pues por lo visto, amor no era lo que sentía Max por él…

— No es bueno recordar aquello. —susurró para sí mismo pues la depresión ya había hecho su efecto en él esos días posteriores a la ruptura, al punto de ya casi no querer hacer nada, ni comer,   sólo dedicarse a vagar o simplemente pensar en cosas que debiera y no debiera haber hecho. Cuando Yunho se ensimismaba en algo, era difícil sacarle de aquel estado.

Era un joven en sus 26 años, apasionado y valiente que no temía decir lo que sentía pero sin perder ese aura varonil, alegre y fuerte que le caracterizaba. A pesar de que aquellos momentos estuviera ya olvidando el asunto con su ex novio y recordando lo divertido de la fiesta (y como había bailado de una vergonzosa manera con sus amigos), no podía evitar el mirar a las parejas que caminaban felices por un sendero que conducía hacia cierto lugar al que Yunho siempre había deseado ir con alguien especial pero que jamás había podido. Supuso que el destino guardaba algo nuevo  o alguna sorpresa y su optimismo se hacía latente, haciéndole sonreír.

Estaba tan distraído que no notó cuando algo (alguien) chocaba con él y casi lo tumbaba debido a la sorpresa.

— Yo... ¡Lo siento! Vine corriendo y fue mi culpa.

—No te preocupes, iba distraído y no me fijé, hahaha.

—Bueno… en todo caso… uhm, ¡hola! -Saludó la persona frente a él, con la cual había chocado y que le mostraba un leve atisbo de una sonrisa.

— ¡Hola! -Saludó Yunho un tanto animado a aquel delgado muchacho de apariencia frágil que lo miraba expectante a su respuesta y lo examinaba como cuando encuentras algo nuevo en una tienda.

—Vaya… ¡si que eres alto! -Respondió el muchacho, parándose a su lado casi como si midiera su estatura junto al mayor.

—Tampoco tanto…

— Claro que si ¡pareces un gigante! Y yo parezco tan chico a tu lado… -Respondió el menor (pues Yunho asumía que era menor a él por sus gestos y ese bonito rostro de facciones delicadas) con un puchero que no hacía más que demostrar lo tierno que podía llegar a ser.

—Tomé vitaminas para crecer -Musitó divertido el mayor al seguirle la corriente. Hablar con aquel joven se hacía entretenido.

— ¿Y cuáles son? Yo también quiero crecer y ser gigante como tú. -Dijo casi infantilmente aquel muchacho.

— Pero estás muy bien así… Hahaha ¿te parece si te invito un helado y seguimos allí la charla? -Aquella invitación salió de pronto y sin que pudiera detenerla (ni pensar) pues ya la había dicho. El menor le miró atento y sonrió mostrando una hilera de dientes blancos perfectos y una sonrisa infantil donde sus ojos brillaban de alegría.

— ¡Amo el helado! ¡Vamos, hyung! -Respondió comenzando a caminar junto al mayor.

—  Oh, por cierto, me llamo Yunho. Jung Yunho. -Extendió su mano.

— ¡Lee Taemin! Mucho gusto, hyung.

Y a partir de ese momento, fue donde las cosas iban a cambiar para Yunho sin que él o Taemin pudiesen evitarlo.

 

 

Marzo

Eran amigos, según Yunho.

Eran compañeros de helado, como solía recalcarle Taemin y los había bautizado de esa manera.

Las tardes se hacían interminables cada que ambos se encontraban y salían a pasear, contándose cosas graciosas y riéndose a más no poder, especialmente para Yunho, pues Taemin tenía varias sorpresas y entre ellas había resultado ser muy elocuente y divertido. No había momento que no se la pasaran riendo de alguna cosa que Taemin transformaba en una broma o en una ocurrencia suya y Yunho quisiera comprarle más de un helado pues se habían transformado en amigos muy cercanos en poco menos de un mes.

Pero no fue hasta que Taemin le dijo que viajaría unos días que se dio cuenta que aquello tenía algo que un poco más que amistad. No por nada, durante tres días, extrañas terriblemente a una persona a la cual ya sientes que te hace falta desde el primer momento que se fue…

~**~

Al momento del regreso de Taemin, Yunho decidió decirle que lo había extrañado. Era lo que sentía aquel momento y atribuyó a su amistad los extraños sentimientos que tenía cuando estaba cerca al menor. Taemin sólo sonrió con inocencia y con un breve “no creí que alguien me extrañara”,  lo llevó a pasear al parque, su nuevo lugar favorito.

­— Hyung, quiero ir por más h… ¡AGH!

Y ahí fue cuando el instinto protector de Yunho salió a flote al ver a su amigo lastimado, producto de haber caído y lastimarse la muñeca de su mano. Lo llevó hasta su casa, dónde le curó y vendó la mano. Aquel momento, algo en Taemin cambiaba pero ninguno se daba cuenta aún. Era muy pronto para darle un nombre a aquellos sentimientos que empezaban a nacer entre ambos.

 

 

Abril

— ¿De verdad vamos a ir al cine y luego de compras?

— Si, yo también quiero ir de compras.

— Le advierto que soy un comprador impulsivo. Kibum hyung me enseñó. Por eso camino con un guardaespaldas. -Replicó Taemin mostrándole una sonrisa divertida al más alto.

— ¿Tanto así para ir caminando con un guardaespaldas? ¿Cuánto dinero llevas, Taemin?

— Ellos cargan todo lo que compro. Algo así como los mayordomos. Usted será mi mayordomo ahora.

— ¡Pero no quiero cargar bolsas!

— Ya aceptó ir. No tiene de otra jajaja.

Otra ocurrencia de Taemin, pensaba Yunho con una sonrisa sin negarle nada.

~**~

Aquel mes de abril, Yunho había dado cuenta de que sentía algo más por el pequeño muchacho de cabello rubio y sonrisa de ángel. Atrás habían quedado los días de depresión. En aquellos momentos nada ni nadie podían borrarle la sonrisa y alegría que eran tan típicas en él y que habían vuelto gracias a Taemin. Aunque estaba dudoso de si debía decir algo o no, pues había visto de casualidad una tarde, a una chica paseando del brazo de Taemin con la misma sonrisa que él mismo mostraba cuando estaba con el menor, (incluso cabía la posibilidad de que fuese hétero y le rechazara…) sin embargo, Yunho confió en algo en su interior que le decía que continuara porque las posibilidades sí existían.

 

El deseo de besarlo apareció  mientras veían la película de terror. El menor había insistido en verla y Yunho sólo había ido por él ya que en realidad aquellas películas le aburrían. Mientras lo abrazaba, (y aquel momento había sido glorioso para Yunho pues Taemin había saltado y se había refugiado en sus brazos) sintió ese deseo repentino e inevitable de comérselo a besos pero al ver los gestos asustados del menor, provocó que riera y lo sacara de aquel cine para llevarlo de compras.

La segunda ocasión fue en su auto rumbo al centro comercial, acercándose tanto a Taemin que estuvo a tan sólo centímetros… pero aún no era el tiempo. Sólo le sonrió aquel momento y se alejó de él. Ver su rostro sonrojado le hizo sentir que iba en el camino correcto.

— No debería bailar en pleno centro comercial.

— ¡Sólo hágalo hyung! ¡Lo reto!

Yunho hizo lo que jamás hubiera hecho, pero con la petición de Taemin, no lo pensó más y se puso a bailar en pleno centro comercial. Las personas se detenían a verlo y aplaudirle mientras Taemin sonreía de felicidad. Yunho no habría hecho aquello jamás en su vida (al menos no estando sobrio) pero el verdadero motivo en realidad, fue por ver aquella hermosa sonrisa aparecer sólo para él.

— Compraremos una mascota para mí y una para ti. La que quieras.

— ¡Yo quiero aquel conejito! ¿Qué nombre le pondremos? Aigo, es hermoso y peludito… -Sonrió Taemin mientras tomaba a su nueva mascota en sus brazos, mimándolo al instante. Yunho los observó un instante.

— Kaowa. Es blanco en japonés.

— ¡Me encanta! ¿Y tu perrito?

— Kitsune es un bonito nombre.

Tras dejar finalmente a sus mascotas cerca de ellos y sentarse en una mesa en el patio de comidas del centro comercial, podían sentirlo. Había "algo" que se sentía entre ambos, que debía decirse pero no podían salir las palabras. Finalmente, Yunho suspiró. Estaba decidido.

— Me gustas, Taemin.

Y aquella cara de desconcierto del menor, y la enorme sonrisa y el abrazo que le siguió a esta, le dieron la pauta de que había estado en lo correcto. Taemin le correspondía a todo lo que sentía.

 

— Siempre me gustaron los globos aerostáticos. No imaginaba mejor lugar para traerte y decirte lo que sentía, lamento si me apresuré de esa manera en el centro comercial…

— Está bien, yo iba a decírtelo en el río Han, es mi lugar favorito. Sólo sé que estoy tan feliz, Yunho…

Un collar se deslizó  suavemente por el cuello de Taemin. Un collar que Yunho atesoraba demasiado pues era algo muy preciado para él.

— Te amo.

Ese fue el inicio de los días de felicidad.

 

 

 

Mayo – Junio

"Cuando estas con la persona que amas,

los días suelen pasar rápidamente

cuando quisieras que pasen más lentamente

para poder disfrutar más de ellos."

— No sé cocinar.

— Pero aprenderás, Yunho, aunque la salsa.

— Quemaré la cocina, la incendiaré por completo y…

— ¡Haz la salsa, Yunho!

Un inocente intento de preparar la comida, terminó con ambos enredados en un beso apasionado y en el que poco a poco se quitaban las prendas. Yunho amaba tocar la piel suave de Taemin y besar sus labios esponjosos y rosados. No había nada que le gustase más hasta que llegó aquel momento lleno de deseo y pasión donde Taemin se entregó a Yunho por primera vez.

Las cosas iban apuntando a mejorar.

 

— Debes salir y buscar lo que dije, Yunho. ¡Vete, ya!

El atardecer de aquella tarde de junio, Yunho fue extrañado en busca de algo que le había pedido Taemin con urgencia, sin sospechar de las intenciones del menor. Cuando regresó a casa (tras buscar como loco lo que Taemin le había pedido) y encontró las velas y los pétalos de rosas, quedó en silencio y sorprendido. Eso no era todo. La mayor sorpresa era su novio, recostado en su cama, con los shorts más cortos que tenía (y vaya que amaba los shorts de Taemin), dejando ver sus pálidas, delgadas y sensuales piernas a su vista, su cabello desordenado en algo que no podía definir si no en perfecto y una camiseta amplia casi transparente, propiedad de Yunho, que cubría su torso níveo.

Dejaba mucho a su imaginación.

— ¿Te gusta?

No respondió. Ya tenía al menor en sus brazos, besándolo con pasión, decidido a hacerlo suyo hasta que el sol saliera al día siguiente.

 

 

 

Julio - Agosto

"I saw an angel

 You’re  beautiful

it’s true"

— Adónde vamos, Yunho?

— Es una sorpresa.

— ¿Mi cumpleaños? -Taemin sonrió emocionado.

Yunho asintió en silencio. Aquel día tenía reservado varias cosas para que el cumpleaños de Taemin fuera algo inolvidable.

~**~

— Hyung, me encantó todo. Pero sólo bastaba que estuvieras conmigo para que este día fuera perfecto.

— Yo quise preparar esto para ti.

Taemin sonrió ampliamente, mirando los tigres de peluche en sus manos con emoción, pues a Yunho solía decirle “tigre” cuando ponía sus apodos cariñosos. Y amaba aquellos peluches pues el blanco, según el mayor, representaba a Taemin y el naranjo era él mismo, lo que había provocado que el menor lo besara más veces de la que podía contar.

— ¿Qué es este lugar?

—La torre Namsan. Aquí vienen las parejas y colocan estos candados con su nombre para hacer una promesa eterna de su amor. – Explicó Yunho mostrándole la hilera de candados y abriendo su palma, le mostró un candado color turquesa, donde estaban tallados ambos nombres. Había escogido aquel lugar como último para llevarlo pues el candado era el momento más especial para el menor.

Taemin sólo pudo mirarlo y abrazarle con fuerza, ocultando las lágrimas de alegría que amenazaban en salir por sus. Aquello era demasiado irreal y bonito para ser cierto.

— Siempre quise venir aquí. Amo este día Yunho, gracias...

— Te amo, muñequito de porcelana.

El mencionado sólo rió por el nuevo apodo mientras tomaba el candado, poniéndolo en un lugar visible.

—Una promesa de amor eterno.

— ¿Qué hacemos aquí, Yunho? – Preguntó Taemin mirando el mirador con curiosidad.

— Cierra los ojos.

Entonces... los fuegos artificiales salieron por todas partes. De colores, dorados, brillantes y resplandecientes.

Taemin abrió los ojos y no salía de su asombro. Puso una mano en su boca, cubriéndola cuando vio a Yunho hincarse frente a él. Un anillo plateado brillaba en sus manos.

— No deseo pasar mi vida al lado de nadie más que no seas tú.  ¿Quieres casarte conmigo, Lee Taemin?

Un abrazo y un sollozo junto con un suave “sí”  por parte del menor, fue lo que hizo que Yunho sintiera que su vida no podía ser más perfecta y feliz.

 

"Sin embargo, cuando sientes que todo va tan perfecto, la vida siente que es injusto que una persona tenga tanta felicidad y se la arrebata. Ya sea de forma rápida o lenta pero siempre se la arrebata…"

 

 

 

Septiembre

"Como una flor en otoño.

Va deshojándose lentamente.

Y va muriendo…"

— Debo viajar, no demoraré mucho.

— No tardes. Te espero.

Los viajes de Yunho y sus ausencias comenzaban a hacerse constantes. No quería hacerlo pero no podía evitarlo. El trabajo y sus estudios absorbían su vida y le impedían hacer varías cosas. Como pasar más tiempo con Taemin.

Su vida se iba haciendo poco a poco, rutinaria.

Pero eso no fue lo peor.

Algo dentro de Taemin se transformaba y cambiaba en ese tiempo.

(Jamás supo si fue la soledad, o sus problemas familiares o solamente su vida...)

Y sin que diese cuenta de cuando sucedió o como pasó, Taemin había cambiado.

 

— Deberías hablar con él.

— ¿Por qué dices eso, Kyuhyun? -Kyuhyun era el mejor amigo de Yunho, aquella persona que le acompañaba desde siempre, que le daba consejos y lo ayudaba cada que podía.

— ¿No lo ves, Yunho? Ahora es tan frío y distante… Se burló de mi cuando hablábamos de un tema que hace poco le habría hecho reír. Ha sido tan sarcástico que asusta.

­— ¿Qué?

— Entonces tampoco has visto lo bien que se lleva con Luhan.

Fue ese momento donde el mayor tomó cuenta de la realidad y lo que sucedía. Algo había pasado.

~**~

 

— Mierda, Yunho, sólo somos amigos.

— Y básicamente por eso estabas insinuándotele. No soy tonto, Taemin, lo vi todo.

—  Joder.

Taemin pasó una mano por su cabello, hastiado de la charla, mirando a Yunho casi como si lo odiara para luego suavizar su expresión.

— Ajá. Deja de ser tan celoso, ¿sí? Como si fuéramos algo...

— ¿Qué sucede contigo?

El inicio del final.

 

“¿Por qué tardé demasiado todas aquellas veces cuando tú me seguías dando señales?”

~**~

Las peleas se hicieron constantes. Se reconciliaban y peleaban pero Yunho podía sentir esa ausencia total en sus emociones. Como si algo hubiese muerto en el interior de Taemin. Ese algo que le había enamorado. Ese algo que le caracterizaba. Ese "algo más de Taemin".

Pasaron de hacer el amor a tener sexo. Se palpaba más que nunca la carencia de emoción y solamente la necesidad física.

El "muñequito de porcelana" había desaparecido. El que aún no quería aceptarlo era Yunho. Trataba de rescatar su relación que lucía como un barco de papel en el agua: iba hundiéndose sin que pudiera hacer nada por rescatarla. Las demostraciones de amor se hacían más escasas y las canciones dejaban de tener sentido para ambos al igual que los regalos.

Para Taemin, Yunho daba más importancia a sus amigos que a él y se encargaba de recalcárselo cada vez que podía. Cada que hablaban, cada que el menor los veía.

Para Yunho, Taemin había cambiado hasta en sus expresiones. La sonrisa casi infantil y llena de inocencia había sido reemplazada por una sonrisa más sarcástica, fría y vacía. Casi como robot. Como si no sintiera.

Y eso dolía demasiado. Pero aún así, lo amaba. O eso creía.

— Deberías dejarle entonces. Tu felicidad es ante todo, Yunho. Dios, no puedo verlo. Estas volviendo a ser la misma persona patética de los días cuando estabas con Max…

— Lo amo, Kyuhyun. Por eso no puedo.

— ¿Te has visto en un espejo, Yun? Hasta tú estás cambiando.

— Lo sé… Pero vamos a casarnos. Es mi prometido…

—  ¿Estás consciente que él puede estar engañándote, verdad?

La gota que derramó el vaso.

 

 

Octubre

—  No… no te vayas aún…

—  Debo irme, es noche de luna nueva.

Un par de besos en su cuello y aquel movimiento de caderas que lo hizo flaquear por enésima vez aquella noche.

— Juguemos un poco más, Yunho.

—  Volveré pronto, Min. Lo prometo.

Min era un muchacho de 23 años, ojos vivaces y alegres, una sonrisa coqueta que invitaba a más cosas de las que se pueden describir y la sensualidad a flote en su piel canela.

Yunho lo conoció en uno de los viajes de trabajo al realizar una expedición a una reserva natural en un bosque lejano. Min vivía en aquella reserva como uno de los guardias y al reunirse para la fogata nocturna de compartimiento la primera noche, se alejó del mayor sin siquiera saludarle pero siempre mirándolo fijamente con sus ojos castaños y profundos. A Yunho le provocó curiosidad. Y esa curiosidad fue la que los llevaría a ese punto donde se encontraban.

Un par de noches, cervezas, comida y una película, habían bastado para que Min pasara de sólo  mirarlo, a estar sentado sobre el mayor en el sofá, besándole como si no hubiera un mañana. Por una vez en su vida, Yunho decidió no pensar y dejarse llevar. Cuando estaba con Min, cualquier preocupación se le borraba, dando paso a la lujuria y el placer en el momento de tenerlo en sus brazos, hacerlo suyo en medio de gemidos apasionados y salvajes al recorrer su piel de ese tono canela exquisito en el cual había dejado varias marcas y acariciado  sin descanso alguno.

Y en esas noches que estuvo con Min, mucho menos podía pensar en aquella persona con la cual, poco a poco, estaban dejándose en el olvido.

—  Vayamos de viaje.

—  ¿Dónde?

—  A Gwangju. Y luego a recorrer el mundo, Yunho.

—  Está bien.

Aceptó la propuesta de los labios de Taemin porque lo veía como un medio de salvación a aquello que ya no tenía reparo pero ninguno quería asumir.

~**~

—  Deja de ser tan idiota. ¿No ves que hace frío? Además te empapaste.

—  Pero es divertido jugar en la lluvia.

El espíritu casi infantil de Yunho hablaba por él.

—  Enfermarás.

—  Mmm.

—  ¿No te das cuenta? ¿Por qué has dejado de ser cariñoso conmigo, Yunho? ¿Qué sucede contigo? ¿Sólo yo he cambiado?

Silencio.

r13; ¿Me amas, Taemin?

r13; Si. . .

r13; Casémonos ya mismo. Ahora.

Otra vez no lo pensó y sólo actuó. En parte era la culpa. En parte, los recuerdos que se negaba a dejar ir. Lo llevó a la playa y bajo la luz de una luna llena y resplandeciente, se unieron en casamiento sin decir nada a nadie.

 

 

 

Noviembre

“Nuestro último beso, por favor cuídate.”

—  Voy a marcharme.

—  ¿Qué?

—  Obtuve una beca y un trabajo en el exterior. Me marcho y no sé si he de volver.

Las lágrimas se asomaron a los ojos de TaeMin.

—  No te olvidaré. Por favor, prométeme que serás feliz.

Yunho apretó los labios al ver la expresión de Taemin pero con aquellas simples palabras, daba por terminada aquella relación de meses llenos de amor y tristeza. (Y aquel extraño casamiento que tuvieron pero parecía no representar nada para ninguno.)

—  Lo prometo. Seré feliz.

Yunho se marchó sin más que decir. Sabía que a pesar de que aquello era lo que debía haber hecho hace tiempo en esa relación sin rumbo, aún sentía un dolor y opresión demasiado grandes en su pecho. Al cabo de sentarse en el avión, rumbo hacia ese desconocido país, por primera vez en meses, rompió a llorar. Lo sabía, estaba huyendo pero no podía más.

Un amor así, es difícil de olvidar…

 

 

 

1 año después. -  Enero

"¿A dónde se fue el amor? ¿Dime, a donde se fue? Dime el por qué…"

—  ¡Taemin! Hace media hora que te llamo…

No podía ser cierto… aquella publicación… ¿era posible?

E ignorando a la persona que le hablaba, Taemin corrió sin descanso hacia el lugar que indicaba la publicación en aquel muro de periódicos.

>>  Ojalá pudiera encontrarte… muñequito de porcelana. <<

Una figura solitaria en aquel parque.

—  Yunho… -Taemin estaba sin aliento pero no dejaba de mirarle.

—  No es posible.

Una sonrisa se asomó en los rostros de ambos para sonreírse y abrazarse cálidamente. Lo habían necesitado. 1 año y lo habían necesitado.

— Volviste, Yunnie.

—  Volví para verte. Quería saber si eras feliz…

—  Ahora soy feliz.

Y ahí estaba esa sonrisa ingenua que Yunho había amado. Que aún amaba un poco, a decir verdad.

”Pero seguiste adelante… y te has olvidado de todos estos recuerdos...”

Un par de semanas y Yunho supo que Taemin tenía a alguien. Incluso tenía una hija.

Un año a lo lejos, unas semanas de felicidad etérea junto al menor desde su llegada para que aquel día frío de enero, Taemin llegara a su departamento y con un breve discurso, su relación (o lo que sea que fuese a esas alturas o hubiesen tenido) terminaba definitivamente.

“Esto no nos está llevando a ningún lado. Creí poder amarte aún pero no, Yunho. Debo dejarte ir para que seas feliz. A mi lado, sólo consigues tristeza.”

Yunho sólo asintió comenzando a derramar algunas lágrimas silenciosamente por un breve momento. 1 año de pensar que su viaje repentino había sido un error. 1 año de dudas sobre si volver era lo correcto. 1 año torturado por los recuerdos del amor hacia Taemin  y tras oír esas palabras, lo comprendió.

Amaba a ese Taemin dulce e inocente que había conocido. Amaba a su "ángel" que siempre había conseguido sacarle una sonrisa en sus peores momentos. Amaba al muchacho que le había mostrado que la vida puede ser mejor cuando sonríes y eres feliz.

Una persona que no existía. Una persona que quizás nunca existió más que en su mente. Había idealizado a Taemin a tal grado, que cuando conoció la realidad, esta le había pegado de la manera más cruel que pudo conocer.

Y esto había dado paso a la persona que le miraba fríamente desde el extremo de su sala en espera de una respuesta.

Observó el collar que el menor le hubiese regalado por la Navidad pasada que aún colgaba de su cuello y asintió.

—  Me quedo con esto. Adiós Taemin.

Y cuando escuchó la puerta de su departamento cerrarse, solamente suspiró.

 

~**~

“No digas que lo sientes, no me extrañes

Por favor, sé feliz ahora, déjame hacer esto por ti, por favor…

No llores ahora, sonríe para mí, no llores más, dame todo el dolor a mí y sonríe…”

 

Aspiró el olor del café que se iba enfriando en su taza. Junto al olor de ambrosía que había en la mesa. Todos aquellos recuerdos le habían asaltado de golpe con tan sólo escuchar algunas líneas de esa canción. Suspiró suavemente y decidió dejar el café en su lugar. Ya no quería beberlo.

Habían pasado más de diez años que no veía a Taemin.

Su recuerdo era la sombra difusa de algo que alguna vez lo hizo feliz pero ya no recordaba a cabalidad. Hasta ese momento. Sin embargo, otra vez dejó que los recuerdos se disolvieran como el vaho del café al volverse frío.

No hay mejor cura para el dolor que el tiempo.

Y conocer nuevas personas.

Ese momento su celular sonó y observando el nombre en la pantalla, sólo pudo sonreír ampliamente. Muy feliz.

—  Ya voy amor, sólo me detuve un momento por café.

Colgó aún con la sonrisa enmarcada en su rostro pues su mirada fue directamente hacia su anillo que brillaba en su dedo corazón en la diestra. Llevaba tres años de casado.

Escuchó un poco más de la canción, sin embargo, prefirió tomar su maleta y sonreír para sí. Esperaba que ese muchacho de sus recuerdos, con la sonrisa de ángel y piel de porcelana fuera inmensamente feliz donde sea que estuviese pues había sido una parte importante de su vida aunque a veces, ya no pudiera recordarle con exactitud.

No hubo ni dolor ni más recuerdos, sólo felicidad.

Y si Yunho se hubiese quedado un segundo más en el lugar, del cual salió a prisa por ver pronto a su esposo, hubiese visto descender al joven de piel de porcelana del piso superior de la cafetería. El mismo joven que había pedido que pusieran aquella canción aquel día, sin percatarse de la presencia de Yunho en ningún momento, pues sentía que cada vez que la escuchaba, iba dedicada para alguien con respecto a su pasado que aún no lograba olvidar del todo.

 

 

FIN.

Notas finales:

Pronto otro fic YunTae pero prometo más acción y drama.

Ya tengo la idea^^

¡Adiós! <3


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